SI ANDAS EN LUZ NADIE PUEDE DESCALIFICARTE
por Evelyn Calcaño
“Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él”. 1 Juan 3:21-22
Muchas personas no soportan la crítica y se rehúsan a aceptar algún comentario sobre ellos, sin embargo, cuando nuestros corazones están limpios delante de Dios y actuamos conforme a los principios que se han establecido en la Palabra de Dios, podemos soportar la crítica de los amigos, de los enemigos y aun de nuestros familiares. Cuando hablamos de conciencias limpias, estamos hablando de una vida reconciliada con Dios que busca agradarle cada día y ha decidido rendirse para ser transformado por el Espíritu Santo, no de una persona infalible que no peca ni le falla a Dios, sino que cuando lo hace, confiesa sus pecados arrepentido.“La fe que tienes, debes tenerla tú mismo delante de Dios. ¡Dichoso aquel que usa de su libertad sin cargos de conciencia!”. Romanos 14:22
Todos estamos obligados a mantener una buena conciencia ante Dios sacando de nuestras vidas todo lo que pueda ofender su presencia. Esa relación solo se obtiene cuando caminamos cerca de Dios, porque cuanto más lejos vivamos de El más débiles seremos porque el pecado hará que nuestra conciencia se vuelva insensible frente al propósito de Dios y frente a Su Palabra. Todo lo que no tiene la aprobación de Dios, toda forma de pecado y toda soberbia en nuestras vidas debilitará nuestra fe y nos hará ineficaces en todo lo que hacemos para servir a Dios y testificar de su poder frente a otros. Tened buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal”. 1 Pedro 3:16-17
Es probable que nuestro pasado o algunas circunstancias adversas, nos descalifique delante de algunos que no creen en la transformación que hace el Espíritu Santo de Dios cuando nos hemos sometido al señorío de Jesucristo, pero lo importante es lo que Dios piensa de nosotros y como El nos ve y valora nuestro esfuerzo para agradarle y adorarle. Estamos llamados a vivir con un corazón que no nos acuse, es decir con una conciencia limpia, entendiendo que esto no se adquiere de forma automática sino que es el resultado del hábito de llevar una vida de comunión con Dios, andando humillados delante de su presencia y confesando nuestros pecados delante de Él. “¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”. Hebreos 9:14
Nunca la crítica de otros debe hacernos vacilar o dudar de nuestra posición en Cristo Jesús y de hecho esa es la estrategia más usada por el enemigo para descalificarnos y sacarnos de circulación. El utilizará a personas que amamos y aun a aquellos que son cercanos para acusarnos, sin embargo, no debemos permitir que las conciencias de otros sean las que nos juzguen o tracen nuestro destino. Soltemos el conformismo y la presión de la gente que nos juzga sin piedad aun sin conocer el tipo de intimidad que tenemos con Dios, pero no olvidemos nuestro compromiso de rendirnos frente a Él para agradarle y permitirle que su Santo Espíritu nos transforme a la imagen de Cristo Jesús. “Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas. Ahora bien, sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en la verdad. ¿Piensas entonces que vas a escapar del juicio de Dios, tú que juzgas a otros y sin embargo haces lo mismo que ellos?” Romanos 2:1-3
Si permitimos que otros nos descalifiquen y nos juzguen, estamos negando y dudando de la obra redentora de Cristo en la Cruz del Calvario y de Su Grande Amorpara para salvarnos, perdonarnos y darnos vida eterna. Póngase en las manos del alfarero para que seas un vaso que Dios utilice para restaurar y bendecir a otros. “Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla”. Jeremías 18:3-4
No se desanime Dios es el Dios en el Cielo y en la Tierra, està sentado en Su trono, es un DIos de amor y miseridordia, Dios de perdòn, el Restaurador por Excelencia, quien cuando nos restaura, s como nos hicièra de nuevo en una versiòn mejorada.
“Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí”.
Romanos 14:9-12