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LO QUE LA LEY NO PUEDE HACER
"La Ley no pudo lograr la remisión de pecados; solo
testificaba de su realidad venidera."
Ya hemos visto quo hasta la buena Ley de Dios puede llegar
a ser una cosa mala al ser abusada — cuando se usa en una manera
contraria a su carácter y propósito. Probara ser beneficioso el
intentar resumir precisamente lo que la Ley no puede hacer en si
para no caer en el error de usarla ilegítimamente.
(1) En primer lugar, como se acaba de mencionar, la Ley no
puede contribuir en nada a la justificación personal de alguien
que está bajo la maldición de la misma por haber violado sus
preceptos.
Ante el estándar de la Ley de Dios el pecador siempre
estará condenado en vez de Ser declarado justo. "Por las obras de
la Ley ningún ser humano será justificado delante de el" (Roma-
nos 3:20). Los que desean encontrar aceptación delante de Dios
basados en sus buenas obras no pueden encontrar Su favor. "De
Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia
habéis caído" (Gálatas 5:4). El intento mismo de ganar la justifi-
cación en esta manera es fútil, porque "El hombre no es justificado
por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo (Gálatas 2:l6).
(2) La Ley tampoco puede romper la influencia y el poder
paralizador del pecado en la vida de una persona.
El principio
del Espíritu vivificador de Cristo libertó a Pablo del principio del
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pecado y de la muerte. Así que él dijo, "Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a
su Hijo. . . condenó al pecado. . . para que la justicia de la ley
se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne,
sino conforme al Espíritu" (Romanos 8:3-4). Por la "carne" Pablo
quiere decir la naturaleza pecaminosa dentro de cada hombre la
cual esta en guerra contra Dios y en rebeldía contra Sus principios
justos (véase vs. 6-8). Sencillamente la Ley de Dios nunca podía
vencer esta naturaleza pecaminosa y producir conformidad a su
modelo de justicia. La Ley no podía dar poder para obedecer, ni
tampoco poner un fin decisivo al poder de la desobediencia.
La Ley podía mostrar lo que era correcto, pero el carácter
viciado del pecador le impedía hacer el bien. Ante este fracaso, la
Ley era inútil para remediar la situación. Sin embargo, Dios
condenó al pecado y destruyó su horrible poder enviando a Su
propio Hijo para salvar a los pecadores. El Hijo dio Su Espíritu a
los creyentes para darles la capacidad de obedecer la Ley. Por
cuanto ellos eran impotentes, mas ahora tienen poder. Hemos
siempre de recordar que la Ley es sólo un modelo; no puede
suplir el poder para obedecer el modelo.
Pablo expresa esta verdad diciendo, "No estáis bajo la ley, sino
bajo la gracia" (Romanos 6:14). La persona que está "bajo la Ley" tiene
sus recurso y poderes determinados exclusivamente por la Ley. El contexto
es la clave para comprender correctamente la declaración de
Pablo. El estar "bajo la Ley" es como tener al pecado dominando
dentro de uno mismo (v. l2), como si el pecado tuviera dominio
sobre uno (v. 14a), o que uno fuera siervo del pecado (v. 17). En
vez de estar "bajo la Ley" y a causa de su impotencia, esclavizado
al pecado, Pablo ve al creyente mas bien "bajo la gracia" — es decir,
bajo el poder determinativo de la obra misericordiosa y poderosa
de salvación. Esta gracia lo convierte en un siervo de justicia y
obediencia (vs. 13, 16-18).
Estamos ahora bajo el poder capacitado de la gracia de Dios
para que podamos obedecer la Ley de Dios que previamente trans-
gredimos. Esta interpretación de la frase de Pablo nos ayuda a
ver el lugar y la función apropiada de su declaración en su
150 He aquí el estándar
contexto preciso. En su plenitud, el argumento de Pablo es: "Porque
el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley,
sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos
hago la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera" (vs. l4-15).
En tal contexto es claro que el estar bajo la Ley es una posición de
impotencia en tanto que estar bajo la gracia suple la fuerza espiri-
tual para dejar de pecar y para obedecer los principios justos de
Dios (que se encuentran en Su Ley).
(3) Finalmente, es importante recordar que la Ley entregada
por Moisés nunca pudo realmente perfeccionar cosa alguna (He-
breos 7:l9).
Aun cuando prefiguraba hermosamente en sus pro-
mulgaciones ceremoniales al ministerio salvador de Jesucristo, la
Ley nunca aseguró con sus repetidos sacrificios la redención
eterna que el pueblo de Dios necesitaba (Hebreos 9:11-12; 10:1
12). Sólo la venida del Salvador prometido, Su muerte expiato-
ria, y la resurrección justificadora podían lograr la esperada sal-
vación de los creyentes. La Ley no podía lograr la remisión de
pecados, sólo testificaba de su realidad venidera, En conformi-
dad, no fue promulgada la porción ceremonial de la Ley del
Antiguo Testamento para ser observada literalmente para siem-
pre, como la observaron los santos del Antiguo Testamento. Fue
"impuesta hasta el tiempo de reformar las cosas" (Hebreos 9:10).
Con la venida del Salvador, las sombras quedan atrás. El
sistema ceremonial queda detenido y no está en vigor, El insistir
en guardar estas ordenanzas de la misma manera en que lo hacían
los creyentes del Antiguo Testamento sería manifestar una actitud
legalista hacia la salvación (Gálatas 4:8-l0; 5:l-6). Sería algo
retrógrado y ofensivo a Cristo, a quien apuntaban las ceremonias
del Antiguo Testamento.
"Sujeto a la Ley"
En la a los Corintios 9:20, Pablo se describe a sí mismo como
"no. . . sujeto a la ley," aunque el se hizo para los judíos como si
estuviera bajo la Ley a fin de ganar algunos judíos para Cristo.
En el versículo siguiente, el continúa describiéndose, esta vez como
"no estando sin ley para con Dios, sino bajo la ley de Cristo?" Si
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no hubiesen mas pruebas, este sólo versículo refuta toda idea de
que Romanos 6:14 ("no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia")
pueda ser interpretado como insinuando que la persona bajo la
gracia está libre de la obligación moral de la Ley de Dios. Pablo
afirma su sumisión a la Ley de Cristo y con esto a cada detalle
de la Ley del Antigua Testamento (Mateo 5:17-19). Por cierto,
el de ninguna manera estaba sin la Ley de Dios (véase Romanos
3:31; 7:22; 8:4). ¿Que quiere decir entonces cuando el dice en la
a los Corintios 9:20 que no "está sujeto a la ley"?
Parecería que esta expresión ("sujeto a la ley") no se usa en
la misma manera en que se la usa en Romanos 6:14 y en 1a a los
Corintios 9:20. En el primer pasaje denota esclavitud al poder del
pećado, ¡y esto es lejos de lo que Pablo está diciendo de si mismo
en el otro pasaje! Los que están esclavizados al pecado rechazan la
Ley, pero Pablo afirma inconfundiblemente que el no esta sin la
Ley de Dios en Cristo. La frase "bajo la ley" en Romanos 6:14 se
aplica indistintamente a todos los creyentes, pero en 1a a los
Corintios 9:20-21 se aplica sólo a una categoría de incrédulos
― mientras "sin ley" describe la categoría restante de incrédulos.
¿Que es lo que Pablo quiere decir en 1a a los Corintios 9:20
al afirmar que el mismo no está "sujeto a la ley"? Pablo está
demostrando como el llegó a ser todas las cosas a todos los
hombres por amor al evangelio (vs. 22-23). "Me he hecho a los
judíos como judío, para ganar a los judíos" (v. 20). Cluando estaba
con ellos el actuaba "como sujeto a la ley," aunque con otros el
actuaba "como si yo estuviera sin ley."
¿Nos ayuda la Escritura a comprender como Pablo no estaba
entonces actuando inconsistentemente, inmoralmente, y con du-
plicidad?
Sí, nos ayuda. Los judíos incrédulos no habían reconocido
todavía el cambio dramático presentarle por las realidades reden-
toras del Nuevo Testamento. Aunque Cristo había realizado todo
lo que la Ley ceremonial mosaica había anticipado, los judíos
incrédulos seguían con los rituales. Al tratar con tales hombres,
Pablo se ajustaba a estas costumbres para ganar la oportunidad
de que el evangelio fuese escuchado, aunque el sabía plenamente
que estas costumbres en si ya no eran obligatorias. Las sombras
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habían cedido el paso al Salvador, Por ejemplo, Pablo hacía los
ritos de purificación (por ejemplo, Hechos 21:20-26) y tomaba
ciertos votos (por ejemplo, Hechos 18:18) que él sabía que eran
moralmente indiferentes, y actuaba así para preservar una audien-
cia para el evangelio entre los judíos. Sin embargo, entre los
gentiles, el actuaba "como si estuviere sin ley." No hubo ventaja
en seguir las ceremonias en la presencia de ellos. No eran como
los judíos en este respecto ― no “confinados bajo la ley, encerrados
para aquella fe que iba a ser revelada," "bajo ayo" hasta llegar a
la madurez de hijos―tal como los creyentes del Nuevo Testa-
mento, quienes disfrutan de la libertad de aquel ayo (Gálatas
3:23-26).
Los judíos vivían bajo los ritos ceremoniales transmitidos desde
el tiempo de Moisés
. En 1a a los Corintios 9:20 Pablo, recono-
ciendo que estos ritos no podían lograr realmente la salvación y
que fueron puestos fuera de vigor por la obra expiatoria de Cristo,
dice que sin embargo, él actuaba como "sujeto a la ley" a fin de
ganar a los judíos para Cristo. Con algunos hombres él se ajustó
a estos ritos, pero con otros no, Él era todas las cosas a todos los
hombres ― sin perder jamás su fe en la realidad que estaba "en la
ley de Cristo" y en este caso no dejaba de ninguna manera de
sujetarse a la Ley de Dios.