El Reinado de David
I Reyes
por Gabriel Otero
Vemos entonces que el reinado de Salomón en primer lugar se caracterizó por su sabiduría, una sabiduría que vino de Dios, una sabiduría que vino de lo alto. En la epístola de Santiago Cap.3:17, la Biblia dice: "Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía." Notamos entonces que esa sabiduría que proviene de Dios, llenó la vida del rey Salomón porque era un hombre sin hipocresía, un hombre puro, manso, un hombre de paz. De manera que el reinado de Salomón se caracterizó como uno de los reinados más pacíficos del mundo. El hecho significante, el motivo, la razón por la cual el reinado de Salomón fue el más pacífico de todos los reyes de la tierra, fue sin duda que él tenía la sabiduría de Dios.
Si pensamos que cada uno de nosotros formamos parte de ese reinado celestial, si somos hijos de Dios en Cristo Jesús, entonces somos parte del reino de Dios. Y si poseemos la sabiduría de Dios, somos personas de paz, somos personas de las cuales podemos decir que se encuentra la sabiduría que no es de los hombres, una sabiduría que no cambia, una sabiduría que no se molesta ni se irrita. La sabiduría de Dios es firme, pero es también gentil, amorosa. Y esa era la sabiduría de Salomón. Volvemos a decir, si poseemos la sabiduría de Dios, podemos poseer un hogar como el reinado de Salomón, un hogar de paz, un hogar lleno del fruto del poder y la sabiduría de Dios.
II.- El reinado de Salomón se caracterizó por su dedicación.
En los Caps.6-7, encontramos versículos que si los ponemos juntos y en línea, veremos la importancia de cada uno de ellos. En el Cap.6:1 dice: "En el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto, el cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, comenzó él a edificar la casa de Jehová." Ahora fijémonos, en el Vr.14, leemos: "Así, pues, Salomón labró la casa y la terminó." Pasemos ahora a los Vrs.37-38: "En el cuarto año, en el mes de Zif, se echaron los cimientos de la casa de Jehová. Y en el undécimo año, en el mes de Bul, que es el mes octavo, fue acabada la casa con todas sus dependencias, y con todo lo necesario. La edificó, pues, en siete años." Notamos entonces que el reinado de Salomón se caracterizó también por su dedicación. Era un hombre que comenzaba una obra y la terminaba.
Sí; en verdad eso tiene mucha importancia en nuestra vida. Quiera Dios que el mundo conozca que somos hombres y mujeres dedicados al llamado de Dios. Empezar algo es muy fácil. Podemos decir que es muy fácil proyectar, soñar y aun tener la visión de cosas a realizar. Pero lo más difícil es hacerlo, y aun mas dificil concluir lo que decimos que vamos a hacer. Salomón era uno de esos hombres que comenzaba y terminaba lo que él decía iba a hacer. Por eso la característica principal de su reinado, fue una característica en la cual encontramos dedicación. Si nosotros comenzamos una tarea y no la terminamos, estamos dando a entender que carecemos de dedicación y constancia hacia aquello a lo cual hemos puesto las manos. Y la Biblia nos instruye y nos da el ejemplo de que Salomón fue un hombre próspero, ¿por qué? porque terminó lo que empezó. ¡Qué hermoso! ¿verdad?
Si tenemos una tarea específica en la iglesia, no dejemos por la mitad aquello que hemos empezado. Si tenemos una tarea determinada en nuestras manos, no la dejemos hasta que la concluyamos, pues entonces añadiremos a nuestras vidas el importante talento de ser hombres y mujeres dedicados. ¿Entendemos esto? Salomón era un hombre sabio, pero también un hombre que ejecutaba aquello que decía iba a hacer. No solamente tenía buen discernimiento y sabía juzgar entre el bien y el mal, sino que sabía hacer aquello que se proponía. Esa fue una de las características del reinado de Salomón. Quiera Dios que también sea esa la característica de nuestra vida.
III.- El reinado de Salomón se caracterizó por su vida de oración.
En el Cap.8:59-60, encontramos la clave, el secreto y el motivo por el cual él oraba. En el Vr.59 Salomón comienza con la conclusión de su oración y dice así: "Y estas mis palabras con que he orado delante de Jehová, estén cerca de Jehová nuestro Dios de día y de noche, para que él proteja la causa de su siervo y de su pueblo Israel, cada cosa en su tiempo;..." Fijémonos cuál es el motivo por el cual él oraba. Vr.60: "...a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios, y que no hay otro." ¿Entendemos? La Escritura nos dice que Salomón tenía un propósito en la oración. No era precisamente que él deseaba que se solucionara un problema de su vida particular; no estaba buscando un beneficio propio, sino que en sus oraciones tenía una meta, y esa meta era a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios y no hay otro. El propósito por el cual él edificó su casa tan lujosa, con establos para sus caballos y ciertas cosas que eran brillantes y de lujo, no era para mostrar al mundo que él era un hombre de ostentación y orgullo personal, sino para mostrar a otros la grandeza del Dios en quien creía.
Del mismo modo nosotros los cristianos podemos decir lo mismo. Nuestro Dios que no es otro que el de Salomón, no es un Dios barato, es un Dios que sabe sostener, alimentar y cuidar de su pueblo. El edificó una casa a Dios, no hecha simplemente de barro, sino de lo mejor, ¿por qué? porque quiso demostrar al mundo que el Dios de Israel es un Dios poderoso; espiritualmente y también materialmente. ¡Qué hermoso propósito! Nos preguntamos: ¿Es este nuestro Dios? ¿O nosotros somos tacaños y queremos que Dios nos bendiga dándonos cosas sin nosotros darle nada a él? Muchas veces, estando en mi escritorio oro por los pastores alrededor del mundo. Hombres y mujeres dedicados a la tarea de Dios doquiera estén, en el medio de una metrópolis, o quizás en una aldea, o quizás en algún pueblo muy pequeño. A través de las cartas que nos llegan a Family Radio, me doy cuenta de cómo viven cada uno de los pastores que me escriben de distintos lugares del mundo. Pero en cada una de sus cartas a veces noto que hay una falta de reconocimiento y sensibilidad en el pueblo cristiano en lo que respecta a la responsabilidad de dar. Y es allí donde el cristiano falla en su visión; quiere todo para él pero no lo comparte y al no compartirlo en forma amorosa da a entender algo que no es cierto. Algunos creen que nuestro Dios es un Dios muy barato, un Dios pordiocero. Están equivocados. La Biblia nos dice en este libro que estamos considerando, que hubo un varón sobre la tierra que supo dar porque él se dio primero y dio de lo que tenía, todo lo que poseía. Dios le dio a él para que fuera un hombre firme, un hombre de talento, un hombre que no tuviera escasez de nada. Por esta razón podemos garantizar que dondequiera que nos encontremos, en la selva del Amazonas, en las altas montañas del Perú, en los valles y en las pampas, no interesa dondequiera que nos encontremos, si le damos a Dios nuestra vida, y si le
damos a Dios nuestros bienes, él no nos dejará morir de hambre, ni nos dejará en la pobreza, porque nuestro Dios no es un Dios barato. Esa lección se aprende de la vida de Salomón.
IV.- Y finalmente, el reinado de Salomón se caracterizó tristemente por el fracaso humano.
Hubo varios fracasos, pero dos de ellos lo llevaron a la ruina. El primer fracaso lo vemos en el Cap.11:1 3. El fracaso de la sensualidad: "Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os lleguéis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor. Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón." Salomón cedió a los deseos internos de su vida y terminó en el fracaso. Dejó que la sensualidad que vivía en su vieja naturaleza se expresara. Y en segundo lugar, cedió a la apostasía. En los Vrs.4-8, leemos: "Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses."
Debemos orar para que este desastre tan desafortunado de la vida de Salomón no sea el nuestro. Un hombre en el cual había sabiduría, dedicación y oración, encontró el fracaso, ¿por qué? porque no fue constante a su creencia, sino que dejó que dos elementos que hoy tenemos en la vida del mundo más visibles que nunca, la sensualidad y la apostasía, minaran su corazón. Es decir, se dejó influenciar a través de amores mal entendidos. ¿Nos damos cuenta por qué la poligamia no es de Dios? ¿Nos damos cuenta ahora de lo importante que es ser fiel hasta el final?
Quiera Dios bendecirnos para que estas cuatro características del reinado de Salomón, nos sirva para que seamos un ejemplo de pureza, un ejemplo al cumplimiento y al trabajo cristiano, pero también un llamado de atención para no caer en el fracaso al cual podemos llegar si dejamos que la sencualidad de la carne nos consuma y que la firmeza de nuestra fe se quiebre.