TESTIMONIO PERSONAL
por Jesús García Alarcón
Desde muy pequeño hubo en mi una búsqueda personal por Dios, había un deseo muy profundo de conocer la verdad de Dios, leía todo tipo de lectura referente a Dios, la religión, y todo acerca de lo espiritual.
Pero a la vez en mi había algo que también se desarrollaba a la par, que no entendía, pero que sabía que era algo malo en mi ser, luego con el tiempo comprendí que era el pecado que moraba en mi ser.
Dedique mi adolescencia a llenarme y cultivar principios morales que edificaban mi vida, uno de estos principios, es que mantuve mi castidad hasta el matrimonio, porque comprendía de alguna manera que Dios había creado el sexo para desarrollarlo dentro del matrimonio.
Pero todo esto tan sólo moral, y en mí seguí desarrollándose el pecado, de una manera tan sutil que no lo percibía. Siempre en ese entonces me creía un hombre distinto a los demás, incluso superior a los demás, por los principios morales que creía tener.
Pero la verdad que no era tan diferente de los demás, era tan pecador como los demás, pero esa triste realidad la asimilé cuando ya casado a los 27 años, pase por una etapa muy difícil de mi vida, era un hombre enfermo por los
celos, autoritario, violento; donde esta situación obligo a mi esposa a pedirme la separación y por ende dejar mi hogar y mi familia.
Ya para este entonces el pecado que corría por todo mi ser ya afloraba en gran manera. Fue en esta circunstancia, alejado de mi hogar, separado de todo, lo que yo amaba, que Dios comenzó a trabajar Conmigo, en realidad ya lo venía haciendo desde muy niño, me sentí tan solo, arrinconado y sólo llevado por su Santo Espíritu en una noche en donde le pedí que me hablara, que necesitaba una palabra suya, porque me Sentía muerto en vida, es donde el me puso en mi mente algo que había leído muchas veces al pasar por una Iglesia en Lince en la pared de la misma unas palabras que decía "Cristo Salva, Sana , Santifica , Viene otra Vez".
Al recordar esas palabras fui hacia aquella Iglesia, yo me encontraba en una calle de Surco, era como las 8 pm., Cuando llegue había mucha gente afuera, pero nadie se me acercaba ni me miraban, entre hasta el frontis del templo, y luego como a nadie conocía me salí de nuevo, y estando ya en la vereda de afuera, un hombre me dijo
A quién buscaba, a lo que yo conteste que quería hablar con alguna persona que me ayudase porque tenía Problemas, quizás un obispo, cura no se que son ustedes le pregunte, el me dijo para entrar y hablamos mucho tiempo, le hice muchas preguntas, hasta que el me encaro Jesús para esto has venido, para hacer preguntas sobre religión, en ese momento reaccione y me di cuenta que no había ido a hablar sobre temas vanos, habla ido para que me hablasen de corno salir de mis problemas.
Le conté a este hombre mis problemas, a lo cual este hombre me dijo sabes Jesús cual es tu problema, no le dije, y me contesto, tu problema es que estas separado de Dios, esta respuesta me dolió mucho porque yo siempre pensé que Dios estaba unido a mi, pero en ese momento comprendí que era verdad, estaba tan lleno de pecado que como iba a estar unido a Dios, me puse a llorar y este hombre me pidió orar, a lo cual accedí llore tanto, que vacíe mi alma a Dios, y le pedí perdón y fue en ese momento que luego de recibir a Cristo vino a mi unas paz como nunca había experimentado, luego aquel hombre me llevo donde otros amigos y recién todos me miraban y me saludaban, claro es que antes estuve muerto y ahora tenía vida me dije, de aquel hombre no sé su nombre porque luego después que tanta gente me felicitaba y me regalaban Biblias, y otras literaturas, el simplemente se fue, pero doy gracias a Dios que puso a este desconocido en mi camino, lo bueno que el Señor lo conoce, fue una noche de Marzo del 87.
Luego comencé a asistir a la Iglesia de Miraflores, porque los amigos que conocí me invitaron y allí di mi testimonio en publico bautizándome un 8 de Noviembre del año 87. Gracias a este paso Dios me devolvió mi a mí esposa, restauro mi hogar, me quito la enfermedad de los celos, y nuestra vida familiar esta siendo regenerada día a día. Ahora sigo en el camino preparándome cada vez más para servirle al Señor de la manera más adecuada. Quiero seguir ahondando en el conocimiento de Cristo, que es lo que fue mi anhelo desde muy pequeño, pero ahora siendo libre dé pecado por la sangre de Cristo. Deseo ayudar a otros como fui ayudado a ser libre del pecado, siento que Dios me llama para ayudar a otros, predicando como fui predicado, sacando de las prisiones del pecado , como fui yo liberado.
También deseo perfeccionarme para ponerme al servicio del Señor y de su Iglesia, que son mis hermanos en Cristo, y a los que no conocen aún al Señor, poniendo los dones que el Señor me ha dado al servicio de su Iglesia. Pienso que nunca dejaremos de conocer más y más a Cristo y perfeccionarnos en Él. Por estas razones deseo continuar mis estudios en el Seminario Bíblico para servir con excelencia al cuerpo de Cristo.
En el amor de Cristo
Jesús García Alarcón
jesusgar_pe@yahoo.com