Una Defensa de la Salavación Por la Fe
por Gabirel Otero
Continuando con el estudio de las cartas del apóstol San Pablo, pasamos ahora a la que les remitiera a las iglesias de Galacia, es decir, a varias iglesias que se encontraban unidas dentro de esa región de Asia Menor central. Desde luego que su autoría está expresada en el Cap.1:1-3, donde leemos: "Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos), y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo,..."
Pablo escribió esta carta como una "Carta Magna" de la iglesia. ¿Y cuál fue el tema que Pablo tuvo en mente al escribir a las iglesias de esta zona de Asia Menor? El tema que Pablo tuvo en mente fue la defensa de la doctrina de la justificación por la fe. Por ello hemos titulado el estudio de esta carta simplemente: "Una defensa de la salvación por la fe". La clave está dada en el Cap.5:1, siendo este versículo la llave que nos abre todo el entendimiento a esta carta dirigida a los Gálatas. Dice: "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud." Pablo expresa así la idea cabal y total de una defensa en lo que respecta a la doctrina de la justificación por la fe. Vamos a estudiar esa defensa, para poder notar en la misma cómo el cristiano puede de una manera total depender de la fe; cómo el cristiano puede realmente asirse de la fe y tomándose de ella puede sobrepasar las barreras de la ley. Vamos a leer los pasajes donde Pablo demuestra que la doctrina de la justificación por la fe no es una doctrina paulina, personal, sino que es una doctrina que Dios nos muestra a través de las Escrituras.
Hay cinco puntos que vamos a observar a través de la epístola, que podemos anotarlos en una hoja de papel, o quizás marcarlos en la misma Biblia, para que nos demos cuenta de la importancia de esta carta cuando alguien quiera ponernos un legalismo que Dios nunca intentó.
Primero, mostrándonos que la caída de los cristianos o de los judíos cristianos que abandonaron la luz de la fe, se debió a que retornaron al legalismo. Cap.2:15-21: "Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera. Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo." Pablo presentando la doctrina de la justificación por la fe, nos muestra que ser legalista es retornar a la ley y hacer vana la muerte de Cristo. Recordemos esto, no podemos retornar al legalismo.
En segundo lugar, Pablo apela a nuestra experiencia espiritual anterior, antes de ser convertidos, para mostrarnos la doctrina de la justificación por la fe. En el Cap.3:1-5, dice así: "¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oir con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oir con fe?" Notamos que Pablo quiere dar a entender a las iglesias de Galacia, que con la doctrina de la justificación por la fe no se puede retornar al legalismo, porque ¿cuál fue la experiencia anterior inmediata a la fe? ¿van entonces a retornar de esa experiencia?
En tercer lugar, Pablo nos muestra que Abraham fue justificado por la fe. Vrs.6-9: "Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham." Vemos que pablo muestra que aun Abraham su justificación fue basada sobre su fe y lo hace con referencia al Cap.15:6 del libro de Génesis donde dice allí: "Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia."
En cuarto lugar, en los Vrs.10-14, leemos: "Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque escrito está: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu." De esta manera Pablo nos dice que la ley no tiene poder de redimir, sino que trajo maldición sobre aquellos que fueron desobedientes, de la cual Cristo redimió a los creyentes.
En quinto lugar, Pablo nos prueba que la ley no puede anular el pacto de la salvación por la fe. Fijémonos lo que dice en los Vrs.15-18: "Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade. Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa." Al leer estos versículos nos damos cuenta que la ley no podía invalidar el pacto de Dios a través de la salvación por la fe. Es decir, cuando Dios le prometió a Abraham que por su fe iba a ser salvo, la ley posterior no invalidó tal promesa. Lo cual prueba entonces en forma terminante y concluyente que la palabra de Dios nos habla que la doctrina de la justificación por la fe es profunda y está encarnada dentro de las Escrituras.
Luego Pablo para demostrar aun más esta doctrina, nos habla del propósito de la ley. Fijémonos en lo que dicen los Vrs.19-25 de este mismo capitulo: "Entonces , ¿para qué sirve la ley?..." En verdad esta es una pregunta que muchos se hacen. Si Dios dio la ley, ¿para qué sirve? "...Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. Y el mediador no es de uno solo; pero Dios es uno. ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe." Y como confirmación agrega en el Vr.25: "Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,..." Es decir, que la ley fue como una regla de conducta que mostró nuestro pecado; la ley fue una regla de conducta que mostró nuestra naturaleza pecadora, y al verla y sin duda no poder cumplirla, nos vimos desamparados. Pero la gracia de Cristo mostró la salvación bajo esa naturaleza.
Notamos entonces que Pablo quiere demostrar con esta explicación a las iglesias de Galacia, que realmente la justificación por la fe no es una doctrina contraria a las Escrituras, sino que por el contrario es una doctrina que basa todos sus aspectos, sus puntos de relación, que basa todo lo que ella posee en la verdadera estructura de la ley; o sea que la ley fuerza a la doctrina de la justificación por fe. Sin ley, no podríamos saber que estamos mal, pero teniendo la ley y sabiendo que estamos mal, no podríamos salvarnos a menos que tengamos una justificación dada por la fe. Vemos pues que dentro de esta maravillosa epistola a los Gálatas, Pablo se propone dar instrucciones con las cuales va a confirmar la doctrina de la justificación por la fe. Y esto nos enseña claramente que no hay nada que podamos hacer para contribuir a nuestra salvación.
Resumamos entonces estos cinco puntos de nuestro tema:
1) No debemos depender absoutamente en la justificación por la ley; hacerlo nos haría retornar al legalismo (Cap.2:15- 21).
2) Querer ser justificados por la ley, destruye la nueva vida (en Cristo) y nos hace vivir en la vieja vida (Cap. 3:1-5).
3) Visto de esta manera, niega lo que la Escritura dice que Abraham fue justificado por la fe, y no por las obras. (Cap.3:6-9).
4) La ley no tenía poder de redimir, pero fue Cristo el que tuvo el poder de redimir (Cap.3:10-14).
5) La ley no puede anular el pacto de la salvación por la fe (Cap.3:15-18).
Es posible tener una religión o militar en una denominación cristiana, podemos ser metodistas, católicos romanos, presbiterianos, bautistas, pero esa religión o esos métodos de religión, no nos han de salvar; recordemos lo que dice Pablo respecto de Abraham que "Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia." Lo que debemos hacer es creer a Dios, creer lo que Dios dice, creer lo que Dios impone, creer lo que Dios suministra, y Dios simplemente dice en las Escrituras por boca del apóstol pablo algo muy práctico, pero también muy pero muy importante: "...que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, serás salvo." (Romanos 10:9). Simplemente así. "Porque no hay diferencia entre judío y griego, -no hay diferencia de nacionalidades- pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos lo que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo." (Romanos 10:12-13). Notamos entonces a través de esta Escritura que la justificación por la fe habla a todo individuo dondequiera haya nacido. Predica a cada individuo y le muestra el poder de la salvación que solamente Dios puede suministrar. Cada persona debe estar dispuesta a reconocer que en sí misma no hay nada que Dios pueda ver como de validez que sirva de justificación para su propia salvación.
Las iglesias de Galacia habían mezclado la ley judía con la fe cristiana. Y el apóstol Juan dice de esto: "Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo." (S.Juan 1:17). Es tiempo que soltemos las muletas de la ley, que solamente nos sirven pra mostrarnos lo que está bien y lo que está mal. Y no depositemos nuestra fe en la ley, sino que la depositemos en Jesucristo, para que al tener esa fe en Dios nos justifique. Recordemos que después de todo, "...la fe es por el oir, y el oir, por la palabra de Dios. (Romanos 10:17).
¡Qué hermosa carta esta a los Gálatas! ¿Verdad? Cada vez que alguien nos diga que tenemos que hacer esto y esto otro para ser salvos, pensemos en la carta a los Gálatas, en esta carta donde Pablo nos da una defensa de la salvación por la fe, sin obras. Meditemos acerca de esto: nuestra salvación no depende en lo que podemos hacer, sino que depende en lo que Dios ya hizo por nosotros. Dios nos bendiga para que realmente podamos gozar de la paz que proviene de una salvación que tiene su base en la justificación por la fe.