Filipenses 1:20-30
“Será magnificado Cristo en mi cuerpo”
Introducción: En nuestro país, gastamos muchísimo dinero en medicinas; como que no queremos morir, ni tampoco deseamos ser viejos. Por eso gastamos mucho dinero para pintar el cabello, para cuidar y restirar la piel, para no perder el pelo, en fin, para tener mejor apariencia. No estoy diciendo que se está cometiendo pecado en gastar dinero en estas cosas, pero tengo una pregunta: ¿Tienes miedo de ser viejo? o mejor: ¿Tienes miedo de morir? Y si es así, ¿por qué? Mucha gente tiene miedo de la muerte y aun de tener la apariencia de viejo, hasta odian las canas, porque ellos piensan que la vejez y la muerte van a tener la victoria sobre ellos, mas pronto o más tarde y que van a ser comida de gusanos.
I.- EL MORIR ES GANANCIA.
Pero así no es la perspectiva del apóstol Pablo. Al contrario, él nos dice en el versículo 20, “conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado, antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.”
Favor de considerar las palabras de nuestro hermano Pablo. El tiene anhelo y esperanza. Al contrario de la gente de este mundo, no vive con temor del futuro. El no quiere posponer lo que iba a pasar. Al contrario, tenía anhelo y esperanza cuando esta mirando al futuro, porque el si sabe lo que va a pasar, y sabe que no es el fin, que ni la vejez ni la muerte triunfaran sobre el
Y no es una opinión. Unos dicen: “Cada quien su propia opinión.” Estoy de acuerdo que escoger un coche rojo no es mejor que escoger uno blanco. Pero en las cosas de la muerte y de la vida, “cada quien su propia opinión” no sirve bien. Si un médico dice que se necesita penicilina y otro dice que no, la aspirina si va a servir bien. “Cada quien su propia opinión no es una perspectiva para seguir. En la misma manera, Pablo no dice, “Mi opinión es”, sino “antes bien con toda confianza”. El está seguro del futuro.
Y ¿de que está seguro? “como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo”. Su anhelo no es que el mismo será magnificado, como los adherentes de sectas que magnifican a santos, o a ellos mismos, sino que Cristo será magnificado en su cuerpo. El está seguro que esto si va a pasar, y que así es lo que pasa a los que como él, están en Cristo Jesús. Que Cristo Jesús va a estar magnificado, glorificado, presentado en toda su gloria y magnificencia a los que están alrededor de nosotros.
Pero el punto clave aquí es la ultima frase, cuando él explica cuándo Cristo va a ser magnificado en él. El dice, “no por vida o por muerte". Entendamos bien: cuando un hombre está vivo, puede glorificar a Cristo: en su predicación, en su manera de vivir, en sus obras, en el uso de sus talentos, en su manera de hablar. Pero: ¿Cómo puede Cristo ser glorificado en un hombre muerto? Pero esto es precisamente lo que dice el apóstol.
Pero para que no malentendamos lo que está diciendo el apóstol, él repite la misma cosa en otras palabras, cuando nos dice en el versículo 21, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” ¡Qué contradicción a la mentalidad de este mundo! Para ellos, la muerte es la ultima derrota. Una vez el conquistador griego Alejando estaba mirando a todo su ejercito con lagrimas en sus ojos, y uno de sus generales se le acercó (¡con miedo!) y le preguntó porque estaba llorando. El le contestó que en pocos años todos esos hombres iban a estar muertos por la vejez. Así es la perspectiva del mundo. Ellos creen que la muerte va a llevar a todos a la oscuridad, a las tinieblas. Pero así no es nuestra perspectiva—“el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.”
II. Pero Quedar en la Carne es Necesario
Y es tan grande su anhelo para ver a Cristo en la gloria, su gloria, que no sabe qué escoger. Como dice en versículo 22, “no sé entonces qué escoger.”
¡Increíble! Si le pregunta a la gente de la calle, qué sería mejor, vivir o morir, 99 de cada 100 van a decir, “¡vivir!” Pero eso es porque ellos creen que el morir es el fin. Y San Pablo no creyó así. Creyó que al morir en Cristo es ganar.
Entonces, ¿por qué no todos los creyentes van al cielo al momento de su salvación, para estar con Cristo? Nuestro hermano el apóstol nos dice la razón en versículo 22, cuando nos dice, “Mas si el vivir en la carne resulta para mi en beneficio para la obra.” El entiende que Dios tiene un propósito para la vida de cada uno de los que son escogidos, y, aunque queremos partir de este mundo para estar con Cristo, es necesario permanecer aquí para que sirvamos en la obra de Dios.
Y así dice el apóstol en versículos 24 y 25, “Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es mas necesario por causa de vosotros.” La razón porque estamos en la carne no es porque es mejor continuar vivir aquí para nuestro beneficio. Si estuviéramos pensando solamente así, entones sí sería mejor partir de esta vida y estar con Cristo. Por eso, los que piensan que la vida en este mundo es mejor que la vida venidera, están engañándose a ellos mismos y son necios, porque ellos rechazan la gloria del mundo venidera con Cristo, cambiándolo por la miseria del mundo actual. La única razón porque es necesario permanecer en la carne es para el beneficio de otros, los que aún no conocen a Cristo, y para edificar a los demás, en Cristo. Aparte de esto, no sirve para nada.
Nuestro hermano Pablo nos dice en el versículo 25, “Y confiando en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe.” El no quería permanecer porque quisiera continuar en esta vida, como si fuera lo mejor de todo, sino para que el puede glorificar a Dios en animar a los creyentes, la iglesia, a tener la fe y el gozo.
“Gozo” es una palabra extraña a los oídos modernos. La gente de este mundo tiene sus placeres y diversiones, pero “gozo” es una cosa extraña a ellos. Y eso porque después de sus diversiones y placeres, nada permanece. Tu puedes gastar todos tus bienes en bebida y comida, en bailes y fiestas, en viajes y curiosidades, y al fin, no vas a tener nada sino memorias del pasado. Pero los creyentes en Cristo Jesús miran al futuro con confianza, porque sabemos que lo que está en el pasado, la muerte y resurrección de Cristo Jesús y su don de fe a nosotros por medio de su Espíritu Santo, es la base del gozo futuro con El que permanece para siempre.
Y eso es porque San Pablo dice en versículo 26, “para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.” El estaba en este mundo como lo estamos en este mundo, no para nuestro beneficio, peri sí para el gozo de nuestros hermanos, y para que su fe crezca.
III. Por Eso, ¡Viva Así!
Y por eso es que vivimos como vivimos. No estamos en capturados por los deseos de la carne, porque sabemos que las cosas aquí son temporales. Al contrario, como dice el apóstol en el versículo 27, “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo.” Somos representantes de Cristo, y debemos compórtanos como tales. Me interesa mucho la diferencia entre la gente de habla hispana y la gente de hable inglesa. Soy maestro en una primaria, y muchas veces los padres me hacen la pregunta, “¿Cómo está mi niño en la escuela?” Con esa pregunta, los americanos quieren saber como está haciendo su hijo en los asuntos académicos. Al contrario, los latinos quieren saber si se porta bien. De la misma manera, cuando la gente hace la pregunta, “¿Cómo estas?” las gentes de este mundo contestan con una respuesta referente a su salud, pero nosotros debemos contestar “Bendecido por Cristo.” Porque si estamos en buena salud o no, lo que es más importante es que Cristo sea glorificado en nuestros cuerpos.