Sermon sexto
Porque conoce el Señor el camino de los justos, y el camino de los malos perecerá.
En este ultimo verso se prosigue la misma sentencia que se trató en el passado señalando la ultima y final razon de todo lo que está dicho. Assi como es fin del salmo, assi es un remate y una conclusion con que nos despierta David y nos da cumplida claridad de lo que precedió poniendonosla como por refugio donde nos amparemos y fortalezcamos para el entendimiento de todas estas cosas y en el trabajo de la tentacion. Diximos como los malos no permanecen ni se sostienen en el juizio de Dios y como los buenos quedan en el, derechos y firmes. Tratamos de tres juizios y en cada uno de ellos verificamos y mostramos ser certissima la sentencia de nuestro profeta. Agora se sigue una razon que lo comprehende todo y enseña el secreto y el artificio por donde todo es guiado: Porque conoce el señor el camino de los justos, y el camino de los malos perecerá. Todo depende de este favor que los unos tienen y del disfavor que los otros buscaron contra si mismos con la perseverancia de sus malas obras.
No ay cosa que no conozca Dios ni se puede esconder nada de su infinita sabiduria. Lo mas apartado y lo mas secreto es el coraçon del hombre y en este no puede aver pensamiento ni resabio que desde la eternidad no esté manifiesto a los ojos del señor (Jer. 17. Salmo 138). Mas este vocablo conocer muchas vezes en la divina escritura se toma por aprovar y por favorecer. A las virgines locas se les responde en el evangelio: no os conozco no sé quien sois (Mat. 25). Por el profeta Amos (3) dize Dios al pueblo de Israel: A vosotros solos he conocido entre todas las naciones de la tierra. En estos lugares y en otros muchos que traerse podrian está claro qué quiere dezir conocer. En nuestro verso tanto es como si dixesse: Favorece Dios el camino de los justos y tiene cuidado de el y el de los malos es desfavorecido. Quede pues assentado que la sentencia de lo que David dize en la conclusion del salmo puesta en mas claras palabras para nosotros es la que se sigue: Porque tiene el señor a cargo el camino, los sucessos y los fines de los justos. Y las cosas de los malos, como desamparadas y dexadas de su mano, ternán mal paradero. Esta es la causa y razon de todo lo que se ha dicho para el bien de los unos y el mal de los otros. Ser suficiente la causa, no lo negareis. Ninguno avrá de tan perdido juizio que no confiesse que será muy bien librado a quien Dios favoreciere y tuviere cargo de sus cosas, y que lleva mal camino a quien el desamparare. Resta que provemos ser cosa cierta que Dios haze lo uno y haze lo otro; que es procurador de los buenos y de sus negocios y enemigo de los malos y de sus cosas. Si el pecador confessasse ambas verdades y las confessasse de coraçon, luego dexaria su mala vida y sus pensamientos perdidos. Mas no quiere conocerlo y si algo confessare, será lo primero, que va bien seguro aquel de quien Dios tiene grande vigilancia y solicitud y que está sin remedio a quien el persigue. Lo segundo es lo que negará: estar el señor de tal manera para lo uno y de tal para lo otro. Como niegan los pecadores y como confiessan ya lo avemos tratado. Resta que provemos lo que está propuesto.
Grandes son los argumentos que los malos tienen para no creer que Dios está tan contra ellos y tan en favor de los buenos. Son tan grandes que ponen en mucho aprieto a los mismos justos y confiessan claramente que esta es la mas grave tentacion que sienten, entre otras muchas que en esta vida les dan congoxa. No gastemos mucho tiempo en diversidad de lugares que de la sagrada escritura se pueden traer. Bastará uno de nuestro profeta en que está bien claro lo que dezimos. Por poco, dize el, uvieran titubeado mis pies; por poco uviera afloxado de mi firmeza; porque sentia muy grandes zelos de los malos quando mirava su prosperidad (Salmo 72). Pues si este conocimiento fatigava a tan grande santo, a tan grande amigo de Dios y que tanto alcançava de sus secretos ¿qué hará a los que estan lexos de tal perfeccion? Y si a todo genero de justos mas perfectos y menos perfectos combate de tal manera ¿donde quedarán los ciegos y los perdidos que no sienten sabor de otros bienes sino de los de este mundo? Los justos no se congoxan tanto por si quanto por los otros. Cada uno está aparejado para sufrir su cruz mas ponele en grande fatiga la caridad y el cuidado de su proximo. Los malos assi ciegamente se aman que tienen desenfrenada codicia de quererlo todo para si, de donde facilmente se puede colegir quan sin juizio estarán en la consideracion de lo que tratamos. Pues el argumento es tan fuerte, cierta cosa deve de ser alcançarse muchas vezes por la maldad muy grandes prosperidades y grandes contentamientos, y por la mayor parte los prosperados y contentos en este mundo ser malos. Porque a ser de otra manera no seria esta tentacion para los buenos tan grave, ni tercian los pecadores tan autorizado y tan seguido este mal camino para el cumplimiento de sus desseos.
Resta agora que provemos ser verdad lo que el profeta y el espiritu santo dizen que tiene Dios a su cargo el camino de los justos, y el de los malos perecerá, respondiendo juntamente a la contradicho que está hecha. Bien será tomar principio de lo que menos se estima que es de la prosperidad espiritual, de los bienes del anima, de su bondad y de su justicia por donde ha de conseguir perpetua y bienaventurada vida. Tras esto se dirá de lo otro en que mas nos va, si el juizio del mundo oimos, de las vidas, de las haziendas, de las honras, de las tiranias, de las sucesiones, de las memorias y de las famas, de las torpedades, de los deleites, de los plazeres y, por dezirlo en una palabra, de tanta bestialidad. Si solamente con los malos uviera de ser nuestra platica facilmente nos despidieramos del primero, porque claro o tartamudeado confessarán, en fin, que los bienes de la otra vida se adquieren por la bondad y por la justicia, aunque todavia porfian que es mas breve y mas seguro el camino para los ricos, lo qual quedará para otro lugar. Mas como avemos de tener mucho respecto a los buenos y a los que trabajan por serlo será bien detenernos un poco, para que se confirmen en la verdad y conozcan el cuidado que Dios tiene de salvarlos y se lo agradezcan y se lo sirvan.
Justos ay en la escritura -y se hallan cada dia- que desmayan y son vencidos y apartados de aquella grande amistad que entre el señor y ellos avia. En el tiempo de su caida -y en tanto que estan caidos- perdido han el nombre de justo. Si en rigor de verdad lo miramos no les conviene este nombre. Si se llaman justos, es refiriendolo al mucho tiempo que lo fueron antes y al mucho que lo son despues y al poco espacio que estan en pecado, haziendo grande penitencia y saliendo de el con grande escarmiento. Tiene Dios especial cuidado de sacar del pecado a los tales. Son sus escogidos. Sabe que le fueron muy fieles. Conoce que lo han de ser. Despiertalos poderosamente. Castigalos con rigurosa mano. Abreles grandes caminos para su remedio. Exemplo tenemos de esto en David, exemplo en san Pedro y en grande multitud de santos. No sé como mas encareceros esto que con lo que en el libro de la Sabiduria está dicho que lleva muchas vezes Dios a los suyos en edad temprana y sin sazon, al parecer de los hombres, porque estando en este mundo no se le dañen. Arrebataronlo, dize, porque la malicia no lo mudasse y no fuesse engañada su anima (Sap. 4). ¿Ay entendimiento, señor, que sepa alcançar vuestra diligencia y la misericordia que usais con los vuestros? que como sabio ortelano cogeis la fruta temprano porque no os la dañe el tiempo. ¿Ay cosa que pueda llegar aqui? Por el profeta Osee (2) amenaza el señor a su pueblo que hará nacer espinas y porná embaraços en el camino de su perdicion, para que no passe mas adelante. Pues si en los que parecen castigos y açotes de su mano viene encubierto tan grande favor; si en lo que al primer gusto tiene sabor de amargura vienen mezcladas cosas tan dulces, ¡qué será en los manifiestos favores y en los regalos sin encubierta! Este es el camino y el artificio con que trata Dios a los suyos, estos son sus disfavores. Mirad qué será lo demas.
Pues, veamos, a los pecadores ¿no los busca, no los llama para que no se pierdan? Si haze por cierto. Mas assi como por justo entendemos aquel que, dado caso que cayó, sintió su caida y lloró su perdicion y se aprovechó del favor para dexar aquel mal camino y bolver al primero estado, assi entendemos por pecador y por malo al que ama su perdicion, al que en ella se quiere estar, al que busca excusas y devaneos, al que dandole la mano está quedo, queriendole levantar se dexa caer, alumbrandole con luz cierra los ojos, llamandole no quiere oir. A estos tales muchas vezes les haze la divina justicia un favor de los que el mundo llama favores, de los que los mismos pecadores dessean, de los que piden en sus oraciones y en sus sacrificios porque no aleguen que los engañan. El camino que ellos quieren llano dexanselo llano. No quieren hallar cruz en el porque les es mal aguero, como
el de la horca, que no la topen. Assi se dize en el salmo (80): Dexélos en los desseos y en los antojos de su coraçon; caminarán por sus invenciones. Por Osee (4) los amenaza que no visitará ni castigará sus hijas quando pecaren sino que les dará lugar a que se desverguencen por sus solturas. Y es el ultimo castigo que en este mundo les puede venir. Estos son los favores que los malos buscan. La bienaventurança que tanto dessean. Esto es lo que piden a Dios y por esto mismo lo niegan. Ellos lo estiman por grande bien. La divina escritura lo cuenta por grande castigo. En el açote y en la cruz de los justos diximos que venia encubierta grande blandura y grande regalo. En la prosperidad de los pecadores afirma el señor que viene dissimulado un veneno, el mas peligroso y mas malo que se pueda imaginar. A tratarse esto con gente de algun conocimiento del verdadero bien y del verdadero mal bastava lo que avemos dicho para que quedasse por cosa cierta y averiguada: los justos ser en todo prosperados en este mundo, tener Dios a cargo sus cosas todas; y el camino de los malos ser totalmente desfavorecido y en ninguna cosa tener buen sucesso. Porque si los trabajos y adversidades son a los unos grande ocasion para que no se pierdan en esta vida y alcançen la que no tiene fin, y el descanso y el abundancia de los falsos bienes ciegan a los otros para que se duerman y para que cada dia se olviden mas y se enreden en su perdicion, ¿qué razon puede sufrir que a lo primero se le pueda poner nombre de mal ni de disfavor ni a lo segundo de prosperidad ni de bien? ¿Quien seria tan vano que juzgasse por mala obra la que un sabio medico hiziesse con un enfermo ministrandole medicinas al primer sabor amargas, mas de certissima eficacia para su salud, y por buena la de la loca madre que por regalar al hijo le hiziesse dar todo lo que se le antojasse?
Mas porque parece cosa demasiada hablar con ellos en esto y la porfia de sus locuras y de sus desseos junto con la plática que de ello tienen da testimonio de como lo entienden y como lo creen, dexaremoslo agora con lo que está dicho y trataremos de estos sus bienes, en que tan empleados tienen sus coraçones y por donde su pertinacia toma la medida de los favores y de los disfavores, del bien y del mal de este mundo. Digo pues que, hablando en la grosseria con que ellos entienden esta materia, los malos son prosperados en esta vida y derribados y tratados como quien son. Espantadoos he con tan brava sentencia porque aqui os parece que va el todo, que de lo otro, poco caso hariades. Y porque no os remedieis con pensar que esta es mi imaginacion -y por tanto cosa vana- quiero que sepais que es cosa que dize Dios y concierto de su justicia. Para que a los buenos se les quite todo tropeçadero y toda ocasion de error es bien que primero sepan que lo que agora afirmamos no echa fuera la cruz que el evangelio y toda la escritura anuncia a los que quisieren seguir la verdad. Juntamente se padece cruz y se alcança grande prosperidad y la pobreza y las afrentas y los trabajos y la muerte de lo primero no embaraça lo segundo. No sabe el juizio del mundo como se pueda compadecer esto mas alcançalo la fe. Y entiende que es cosa muy cierta como despues provaremos.
Comencemos por lo mas grossero provando por los exemplos ser grande verdad lo que avemos dicho. No podrán negar los favores que mostró Dios con Abraham, con Jacob, con Job y con otros muchos, como en los sermones passados ya lo diximos. Ni podrán tampoco negar las caidas de Faraon, de Nabuchodonosor, de Senacherib y de otros que no tienen numero. Claramente se manifestó en estos como en este mismo mundo quiere la justicia divina quitar a los malos la possession de los bienes que ellos estiman y por cuya causa son malos. Aqui los quiere castigar en lo que tanto les duele y hazer que paguen las grandes maldades que cometieron contra los buenos. Quiere tambien acariciar a los justos, librandolos de la tirania de los pecadores y mostrandoles y dandoles argumento de lo que les tiene aparejado en el cielo, pues no los dexa sin parte de las cosas de la tierra. Los exemplos no son tan pocos como los malos responden, ni los que de su parte alegan son tampoco tantos. Antes es todo al reves que ellos no tienen ni uno con que deshagan lo que en este caso la palabra divina dize. Y los que para confirmacion de su grande verdad nosotros tenemos no se pueden comprehender.
Agora es bien que declaremos lo que algunas vezes avemos apuntado, que el conocimiento y juizio de esto es cosa de fe y que sola ella lo alcança. Y la ceguedad de los malos no es parte para hablar en ello. No cumple Dios su verdad conforme al apetito y liviandad de la carne porque ni es razon que el esté atado al juizio y parecer de tan loca cosa, ni que se deshaga el artificio de su grande justicia, ni las maravillas de su misericordia, ni que se estorve la prueva del justo, ni el examen y purificacion de las buenas obras, ni las grandes hazañas de los que lo sirven, ni la confusion de los malos. Lo qual todo sucederia al reves si cada y quando que uno hiziesse la buena obra fuesse rico, fuesse honrado, fuesse librado de todos peligros y de todas molestias, y, por el contrario, el malo empobreciesse luego, recibiesse mil afrentas, fuesse desechado del mundo y en todo le sucediesse mal. Esta regla y este camino demandaron muchos a Dios. Y porque no la hallaron cierta, tan palpablemente como ellos querian, dieron en grandes desvarios y en opiniones perdidas. Es menester para entender esto conocer el pecado que reinó sobre los hombres, la ira que Dios contra el muestra, el estado de penitencia y de destierro en que bivimos, la cruz a que estan subgectos los justos y los injustos. Hase de tener consideracion a la necessidad que tenemos de ser castigados, de tener freno en nuestras codicias, de que nos aparten las ocasiones para perdernos, de continua mortificacion para las continuas reliquias de nuestro pecado. Devese tambien mirar la vigilancia del demonio contra nosotros y como la mayor entrada que el podria tener era la grande seguridad y descuido con que se encaminaria nuestra sobervia. Ni piense nadie que es tan liviana nuestra mala raiz que bastassen todos estos interesses para que no pecassemos como sabernos que hizo Adam. Sobre todo quiere Dios que los suyos sean provados y que la verdadera fe sea el camino para que experimenten las obras de su misericordia; y la infidelidad y la rebeldia del malo justifique la justicia con que lo han de castigar. De aqui es que quando el justo vee los exemplos que avemos dicho, juzgalos y midelo con su fe. Sabe que Dios es verdadero. La manera del cumplimiento de su verdad remitela a el mismo. El malo está ciego para este juizio y assi camina por su perdicion sin entender adonde ni por donde va, hasta hallarse perdido. Muy lexos estaban los de Sodoma de pensar que los huespedes que Lot acogió en su casa eran angeles que lo venian a librar del huego que avia de decender sobre la ciudad. Mas al fin el quedó libre, y ellos muertos y hechos perpetuo exemplo de la grande ira de Dios (Gen. 19).
Mas para que esto mejor se entienda y mas facilmente lo podais retener en vuestra memoria seguiremos este orden, que confirmarernos la sentencia de nuestro salmo con otras de la misma escritura, porque corno es de un misino espiritu no ay en ella contradicion sino concordia grandissima. Y luego proseguiremos lo començado declarando la manera en que los buenos lo entienden y como lo entienden los malos, porque todo depende de aqui. Digamos primero del favor de los justos, pues nuestro verso los pone en el primer lugar y dize que conoce Dios su camino y lo tiene a cargo, y trataremos despues de los pecadores y del mal camino que llevan para aquel mismo fin para que lo llevan. En otros muchos lugares dize David lo mismo que aqui, porque como es cosa de tan grande importancia repitela muchas vezes. El señor endereça las pisadas del varon justo y se agrada de su camino. Quando cayere, no se quebrantará, porque lo ampara con su misma mano (Salmo 36). De esta manera son los desastres que en esta vida a los justos contecen. Dado que parezca que caen, son recibidos de tan poderosa y tan misericordiosa mano como es la de Dios, de donde claramente se sigue el poco daño que de la caida se les recrece. Y que serán tornados a levantar al tiempo que les estuviere mejor. Salomon en los Proverbios (21) dize: El que sigue la justicia y la misericordia hallará vida y justicia y gloria. El Eclesiastico (33): Al que teme al señor no le vernán males. En la tentacion lo conservará Dios y lo librará de todo. No rezemos mas autoridades porque para unos sobrarán estas, y para otros no ay cosa que baste. Passemos a tratar de los malos y veamos qué se dize de ellos, poniendolos en comparacion con los justos. Vi al malo, dize David, levantado y ensobervecido como el cedro del monte Libano. Busquéle de ai a poco y no lo hallé, ni quedó rastro ni memoria de el (Salmo 36). Salomon (Prov. 3): Pobreza y maldicion del señor en la casa del malo; a la morada de los justos bendezirá.
Resta agora dar luz y claridad a todo esto, platicar como lo uno se cumple en los buenos, como lo otro se cumple en los malos, de qué manera lo entienden los unos, de qué manera lo entienden los otros, declarar muchas razones que en este sermon y en el passado se començaron a proponer y passamos livianamente por ellas, dexandolas de industria para este lugar.
Ya diximos la subgecion que en este mundo tenemos a sufrir cruz, la razon que para esto ay y los provechos que nos redundan. Este es el principal fundamento del justo y la mayor luz para todas sus cosas. Conoce que ha menester freno y que merece castigo. Entiende que todo viene guiado de la mano de Dios y que su principal fin es misericordia y favor para los que se buelven a el y no se quieren perder. De aqui resulta que lo sufre con grande paciencia resiste a la tentacion, no por esso desampara la ley del señor antes la abraça por su remedio. Mezcla todos sus trabajos con una alegria y una esperança que todo aquello ha de tener prospero fin, porque la mano de quien lo embia aparejada está y poderosa es para regalos y favores sin cuento. El malo tiene diverso conocimiento de todo esto. Ningun sabor, ningun provecho, ningun buen fin halla su gusto en las advesidades. Dize que todo viene guiado de la mano de Dios, mas dizelo y sientelo tan friamente como lo manifiestan sus obras. Dale tanto contentamiento la satisfacion de sus apetitos que, por abominable que sea, no le cabe en el juizio que viene de mano del demonio tanto bien como el alli halla. La cruz ni la tribulacion no se le assienta que la embia Dios sino que la guia el demonio. Mirad quan dañado está su sentido de su malvada codicia. No puede negar esto el malo; sus mismas palabras lo manifiestan. Quando vienen los trabajos nunca oireis sino demonios y ofrecimientos; quando viene el cumplimiento de la maldad y la caça de su red, alabar a Dios que lo encaminó y encomendarle lo de adelante. Y estando en este juizio trastruecase luego tan en otro extremo que lo bueno que para el es bueno, agradece al demonio, y lo malo imputa a Dios. Sino, mirad a quien sirve y cuyos caminos toma para lo demas.
De esta primera diferencia que ay entre el justo y el pecador se sigue luego otra para entre los mismos. El bueno luego conoce la prosperidad y se aprovecha de ella aunque venga en compañia de mil trabajos y de mil cruzes. El malo no la puede conocer si no se la dan limpia y desembaraçada de toda molestia. El uno tiene vista con que la conoce; el otro mira con unos antojos tan falsos y tan engañosos que no puede devisar sino cosas muy grandes. El justo mide el favor con una medida con que le viene cabal y le sobra. Midelo con la necessidad, midelo con la brevedad de la vida, midelo con la penitencia y con la cruz que sabe que sus pecados merecen, midelo con la misericordia de Dios que entiende lo que haze, midelo con la esperança que el mismo señor que da aquello dará remedio a lo porvenir, pues se queda tan poderoso y tan sabio, con tanta misericordia y tanta providencia como agora tiene. Con esto media Tobias (4) quando dezia a su hijo: No temas, hijo mio. Pobre vida es la que passamos, mas muchos bienes ternemos si ternieremos a Dios. Con esto mide san Pablo escriviendo a Timoteo: Si tuvieremos qué comer y con qué cubrirnos, contentemonos con esto. No traximos nada a este mundo tampoco lo avemos de llevar (1 Tim. 6). Si miramos los plazeres del justo tambien son en grande abundancia, porque solo el conocimiento de las obras de Dios le da tan grande contentamiento que no ay poder en el mundo para quitarselo. Alegralo el descanso, juntamente lo alegra el trabajo. En lo uno y en lo otro conoce que está en las manos de tal señor que no se puede en este mundo pedir ni desear mayor bien. Por donde quiera que su pensamiento y su fe se quiere espaciar en todo conoce la sabiduria, la bondad y la potencia y la misericordia divina. Sabe que es redimido de su pecado, que es heredado de grandes bienes, que es conservado para grande gloria de quien lo libró. Humillase con recelo de si mismo, pide favor para no perderse, alegralo esta esperança, con ella duerme y con ella vela. Finalmente, quien ama a Dios no puede carecer de grandissimo contentamiento porque basta para esto saber quien es aquel que ama, quan grande es y quan poderoso, quan rico de infinitos bienes y quan seguro está de venir a menos, quan bien empleado es en el el amor, quan acertada cosa es servirle, quan cierto está quien le ama de ser amado, de participar de sus bienes, de estar en su compañia sin poder ser apartado de ella. Imaginad que en algun amor como de la madre al hijo pudiesse alcançarse una imitacion de estas cosas, por pequeñita que fuesse, y considerad el grande plazer que resultaria para tal madre y tornad luego a considerar las circunstancias que ay en este otro para el plazer de quien ama. Mezcla tiene de grandes trabajos el hombre quanto en este mundo biviere, mas no pueden todos tanto que priven al bueno de su alegria. Sentirálos la carne como propia morada de ellos mas no podrán conquistar la fortaleza y virtud del espiritu.
Dicho avemos la manera con que el justo mide sus prosperidades y sus plazeres y avemoslo hallado muy rico. Digamos del pecador y vereis quan ciego está. Mide el malo con una medida que no tiene suelo. Mirad quando se ha de henchir cosa sin suelo, o quando se contentará el que mide con ella. Mide con su sobervia. Mide con su ambicion. Mide con su invidia. Mide con su tirania. Mide con su locura y con su ceguedad y con nunca pensar que ha de aver fin. Todo lo que avemos dicho es verdad y si no lo creeis preguntemosselo. ¿Para qué quieres, hombre, tanta hazienda? ¿Para qué amontonas tanto? ¿Por ventura es tu estomago mayor que los otros? ¿Es tu estatura mas larga? ¿Para qué, a rienda suelta, sin temor de las leyes de Dios ni de las de hombres lo quieres abarcar todo? Si con tu necessidad medimos, mucho es lo que te sobra. ¿Con qué mides? No tiene otra respuesta sino dezir que con su sobervia. ¿Tiene suelo? No tiene suelo. ¿Quereis ver que esto es assi? La razon os lo dirá. ¿Como conoceriades vos que una vasija carece de suelo? Conocerse ia si echando en ella agua u otra cosa, por mucha cantidad que echassedes, no se hinchesse ni hiziesse bulto, sino vos echar y ella estarse vazia. Diga la sobervia del malo que contra Dios y contra justicia quiere siempre passar adelante. Que tanto menos cabrá en si misma quando tiene diez, que quando tiene cinco. Agora cabe mas que primero, y mientra mas echaredes cabrá mas. Luego ¿no tiene suelo? Assi es. Si con lo que avia de menguar crece, si con lo que avia de contentarse tiene mas hambre, si lo que la avia de apagar la enciende, no tiene suelo. Pues ¿quien podrá satisfazer a este hombre? No nadie, pues que no puede todo lo que Dios crió en este mundo. Porque dado que fuesse suyo, todavia querria mas, segun los resabios tiene. Para las fuerças y el juzio que alcança no solo basta, mas excede mucho, qualquiera de las cosas que tiene entre manos. Para la medida de su ambicion todos los negocios y tratos del mundo vienen muy angostos. Para governar a si mismo harto entendimiento le falta. Mas para lo que pide su tirania bien tomará cargo de tener mando sobre todo lo que ay en la tierra. Fin tiene lo que ha menester, por larga vida que tenga, mas como no mide el por aqui sino por su invidia todo lo que le parece bien en las casas agenas querria traer a la suya, todo lo otro querria que menguasse porque mas crecidas pareciessen sus cosas. Pues si ni su sobervia, ni su ambicion, ni su tirania, ni su invidia tienen suelo y con esto lo quiere medir todo, ¿quando estará satisfecho este hombre? Pues aun mas adelante passa. No solo quiere medir sus interesses con su locura mas tambien los quiere medir con las locuras agenas. Porfia tiene tomada de despertar a invidia a sus proximos todos, por una parte, y por otra satisfazer a las vanidades de los ojos agenos y a las traças y contentamientos de sus desvarios.
Hombre loco, que no solo quieres seguir el antojo de tu locura sino que tambien trabajas y sales de seso por hazer espantajo para la mia. Passariamos ya con que quisiesse este tal medir solamente sus cosas propias con las medidas que no tienen suelo, si no quisiesse medir con las mismas las del pobrezito que está a su rincon, contento con el estado y con la condicion en que Dios le ha puesto. Bastate, mal hombre, que midas con tu sobervia y con tu ambicion y con tu bestialidad tus interesses y tus contentamientos; dexale al otro medir su suerte y medir sus plazeres con su coraçon. Para el fin con que el lo tiene tanteado, rico está. Para el gusto que Dios le ha dado, bien tiene de que estar alegre. Tus medidas no tienen suelo, ¿quien te hizo a ti tan tirano que entres en la casa del otro a medir con ellas sus interesses? No para en ellas ni haze bulto todo lo que tu sobervia y tu invidia comprehenden ¿y quieres que se parezca lo tassado de tu vezino? Porque si con estas medidas tu no apreciasses lo que el otro alcança, no le estimarias tan en poco, ni lo pisarias tanto, ni aborrecerias tan por extremo el camino que el sigue, ni por apartarte de el te apartarias tanto de Dios. Tu no hallas contentamiento sino en la imitacion de las bestias. No se satisfaze tu paladar sino con el regalo y la grosseria que pide tu cuerpo. ¿Y por fuerça has de tassar por aqui lo que en el coraçon del otro Dios quiere poner? Tu tienes imaginado que todos los bienes del mundo son poco para quien tu eres. Tiene el otro tan grande conocimiento de sus pecados que los trabajos todos de esta vida le parecen muy livianos para lo que sus culpas merecen.
Visto aveis la primera diferencia entre el justo y el pecador, la qual es tan grande y tan manifiesta, que no es de maravillar, si obrare diversos efectos en ellos y muy diferentes contentamientos. El uno tiene caridad, el otro tiene invidia. El uno conoce que no solo le dan para si, sino para que reparta tambien con el hermano, el otro querria que lo que es de todos fuesse para el solo. El uno tiene humildad, el otro tiene sobervia. El uno piensa cada dia en la muerte y en fin de la jornada, el otro nunca piensa morir. El uno tiene por juez a Dios, el otro quiere satisfacer el juizio de la locura del mundo. El uno tiene su espiritu hecho al gusto de santos plazeres, el otro no conoce mas bien, de lo que pueden experimentar sus grosseros y brutales sentidos. El uno tiene sufrimiento para los trabajos, despiertase con ellos a la paciencia y a la penitencia de los pecados, el otro enciendese en ira y quierese remediar con añadir mas traicion. El uno se mide con lo que le parece que es, y con lo que le basta para lo que es, el otro se mide con lo que no es ni es possible que sea. Esta es la suma de la diferencia para que con esta breve recapitulación la podais mejor entender. De aqui está clara la razon por donde el malo se engaña quando afirma que son muy pocos los buenos a quien Dios en este mundo haze grandes favores. Si con su medida se tassa, dize verdad, ni ay bueno ni ay malo a quien Dios favorezca como el imagina y como el dessea. Mas si tomamos la medida de la verdad, de lo que basta y de lo que es necessario, de lo que nos ha de dar verdadero reposo, dexarnos nuestro coraçon libre para los verdaderos bienes, apartarnos las ocasiones de infinitos males, hallaremos que estan llenos los rincones del mundo de estos favorecidos de Dios y los malos quedan burlados, comedores y hambrientos, invidiosos y atormentados, engrandecidos y miserables abarcadores y descontentos, sobervios y vazios, tiranos y temerosos, derramados por sus deleites y carcomidos y afrentados de la fealdad y baxeza de sus torpedades.
Passemos al disfavor de los pecadores y a tratar segun que está prometido como son castigados y derribados en este mundo y como esto es cosa manifiesta para los que tienen lumbre de fe, en la qual declaracion juntamente se dirá de las otras diferencias que entre ellos y los justos ay. Reinan algun tiempo y florecen con la vana imaginacion de ellos y de quien los mira, mas su dia les está aparejado en que se haga manifiesta prueva de quan aborrecidos los tiene Dios. Quando viniere mi dia, dize el señor por nuestro profeta, yo juzgaré a derechas y como se deve juzgar (Salmo 74). Parecen los pecadores en este mundo a los malos ministros de justicia que nunca piensan que ha de aver residencia, y si a caso la uviere, que presto serán concertados con quien se la tomare, porque será otro tal como ellos. Dios dize que en algun tiempo el mismo tomará la vara como buen principe y corno buen señor y que administrará verdadera justicia, y que no terná remedio quien fue contra ella. No dexará, dize en otro salmo, que reine la vara ni la tirania de los pecadores sobre los justos porque no les sea ocasion a los mismos justos que se determinen tambien a ser malos (Salmo 124). Como lo afirma la palabra divina, assi se pone en obra. Como provamos ser cosa cierta ser muchos los justos amparados y favorecidos, assi es cosa cierta ser muchos los malos que son derribados y ser derribados todos. En lo primero se engañava el malo porque media con malas y falsas medidas, en lo segundo ya avemos dicho como se engaña porque no tiene fe para lo passado ni para lo presente ni por venir. Porque si esta fe tuviessen los pecadores, o no estuviessen tan enloquecidos con el sueño de sus desseos, no es possible que no viessen claramente lo que ha hecho la mano de Dios en todos los malos del mundo, en todos tiempos y en todas edades. ¿Qué memoria pueden señalar de la gente de este linage que luego no se señale su caida y su castigo? Aunque, como dize el profeta, ayan sucedido otros como ellos en su lugar (Baruch 3), ¿por ventura es menos poderosa la mano del señor agora que estonces? ¿Está mas vencido y mas contento de las maldades? ¿Las leyes de su justicia hanse mudado? ¿Quiere menos bien a los buenos? Exemplo son aquellos para todos los otros. La respuesta de los malos ya se començó a tratar y agora la diremos mas en romance.
Castiga Dios a los malos a bulto, mas particularmente, no a todos. Castiga a unos para que tomen otros exemplo y, tengan temor. Acude a tiempos su justicia mas entre una y otra venida escapan los que caen en medio. Bien está, no tienen mas que dezir. Quanto a lo primero, harta malaventura teneis en bivir en duda y en sobresalto, si ha de venir en vuestro tiempo la pestilencia, si aveis de ser de los avisados o de los exemplos. Lo segundo, ya que no sea en vuestros dias sino que murais en vuestra mala paz, ¿quien os ha dado seguro que no será despues de vos muerto? Esto le parecerá muy grande locura. Biva el como dessea y muera sin que se le deshaga la rueda que despues de muerto venga en buen hora lo que viniere. Ya nos quiere dar a entender que por solo el tiempo de la vida lo ha y que despues de passada esta, ni ay viña ni cosa que le parezca. Pues al reves lo entendemos aca. Y que soñais algo para despues de muerto. Diganlo las vanidades de vuestras memorias, las de vuestra sucession y vuestro linage, por quien aveis extendido tanto las redes y cada dia las extendeis. Y porque no todos los locos desvarian de una manera es bien que sepan todos que lo que piensan que no ha de aver despues de muertos -que es dolerles lo que en la vida no les dolió- lo ha de aver muy cumplidamente. ¿No diximos en el sermon passado que una de las locuras de los pecadores era tassar a Dios el tiempo en que los ha de castigar y la manera y el como y el lugar donde les ha de doler? Mal remedio tienes, malo, si piensas que el tiempo te puede escapar de las manos de Dios. Si no sabes tu donde te ha de doler, el sabe donde te ha de doler. Si tu no entiendes mas de una manera, el entiende muchas maneras. Dirá el que verdad es que el pecador que parte de aqui sin verdadera penitencia de sus pecados será castigado por lo que hizo, mas ¿como le ha de doler lo que despues sucediere aca en este siglo? De una vez pagará y no tiene cuenta con otra cosa. Respondote, malo, que no eres tu parte para poner tassa en el castigo de Dios y que serán de tal manera tratadas tus cosas que te dolerán como te dolieran bivo, y mas de lo que dolieran. Por muchas cuentas que conciertes y desconciertes por muchos tiempos que passen por ti, no pienses que tan presto han de tener fin las adahalas de tu malaventura, ni las nuevas de tu perdicion. Cosas sucederán aca despues de partido tu con que mil vezes se renueven las llagas de tu avaricia, de tu sobervia, de tu robo, de tu invidia y de tus feos y locos plazeres. No en balde estan tan amenazados los malos en la divina escritura de quan al reves se les han de bolver sus intentos, de quanto tormento les han de dar en el otro mundo las cosas que dexaren en este. ¿No os acordais del rico avariento, de como negocia el malaventurado y negocia tan en vano, que embien a sus hermanos algunos muertos o algunas visiones porque no vayan adonde el está? (Luc. 16). Bien vee el alli -sino que lo vee muy tarde- que tiene aun por recibir muchos tercios de su paga.
Concluyendo pues digo y declaro lo que he dicho que son castigados los malos en sus mismas properidades y en sus mismos contentamientos, o claramente en esta vida o en las cosas de esta vida y por el camino que ellos temían la perdicion y el desastre de ellas, ya que le duren hasta la muerte. Todo esto es una cuenta. Y si le parece otra cosa, espere el tiempo en que se ha de averiguar todo y entenderá quien dize verdad. Parecen en esta vida unos pecadores mas desastrados que otros, siendo iguales en las maldades. Mas creedme vos a mi, o creed a Dios, que ay manera de igualarlos en lo mismo que os parecen muy desiguales. Esta es la salida que nuestro profeta da respondiendo al mismo argumento que el puso de la buena fortuna de esta mala gente: Esta era mi congoxa, dize el, hasta que penetré en el secreto de Dios y entendí el fin de los malos. Engañados van, señor, por despeñadero caminan, ¡quan subitamente son dissipados y desvanecidos! Como sueño de los que despiertan, assi desaparecerá su memoria y su ser (Salmo 72). Si seso tuviessen los pecadores verian quan verdadera y quan clara es la sentencia que propusimos, que por muy bien que les suceda juntamente y en un mismo punto son prosperados en esta vida y derribados y desposseidos de sus mismos bienes. Y que su mismo temor se los quita, su misma hambre los despoja de ellos, el mismo cumplimiento es como leña para con el fuego, para que los abrase y los encienda mas y vaya creciendo su sed. Mirad qué sueño le da al mejor tiempo su mala conciencia por mucho trabajo que tome por defenderla y por adormecerla y conocereis qué tanto le dexa de la possession de sus bienes. Los mismos plazeres por quien se pierde, lo afrentan en su coraçon y se quieren esconder del mundo; tal conocimiento tienen de si quedando sobre todo la cuenta que despues les han de tomar. Quan al reves le sucede al justo, ¡quanta es en esta vida su prosperidad con la esperança que tiene en Dios, quantas son las possessiones y buenas nuevas que cada dia le han de venir del cumplimiento de sus justos desseos y de los mismos bienes de aqui, despues que uviere partido! Mas ¿como no ha de ser esto verdad, teniendo Dios a cargo todas sus cosas? Confió los tiempos en el mismo señor que los govierna y que los tiene todos presentes. ¿Como le ha de faltar el tiempo?
Un solo remedio queda para el pecador. Este es, con verdadera penitencia bolver a Dios. Por enemigo que es, esperandole estan. Por mucho que se aya apartado, no le faltará favor para que se halle cerca. Proponga en si que el señor lo crió y lo busca para hazerlo bienaventurado y rico de bienes inestimables. ¿Qué es el camino? Huir de consejo malvado, de carrera de pecadores y de silla de pestilencia. Considere bien y mire como le negaria lo poco y lo que a muchos se comunica quien no le niega cosas tan grandes y tan privilegiadas como es el reino del cielo, como es ser hijo de Dios, como es la sangre del redemptor del mundo, para que esto se le encamine. Sus mismas obras y sus mismos defectos, si bien los quiere entender, lo desengañarán y le dirán que es mas seguro y viene mejor con quien ellas son el camino de la cruz. Para todo le dará esfuerço y le dará lumbre la ley de Dios. Esta ponga en su coraçon como tesoro abreviado, donde está la estima y el valor de todos los bienes y de mayores bienes que el hombre puede acertar a pensar. Aqui hallará todas las riquezas que desseare, limpias de todo escrupulo y de todo tormento de dañada conciencia, no pedidas ni buscadas en la escasseza ni en la miseria del mundo, no atemorizadas de la fortuna ni de sus mudanças, no acabadas con breves años de vida, sino dadas de la liberalidad del señor que con sola su palabra lo crió todo y lo govierna todo. Y dadas a quien ama tanto, que dio su propio hijo por el, depositadas en sus promesas que faltará el cielo y la tierra y faltará el mismo, antes que falten ellas, amparadas con su poder a quien nadie puede poner resistencia. Aqui hallará plazeres sin carcoma de fealdad y sin mezcla de defecto ni de cosa amarga. Aqui sabiduria con que no pueda ser perdido ni ser engañado. Será como arbol plantado a las corrientes de perpetuas aguas, que por mucha contradicion que le haga el mundo y todo el reino del demonio, nunca le podrán mover, ni le podrán estorvar que a su tiempo no dé su fruto, porque tiene cargo de todas sus cosas el señor de todos los tiempos. Y lo conservará y hará prosperado para que reine con el para siempre sin fin. Amen.