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LA DISCONTINUIDAD SOBRE LA LEY ENTRE LOS PACTOS


"El Nuevo Pacto supera al Antigua en gloria, poder, realización y finalidad."


Lo dicho hasta el presente no niega en lo mas mínimo que hay algunas formas de discontinuidad entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento—es decir, entre el Viejo Pacto y el Nuevo Pacto - respecto a la Ley de Dios. Lo que indica es que cualquier discontinuidad tiene que ser ensenada por la Palabra de Dios y no ser añadida como una presuposición categórica, teológica a la Palabra de Dios. Podemos examinar ahora, tales bíblicamente basadas discontinuidades entre los Pactos: Antiguo y Nuevo. A causa de que la Ley de Dios juega un papel central en Su tratamiento de Su pueblo, es muy apropiado que el contraste entre estos dos pactos tenga fuerza con relación a esa Ley.

I. El Nuevo Pacto supera al Viejo Pacto en gloria.



(A) Mientras que el Viejo Pacto fue fundamentalmente una ministracion de condenación y muerte, el Nuevo Pacto es una ministracion de justicia y vida.



Pablo reflexiona sobre los distintivos del Nuevo Pacto en 2a a los Corintios 3, probando que cualquiera que exalte la Ley por encima del evangelio, (como hacían los judaizantes legalistas) -cualquiera que este tan absorto en los mandamientos que obscurece o pasa por alto las buenas nuevas de la redencion — comete muy grave error. La gloria del Nuevo Pacto, enseña Pablo, excede grandemente en brillantez a la Ley del Viejo Pacto.



La Ley ciertamente tiene su gloria (2a a los Corintios 3:9, 11), pero a pesar de esa gloria, lo que sobresale en el Viejo Pacto es la característica de condenación que trae la muerte (3:6, 7, 9).



La Ley es buena - por cierto, ordenada para la vida. Sin embargo, la pecaminosidad del hombre obra en la Ley buena y produce la muerte (Romanos 7:12-16). La característica sobresaliente del Viejo Pacto en la mente de Pablo era las tablas externas de la Ley, pero aunque ellas exigían buenas cosas, no pudrían conferir buenas cosas, Estas ordenanzas externas condenan necesariamente a todo hombre injusto y demandan su muerte; como dijo Pablo, "la letra mata" (2a a los Corintios 3:6). No hay ninguna manera en que el hombre pecaminoso pueda justificarse siguiendo la Ley (Gálatas 2:16; 3:11).



Cuando Moisés regreso de haber recibido la Ley, su cara brillaba con la gloria de Dios, y después de leer la Ley al pueblo, el necesitaba poner un velo sobre su cara por el bien del pueblo (2a a los Corintios 3:7, 13). Pablo ve en este hecho el carácter doble del Viejo Pacto: (1) fue glorioso, pero (2) acusaba y condenaba continuamente a los que, debido al pecado, no podían sopormar ver la gloria del rostro de Moisés.



Sin embargo, cuando Moisés apareció con Cristo en el Monte de la Transfiguración, solo la faz del Salvador brillaba con la gloria de Dios. Cristo es el mediador del Nuevo Pacto, "Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste" (Hebreos 3:3). La Ley del Viejo Pacto condenaba y mataba, pero en cambio Cristo quita la maldición de la Ley al sufrir su penalidad y da Su Espíritu vivificador para crear un corazón obediente en nosotros. Por consiguiente, el Nuevo Pacto es distintivamente un "ministerio del espíritu" o "un ministerio de justificación" (2a a los Corintios 3:8, 9) que "vivifica" (3:6). Cristo hizo "lo que era imposible para la Ley, por cuanto era débil por la carne" (Romanos 8:3). En efecto, Pablo dice que, a diferencia del pacto resumido por las tablas de piedra, el Nuevo Pacto "mucho mas abunda en gloria" (2a a los Corintios 3:9).



La Ley del Viejo Pacto demandaba cosas buenas, pero solo el evangelio podía conferirlas; la justicia que la Ley demandaba solo fue suplida con la obra redentora de Cristo. De este modo, el Nuevo Pacto tiene mayor gloria que el Viejo. Lo viejo declaraba la Ley y con eso condenaba. Lo nuevo satisface la Ley y nos hace justos ante Dios. La gloria primaria y mucho mas excelsa del Nuevo Pacto asegura la justicia del pueblo de Dios a través del Hijo y Espíritu de Dios, en vez de servir principalmente para condenar el pecado. La función antigua aunque fue genuina requería solamente la gloria de tablas de piedra; la nueva requirió que Dios manifestase la gloria de Su Hijo unigénito, lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14). De esto dijo Calvino, "la ley, por mas gloriosa que sea en si misma, no tiene gloria frente a la grandeza del evangelio" (Comentario de 2a a los Corintios 3:10).Por eso, la actitud del creyente del Nuevo Pacto ante la Ley de Dios es significativamente diferente de la del creyente del Viejo Pacto. Ya que la amenaza de la Ley se ha quitado decisivamente por medio de la expiación de Cristo y la habitación del Espíritu Santo, la Ley puede ser mas plenamente disfrutada como una delicia por el creyente de hoy.


(B) El Nuevo Paolo proporciona al creyente una confianza mayor en su acceso a Dios.

La Ley del Viejo Pacto prometió el perdón al pecador en base a los sacrificios de animales , pero la imperfección de este arreglo fue evidente por el hecho de que se ofrecían meros animales y que los sacrificios se repetían una y otra vez (Hebreos 10:4ss.).   Todavía había una distancia entre el creyente y Dios, porque solo el sumo sacerdote podía llegar ante la presencia misma de Dios en el lugar santísimo una vez por año. Un velo separaba la gente de su Dios. Pero con la obra sacrificial de Cristo que limpia a los creyentes del Nuevo Pacto, el velo se rasgo en dos (Marcos 15:38; véase Hebreos 10:20). Por media de Cristo, el mediador del Nuevo Pacto, nosotros podemos tener acceso confiadamente al trono de la gracia (Hebreos 4:16). Bajo el Viejo Paolo el camino al lugar santisimo no se había manifestado (He. 9:8), pero bajo el Nuevo Pacto tenemos "libertad para entrar en el lugar santísimo por la sangre de Jesucristo" (Hebreos 10:19; véase 4:15-16; 6:l8-20).
La seguridad del padrón, la pureza del creyente, y la proximidad de Dios son mucho mayor en el Nuevo Pacto que cualquiera cosa que el Viejo Pacto pudiera asegurar. Así que, Calvino correctamente anota: "La persona que todavía mantiene o desea restaurar las sombras de la ley no solamente oscurece la gloria de Cristo sino también nos priva de una bendición tremenda, en que pone una separación entre nosotros y Dios, para con el cual el evangelio nos ha otorgado una libertad de acceso’" (Comentario de Hebreos 7:19).


(C) A diferencia del Viejo Pacto, el Nuevo Pacto tiene una gloria permanente e inmarcesible. En 2a a los Corintios 3, Pablo compara la gloria del Viejo Pacto con su Ley a la gloria que brillaba en la cara de Moisés después de recibir la Ley (vs. 7, 13). Lo que Pablo repite una y otra vez es que esa gloria estaba "pereciendo" (vs. 7, 11, 13) y tuvo que ser velada (vs, 7, l3-16). Pero el Nuevo Pacto tiene una gloria transformadora que se ve en el rostro de Cristo (3:18; 4:4, 6). Esta gloria se ve con el rostro descubierto, que nos transforma permanente y progresivamente en la misma imagen, "de gloria en gloria," Moisés reflejo la gloria de Dios solo de manera intermitente con una gloria que perecíatal fue la excelencia de la ley del Viejo Pacto. Nosotros constantemente reflejamos la gloria no perecedera de Cristo quien es la imagen misma de Dios. Por cierto, "nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios" (Romano; 5:2).

Característico del Nuevo Pacto es una gloria que supera la Ley, una gloria en que se puede clavar la mirada, y la que también su puede reflejar, sin interrupción. Lo que hemos encontrado es que los escritores del Nuevo Testamento pueden poner en contraste el Nuevo Pacto con el Viejo Pacto tomando la Ley como su punto de partida. Los creyentes de hoy tienen mayores beneficios que los creyentes del Viejo Pacto podían tener en su relación con la Ley. La Ley significaba la amenaza de la muerte, un Dios algo remoto, y una gloria perecedera. En el Nuevo Pacto la amenaza es quitada, Dios se nos acerca, y la gloria es permanente. Esto nos proporciona un contexto diferente dentro del cual podemos usar la Ley de Dios y determinar la actitud con la cual debemos tratar con la Ley. El contentarse con la Ley misma o destacarla por encima del evangelio seria prueba de un sentido de juicio terriblemente pervertido. El Nuevo Pacto pone la Ley en una perspectiva correcta al mostrarnos una gloria mucho mayor de lo que la Ley poseía.


II. El Nueva Pacto supera al Viejo Pacto en poder.

(A) El Nuevo Pacto nos ofrece motivaciones mayores y mas fuertes para obedecer la Ley.

Todo lo que se encuentra en la Escritura es para nuestra instrucción en justicia y nuestra disciplina espiritual (véase 2a a Timoteo 3:16-17), y de este modo no podemos estar enteramente preparados para toda buena obra sin prestar atención a todos los aspectos de la revelación escritural—su historia (por ejemplo, la a los Corintios 10:6, 11), sus promesas (por ejemplo, Juan l4:16-18), sus oraciones (por ejemplo, Hechos 4:24-31), su alabama (por ejemplo, Apocalipsis 5:9-14), etc. Todos de estos aspectos sirven para prepararnos mejor para un vivir justo.

EI Nuevo Pacto nos provee con mas Escrituras que nos relatan acerca de la obra redentora de Dios con su realización y aplicacion. Debería vivir para hacemos aun mas agradecidos por lo que Dios ha hecho. La redención, la nueva creación, la residencia del Espíritu Santo, la unidad del cuerpo - éstos y muchos mas temas en la revelación del Nuevo Pacto sus motivaciones para la piedad que va mas allá de las motivaciones disponibles a los santos del Viejo Pacto. Las exhortaciones éticas del Nuevo Testamento están fundadas comúnmente sobre la consideración de estos beneficios del Nuevo Pacto.

(B) A diferencia de la Ley del Viejo Pacto, el Nuevo Pacto da poder para obedecer al modelo revelado de justicia.

Mirando otra vez a 2a a los Corintios 3, en donde Pablo contrasta el Viejo Pacto con el Nuevo, leemos que el ministerio del Nuevo Pacto de Pablo tuvo el efecto de cambiar los corazones de sus oyentes — como si Cristo mismo hubiese escrito sobre sus corazones (v. 3). Dios había escrito la Ley con Su propio dedo sobre dos tablas de piedra en el Monte Sinai, pero Jeremías esperaba el día del Nuevo Pacto cuando la Ley de Dios se escribiría en los corazones de los hombres (Jeremías 31:33) — corazones obedientes hechos de carne en vez de piedra (Ezequiel 11:l9-20; 36:26). Proverbios enseña que "del corazón mana la vida." Con la Ley escrita en el corazón del hombre, él por fin podría andar en los mandamientos de Dios y cumplirlos.

Aunque el Espíritu obraba en las vidas de los creyentes del Viejo Pacto para ayudarlos a obedecer la Ley de Dios, El lo hizo de tal manera que era una obra limitada y provisional - esperando el gran día del poder pentecostal. En 2a a los Corintios 3 Pablo nota que el Espíritu es el agente que escribió en el corazón del creyente del Nuevo Pacto (v. 3). La letra del Viejo Pacto trajo la muerte, pero el Espíritu del Nuevo Pacto comunica vida y justicia (vs. 6:8-9,18). Lo que era antes externo y acusador (La Ley escrita sobre tablas de piedra) ahora es interno y dinámico (La Ley escrita sobre las tablas del corazón). Nos dice que "nada perfecciono la Ley" (Hebreos 7:19). pero en el nuevo y "mejor pacto" hay "mejores promesas" —en particular la intenalizacion de la Ley por media de la obra sacrificial y sacerdotal de Cristo para poder guardar la Ley (Hebreos 8:6-10). El "pacto eterno" nos haré perfectos en toda buena obra para hacer la voluntad de Dios (Hebreos 13:20-21).

Nosotros encontramos aquí una de las diferencias mas dramáticas entre la Ley del Viejo Pacto y el evangelio del Nuevo Pacto. EI Nuevo Pacto realiza lo que la Ley requiere pero que no dio ninguna habilidad de actuar. P E. Hughes expresa este punto muy bien: "El defecto" del Viejo Pacto esta, no en su esencia, lo que, como hemos dicho, representaba el estándar de justicia de Dios y fue establecido como un instrumento de vida a los que la guardasen, sino en su inhabilidad para justificar y renovar a los que fallaban en guardarla, es decir, la totalidad de la humanidad.

El Nuevo Pacto va literalmente al corazón del asunto, prometiendo al hombre, como en efecto lo hizo, un corazón obediente y lleno de gracia para amar verdaderamente a Dios y a su prójimo (Ezequiel 1l:l9ss.)," 1 En el bosquejo anterior nosotros encontramos discontinuidades sumamente significativas entre el Viejo y el Nuevo Pacto relacionadas a la Ley de Dios. El Nuevo Pacto supera la Ley del Viejo Pacto, según las escrituras del Nuevo Testamento, como en gloria como en poder. El Nuevo Pacto pone la Ley en perspectiva y la pone en practica — superando su carácter amenazador básico, inseguridad, y gloria perecedera al proveer mas motivaciones para la obediencia como también el poder para cumplir con las demandas de la Ley,


III. La realidad del Nuevo Pacto supera las sombras del Viejo.



(A) El Nuevo Pacto asegura la redención prefigurada en el Viejo Pacto.



Uno de los punto mas grandes de disimilitud entre el Viejo Pacto y el Nuevo Pacto se encuentra en el área de los ritos redentores, por ejemplo los sacrificios del Antiguo Testamento, el sacerdocio, el ejemplo, las señales del pacto, etc. La manera en que las leyes que tienen que ver con tales ritos redentores eran observadas antes de la venida de Cristo es muy diferente a la manera en que son observados hoy en día. Por haber producido la sustancia prefigurada en el Viejo Pacto y realizado la esperanza anticipada en el Viejo Pacto, el Nuevo Pacto nos da una nueva perspectiva sobre las leyes que regulaban la expiación, el servicio sacerdotal, y cosas semejantes.

1. Philip E. Hughes, A Commentary on the Epistle to the Hebrews

                                                       (Grand Rapids, Michigan; Eerdmans, 1977), page 297-98.
Mientras que el creyente del Viejo Pacto miraba adelante hacia la obra del Salvador y mostraba fe observando los ritos redentores del Viejo Pacto, el creyente del Nuevo Pacto mira atrás a la obra terminada del Salvador y muestra fe aferrándose a El para la salvación, totalmente aparte de las ceremonias viejas. Según la Escritura es evidente que el arreglo del Nuevo Pacto es mejor que el Viejo Pacto relativo a la redención, y por nde aquellas leyes redentoras se han vuelto externamente sin vigencia. En (este caso hay una discontinuidad entre los pactos que puede suprimirse solo a costa de malentender totalmente la enseñanza del Nuevo Testamento.

La lógica del escritor de Hebreos es que, si un Nuevo Pacto fue entregado, entonces tiene que haber un mejor pacto, el cual siendo así hace que el Viejo Pacto sea anticuado. Moisés mismo testifico de la gloria provisional de la administración de la gracia de Dios que se encuentra en el Pentateuco mirando mas allí de la sombra y promesa que venia (Hebreos 3:5b). Igualmente, Jeremías hablo por Dios de un "Nuevo" pacto que venia, y esa realidad misma (según el autor de Hebreos) indico que ya la administración mosaica fue juzgada como distante, obsoleta y casi por desvanecerse (Hebreos 8:13).

Decir esto lleva al autor de Hebreos directamente a una discusion acerca de las ordenanzas rituales del primer pacto (9:1ss.). La obra de Cristo es en todo sentido superior a éstas. El es "fiador de un mejor pacto," "una mejor esperanza" (7:22, 19) porque Su sacerdocio es eterno (7:21, 24-25), y el sacrificio de Si Mismo es totalmente eficaz (7:26-28). La repetición misma de los sacrificios del Viejo Pacto demuestran que eran provisorios e imperfectos (Hebreos 10:4ss.). La superioridad del ministerio de Cristo sobre el ministerio levítico del Viejo Pacto se ve en la realidad de que la obra sacerdotal de Cristo se realiza en el verdadero tabernáculo celestial, en vez del terrenal, prefigurado (Hebreos 8:2-5). La obra sacerdotal llevada a cabo en el tabernáculo terrenal era figurativa o anticipatorio (Hebreos 9:19), en cambio el ministerio de Cristo es la realización llevada a cabo en un tabernáculo mas grandioso, el del cielo (9:11-12, 23-24). Los ritos levíticos del Viejo Pacto revelado por Moisés eran parabólicos del orden actual del Nuevo Pacto (9:9a). En si los ritos sacerdotales del Viejo Pacto no podían perfeccionar la conciencia como Cristo lo hace (9:9b); por eso, aquellos eran necesariamente provisorios, usados hasta el tiempo en que todas las cosas fuesen reformadas (9:10). Los santos del Viejo Pacto saludaban las promesas de Dios desde lejos (Hebreos 11:13). En contraste, Cristo cumple las promesas y asegura la redención, la herencia prometida, el poder transformador por Su obra salvadora (9:15; véase 8:6-10). Los ritos redentores de la Ley del Antigua Testamento, entonces, no podían perfeccionar al creyente; ellos eran solo una sombra de las cosas buenas que vendrían (Hebreos 10:1).



Con la obra realizada del Redentor ya un el pasado, nosotros ya no usamos o aplicamos las leyes del Antigua Testamento que regulan los sacrificios, el sacerdocio, etc, en la misma manera. La discontinuidad definitivamente se debe observar, Y es precisamente la Palabra de Dios que nos instruye para ver una aplicación alterada de aquellas leyes; por cierto, se nos advierte no volver a la imperfección de la administración anticuada de la gracia de Dios en el sistema levítico del Antiguo Testamento. No es sorprendente: que se hayan acusado a los cristianos primitivas de oponerse al templo y a los ritos dc la Ley mosaica (por ejemplo, Hechos 6:14; 21:28). La Palabra del Nuevo Pacto enseña que algunas de las ordenanzas del Viejo Pacto de Dios no fueron concebidas para ser observadas continuamente en la misma manera a través de toda la historia redentora. Con la venida del Salvador y Su obra sacerdotal perfecta, necesariamente el sacerdocio levítico ha cambiado (Hebreos 7:12). Por tanto, los sacrificios, fiestas, etc. del orden viejo no son obligatorios para el creyente actual en sus formas de sombra (véase Colosenses 2:13-17). Hoy son observados por la fe en Cristo.



(B) El Nuevo Pacto redefine al pueblo basado en el pacto de Dios.



Bajo el orden del Viejo Pacto, Israel fue constituido como una nación y adoptado como el pueblo de Dios, pero bajo el Nuevo Pacto el pueblo de Dios es un cuerpo internacional que consta de los que tienen fe en Cristo. E1 reino fue quitada de los judíos (Mateo 8:11-12; 21:41-43; 23:37-38; la a los Corintios 14:21-22), y la Iglesias es esta vez "el Israel de Dios" (Gálatas 6:16),"la ciudadanía de Israel" (Efesios 2:12), v1 "real sacerdocio" (la de Pedro 2:9), las "doce tribus" de la dispersión (Santiago 1:1; la de Pedro 1:1), y la simiente de Abraham (Gálatas 3:7, 29). El Israel fiel de antes es incluido dentro de una casa de Dios que comprende la iglesia (Hebreos 3:1-6); los israelitas y gentiles son ramas separadas, parte de un olivo de fe (Romanos 11:17-18). Así que, la iglesia del Nuevo Testamento es la restauración de Israel (Hechos 15:15-20); y el Nuevo Pacto que se había de hacer con Israel y Judío realmente se hizo con los apóstoles que son fundadores de la Iglesia (Lucas 22:20; véase Efesios 2:20). Esta redefinición (bíblicamente basada) del pueblo de Dios trae consigo mismo unas alteraciones correspondientes en la aplicación de la Ley del Antiguo Testamento.



(1) A causa de que el Nuevo Pacto no define al pueblo de Dios como una nación terrenal ente otras , no se requiere lealtad política al Israel nacional como se hizo en el Viejo Pacto Filipenses 3:20). El reino de Cristo, diferente al Israel del Antiguo Testamento, no se debe defender con la espada (Juan 18:36; véase 2a a los Corintios 10:4).



(2) A causa de que la significancía de Canaan como la tierra prometida en heredad ha terminado con el establecimiento del  reino que representaba (véase Gálatas 3:16: véase Génesis 13:15; Hebreos 11:8-10; Efesios 1:14; 1a de Pedro 1:4), las leyes del Viejo Pacto que tienen que ver directamente con esta tierra (por ejemplo, la división de la tierra en porciones familiares, sitios de ciudades de refugio, la institución del levirato) enconaran una aplicación muy diferente en nuestro tiempo.



(3) La separación de pueblos no santos que Dios requirió a través de las leyes dietéticas , las cuales simbolizaron esta separación por una separación hecha entre las carnes limpias e inmundas (véase Levítico 20:22-26); ya no se observa mas con evitar a los gentiles (Hechos 10) ni por el abstenimiento de ciertas comidas (Marcos 7:19; Hechos 10:15; Romanos 14:17). Para el cristiano, esto requiere la separación de toda impiedad o incredulidad conciliatoria dondequiera que se encuentre (2a a los Corintios 6:14-18).




IV. El Nueva Pacto supera al Viejo Pacta en finalidad.

(A) Supera la Ley del Viejo Pacto en claridad.

Con la entrega de mas información pertinente en las escrituras del Nuevo Pacto, los requisitas morales de Dios llegan a ser aun mas claros. Por ejemplo, Cristo corrige las mal interpretaciones y reducciones de las demandas de la Ley (Mateo 5:21-48). Además, Su propia vida es una ilustración de lo que la Ley nos obligaría a hacer y por eso es un nuevo ejemplo de lo que el amor requiere. El carácter radical del amor es tan dramáticamente representado en la expiación que el mandamiento viejo de amarse los unos  los otros se puede considerar un "mandamiento nuevo"; la explicación de Cristo acerca del amor supera aquel del Viejo Pacto cuando El dice que Su pueblo ha de amarse los unos a los otros "como yo os he amado" Juan 13:34-35; véase 15:12-13; 1a de Juan 2:7-11; 3:11-18, 22-24; 4:7-11).


(B) El Nuevo Pacto supera al Viejo en su eficiencia
.

Por medio del Antiguo Testamento la demanda moral de Dios fue revelada y explicada progresivamente; una revelación de Sus requisitos seria seguida por otras revelaciones posteriores que ampliarían la primera. Sin embargo, con la venida del Nuevo Pacto, la Ley de Dios nunca recibiría mas adiciones. El canon esta completo y cerrado. De una vez por todas Dios ha establecido los estándares morales que hemos de aplicar fielmente a nuestras vidas. Todo lo que necesitamos para la preparación entera en justicia ya se nos ha entregado (2a a Timoteo 3:16-17).



(C) El Nuevo Pacto nos trae mayores obligaciones de obediencia.


Con la entrega de nueva luz y nuevo poder en el Nuevo Pacto, aumenta la obligación de los hombres de obedecer la voz de Dios. Al que mucho le es dado, mucho le es demandado (Lucas 12:48). Dios ya no pasa por alto la desobediencia de ningún pueblo sino que requiere que toda la gente en todo lugar se arrepienta a causa de Su Juez y Día asignado (Hechos 17:30-31). La revelación del Nuevo Pacto es aun mas ineludible que aquella del Viejo Pacto (Hebreos 12:25), y a ella debiéramos atender con mas diligencia (Hebreos 2:1-4).


Conclusión


Nuestro estudio de las escrituras del Nuevo Pacto nos ha
mostrado que hay discontinuidades definitivas entre la relación del Nuevo Pacto con la Ley y la del Viejo Pacto con esta. El Nuevo Pacto supera al Viejo en gloria, poder, realización, y finalidad. Sin embargo, no hay ninguna indicación textual de que el Nuevo Pacto trae un nuevo estándar de conducta moral, y no hay indicación textual de que el estándar del Viejo Pacto se ha dejado a un lado categóricamente. Las administraciones son dramáticamente diferentes — en gloria, poder, realización, y finalidad — pero no como códigos que definen la conducta y actitud buena y mala.
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EL ESTANDAR


La Autoridad de la Ley

de Dios para Hoy

por

Greg L. Bahnsen


Instituto para la Economía Cristiana


Tyler, Texas



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