El Cuidado de Dios Para su Pueblo
Ester
por Gabriel Otero
Una vez más frente al libro de Nehemías. Ya hemos hecho un análisis y hemos descubierto en nuestro estudio anterior que el libro nos habla de la reconstrucción de los muros de Jerusalén, estudio al cual le pusimos como título: "Una vida cristiana victoriosa"
Ahora vamos a tomar uno de los puntos básicos de este libro y a trabajar en el mismo para descubrir de esta manera el tema espiritual de tanta importancia que Nehemías encierra para nosotros: "Un servicio cristiano victorioso"
En el Cap.2:11-20, se encuentran los versículos que han de servir de base para la explicación correspondiente a nuestro tema. Dice así la Escritura: "Llegué, pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días, me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba. Y salí de noche por la puerta del valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego. Pasé luego a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba. Y subí de noche por el torrente y observé el muro, y di la vuelta y entré por la puerta del Valle, y me volví. Y no sabían los oficiales a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y oficiales, ni a los demás que hacían la obra. Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien. Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey? Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén"
Como el lector podrá apreciar, venimos una vez más a este pasaje de Nehemías para observar las reglas y los principios bíblicos que regulan un servicio cristiano victorioso. Volvemos a repetir, encontramos a través de cada una de sus páginas, una trayectoria magnífica y también con marcado poder, el secreto de una vida cristiana victoriosa. Nehemías era copero del rey como hemos leído con anterioridad. Fue llamado a un servicio cristiano como también nosotros hemos sido llamados a un servicio cristiano. Ahora bien, ese servicio lo podemos hacer en forma victoriosa y podemos fracasar ¿verdad? Aquí tenemos frente a nosotros un hombre de talento, un hombre dotado de dones muy profundos y de convicciones muy arraigadas. Un hombre que no tiene dudas en lo que respecta a su servicio cristiano. Pero más aun, nos encontramos frente a un hombre que enfrentó ese servicio en forma victoriosa.
Y simpleente por el insentivo de querer aprender de él, vamos a volcar nuestra atención sobre este personaje magnífico que se llamó Nehemías, y contemplar su actitud, sus motivos y sus principios por los cuales él expuso su vida para emprender una tarea inigualable y alcanzar la victoria. Estamos seguros que si aplicamos en nuestra vida esos principios tan esenciales en el servicio cristiano, nosotros también seremos victoriosos como lo fue Nehemías.
Hay tres cosas que Nehemías tuvo en cuenta para poder enfrentar una tarea tan inmensa como la que estaba frente a sus ojos, es decir, la reconstrucción de la muralla, o sea el muro que iba a encerrar la ciudad santa y protejerla del enemigo.
En primer lugar, los Vrs.11 y 12, nos hablan que Nehemías para poder tener un servicio cristiano victorioso, lo primero que hizo fue diagnosticar la tarea a la cual Dios lo había llamado. Producir un diagnóstico no es fácil para nadie y ejecutarlo no es cosa simple. El principio aquí es este: Toma tiempo. No podemos diagnosticar nuestro servicio cristiano en un abrir y cerrar de ojos por así decirlo. Tomó tres días de descanso para que Nehemías se recuperara de su viaje hasta Jerusalén, y su mente y su cuerpo estuvieran en perfectas condiciones de poder analizar todo lo que estaba frente a él. Inmediatamente diagnosticó la situación en la cual se encontraba. ¿Y cómo lo hizo? Según leemos en los Vrs.12-16, se tomó el tiempo necesario para observar las murallas derruídas y las ruinas de Jerusalén. Aquí tenemos una manera muy particular pero práctica de hacer el diagnóstico. No hizo una estimación más o menos, de ninguna manera. La Escritura dice que caminó por lugares increíbles de describir. El Vr.14 dice que "no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba". Las ruinas eran enormes, los obstáculos inmensos, pero notemos que Nehemías analiza cada uno de ellos. En el Vr.15 dice que dio la vuelta y entró por la puerta del Valle. A mitad de camino Nehemías no se paró y dijo: "Señor, esta es una tarea imposible, muy grande". No hizo eso. No murmuró ni se quejó contra Dios por las circunstancias que estaban delante de él. ¿Nos damos cuenta? Eso es diagnosticar, es enfrentar las circunstancias con una mente positiva, con un corazón preparado, con un entusiasmo firme en la palabra de Dios, y con la convicción de que Dios lo quiere usar.
De la misma manera es probable que nosotros (pastores, diáconos, maestros de la escuela dominical, hermanos) nos encontremos en una situación semejante a la de Nehemías, y Dios nos ha llamado a hacer un servicio cristiano victorioso. Pues bien, la manera de empezar es muy simple, debemos hacer un diagnóstico sin contarle a nadie que lo estamos haciendo. Debemos hacer un diagnóstico sin quejarnos de lo que tenemos por delante para poder ver bien, apreciar y estimar lo que estamos viendo y poder desarrollarnos después de la tarea. Valga un ejemplo: Hay muchos individuos que desean casarse repentinamente. Dicen, pastor, me quiero casar la próxima semana y no han medido ni estudiado ni observado el costo de ese casamiento. A breve tiempo se comprueba un resultado desastroso. Es bueno que si queremos comenzar a servir a nuestro Dios y servirlo en una manera victoriosa, primero tomemos tiempo en pensarlo; luego analicemos el costo de ese servicio, sin murmurar, sin quejarnos, pero observando en forma detenida lo que Dios tiene para nosotros. Esa es la regla primera que ha de regular a cada uno de aquellos que han de enfrentarse con la maravilla de servir a Dios. No se sirve a Dios a ciegas, a Dios se lo sirve sabiendo lo que uno va a hacer.
En segundo lugar, Nehemías no sólo diagnosticó si situación, sino que pidió colaboración. De ello habla el Vr.17. Nehemías buscó la cooperación de sus compatriotas. Notamos que en la palabra de Dios existe una base fundamental para lograr un servicio cristiano victorioso. Primero, evaluar la situación, es decir, contemplar un detalle todo lo que está delante para realizar y seguidamente buscar cooperación. Fijémonos cómo Nehemías buscó la cooperación.Dice el Vr.17: "Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio." Nehemías echó mano de la verdad. El no dijo, vengan hermanos que esto es una cosa magnífica, ya tenemos todo en nuestras manos, tenemos un dominio total y estamos en poder de todas las circunstancias que nos rodean. No, no dijo eso. Nehemías les dijo, miremos el oprobio en que estamos. El lo sabía porque lo había analizado primero. Y en base a las circunstancias que rodeaban la situación, buscó cooperación. Les dice: "Venid y edifiquemos". En otra palabra, les dio una inspiración, pero también les dio un propósito en esa invitación. Dice: "...venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio." Resumiendo, cuando buscamos cooperación debemos buscarla con la verdad teniendo también un propósito en esa invitación. Nahemías sabía a donde estaba invitando a la gente y que por lo tanto las cosas no eran como ellos se imaginaban, sino peores. Pero también les dijo que la razón por la cual los invitaba no era porque ellos tuvieran algún merecimiento, sino que como judíos y que creían en que la reconstrucción de Jerusalén se podía realizar, lo sería unicamente porque Jehová iba a estar con ellos.
¿Hemos tratado alguna vez de buscar cooperación en el ministerio cristiano de la misma manera en que Nehemías lo hizo? Si estamos en dificultades y se necesita el brazo de cada uno de los hermanos, se les debe invitar a trabajar, y la razón por la cual se les debe extender la invitación, es que debemos levantar el nombre de Dios. Como en el tiempo de Nehemías, es hora de mirar en el servicio cristiano en donde Dios nos ha puesto. Hacer un diagnóstico sereno y luego pensar si al observar todo el ministerio de nuestra iglesia local, quizás haya un área donde el pastor, el superintendente o el maestro de la escuela dominical, está pidiendo que le ayuden. Ayudarnos unos a otros, colaborar los unos con los otros, tiene un solo insentivo: Que el nombre de Jesucristo sea elevado. ¡Qué hermoso! ¿verdad?
En tercer lugar, en este Cap.2 de Nehemías que nos habla de un servicio cristiano victorioso, vemos aquí un hombre que no solamente diagnóstico su situación, que buscó cooperación, sino que también vemos un hombre que tuvo determinación. El Vr.19 dice: "Pero cuando lo oyeron Sambalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey?" Pero Nehemías tenía permiso del rey. Así que estos enemigos vinieron a hacerle problemas a Nehemías. Trabajar en la tarea cristiana ya es un problema en sí; con escasos recursos, escasos métodos, es bastante pesada la tarea como para que le agreguemos más ¿verdad? Esto es lo que sucede en el Vr.19. Fuerzas exteriores intervienen dentro de la unidad de Nehemías y su pueblo y tratan de desafiarlo diciéndole: "Nehemías, ¿qué vas a hacer tú con tan poca gente, sin materiales y métodos tecnológicos para levantar un muro como el que se necesita aquí?" Ante ese desafío ¿qué haría Nehemías? ¿Titubearía, dudaría de que él fue el hombre llamado para tal tarea? ¿Se echaría atrás como resultado de estar asustado por las circunstancias? Leamos el Vr.20: "Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén." ¡Qué hermoso! He aquí un hombre de determinación. Y es ahí entonces donde interviene el tercer punto de nuestro análisis en un servicio cristiano victorioso. En primer lugar, se necesita diagnosticar la situación. En segundo lugar, se necesita buscar cooperación. Y en tercer lugar, se necesita ser hombres y mujeres de determinación. Nehemias enfrentó al enemigo con la verdad más solemne; dijo: "El Dios de los cielos nos prosperará" El centro motor de Nehemías era Dios, y por consiguiente si Dios empezó la obra, Dios la iba a terminar. Y finalmente Nehemías sacó el foco de atención hacia su persona y lo transfirió a la persona de Dios. Y eso es lo que debemos hacer en nuestra vida. Cuando alguien ataca nuestro ministerio, debemos ser rápidos en salir del medio de la corrupción y presentarnos a Dios el cual nos llamó a hacer ese ministerio.
Un servicio cristiano victorioso: Diagnosticando las circunstancias; buscando cooperación; y siendo hombres y mujeres de determinación. ¡Qué hermoso! He aquí un hombre de determinación. Y es ahí entonces donde interviene el tercer punto de nuestro análisis en un servicio cristiano victorioso. En primer lugar, se necesita diagnosticar la situación. En segundo lugar, se necesita buscar cooperación. Y en tercer lugar, se necesita ser hombres y mujeres de determinación. Nehemias enfrentó al enemigo con la verdad más solemne; dijo: "El Dios de los cielos nos prosperará" El centro motor de Nehemías era Dios, y por consiguiente si Dios empezó la obra, Dios la iba a terminar. Y finalmente Nehemías sacó el foco de atención hacia su persona y lo transfirió a la persona de Dios. Y eso es lo que debemos hacer en nuestra vida. Cuando alguien ataca nuestro ministerio, debemos ser rápidos en salir del medio de la corrupción y presentarnos a Dios el cual nos llamó a hacer ese ministerio.
Un servicio cristiano victorioso: Diagnosticando las circunstancias; buscando cooperación; y siendo hombres y mujeres de determinación.