EXÉGESIS DEL LIBRO DE JONÁS
por Erik García
INTRODUCCIÓN
Este libro es de mucha importancia para el pueblo de Dios y su importancia resalta en su tema y contenido. El contenido del mismo lo podríamos dividir en cuatro temas, es decir, un tema por cada capítulo. En el primer tema, encontramos a Jonás recibiendo una palabra profética de Dios y la orden de predicarle a Nínive. Pero vemos la reacción a todo esto de parte de Jonás, quien prefirió tomar el rumbo opuesto desobedeciendo a Dios. Como consecuencia de esto, Dios levantó una gran tormenta que produjo que Jonás fuese lanzado al mar y, posteriormente, fuese tragado por un gran pez.
En el capítulo 2, vemos a Jonás dentro del vientre de este pez elevando una plegaria a Dios en acción de gracias por haberlo salvado. Este capítulo finaliza cuando es expulsado del vientre del pez y va a parar a la playa. En el capítulo 3, encontramos a Jonás predicando la futura destrucción de Nínive en las manos de Dios. Esta predicación produjo en el pueblo un arrepentimiento que movió a Dios a tener misericordia de ellos.
En el capítulo 4, vemos una escena en la vida de Jonás en la que se enoja por el arrepentimiento del pueblo de Nínive. Con todo esto, Dios le enseñó a Jonás a compadecerse de todos los hombres. En este libro vamos a encontrar que Dios no es exclusivista de ninguna nación, Dios tiene misericordia de quien Él quiere tener misericordia.
Es muy importante que entendamos el por qué del actuar de Jonás en todo esto. Para ello, debemos irnos al contexto histórico en el que nos muestra que alrededor de los siglos IX y VIII a. C. la nación de Asiria surgía como una gran potencia, cuya capital era Nínive. Por su gran poder económico y militar representaba una amenaza en potencia para cualquier pueblo y también para el pueblo de Dios. A razón de esta amenaza, que podría ser para Israel, Jonás decidió abstenerse de avisar a Nínive su futura destrucción. Como cualquier israelita, deseaba la destrucción de sus enemigos. Jonás conocía la profecía de Joel y conocía la situación deplorable de los reyes y del pueblo de Dios. Cabe resaltar el conocimiento que Jonás tenía de Dios: sabía que era misericordioso y lento para la ira
ANÁLISIS SEMÁNTICO-EXEGÉTICO DEL LIBRO DE JONÁS
Capítulo 1
Vino palabra de ‘Adonay a Yonah ben ‘Amitay diciendo:
En primer lugar, el verbo que aparece en lugar de “Vino…” es hayah bajo la forma conversiva vayhí lo cual se debería traducir literalmente por “Y fue / hubo…, indicando implícitamente lo que se conoce en la escritura como el proceso de recepción – entrega a la manera que lo hace un maestro a su discípulo. (Falta Aplicación)
Palabra: (Davar). En hebreo incluye la idea de “asunto”, es decir las cosas que hacen parte de la preocupación y la justicia de Dios.
‘Adonay: Es la lectura más corriente que se hace desde tiempos antiguos cada vez que se encuentran las cuatro letras del nombre que Dios entregó a Moisés cuando lo llamó: YHWH = יהוה
Yonáh Ben ‘Amitay: Vivió cerca del 759 A.C. durante el reinado de Yarov’am segundo (Jeroboam II). Según el libro de 2°R 14: 25, era oriundo de Gat-Jéfer. Según el midrásh, (texto clásico de la exégesis Judía), fue Él, quien precisamente ungió a Yehu’ (Jehu) rey del norte de Yisra’el.
Ninvéh: Ciudad de Mesopotamia, más exactamente en la zona de Asiria, construida por Nimrod (Gn. 10:11) cerca del 2700A.C. ubicada al oriente de Yisra’el; Su nombre significa precisamente “el lugar del pescado” en idioma Asirio. Resulta curioso por ejemplo el juego de palabras que se presenta en arameo entre Ninvéh y Nuná’, el “pez” preparado por Dios para que se tragarse a Yonáh. En 3:3 se dice, que “era una ciudad grande, en extremo”. Ahora bien, según lo que se acostumbraba a cubrir a pié en un día de camino según el Talmud, esto es, unos 35km, se puede estimar que longitudinalmente la “ciudad” medía unos 105km., casi que la extensión del departamento del Atlántico, Colombia. Entre otras cosas, en el texto hebreo aparece “ciudad grande de Dios” ó “para Dios” (le’lohim, לאלהים) en lugar de las palabras “en extremo”, pudiendo desde luego notarse el criterio de traducción. El texto arameo no desconoce la presencia de la palabra “Dios” y al respecto vierte inclusive con la forma abreviada del nombre divino: “ciudad grande delante de YWY” (YHWH). קרתא רבתא קדם יוי.
Tarshish: Es, según la Toráh (Gn. 10:4), uno de los nietos de Yafet (Jafet) el hijo de Nóaj (Noé), por parte de Yavan (Javan). Según la tradición judía, Yavan originó al pueblo Jónico y por ende a la raza griega más culta. Así pues, se dice que Tarshish correspondería a la península ibérica del lado del mediterráneo como cuando dice: (Gn. 10:5) “De estos se poblaron las costas, cada cual según su lengua…”. Aparece además en el Sal. 48:7 destacada por su poderosa flota marítima. Es posible que se ajuste al pueblo Cartaginés cuyo país era el norte del actual Túnez. El grupo lingüístico sería la familia Celta.
Yafo: (Jope) Ciudad portuaria ubicada en el centro-norte de Yisra’el, hoy famosa por estar unida con la ciudad de Tel-‘aviv. Recordada todavía en el Nuevo Testamento en el episodio de Pedro y Cornelio (Hch. 10: 5, 8), Yafo es una de las ciudades más antiguas todavía en pié.
Suerte: (Goral) Como está escrito en el libro de proverbios (16:33): “La suerte se echa sobre el regazo pero su resultado es de ‘Adonay”. El asunto de la suerte se ha entendido siempre como herencia (inclusive el Gr. Kleronomos). Porque está escrito (Sal. 16:5) “’Adonay es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte (goral).” –Por paralelismo sintético, se sabe que suerte es sinónimo de herencia-.
Capítulo 2
Sh’ol (Seol): Sh’ol / שאול es, según el corpus bíblico, sinónimo de sepulcro (Sal. 30:3); inclusive en los salmos aparece sintetizado con ‘avadón (Sal. 88:10-11): “¿Manifestarás tus maravillas a los muertos?, ¿se levantarán las sombras y te alabarán?; será contada en el sepulcro tu favor o tu verdad en ‘avadón?1
Sh’ol, proviene de la raíz sha’al ( שאל demandar, pedir, solicitar, cuestionar). Así, la idea es de “un reclamo”, como si la tierra requiriese lo que ha salido de ella (-polvo eres, y al polvo volverás-); se concebía como el lugar final de todos los muertos. Según una antigua creencia hebrea -hasta cierto punto pertinente-, el Sh’ol era el lugar de la cancelación de las deudas, mas sin la certeza de saberse la suerte en la esperanza de la resurrección. Si alguien descendía vivo al sh’ól, era sinónimo de que no se le había permitido o aceptado la expiación de sus pecados, es decir, no se le concedió ni siquiera, tiempo de arrepentimiento. Esta línea, es utilizada por Raban Sha’ul, cuando concluye (Rom 6:23): “Porque la paga del pecado es la muerte…” y la completa con realce, “Mas la dádiva de Dios es vida eterna en Maran Yehoshúa’ Mshijá’ (el Mesías Jesús Señor nuestro)”.
En Tárgum de Jonatan, (arameo), la frase “Desde el vientre del Seol clamé…, es vertida por me’ar’it tehoma’ be’éyti lo cual muestra cómo se entendía en la oralidad hebrea este concepto; simplemente se trataba de la “profundidad terrestre…”.
Ante este panorama, el talmud llega a afirmar que “todo el que moría confesando sus pecados (es decir, quien a su vez conocía el arrepentimiento), tenía parte en el mundo venidero” -no así los impíos quienes no lo conocían-.
Además de haber fundado la predestinación, los rabinos se constituyeron en los creadores de la idea del “purgatorio” pues al decirse que: “Todos los judíos tienen parte en el mundo venidero” (Sanh. 10:1), debía solucionarse el requerimiento de justificación delante de Dios y para ello, se afirmó que era necesario someterse durante algún tiempo a una “limpieza” de los pecados en el sh’ol para luego “subir” al Jéiq ‘Avraham1 y luego levantarse en el día de la resurrección para heredar la tierra. El sh’ol, era por consiguiente, el lugar intermedio donde los judíos pagaban sus deudas, pues el Gey-hinom (latinizado como “Gehena”), era el típico infierno conocido por la teología moderna a donde iban a dar los impíos directamente. El Judaísmo desconocía la resurrección para éstos últimos (Talmud de Babilonia, (Mishnah) Sanedrín 11:1ss).
“Alma”: En el contexto de Jon. 2:5, como en otros, el vocablo hebreo néfesh, tiene el sentido original de “cuello” (allí mismo se concreta: “El alga se enredó en mi cabeza”). En el pensamiento hebreo (el cual es sintético-estereométrico o sinecdóquico), se dice néfesh para reproducir o hablar de una sintomatología generalizada, utilizando las funciones y sensaciones percibidas en la garganta (o la región ubicada entre la cabeza y el tronco); esto es por ejemplo, sed (Sal. 63:1): “Mi néfesh tiene sed de ti…”; Ahogamiento, angustia, agonía (Jon. 2:5, Sal. 69:1) “…vinieron las aguas hasta (el) néfesh”. Sosiego: (116:7-8) “Vuelve néfesh mía a tu reposo, porque ‘Adonay decidió proporcionar sobre ti”. Todo dependerá de los verbos circundantes o los paralelismos sintéticos.
“Para siempre” (Heb. Le’olam, Aram, mini ‘almin): Esta expresión es bastante utilizada en la escritura y merece especial atención: En primer lugar, en hebreo está construida como adverbio, sólo que es difícil precisar de qué (si de tiempo, de lugar, o de modo) debido a que la palabra ‘olam, עולם deriva de la raíz ‘alam עלם “esconderse” “ocultarse” “estar en secreto”. Así en Nif’al (voz pasiva hebrea) se dice Ne’elam
נעלם “Estar/ser escondido”, y en Hitpalel (Forma reflexiva), se dice Mit’alem,
מתעלם “esconderse”, “ocultarse”, “mostrarse distante” “Indiferente”. Además, la palabra ‘olam designa “universo” y “mundo” de modo que se especifica Ha’olam Hazeh = “este mundo” y Ha’olam Haba’ = “El mundo venidero”; Su equivalente más usual en griego fue “eon” αιων. Así que cuando encontramos algunos textos donde se dice “para siempre”, se debe tener en cuenta la idea de “universalmente”/“secretamente”, ó un período de tiempo que sólo es conocido por el padre tal y como dijo Jesús “No os corresponde a vosotros conocer los tiempos y las sazones que el padre ha puesto en su SOLA potestad”.
Ahora bien, en el texto de Jonas 2:6, se aplica en primer lugar el criterio de la Vav conversiva dentro de una oración subordinada con sentido irónico o “emulante”. Esto quiere decir que si después de una afirmación, procede una conjunción adversativa, tal afirmación deviene irreal o metafórica. Así, pudiéramos entender este verso como “De no haber librado tú mi vida de la corrupción (Shájat), entonces, la tierra estaría con sus barras hacia mi” En la hermenéutica hebrea, esto recibe el nombre de Miqrá’ Mesurás, ó Muqdam ume’ujar según Rabí ‘Eli’ezer (Lectio Inversa, Lectura invertiva), que sirve como entes caso, para resaltar el punto climático de un verso colocándolo en perspectiva condicional.
“Vanidades ilusorias”: (Hevléy Shav’) Hével, traducido ó entendido como vanidad, fue el nombre que se le dio al primer hijo de ‘Adam y Haváh (Adán y Eva), quizás porque el sentido más aproximado en español, se dirige hacia Corruptible, algo que no cumple un propósito determinado ó también hacia disfuncional. Por su parte Shav’ indica lo que no existe en sí mismo, lo que no tiene sentido. Por ejemplo, Superstición, se dice ‘emunát-shav’, “credulidad de balde”, “baldismo” creencia en lo que no existe. Cuando se encuentran las dos como en este caso, ha de entenderse mejor como “las (cosas) disfuncionales de lo que ni (siquiera) existe”, siendo no más que una frase reafirmada. Con estas palabras Yonáh se acuerda de su Pueblo Yisra’el quienes por estar entregados a estas cosas, abandonaron la piedad/amor de Dios ó como lo deja ver el Tárgum arameo entre los versos 7-8: Y cuando mi nefesh se desmayaba junto a mi, recordé la obra de YHWH y subió mi oración ante ti en el palacio de tu Santidad, (8) “No como las gentes que hacen abominación, que mientras se les hace bien no lo reconocen” = (8 en hebreo:) “Los que observan hevléy sháv’ (las (cosas) disfuncionales de lo que ni (siquiera) existe), abandonaron su piedad (esto es a Dios, no que ellos tuviesen alguna piedad que pudiesen mostrar, como sucede con la palabra Kavod “Peso de gloria” en el Salmo 106:20 “y cambiaron su gloria por el modelado de un toro comedor de hierba”).
“Y mandó YHWH al Pez”: (Literalmente, “Y habló YHWH al pez”): Como sucede con otras muchas palabras, Dag (aram. Nun), no especifica el tipo de animal marino, pues con ella se designa desde el pequeño pez de mesa hasta un cachalote. Se ha especulado mucho al respecto sin que exista una sustentación suficiente. Algunos inclusive han intentado ver en ella una figura alegórica debido a la alusión al sh’ol ó “…a los cimientos de los montes, la tierra echó sus cerrojos sobre mí” asunto que no es posible dado que en la lírica hebrea, siempre se ha comparado el vientre con el fondo de la tierra (Cf. Sal 139:13-16), al tiempo que se expresa el acto del vómito sobre una playa.
Capítulo 3
Mensaje: La palabra hebrea qri’ah es “llamado”, e/in-vocación. En arameo es vertida claramente por Profecía.
Creer: (Heb. He’emin). La raíz ‘amán, en su forma Pa’al (ó Qal) significa en primer lugar “criar”, “educar” culturizar, (Cf. Est. 2:7). Cuando pasa a la conjugación Nif’al, adquiere el sentido de “ser criado”, “resuelto” (Cf. Sal. 89:37) y ya en la forma Causativa/concesiva Hif’il, deviene en “dejarse educar”, “hacer crianza” (Gn.15:6). Así en la frase, “y creyó ‘Avraham en Dios…”, el creer viene dado por haber recibido una educación, un “cultivo”. Como lo confirma el N.T. (Rom. 10:17, versión directa del griego): “La fidelidad viene del oír y (esto es,) oír de la palabra de Dios”.
El rey de Ninvéh: Según el Tárgum arameo, el rey de Ninvéh era algún Faraón de Egipto que habría capturado la ciudad para ese entonces. Así dice textualmente (3:6): “Y llegó la palabra al rey, al Faraón, quien era rey en aquellos días en Ninvéh…”
Arrepentirse: “y se arrepintió (Dios) del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo” (Vayinajem ‘Elohim ‘al hara’ah ’asher diber la’asot lahem velo’ ‘asah). Pero… “Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta” dice Nm.23:19. ¿Existe luego un elemento que desequilibre la balanza entre estos dos versos?
Pues bien, en primer lugar, la raíz nhm en Pa’al, contiene la idea de consolar apaciguar tranquilizar (Cf. Sal. 77:2). En segundo lugar, lo que sucede en realidad es que los dos versos no se oponen entre sí dado que en Nm., la raíz aparece conjugada en Hitpa’el, (forma reflexiva hebrea, התנחם Hitnahem) mientras que en Jon. figura en Nif’al (Forma pasiva נחם niham). Así las cosas, en Nm. se conserva la idea de que Dios no se consuela o se retracta; no se queda con la ofensa recibida a cambio de nada como si fuese alguien que sufre de trastorno de personalidad o un trastorno bipolar ó como sujeto a dudas sin saberlo todo, ó aún, como si no pudiese hacer nada. Por el contrario, deja entrever que en efecto, sí existe su determinación y poder así como la posibilidad de que un evento exógeno (a él) lo consuele, asunto del que se ocupa la forma pasiva mostrando el momento mismo en que ese “evento”, llega a presentar argumentos para conmover a Dios, dando razones para que Él proceda a discreción según su voluntad. En conclusión, Dios aplaca el mal (esto es castiga) hasta que el hombre deje de aplicarlo y así recuperar su estado de no-ira: Cf. Is. 12:1 “Te agradezco Oh ‘Adonay porque si te enojaste conmigo, ya se volvió tu ira y me consolaste” La idea del verbo se podría remontar hasta la escena del movimiento restaurador llevado a cabo por alguien indignado o afectado; Así que la raíz significaría primitivamente “Mover(se) hacia un estado original”, como en el Salmo 23: “Tu vara y tu cayado me moverán (restaurarán)” en este verso, la raíz nhm, aparece en forma activa Pi’él (Neham). Según el contexto del Salmo, la oveja –que nada tenía que estar haciendo en lugar de sombra de muerte- es restaurada por la vara o el cayado del pastor. Ahora bien, cuando se trata del arrepentimiento que debe mostrar el ser humano -móvil de la consolación de Dios-, nunca se usa este verbo en ninguna de sus conjugaciones; en lugar de esto, se emplea el verbo Sháv שב “volver(se)”, de donde proviene la palabra tshuváh, תשובה
Capítulo 4
Se apesadumbró: En hebreo dice textualmente que a Jonás le “pareció mal” en gran manera Vayera’ lo ra‘ah gdoláh el hecho de que Dios no hubiese ejecutado juicio sobre los Ninivitas, como para disociar la idea de “tristeza” pues en realidad existía un dejo de discusión como si él supiese lo que era bueno o conveniente.
Orar: En hebreo “Orar” viene dado por la raíz Palal, que significa en términos concretos, “Intervenir conveniente o pertinentemente” por medio del diálogo u otra acción contemplada delante de, por o para Dios. Tal es el caso de Pinjás (finees) cuando se da cuenta de la profanación del tabernáculo por parte de Zimri y Kozbi y procede a asesinarlos con una lanza. Nm. 25.7-8, evento recordado por el salmo 106:30: “Vaya’amod Pinjás Vayfalel”; en este verso traducido como “Se levantó Finees e hizo juicio”, la raíz aparece conjugada en Pi’el, (Pilel) para distinguir entre una acción “hacia”, de una acción “auto” que es lo que se indica en una conjugación Hitpalel de donde obtenemos Hitpa‘el que significa “intervenirse como corresponde” (este es el verbo que suele traducirse por “Orar”) en donde por lo ilustrado en el NT, (ejemplo del fariseo y el Publicano) se encuentran elementos de reconocimiento del delito principalmente y la solicitud como de un “habeas corpus”, es decir, la consideración de que lo reconocido o confesado no se contase como evidencia en contra. De ahí que finalmente, sea una reacción infaltable en un auténtico evento de arrepentimiento o dolencia por el pecado. El sustantivo derivado es Tfilah, intervención (“oración”).
Mi alma de mí: En primer lugar, y en consonancia con lo dicho anteriormente, por paralelismo sintético, se sabe que aquí la expresión hebrea Néfesh es sinónimo de la palabra vida. Por otra parte, se sabe además que el esquema antropológico hebreo nunca concibió la dualidad como lo hizo la filosofía griega. En tercer lugar, ya se ha expuesto la estricta relación efectuada a nivel lingüístico entre las funciones respiratorias y la presencia de vida3.
120000-hombre. La expresión hebrea Shtéym ‘esréh ‘adam, hace referencia a la calidad de potenciales justos que existía al ojo humano o verdaderos justos delante de Dios. Así lo ha dejado ver la tradición hermenéutica hebrea en no pocos pasajes. Con respecto a este verso inclusive se afirma que la palabra Behemáh, cuyo significado es “Bestia”, se refiere los injustos delante de Dios.
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1Muy bien entendido en Apocalipsis como “destrucción” apolión (Ap. 9:11)
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2 O seno de ‘Avraham, sinónimo del persa-arameo pardés (פרדס) helenizado como paradísos (παραδεισος) de donde provienen a su vez, el inglés paradise y el castellano paraíso.
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3 Asi. Hans Walter Wolf, “Antropología Bíblica”, Edit. Sígueme.