21. LOS "TRES USOS" TRADICIONALES DE LA LEY
"Cuando las ordenanzas de la Ley de Dios son rechazadas a sabiendas por una cultura, ésta sufre la ira de Dios contra ella, manifestada en el derrum
bamiento del orden social y la decencia moral."
Mi examen anterior tuvo el objetó de delinear muchas facetas de la función legítima de la Ley tal como se presenta en la Escritura. Sin embargo, el pensamiento reformado tradicionales se ha inclinado a resumir todos estas varias funciones bajo el encabezamineto de los tres usos principales de la Ley. Los reformadores reconocían claramente que la Ley no se había abolido en la época del Nuevo Testamente, pero estaban profundamente conscientes de los abusos de la Ley a que era propensa la Iglesia catolica romana medieval. Por lo tanto, ellos sostenían contra los antinomianos la validez de la Ley, y a fin de impedir que cayesen en error al usar la Ley, establecieron las funciones correcta de la Ley.
Según ellos el "primer uso" de la Ley de Dios, era "el uso político de la Ley." Creían que la ejecución de la Ley de Dios por el magistrado civil era necesaria para el restringimiento correcto y legitimo de la conducta de les impíos.
El "Segundo uso" de la Ley que ellos identificaron era "el uso
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pedagógio de la Ley." Para convencer de pecado y crear un sentido de necesidad espiritual en el pecador, la Ley era un ayo que le llevaba a Cristo. En su bien conocido Comentario sobre el libro de Gálatas:
Lutero escribió:
Por lo tanto, el uso y fin correcto de la Ley es acusar y condenar como culpables a los que viven en seguridad, para que se vean a sí mismos en peligro de pecado, ira, y muerte eterna .... La Ley . Con esta función ayuda a ocasionar la justificación, en que empujar al hombre hacia la promesa de la gracia (Gálatas 2:17 y 3:19).
Ciertamente ningún creyente evangélico puede negar que la Ley sirve para tal fin.
El "tercer uso" de la Ley identificado por los reformadores era el "uso didáctico," por medio del cual la Ley suplía una regla de vida para los creyentes. Calvino escribió, ". . . [L]a Ley, pues es para ellos un excelente instrumento con el cual cada día pueden aprender a conocer mucho mejor cuál es la voluntad de Dios, que tanto
anhelan conocer. . .’‛ 1 Aunque algunos luteranos modernos han deseado alejarse de este uso de la Ley, no puede haber duda alguna de que es aprobado por Lutero y por la Fórmula de Acuerdo. Lutero dijo que "no podemos suficientemente alabar y
magniliear esas obras que son mandadas por Dios sin apelar a la Ley como justificación" (Comentario de Gálatas 3:22). El quitar la Ley del creyente, pensó Lutero, "es una cosa imposible y en contra de Dios."’ Por lo tanto, el Catequismo Pequeño de Lutero comienza con una exposición del Decálogo. La Fórmula de
Acuerdo declara, "Nosotros Creemos, enseñamos, y confesamos que la predicación de la Ley se debe recomendar con ahínco. . . también a los que creen verdaderamente en Cristo, son convertidos verdaderamente a Dios, y regenerados y justificados por la fe" (Artículo 6.2). Aunque la rama calvinista de la Reforma recalca la Ley como un don bueno de la gracia de Dios, y la rama luterana la acentúa como una restricción; ambos coinciden en
1. Institución de la Religion Cristian, 2.712, (Buenos Aires—Grand Rapids: Nueva Creación, 1988).
2. Table Talk, pág. 286.
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que la Ley ha de ser usada para formar la vida del creyente regenerado.
El "Primer Uso" Controversial
Tradicionalmente, el pensamiento reformado ha resumido el uso correcto de la Ley en tres funciones especificas. El primer uso restringe a los impíos, el segundo uso arrastra al pecador convicto hacia Cristo, el tercer uso proporciona un modelo de santificación para el creyente regenerado. Ha habido algún debate en el pasado sobre el "tercer" o uso didáctico de la Ley, pero la fe reformada todavía persiste en la afirmación bíblica de que la Ley retiene su validez obligatoria para la conducta de los creyentes.
Mas recientemente han surgido desacuerdos con respecto a lo que los reformadores llamaban el "primer uso" de la Ley, lo que ellos aceptaban como su "uso político" que restringe la conducta impia de los no regenerados dentro de la sociedad. Los reformadores estaban tan seguros de esta función apropiada de la Ley de Dios que lo llamaban el" "primer uso" y el mas evidente. En realidad, el pasaje mismo donde Pablo sugiere que hay usos legítimos y usos ilegítimos dela Ley de Dios ― 1a a Timoteo 1:8 ― procede inmediatamente a ilustrar un uso legítimo de la Ley como el de restringir la conducta civil externa de los hombres ingobernables (vs. 9-10).
La Ley estipula un estándar externo de justicia que se puede aplicar dentro de la esfera civil, como lo demuestra la mención hecha por Pablo de las transgresiones sobre los que la ley humana puede tener jurisdicción. La Ley fue decretada o establecida, dice Pablo, para los ingobernables ― tales como los homicidas, los
secuestradores, los sodomitas, y perjuros, y cosas semejantes. La Ley por su naturaleza misma tiene el objeto de restringir la mala conducta de los hombres que desobedecen la Ley.
En la Introducción del Editor a la maravillosa obra de Samuel Bolton, The True Bounds of Christian Freedom, (Los verdaderos límites de la libertad cristiana), la importancia civil de la Ley de Dios es señalada con una hermosa precisión:
Los "Tres Usos" Tradicionales de la Ley 165
El deterioro actual de la condición moral de la sociedad es atroz y alarmante. En cierto modo la Iglesia es culpable de este decaimiento a causa de que, como sal que debe preservar la comunidad ella ha perdida en gran manera su saber. La teología
moderna ha desertado. Ha cortado las cuerdas de los antiguos límites y anda a la deriva; la sociedad actual siega "la cosecha mala y amarga" que es la ineludible consecuencia. La teología reinante en la actualidad no ha podido elevar la sociedad y parar su descenso moral, lo que sin duda alguna se debe, en parte, a su concepto
falso del lugar de la Ley y su utilidad al servicio del pacto de la gracia." 3
Cuando los hombres no ven que la Ley de Dios tiene el objecto de funcionar como una disciplina externa dentro de la sociedad, cuando dudan y se oponen al "uso político" de la Ley, sus sociedades ineludiblemente sufren maldiciones como consecuencia.
Carl F. H. Henry expresa el asunto así:
Aún donde no hay fe salvadora, la Ley sirve para restringir el pecado y preservar el orden de la creación proclamando la voluntad de Dios ...` Por sus Juicios y sus amenazas de condenación y castigo, la Ley escrita junta con la Ley de la conciencia impide el pecado entere los no regenerados. Juega el papel de magistrado que es un terror a los malhechores ,.,. Por lo tanto por su influencia constrictiva en el mundo no regenerado, la Ley cumple una función política.4
La Ley Bíblica y el Gobierno Civil
Esta función política de la Ley es innegable en el Antiguo
Testamento, en donde Dios entregaba estatutos relativos a los
asuntos civiles para su pueblo. Estas estipulaciones eran integra-
das al orden legal de la sociedad del Antiguo Testamento, y al
prestar atención a la declaración de Pablo en 1a a Timoteo
l:8-10, se ve que estas estipulaciones de la Ley de Dios tienen
valer vigente en la ética política moderna.
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3.
Samuel Bolton, The True Bounds of Christian Freedom (London: Banner of Truth Trust,1964), pags 10-11.
4. Christian personal Ethics (Grand Rapids, Michigan: Eerdams 1957), pág. 355,
166 He aquí el estándar
Nosotros no podemos descartar estos atisbos de los medios del
ordrn legal del Antiguo Testamento sin recordar que esta tra-
dición dada por Dios es acentuada y no abrogada por el evangelio
cristiano .... Aunque estemos bajo la gracia, todavía estamos
sujetos a la Ley de Dios y somos responsables ante Él y ante
nuestro prójimo de que predomine la justicia. 5
La Ley de Dios continúa teniendo una función política impor-
tante dentro del orden del Nuevo Testamento, como Donald
Guthrie reconoce al decir:
En el Nuevo Testamento se asume un patrón de justicia y hay
una diferenciación clara entre lo que es el bien y lo que es el mal,
Hay ecos de la perspectiva del Antiguo Testamento acerca de la
justicia social. . . . El enfoque de la Ley en general en el Nuevo
Testamento está íntimamente atado a la Ley mosaica, la que prevee
extensamente la justicia social .... La importancia de esta eviden-
cia de la santidad de la Ley es que prescribe una base sólida para
la acción social. La Ley es indispensable para toda sociedad
estable,
6
Ha surgido en nuestra época una situación irónica. Tanto
los evangélicos cuya posición política se inclina hacia la "izquierda"
como los que se inclinan hacia la "derecha" coinciden inconsciente-
mente en un aspecto importante! ambos quieren hacer un uso
reglamentario y autoritante de la Ley del Antiguo Testamento
en cuanto a la justicia social. Algunas publicaciones recientes que
fomentan la participación activa del creyente para aliviar las
necesidades de los pobres del mundo han recurrido notablemente
a la Ley del jubileo, mientras muchos libros y artículos que protes-
tan la tolerancia de la homosexualidad o del aborto en nuestra
época han hecho referencia clara y sin excusas a las prohibiciones
del Antiguo Testamento en contra de ellos. .
Los creyentes en la actualidad aceptan que la Ley tiene una
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5
. D.J. Wiseman, "Law and Order in Old Testament Times," Vox Evangelica, VIII. págs. 53-54
6. Donald Guthrie, "The New Testament Approach to Social Responsibility," ibid.. VIII, págs. 53-54.
Los "Tres Usos" Tradicionales de la Ley 167
importancia política continua; aun cuando no produzcan un fun-
damento teológico sistemático para sus apelaciones a la autori-
dad de la Ley en la sociedad contemporánea, y aun cuando es
posible que ellos mismos contradigan inconscientemente ese fun-
damento implícito. Su base es la validez continua de la Ley de
Dios, incluyendo su pertinencia social o política. Es bastante ex-
traño que los herederos de la tradición de la Reforma, la cual
mantiene el uso político de la Ley, suelen ser los que ponen obje-
ciones a esa noción hoy en día.
Los que resisten el uso político de la Ley de Dios, al disminuir
su propósito político, y al alentar o la indiferencia hacia las
cuestiones de justicia social o promover modelos opcionales a ella,
se apartan de sus antepasados de la Reforma. Lutero y Calvino
coincidían plenamente en que la Ley de Dios era un instrumento
del Gobierno Civil, que funciona para restringir el crimen y pro-
mover así el orden civil.
Lutero enseñó que:
El primer uso de la Ley es el de frenar a los malos. Esta limitación
civil es muy necesaria, y prescrita por Dios, tanto para la paz
pública, como para la preservación de todas las cosas, pero espe-
cialmente para que no sea obstaculizado el evangelio por el tu-
rnulto y las sediciones de los hombres malos, ultrajantes y orgullosos
(Comentario de Gálatas 3:19).
Calvino concuerda:
El [primer] cometido de la Ley es que aquellos que nada sienten
de lo que es bueno y justo, sino a la fuerza, al oír las terribles
amenazas que en ella se contienen, se repriman al renos por
temor de la pena. Y se reprimen, no porque su corazón se sienta
interiormente tocado, sino como si se hubiera puesto un freno a
sus manos para que no ejecuten la obra externa y contengan
dentro su maldad, que de otra manera dejarían desbordarse
(Institución 2.7.10).
Esta continuó siendo la perspectiva de los pensadores refor―
mados a través de los siglos. Durante la Asamblea de Westmin- .
ster, Samuel Bolton escribió:
En primer lugar, entonces, mi trabajo es mostrar los propósitos
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mayores y principales por las cuales la Ley fue promulgada o
dada. Hay dos fines principales que se ha de observar, uno era
político, el otro teológico o divino. El uso político es insinuado por
el apóstol en 1a a Timoteo 1:8-9. . . ; ex decir, fue hecho por
causa de ellos, de tal manera que si la Ley no era su regla,
entonces debería ser su castigo. Tal es el uso político de la Ley. 7
Conclusión
El uso político de la Ley es por cierto negativo y meramente
de carácter preventiva. No hace nada para regenerar al pecador o
enderezarlo ante Dios; no toca su corazón ni lo acerca al Salva-
dor. Sin embargo, esta función de la Ley es crucial para la
sociedad humana. Cuando una Cultura rechaza a sabiendas las
ordenanzas de la Ley de Dios, ésta sufre la ira de Dios contra ella
manifestada en el derrumbamiento progresivo del orden social y
la decencia moral (Romanos 1). Dado que este uso político tan
importante de la Ley de Dios es impopular hoy en día en muchos
grupos, y que mucha gente educada en el ambiente secular de
nuestra sociedad tiene conceptos confusos de lo que entraña esta
función política, los próximos capítulos recalcarán la doctrina
bíblica del Gobierno Civil y el lugar que la Ley bíblica ocupa en
el mismo. Veremos que
"La justicia engrandece a la nación, Mas
el pecado es afrenta de las naciones"
(Proverbios 14:34), en este
caso, no nos atrevemos a descartar la pertinencia y el uso político
de la Ley de Dios revelada en la Biblia.
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7. Bolton, pág. 78.