Apostatar a la Ley de Dios es
Adulterio Espiritual

Oseas

por Gabriel Otero

Este libro de la palabra de Dios que pasamos a estudiar, el libro de Oseas, provee para nosotros los hijos de Dios tremendas informaciones con respecto a la ley de Dios y el adulterio a la misma.



Respecto al autor dice el Cap.1:1-2: "Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel. El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas...." Indudablemente si bien no podemos decir que el Vr.2 en su comienzo nos dice que Oseas es el autor, sí nos dice que las palabras registradas en este libro son sin lugar a dudas las palabras de Oseas. Este es un libro profético y corresponde al grupo de los llamados profetas menores.



El tópico que encierra el libro en su totalidad, es decir, en sus catorce capítulos es muy simple. Nos enseña una lección muy dura y muy fuerte. Apostatar a la ley de Dios es adulterio espiritual. Volvamos a repetir esta frase, porque el mensaje de este libro va dirigido también a la iglesia de Dios en nuestros días, al Israel de Dios: Apostatar a la ley de Dios es sin lugar a dudas adulterio espiritual.



Seguidamente vamos a analizar el libro y a buscar en sus páginas los incidentes que nos han de llevar a la verdadera interpretación del mismo y a la aplicación de esta idea principal o tópico que hemos expuesto. El libro de Oseas es un libro muy práctico para usarlo en aconsejar a aquellos que han apostatado de la fe, es decir, que han negado la fe de una manera u otra. Podemos dividirlo bajo tres aspectos muy prácticos. En primer lugar, vemos desde el Cap.1 al 3, a la esposa infiel y su esposo. En segundo lugar, encontramos la nación infiel y su Señor. Y en tercer lugar, la restauración de la infidelidad. Así que tenemos entonces en la narración los tres aspectos fundamentales de la apostasía.



Como ya hemos dicho, el libro nos habla de que apostatar a la ley de Dios es adulterio, es decir, no da alternativas ninguna a una posición media para aquellos que dejan la fe de Dios en su integridad. No es que pierdan su salvación, pero no son íntegros en el cumplimiento de la fe. El primer ejemplo que el libro nos da es el de la esposa infiel y su esposo. Y aquí en este subtítulo: "La esposa infiel y su esposo" tenemos tres alternativas. En primer lugar, el significado simbólico de este casamiento es explicado en el Cap.1. Vemos que el casamiento de esta esposa infiel con el esposo, es una lección para israel. Los Vrs.2-3, dicen así: "El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Vé, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová. Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo." Notamos entonces que Dios envió a este profeta a tomar una mujer fornicaria. La lectura del Cap.1, nos hace saber la lección que Dios quiso dar a Israel con ese ejemplo práctico que él hizo en la vida de Oseas. En los Vrs.4-5, vemos la venida de la disciplina de Dios sobre aquellos que adulteran: "Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel. Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel." Notamos que esa mujer que Oseas debía tomar, simbolizaba la idolatría de israel. Luego en los Vrs.6-7 leemos: "Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo. Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes." Es decir, Dios tiene misericordia de Israel, le da una lección, le da su disciplina, pero al mismo tiempo le hace saber que habrá un tiempo de misericordia a través de la tribu de Judá. Los Vrs.8-9, nos hablan del repudio de Dios por el hecho de que Israel los abandonara: "Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo. Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios." Vemos entonces que Dios no quiere tener parte con aquellos que no mantienen la fidelidad en Su reino; en otra palabra, la integridad a la doctrina de Dios es indispensable. Y luego desde el Vr.10 al Cap.2:1, nos habla de cómo Dios ha de hacer llegar la restauración a Israel: "Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente. Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande. Decid a vuestros hermanos: Ammi; y a vuestras hermanas: Ru-hama." Por lo tanto, la restauración de Israel es algo básico, es algo que se va a producir. De ahí que el primer aspecto del libro de Oseas es mostrarnos en forma práctica cómo Dios enseñó a Israel. Israel con su idolatría estaba abofeteando a Dios, Israel estaba adulterando su vida espiritual, y por hacer eso Dios toma a un profeta, lo hace casar con una mujer ramera, es decir, una mujer fornicaria y hace que el profeta cometa adulterio, para enseñarle a Israel en un cuadro gráfico lo que espiritualmente estaba sucediendo en la vida del pueblo. En el Cap.2, nos explica esto en una manera profunda y da detalles del mismo.



Luego en el Cap.3:1-3, Dios le da a Oseas la exposición espiritual de lo que él estaba haciendo. Dice así: "Me dijo otra vez Jehová: Vé, ama a una mujer amada de su compañero, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas. La compré entonces para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada. Y le dije: Tú serás mía durante muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo mismo haré yo contigo." Repetimos entonces que Dios quiere darle a Israel una lección práctica. Y en los Vrs.4-5, explica la consecuencia que vendrá sobre Israel luego de la lección práctica que hemos leído por medio de la vida de Oseas. Dice: "Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días." Es decir, Israel ha de perder indudablemente esa potestad y autoridad que tenía, pero habrá un día que la recobrará. Notamos que este ejemplo que Dios nos presenta en el libro de Oseas, es que cuando quebramos la ley de Dios, cometemos adulterio espiritual y él no se agrada de ello, y debe disciplinarnos no obstante que su disciplina está llena de misericordia.



En segundo lugar, desde el Cap.4 al 13, se nos habla de la nación infiel y su Señor. Dios cambia de un vocabulario significativo, de un vocabulario en el cual expresa ideas y normas, a un vocabulario fuerte, decidido, firme y directo de acusar a Israel. Y asi comienza la condenación de Israel. Los pecados de Israel están escritos en el Cap.4. Vamos a ir leyendo respecto de esos pecados que Israel cometió los cuales nosotros también hoy podemos hacer: "Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra. Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden." (Vrs.1-2). Pareciera que estuviéramos leyendo el periódico de hoy ¿verdad? "Por lo cual se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar morirán." (Vr.3). Aquí se nos está hablando de juicio. "Ciertamente hombre no contienda ni reprenda a hombre, porque tu pueblo es como los que resisten al sacerdote. Caerás por tanto en el día, y caerá también contigo el profeta de noche; y a tu madre destruiré. Mi pueblo fue destruído, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos." (Vrs.4-6). Si Dios indudablemente es severo con Israel, imaginémonos qué severo será con nosotros también. Y dice el Vr.7: "Conforme a su grandeza, así pecaron contra mí; también yo cambiaré su honra en afrenta." Notamos que cuanto más responsabilidad tenemos delante de Dios, en verdad más problemas podemos tener si pecamos. "Y será el pueblo como el sacerdote; le castigaré por su conducta, y le pagaré conforme a sus obras." (Vr.9). Muchas veces nos descuidamos en lo que hacemos ¿verdad? Y Dios toma en cuenta lo que hacemos, nuestras obras, y nos retribuye de acuerdo a ellas. Los Vrs.10-19, dicen: "Comerán, pero no se saciarán; fornicarán, mas no se multiplicarán, porque dejaron de servir a Jehová. Fornicación, vino y mosto quitan el juicio. Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta, y el leño le responde; porque espíritu de fornicaciones lo hizo errar, y dejaron a su Dios para fornicar. Sobre las cimas de los montes sacrificaron, e incensaron sobre los collados, debajo de las encinas, álamos y olmos que tuviesen buena sombra; por tanto, vuestras hijas fornicarán, y adulterarán vuestras nueras. No castigaré a vuestras hijas cuando forniquen, ni a vuestras nueras cuando adulteren; porque ellos mismos se van con rameras, y con malas mujeres sacrifican; por tanto, el pueblo sin entendimiento caerá. Si fornicas tú, Israel, a lo menos no peque Judá; y no entréis en Gilgal, ni subáis a Bet-avén, ni juréis: Vive Jehová. Porque como novilla indómita se apartó Israel; ¿los apacentará ahora Jehová como a corderos en lugar espacioso? Efraín es dado a ídolos; déjalo. Su bebida se corrompió; fornicaron sin cesar; sus príncipes amaron lo que avergüenza. El viento los ató en sus alas, y de sus sacrificios serán avergonzados." Indudablemente una nación que resbala en el conocimiento de Dios, una nación que es apóstata a Dios, esa nación recibe el juicio y la paga de parte de Dios. Por consiguente los Caps.4 al 13, nos hablan de la destrucción de Israel. Dios habla de todos los predicamentos que él ha de llevar a cabo como consecuencia de haberse apartado del camino. Realmente es triste ver que Dios no se arrepiente de aplicar el juicio a aquellos que le desobedecen. De esta manera hemos visto hasta aquí en este libro, que la paga del adulterio es la disciplina de Dios. Por eso sin temor alguno hemos titulado este estudio: "Apostatar a la ley de Dios es adulterio espiritual". Debemos tener mucho cuidado con ello.



Ahora bien, miremos la restauración a esta infidelidad. En el Cap.14 encontramos la restauración de esa nación de Israel y por extensión de los creyentes en el Señor. Fijémonos cuál es la condición de la restauración. Dice así la palabra de Dios. Vr.1: "Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído." ¿Cuál fue la causa por la cual Israel cayó? Sin lugar a dudas el pecado que cometió. "Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios." (Vr.2). Notamos aquí que con palabra perfecta, Dios le enseña a Israel cómo restaurarse. Lo primero que Israel debe aprender es someterse a Dios, es decir, debe arrepentirse. "Vuelve, oh Israel,..." Aplicado a nosotros, arrepentirnos es cambiar nuestra mente de lo que estábamos haciendo. Luego encontramos en el Vr.4 que Dios procede cuando nosotros nos arrepentimos. Dice: "Yo sanaré su rebelión,..." El Vr.5 dice: "Yo seré a Israel como rocío;..." En otra palabra, Dios cambia de giro inmediatamente cuando nos volvemos a él, y aquel que es el Juez, aquel que ha puesto su mano de castigo y su mano de juicio sobre el pueblo que adulteraba, se vuelve ahora en el restaurador, y toma ese pueblo, lo levanta, lo proteje y lo cuida de una manera como solo Dios lo puede hacer. "Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia;..." Pero la verdad es esta: Dios no nos puede amar por lo que somos, Dios no nos puede amar por lo que nosotros hacemos, porque no hay obra humana que podamos presentar a Dios y provocar su amor, sino que simplemente es su gracia, es decir, Dios retiene aquello que merecemos y entonces vuelca su amor hacia nosotros: "...los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos." La única manara en que el israelita de Dios o sea el creyente en Dios puede encontrar una reconciliación con él, es cuando encuentra la gracia de Dios. No hay dinero, no hay obra humana, volvemos a repetir, que podamos presentar a Dios y vuelque su mirada hacia nosotros. Hay una sola obra que Dios mira, es esa obra magnífica por la cual él se vuelca dentro del espíritu del hombre: Su gracia. Pensemos en lo que dicen los Vrs.5-7: "Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano. Se extenderán sus ramas, y será su gloria como la del olivo, y perfumará como el Líbano. Volverán y se sentarán bajo su sombra; serán vivificados como trigo, y florecerán como la vid; su olor será como el vino del Líbano." Debemos meditar en la palabra de Dios. El Israel de Dios, el verdadero Israel es aquel que retorna al camino de Dios.



El libro de Oseas nos habla en una manera simple pero dramática de que Dios vuelca su ira sobre cualquier individuo que ignora a Dios. Ahora preguntémonos: ¿Somos parte del Israel de Dios, no porque seamos israelitas, sino porque hemos creído en el Dios de Israel? Quizás alguien me pregunte: "Pastor, yo se que el libro de Oseas me habla de que apostatar a la ley de Dios produce adulterio espiritual y su consecuencia es terrible. Pastor, ¿qué es lo que puedo hacer para evitarlo? Bueno, en el Cap.14, ¿qué leemos? La restauración de la infidelidad es volver a Dios. Arrepentirse. Jesús lo predicó; Juan el bautista lo predicó; Pedro lo predicó; Pablo lo predico: Arrepentirse, arrepentirse, arrepentirse.



Ese es el punto básico y fundamental de la doctrina de Dios. Debemos cambiar nuestra mente para con Dios. Si alguien cree que Dios no existe, debe cambiar y creer que Dios existe en Espíritu y en verdad. Si alguien cree que Jesucristo es un hombre y no es Dios, debe cambiar, debe pensar que Jesucristo es Dios. Si alguien puede creer en Dios a través de Sus obras, debe cambiar y creer en Dios a través de la fe, simplemente por lo que él dice en su palabra. Arrepentirse es cambiar de idea, cambiar la mente con respecto a algo. Quizás esto nos parezca muy dificil teológicamente, pero permítannos dar un ejemplo. Supongamos que vamos manejando nuestro automóvil en dirección sur y de repente cambiamos la mente y decimos, vamos a volver hacia el norte. Se produce un cambio de mente primero, luego tomamos el volante, giramos con el automóvil y nos dirigimos hacia el norte. ¿Qué ha pasado? Simplemente hubo un cambio de dirección, cambiamos la mente y como consecuencia se vio la reacción en el manejo del automóvil, o sea cambio de dirección.



En conclusión: ¿Podríamos tomar las palabras de Oseas seriamente? Quiera Dios que estas palabras sean como un cincel de hierro en nuestro corazón y cambiemos de dirección para que adoremos al Dios verdadero en espíritu y en verdad.


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