Miércoles de Cenizas

“Y volví mi rostro a Dios mi Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora Señor, Dios Grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos ; hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impiamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.... incline, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestro ruego ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias” (Daniel 9:3-5, 18,19).

Hoy es comienzo de la temporada que llamamos Cuaresma. La palabra Cuaresma significa “primavera”. Cada primavera gastamos 46 días dando una atención especial al sufrimiento y la muerte de Jesús. Estos 46 días son los 40 días y seis domingos antes de la pascua de la resurrección. Hoy, el primer día de la cuaresma, tiene un nombre especial, el Miércoles de Ceniza.

En nuestro texto para hoy, Daniel recuerda cómo el pueblo de Israel pecó al no obedecer a Dios. Él oro a Dios y le pidió que perdonara los pecados suyos y los de su pueblo. Para mostrar su arrepentimiento, ayunó y se vistió de cilicio y cenizas. El cilicio es un material áspero y por lo general tiene un color oscuro. Daniel sabia que jamás pudo hacer algo para hacerse a si mismo o a su pueblo justos ante Dios. Dice que él sabe que por si mismo y todos los demás israelitas jamás podrían ser justos delante de Dios. Dice además que no pide perdón por ser un pueblo “bueno”. Buscaban el perdón de Dios a causa de su misericordia. En verdad, Dios es misericordioso. La palabra “misericordia” significa que Dios no nos da el castigo que, como pecadores, merecemos, sino que hace todo lo opuesto. Nos da perdón y amor. Tal cómo Daniel y los Israelitas no merecieron el amor ni el perdón de Dios, nosotros tampoco merecemos el amor y perdón de Dios.

Hasta el día de hoy en algunas iglesias, en el primer día de la Cuaresma, las personas toman las cenizas y hacen con ellas una cruz en la frente. En el sentido original esto fue señal de que una persona admitía que era pecador y mostraba que se sentía arrepentido de sus pecados. Las cenizas en forma de una cruz recordaban a las personas que fue por causa de sus pecados que Jesús murió en la cruz y que los pecados habían sido quitados por esa muerte de Jesús en la cruz.
Desafortunadamente, en el día de hoy este sentimiento se ha perdido casi completamente.

Hoy es el Miércoles de Ceniza, el primer día de la Cuaresma. Aunque no es nuestra costumbre vestirnos de cilicio y marcarnos con cenizas, nosotros también admitimos que somos pecadores y que sentimos pesar por nuestros pecados. Durante la Cuaresma recordamos como Jesús vino al mundo para sufrir y morir por esos pecados. Recordamos como Jesús vino a la tierra para salvarnos de nuestros pecados. ¡Que maravilla que tenemos un Dios tan misericordioso!

Oremos: Dios misericordioso, confesamos que somos pecadores y no merecemos tu perdón y amor. Pero sentimos pesar por nuestros pecados y pedimos que nos perdones por los meritos de Jesús. Amen.

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