Valientes Como León y Mansos Como Cordero: Los Esposos Cristianos como Cabeza,
Parte 1
por John Piper
Efesios 5:21-33
...sometiéndoos unos a otros en el temor de Cristo. 22 Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo. 24 Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres , así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella , 26 para santificarla , habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra , 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada . 28 Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia; 30 porque somos miembros de su cuerpo . 31 Por esto el hombre dejara a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia. 33 En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.
Si el Señor quiere, tanto hoy como la semana que viene nos enfocaremos en el significado que tiene para un hombre casado ser cabeza de su esposa y de su hogar. Estaremos orientándonos hacia este asunto por dos razones. Una es que la Biblia dice en Efesios 5:23: “el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia”. Necesitamos saber qué quiere decir la Biblia con esta declaración de manera que podamos gloriarnos en ella y obedecerla.
La otra razón es que hay pocas cosas más destruidas en nuestros días que el patriarcado y el liderazgo del hombre en relación con las mujeres y las familias. Y el precio de esta destrucción es enorme e impacta casi cada faceta de la vida. Así que, por el bien de una fiel exposición y exaltación bíblica, y con el fin de recobrar el patriarcado bíblico y las estructuras familiares que exaltan a Cristo, utilizaremos (Dios mediante) dos semanas en este importante asunto del liderazgo.
Primero lo primero
Nuestro énfasis en estas semanas, hasta ahora ha sido que estar casados no es fundamentalmente un asunto de amor, sino de guardar el pacto. En un momento determinado sí llegamos a decir que la posibilidad de estar profundamente enamorados durante cuarenta años es mucho mayor precisamente por la preservación de este pacto inquebrantable, de lo que lo fuera si usted creyera que la tarea del matrimonio es principalmente permanecer enamorados. Dar prioridad a lo primero hace que lo segundo sea mejor. Permanecer enamorados no es la tarea fundamental del matrimonio. Es un resultado feliz de la preservación del pacto por amor a Cristo.
Hasta ahora, hemos dedicado la mayor parte de nuestro esfuerzo en estos cinco mensajes, a la reflexión sobre los fundamentos de la perseverancia en el pacto conforme Cristo mantiene su pacto con nosotros. Hemos mirado hacia el matrimonio como a la vitrina de la gracia que guarda el pacto en una combinación de perdón y tolerancia. Y la semana pasada, nos ocupamos de responder la pregunta: ¿podemos ayudar a que la pareja cambie? Y si es así, ¿cómo podemos hacerlo con gentileza?
El Liderazgo Visto A La Luz Del Evangelio
Hasta ahora hemos dedicado poco tiempo a los diferentes roles del esposo y la esposa –el liderazgo y la sumisión. Esto fue intencional. Es necesario conocer los fundamentos en el evangelio antes de que estas verdades puedan resplandecer con la belleza que realmente tienen. No hay nada horrible o indeseable en estas distinciones de liderazgo y sumisión cuando son vistas a la luz del evangelio de la gracia.
Así que ahora la cuestión que nos presiona es: ¿Qué es ser cabeza del hogar? Y ¿Qué es sumisión? El plan es analizar el liderazgo en el hogar en las próximas dos semanas y luego, después de la Pascua ver la sumisión y otros asuntos relacionados al matrimonio.
Esta semana hablaremos en gran medida acerca del fundamento del liderazgo del hombre en el hogar, y la próxima semana, hablaremos mayormente, acerca de su aplicación ¿Cómo será en la práctica?
El Misterio Revelado
Veamos en este texto el verso 31. Es una cita tomada de Génesis 2:24: “Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”. En el verso siguiente (v.32) Pablo dice algo sobre esta cita: “Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia”.
Ahora ¿por qué la unión entre un hombre y una mujer para formar una sola carne es llamada misterio? Misterio en el Nuevo Testamento no significa algo tan complejo, o profundo, u oscuro, o distante que los humanos no lo pueden entender. Un misterio es un propósito oculto que Dios tiene y que ahora es revelado para nuestro entendimiento y disfrute. Pablo explica que el misterio está en el verso 32. La unión matrimonial es un misterio, dice, porque su significado más profundo ha sido encubierto por Dios durante la historia del Viejo Testamento, pero ahora está siendo abiertamente revelada por el apóstol, a saber, que el matrimonio es una imagen de Cristo y la iglesia. Verso 32: “hablo con referencia a Cristo y a la iglesia”.
Así que el matrimonio es como una metáfora, o una imagen, o una representación, o una parábola, o un modelo que simboliza a algo más que un hombre y una mujer volviéndose una sola carne. Simboliza la relación entre Cristo y la iglesia. Ese es el significado más profundo del matrimonio. Está diseñado para ser una representación en vivo de cómo Cristo y la iglesia se relacionan.
El Paralelo Entre Un Cuerpo Y Una Carne
Usted puede ver como esto es confirmado en los verso 28-30. Aquí se describe el paralelo entre Cristo y la iglesia siendo un solo cuerpo, y el esposo y la esposa siendo una sola carne. Verso 28-29: “Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida...”. En otras palabras, la unión en una sola carne entre un hombre y su esposa significa que, en un sentido, son un solo cuerpo, de manera que el cuidado que el esposo tiene por su esposa, lo tiene por sí mismo en la misma acción. Ellos son uno. Lo que hace para ella lo hace para sí mismo.
Entonces, Pablo compara esta situación con el cuidado que Cristo tiene por la iglesia. Verso 29-30: “Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia 30 porque somos miembros de su cuerpo”. Vea el paralelo: Cristo cuida y sustenta la iglesia porque somos miembros (es decir, brazos, piernas, y manos, y pies) de su cuerpo. Y los esposos cuidan y sustentan a sus esposas “como a sus propios cuerpos”. Nadie ha aborrecido alguna vez a su propio cuerpo”. Así como el esposo es un cuerpo con su esposa, así también Cristo es un cuerpo con la iglesia. Cuando el esposo cuida y sustenta a su esposa, se sustenta y cuida a sí mismo; y cuando Cristo cuida y sustenta a la iglesia, se sustenta y cuida a sí mismo.
Todo esto subraya lo que Pablo llama un misterio “grande” –que el matrimonio, en su significado más profundo, es un duplicado de Cristo y la iglesia. Si usted quiere entender cuál sea la intención de Dios para el matrimonio, tiene que comprender que estamos lidiando con la copia de un original mucho más grande, con una metáfora que ilustra de una realidad mucho más grande, y con una parábola que representa a una verdad mucho más grande. El original, la realidad, la verdad es el matrimonio de Dios con su pueblo, o como lo vemos en el Nuevo Testamento, el matrimonio de Cristo con la iglesia. Y el duplicado, la metáfora, la parábola es el matrimonio humano entre un esposo y una esposa. Geoffrey Bromiley dice: “Como Dios hizo al hombre a su propia imagen, así hizo el matrimonio terrenal a la imagen de su propio matrimonio eterno con su pueblo” (Dios y el Matrimonio, pg. 43). Creo que esto es correcto con toda exactitud. Y esta es una de las verdades más profundas que se puede decir acerca de la vida humana.
Los Roles son Diferentes
Algo de lo que aprendemos a partir de la revelación de este misterio es que los roles del esposo y la esposa en el matrimonio son diferentes. Considere la forma en que Efesios 5:22-25 explica el papel del esposo y el papel de la esposa en el misterio del matrimonio como copia de Cristo y la iglesia: “Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo. 24 Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella”. Los esposos son comparados con Cristo; las esposas son comparadas con la iglesia. Los esposos son comparados con la cabeza; las esposas son comparadas con el cuerpo. A los esposos se les ordena amar como Cristo amó; a las esposas se les ordena someterse como la iglesia está sometida a Cristo.
Es sorprendente como muchas personas no lo ven así cuando estudian este pasaje. O, viéndolo, lo niegan. Tengo en mente a los llamados igualitaristas –quienes niegan la idea de que los hombres han sido llamados para ser líderes del hogar. Ellos ponen todo el énfasis en el verso 27 y la enseñanza de la sumisión mutua. Todos estamos de acuerdo con que el verso 21 es el clímax del verso 18 donde Pablo nos ordena ser llenos con el Espíritu. Verso 18b-21: “Sed llenos del Espíritu , 19 hablando entre vosotros con salmos , himnos y cantos espirituales , cantando y alabando con vuestro corazón al Señor ; 20 dando siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre ; 21 sometiéndoos unos a otros en el temor de Cristo."
Así que someternos unos a otros es como una expresión de ser llenos con el Espíritu Santo. Los esposos y esposas llenos del Espíritu Santo se servirán el uno al otro. Se humillarán y decrecerán para que el otro sea levantado y encontrarán modos de someter sus preferencias inmediatas para consolar la necesidad del otro. ¡Amén a eso! ¡Que suceda cada vez más! No tengo ninguna intención de minimizar la mutualidad de la sumisión y el servicio.
Sumisión Mutua y Roles Diferentes
Pero el problema es que los igualitaristas parecen detenerse en la sumisión mutua, como si fuera todo lo que se necesitase decir acerca de los roles en el matrimonio, o como si eso fuera todo lo que el texto tiene que decir. Y cuando se detienen allí, la mayoría de las personas de hoy se sienten una gran ambigüedad y confusión acerca de los roles apropiados del esposo y la esposa. Una vez que usted explica a las personas que un esposo y una esposa deben ser mutuamente humildes, y que deben igualmente estar listos para servirse el uno al otro, y que deben anhelar con igualdad satisfacer las necesidades del otro y edificar al otro –una vez que todo eso ha sido dicho, aun permanece una gran incertidumbre sobre cuáles, si algo los distingue, son los roles del esposo y la esposa. ¿Los roles solo son distinguidos por el don biológico de la maternidad? ¿O hay algo más profundo?
Lo que es más sorprendente es que los igualitaristas no aceptan lo que cualquier lector ordinario puede ver en Efesios 5. Después de declarar que hay una sumisión mutua en el verso 21, Pablo dedica doce versos para explicar la diferencia en las formas en que el esposo y la esposa deberían servirse el uno al otro. Usted no necesita negar la sumisión mutua para afirmar la importancia del rol distintivo del esposo como cabeza y el llamado específico a la esposa para someterse a su liderazgo.
Jesús, El Desposado, Sirvió A Su Esposa
La manera más simple de ver esta verdad es recordar que Jesús mismo se ciñó una toalla e inclinó al suelo para lavar los pies de sus discípulos (el desposado, sirviendo a la novia), pero ni por un minuto algún apóstol en aquella habitación dudó de quién fuera el líder en ese momento. En otras palabras, la mutualidad de la sumisión y el servicio no cancela la realidad del liderazgo o patriarcado. El servicio no anula el liderazgo; lo define. Jesús no deja de ser el León de Judá cuando se vuelve manso como un cordero al servir a la iglesia.
Después de enfatizar la mutualidad de la sumisión o el servicio en el verso 21, Pablo dedica todo el pasaje, a través del verso 33, para diferenciar los roles del esposo y la esposa (entre el amoroso liderazgo de un esposo que toma su ejemplo de Cristo, y la espontánea sumisión de una esposa que toma su ejemplo de la iglesia que sigue a Cristo).
Hoy no solo necesitamos escuchar de este texto un llamado a la sumisión mutua que deja a los jóvenes buscando a tientas qué significa ser un esposo, y a las muchachas indagando el significado de ser una esposa. Necesitamos es escuchar qué es liderazgo y sumisión ¿Cuáles son las implicaciones positivas, prácticas de haber sido llamado cabeza que dan al hombre este rol distintivo en el matrimonio? No es suficiente decir someteos unos a otros. Eso es cierto de Cristo y su iglesia, ellos se someten mutuamente. Pero no se someten de la misma forma. Cristo es Cristo, nosotros somos la iglesia. Hablando doctrinal y espiritualmente, confundir las diferencias sería algo devastador. Así que el hombre es el esposo que muestra a Cristo, y la mujer es la esposa que muestra a la iglesia. Y confundir estas diferencias establecidas por Dios, o abandonarlas, resultará en más desilusión, y más divorcios, y más devastación.
Roles no son Arbitrarios ni Reversibles
Una de las verdades más evidentes en Efesios 5 es que los papeles del esposo y la esposa en el matrimonio no son asignados arbitrariamente y no son reversibles, como tampoco lo son los roles de Cristo y la iglesia. El papel del esposo y la esposa están enraizados en los roles únicos de Cristo y su iglesia. La revelación de este misterio es la recuperación de la intención original del pacto del matrimonio en el Jardín del Edén.
Usted lo puede ver con más claridad cuando reflexiona en lo que el pecado hizo al patriarcado del hombre y la sumisión, y al contemplar cómo la enseñanza de Efesios 5 está tan perfectamente preparada para remediar esa corrupción. Cuando el pecado entró en el mundo, arruinó la armonía del matrimonio, no porque hubiera producido liderazgo y sumisión, sino porque convirtió el liderazgo amoroso y humilde del hombre en la dominación hostil en algunos hombres o la indiferencia perezosa en otros. Y desvirtuó la sumisión inteligente, espontánea, feliz, creativa, y acoplada de la mujer, convirtiéndola en la adulación manipuladora, o servilismo de algunas mujeres, o la insubordinación insolente en otras. El pecado no creó al liderazgo y la sumisión en el matrimonio; al contrario: lo arruinó, lo distorsionó, y lo convirtió en algo desagradable y destructivo.
Recuperando Los Roles Del Matrimonio Desde Los Destrozos Que Pecado Nos Dejó
Ahora, si esto es cierto, entonces la redención que anticipamos con la venida de Cristo no es el desmantelamiento del orden original y creado de liderazgo amoroso y la sumisión espontánea, sino su recuperación de entre los destrozos que el pecado nos dejó. Y eso es exactamente lo que encontramos aquí, en Efesios 5:21-33. ¡Esposas, permitan que la sumisión desvirtuada sea redimida según la imagen del propósito de Dios para la iglesia! ¡Esposos, permitan que el patriarcado destrozado sea redimido según la imagen del propósito de Dios para Cristo!
Por tanto, el liderazgo no es el derecho de controlar, abusar o descuidar. (El sacrificio de Cristo es el modelo). Al contrario, es la responsabilidad de amar como Cristo a medida que guiamos, protegemos y proveemos para nuestra esposa y familia. Y la sumisión no es la esclavitud, coerción, o cobardía. Esa no es la manera en que Cristo quiere que la iglesia responda a su liderazgo, protección y provisión. Quiere que la sumisión de la iglesia sea libre, espontánea, alegre, refinada, y fortalecedora.
En otras palabras, Efesios 5:21-33 hace dos cosas:
Nos advierte de los abusos del liderazgo al decirle a los esposos que debemos amar como Jesús.
Y nos advierte de corromper la sumisión al decirle a las esposas que respondan como la iglesia a Cristo.
Definiendo El Liderazgo Y La Sumisión
Permítanme por tanto, terminar por ahora con unas breves definiciones del liderazgo o patriarcado y la sumisión, para luego volver la próxima semana, Dios mediante, con aplicaciones prácticas acerca de cómo debe ser, en particular, este liderazgo.
Liderazgo, es el llamado divino a los esposos de tomar la responsabilidad fundamental de ser semejantes a Cristo, con un liderazgo servil, al brindar protección y provisión en el hogar. (Vea el mensaje de la próxima semana para analizar las bases bíblicas de las palabras: “liderazgo, protección, y provisión”).
Sumisión, es el llamado divino a las esposas a honrar y afirmar el liderazgo de sus esposos y ayudarle a llevarlo según sus dones como esposa.
Hay mucho en riesgo aquí. Espero que usted reflexione con seriedad, sea casado o soltero, anciano o joven. De ello depende no solo la estructura de la sociedad, sino el testimonio del Cristo y la iglesia fieles al pacto.
Parte 2
¿Qué Significa Liderar?
Efesios 5:21-33
...sometiéndoos unos a otros en el temor de Cristo. 22 Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo. 24 Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres , así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella , 26 para santificarla , habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra , 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada . 28 Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia; 30 porque somos miembros de su cuerpo . 31 Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia. 33 En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.
Jesús, El Modelo Para El Patriarcado
La razón por la que utilizo el título “Valientes Como El León Y Mansos Como El Cordero” para referirme a los esposos como cabeza de las esposas es porque el esposo es llamado a dirigir como Jesús quien es el León de Judá (Apocalipsis 5:5) y el Cordero de Dios (Apocalipsis 5:6); él era bravo como un león y manso como un cordero, fuerte y humilde, tosco y tierno, agresivo y sensible, atrevido y perceptivo. Él establece el patriarcado.
Pero quizás, para algunos, no queda muy claro que el concepto de patriarcado involucra el liderazgo en su significado fundamental. Y creo que ese es el caso. El verso fundamental sobre patriarcado en nuestro texto es Efesios 5:23: “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo”. Así que el esposo debe tomar estas magníficas indicaciones para el matrimonio según el modelo de Cristo en su relación con la iglesia. Yo entiendo que esto significa que el esposo tiene una responsabilidad única de liderazgo en el matrimonio.
El Esposo Como Líder
La última vez sugerí que una definición bíblica para el liderazgo del hombre en el hogar sería: el llamado divino a los esposos de tomar la responsabilidad fundamental de ser semejantes a Cristo, con un liderazgo servil, al brindar protección y provisión en el hogar. Mientras más medito en esas tres facetas del liderazgo del hombre en el hogar (liderazgo, protección, provisión) más me parece que ellas realmente nos dirigen hacia dos expresiones. Es decir, el liderazgo de un esposo se expresa al velar por la protección y provisión de la familia. Así que la protección y la provisión no están separadas del liderazgo. Son dos áreas fundamentales donde el esposo está llamado a llevar la responsabilidad primaria.
Así que necesitamos ver dónde este texto apoya esta idea y luego comentar algunas aplicaciones o ilustraciones de su significado. Demos algunos argumentos (a partir del texto) por los que creo que la palabra cabeza en el verso 23 involucra una responsabilidad única de liderazgo.
El Esposo Como Cabeza
1) La palabra Cabeza es utilizada para designar al líder en el Antiguo Testamento. Por ejemplo: Jueces 11:11, “Jefté fue con los ancianos de Galaad, y el pueblo le hizo cabeza y jefe sobre ellos [eis kephalēn kai eis archēgon]”. (Vea también 10:18; 11:8, 9; 2do de Samuel 22:44; Salmos 18:43; Isaías 7:8).
2) Efesios 1:21-23 dice que Cristo está “muy por encima [...] de todo nombre que se nombra [...] 22 Y [Dios] todo sometió bajo sus pies, y a Él lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 23 la cual es su cuerpo”. El enfoque de este texto está en el gobierno de Cristo y su autoridad cuando es llamado cabeza de la iglesia. Así que el énfasis está en su liderazgo sobre la iglesia.
3) En Efesios 5:25 Pablo dice: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella”. Aunque en este verso el estrés está sobre el sacrificio de Cristo por su novia, y por tanto el texto pide que el esposo ame así, no debemos perder de vista la irrefutable verdad de que fue Cristo quien tomó la acción decisiva. Él no estaba respondiendo a la petición de la iglesia. La iglesia no planificó su salvación y santificación. Cristo lo hizo. Esto es liderazgo del tipo más elevado, es un liderazgo que sirve. Cristo está liderando, llevando la delantera para salvar a su novia, y la salva sufriendo por ella.
Vemos liderazgo en el sacrificio de Cristo no solo porque él planeó y tomó iniciativa en lugar de responder a la iniciativa de la iglesia, sino también porque murió para darnos un ejemplo. Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mateo 16:24). En otras palabras, he tomado el liderazgo en el sufrimiento por amor al amor; tomen ahora su cruz y síganme. Esta es la razón por la que el liderazgo no es principalmente un privilegio y un derecho, sino una carga y una responsabilidad.
4) Por último, por estas tres razones en las que el patriarcado involucra el liderazgo, el cuarto argumento es que el concepto de sumisión, cuando se relaciona con el patriarcado, implica que patriarcado es liderazgo. Pablo dice en los versos 22-23: “Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de la mujer”. Cuando el fundamento de la sumisión es expresado como el patriarcado del esposo, queda claro que el patriarcado involucra el tipo de liderazgo que una mujer puede honrar.
La definición de sumisión que explicaremos después de la Pascua es: “sumisión es el llamado divino a las esposas para honrar y afirmar el liderazgo de sus esposos y ayudarle a llevarlo según sus dones como esposa”. El mensaje central de hoy es simplemente que cuando la sumisión es correlacionada con el patriarcado, ello implica que el patriarcado involucra al liderazgo. La esposa honra y a afirma el liderazgo de su esposo y le ayuda a desarrollarlo según sus propios dones.
Así que, a partir de estas cuatro observaciones (y hay muchas otras partes de la Biblia que pudiéramos mirar), concluyo que el patriarcado es el llamado divino a un esposo de llevar la responsabilidad primaria de un liderazgo a la semejanza de Cristo, para la protección y la provisión en el hogar.
Protección
Ahora ¿dónde en este texto vemos la idea de que este liderazgo tiene la responsabilidad especial de proteger y proveer para la familia? Consideremos primero la protección. En los versos 25-27. Pablo muestra cómo debe amar el esposo a su esposa –es decir, cómo ejercer el tipo de liderazgo servicial de Cristo: “Maridos, amad a vuestras mujeres , así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella , 26 para santificarla , habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra , 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada”.
En las palabras “se dio a sí mismo por ella”, escuchamos del sacrificio salvador de Jesucristo. Cuando Cristo se dio a sí mismo por nosotros, tomó nuestro lugar. Llevó nuestros pecados (1ra de Pedro 2:24) y se hizo maldición por nosotros (Gálatas 3:13) y murió por nosotros (Romanos 5:8); y por todo esto somos reconciliados con Dios y salvos de su ira. Romanos 5:10: “Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida”.
Si hubo alguna vez un ejemplo de liderazgo que tomara la iniciativa para proteger a su novia, este es. Así que, cuando Pablo llama a un esposo para que sea cabeza de su esposa, amándola como Cristo cuando lidera, podrá querer decir muchas cosas, pero sobre todo: Protéjala a todo costo.
Provisión
¿Y qué podemos decir acerca de la provisión? Yo sostengo que el liderazgo en el hogar es el llamado divino a los esposos a tomar la responsabilidad primaria de ser semejantes a Cristo, con un liderazgo servil, al brindar protección y provisión en el hogar. ¿Hay evidencias en este texto de que el liderazgo del esposo debería tomar la responsabilidad primaria de la provisión para su esposa y familia? Sí, de cualquier forma, esto es aun más evidente. Considere los versos 28-29: “Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia”
Las palabras “lo sustenta y lo cuida” son significativas. La palabra sustenta (ektrephei) es utilizada con frecuencia en la Biblia para referirse a la crianza de niños y la provisión de lo que necesitan. Pero la parte de este significado que se aplica aquí no es que el esposo sea un pariente [una madre], sino que es un proveedor amoroso. La palabra es utilizada con más frecuencia en el sentido de Génesis 45:11 donde José dice a sus hermanos: “‘Allíproveeré [ekthrepsō] también para ti, pues aún quedan cinco años de hambre”. Así que la idea es que el esposo que dirige como Cristo, toma la iniciativa para garantizar que las necesidades de su esposa e hijos sean satisfechas. Él provee para ellos.
De manera similar, la otra palabra del verso 29 nos lleva hacia la misma dirección pero con más ternura. El esposo “sustenta y cuida [thalpei] [a su cuerpo, a su esposa], así como también Cristo a la iglesia”. Esta palabra para cuidar es utilizada por Pablo en otra ocasión, a saber, para referirse a su tierno amor por la iglesia en Tesalónica. Él se compara a sí mismo con una madre cuidando a su hijo. 1ra a los Tesalonicenses 2:7: “Más bien demostramos ser benignos entre vosotros, como una madre que cría con ternura a sus propios hijos”. La idea no era minimizar a la iglesia, sino enfatizar el cuidado cariñoso de Pablo y su disposición de hacer por ellos cualquier cosa que estuviera en su poder, como una madre hubiera hecho por su hijo.
Así que concluyo que hay una buena razón en Efesios 5 (sin mencionar a Génesis 1-3 y otros textos) para enfatizar el llamado divino al esposo como aquel que lleva la responsabilidad primaria (según a Cristo) de un liderazgo servicial, para la protección y provisión en el hogar.
La Vida Depende De La Protección Y La Provisión
Fíjese ahora en la protección y la provisión. La razón por la que sobresalen es que son sumamente básicas. Sin protección y provisión la misma vida es amenazada. Así que la razón por la que estas dos responsabilidades son puestas al descubierto tan rápidamente, es que si un esposo yerra en su liderazgo sobre estas áreas, quizás no encuentre otro lugar donde pueda ejercitarlo. La vida de la familia depende de la provisión y la protección. La vida misma debe ser protegida y cuidada, o deja de existir.
Pero hay otra razón por la que sobresalen estas responsabilidades: Tanto la protección como la provisión, ambas tienen un significado espiritual. Hay alimento espiritual que debe ser provisto. Los esposos deben proteger de las amenazas físicas contra la vida de la familia y las amenazas espirituales contra la vida de la familia. Así que cuando usted lo piensa bien, el esposo está llamado a estar listo para hacer que este liderazgo se manifieste en estas cuatro formas:
Provisión física (de comida y albergue).
Provisión Espiritual (de la Palabra de Dios y la guía espiritual, para animar e instruir).
Protección Física (de intrusos, o desastres naturales, o enfermedades).
Y Protección Espiritual (con oración y advertencias, y para alejar algunas malas influencias del hogar).
Provisión: física y espiritual; Protección: física y espiritual.
Animando A Los Esposos
Antes de dar algunos ejemplos, permítanme dar una palabra de ánimo y de peligro. El ánimo es para los hombres. Si esto les suena nuevo y abrumador, siéntase animados porque Cristo no les llama a hacer aquello para lo que no les capacita. Mi padre amaba citarnos Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Los esposos son llamados a hacer algo bien difícil. El liderazgo no es fácil, es parte de lo que significa ser cristiano: “toma tu cruz y sígueme”. Pero cada mandamiento viene con una promesa: “No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10). Tengan ánimo, el liderazgo es fuerte, pero ustedes son hombres. Usted es un hombre. Si su padre nunca le enseñó a liderar, su padre celestial lo hará.
Una Advertencia A Las Mujeres
La advertencia es para las mujeres. Usted no puede exigir que su esposo tome el liderazgo. Por muchas razones:
Exigir es contradecir lo mismo que desea. Está fuera del carácter. Si usted se vuelve quien exige, él ya no es el líder.
Exigir será contraproducente porque si él tenía alguna intención de esforzarse más, la exigencia de la mujer hará que se desanime. Pues ya no sentirá que tiene el control, sino que está consintiendo.
El liderazgo tiene que venir del interior de él, a través de la Palabra de Dios y del Espíritu de Dios.
Es por eso, que en lugar de exigir:
Ore fervientemente a fin de que Dios despierte el verdadero liderazgo del esposo en el hogar.
Pídale un tiempo donde puedan verse a solas los dos, un tiempo en que usted no esté cansada ni enojada, y pueda hablarle de los deseos de su corazón. Cuando usted exprese sus anhelos, hágalo sin que suenen a ultimátum, y con la esperanza puesta en Dios, no en el hombre. Exprese su aprecio y honor por los las maneras que él escoge para dirigir.
Ejemplos y Explicaciones
Esta es la exhortación y la advertencia. Ahora, algunos ejemplos y explicaciones. Estos deben ser breves y provocativos, en lugar de ser completos en un intento de responder todas sus preguntas. Considere el liderazgo del hombre en el hogar en cada una de las cuatro esferas antes mencionadas.
1. El Liderazgo en la Provisión Espiritual
Para proveer alimento espiritual para la familia, usted debe conocer el alimento espiritual. Esto significa que un hombre debe buscar a Dios con empeño. Solo podrá ser un guía espiritual si está creciendo en su propio conocimiento y amor por Dios. Si está alimentando su alma con la Palabra de Dios, será guiado a alimentar a su esposa e hijos.
Reúna a su esposa e hijos para tener devocionales familiares cada día llámelo como quiera: oración familiar, adoración familiar, tiempos familiares de la Biblia. Tome la iniciativa para reunirlos. Si no sabe qué hacer, pregunte a algunos hermanos para aprender cómo lo hacen. O pregunte a su esposa cómo le gustaría que fuera. No tiene que actuar solo. Recuerde: el patriarcado conlleva la responsabilidad primaria, no la responsabilidad única. La esposa, oramos por eso, estará siempre sustentando y ayudando. Y generalmente tiene dones que el esposo no tiene. Lo que la mujer anhela del hombre es la iniciativa moral y espiritual, no la dominación espiritual y moral.
Y recuerde, no necesariamente existe una conexión entre ser un líder efectivo y ser más intelectual o competente que su esposa. El liderazgo no asume que usted es superior. Asume la iniciativa. Entienda que la familia ora y lee la Biblia, y va a la iglesia, y discute sobre asuntos espirituales y morales, y aprende a usar los medios de la gracia, y crece en conocimiento, y mira el ejemplo del hombre en todas estas cosas.
2. El Liderazgo En La Provisión Física
El esposo tiene la responsabilidad primaria de poner el pan sobre la mesa. Nuevamente es importante enfatizar la palabra primaria. Los dos cónyuges siempre trabajan. Pero sus esferas de trabajo más comunes son, hombre: quien busca el pan; mujer: administradora doméstica, diseñadora, quien alimenta. Y esto nunca ha significado que no haya épocas en la vida en que una esposa deba trabajar fuera del hogar, y el esposo deba compartir las cargas domésticas. Pero sí significa que un hombre compromete su alma y envía un mensaje errado a su esposa e hijos cuando no se ubica como aquel que dedica su vida para buscar el pan de cada día. Pudiera estar deshabilitado e imposibilitado de hacer lo que su corazón anhela. Pudiera estar estudiando temporalmente mientras la esposa sostiene a la familia. Pero, en cualquier caso, su corazón, y si es posible, su cuerpo, están orientados hacia el uso de su mente y manos para proveer físicamente para su esposa y familia.
3. Liderazgo En La Protección Espiritual
Los peligros espirituales que acosan a la familia actual son innumerables y sutiles. Hoy, como nunca antes, necesitamos guerreros valientes. No con lanzas y escudos, sino con discernimiento bíblico y coraje. Ante todo, esposos: oren cada día por sus familias, «no los metas en tentación, pero líbrales del mal». Peleen por ellos en oración contra el maligno, el mundo, y la carne. Oren las oraciones de la Biblia a su favor. No se preocupen, Dios escucha y responde las oraciones que hacemos por nuestras esposas e hijos.
Establezcan patrones de conducta para sus esposas e hijos. Háganlo en sociedad con sus esposas. Las esposas están ansiosas por ayudar, pero les frustra cuando no tomamos la iniciativa en cuanto a qué es lo que permitiremos en la TV, qué películas veremos junto a los niños, qué música se escuchará, y cuán largo será el escote de los vestidos de las niñas. Me siento impulsado a predicar todo un mensaje sobre la relación entre los padres y la forma en que visten sus hijas. Sí, mamá es el jugador principal para ayudar a la joven a aprender el significado de la modestia y la belleza. Pero el papel del papá es indispensable para las dos, tanto para celebrar cómo lucen, como para decirles cuándo sus vestidos expresan lo que ellas no piensan que expresa. Padres, ustedes saben exactamente a qué me refiero. Necesitan coraje. No tengan temor, es su hija, y debe escuchar de usted qué es lo que comunica a los demás hombres con su vestimenta.
Otro ejemplo de liderazgo en la protección espiritual: Pablo dice en Efesios 4:26-27: “no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis oportunidad al diablo”. En otras palabras, la ira que llega hasta el lecho sin resolver es una puerta abierta al diablo en su hogar, en los hijos y en el matrimonio. Liderazgo significa que debemos tomar la delantera en la reconciliación.
No quiero decir que las esposas nunca debieran pedir perdón. Pero en la relación entre Cristo y su iglesia, ¿quién tomo la iniciativa para hacer todas las cosas nuevas? ¿Quién abandonó el confort y la seguridad de su trono de justicia para derramar misericordia en la obra del Calvario? ¿Quién regresó a donde estaba Pedro después que él le hubiera negado tres veces? ¿Quién ha vuelto una y otra vez a usted perdonándole y ofreciéndole nuevamente su comunión? Por tanto, esposos, patriarcado significa: continúen, tomen la delantera. No importa si fue culpa de ella. Eso no detuvo a Cristo ¿Quién romperá primero el hielo del silencio? ¿Quién dejará salir las palabras: «Lo siento, quiero ser mejor»? ¿O « ¿Podemos hablar? Me gustaría que las cosas fueran mejor»? Ella pudiera tomar la iniciativa, está bien. Pero ¡ay de usted si piensa que como es su culpa, ella está obligada a decir la primera palabra de reconciliación! El patriarcado no es fácil, es la obra más difícil y humilde del mundo. Proteja a su familia, procure, en cuanto dependa de usted, hacer la paz antes de que el sol se ponga.
4. El Liderazgo En La Protección Física
Esto es demasiado obvio para necesitar una ilustración, creo. Si de noche se escucha un ruido en la planta baja de la casa y pudiera ser un ladrón, usted no le dice a su esposa: «este es un matrimonio igualitarista, así que te toca ir a ver qué es. Yo fui la última vez». Y digo que esto es así aun cuando su esposa tiene una cinta negra en kárate. Después que usted lo intente, ella pudiera acabar con el ladrón con una buena patada en el plexo solar. Pero es mejor que usted haya quedado inconsciente en el suelo, o no es un hombre. Eso está escrito en su alma mi hermano, por el Dios Todopoderoso. Grande o pequeño, fuerte o débil, de noche o de día, usted saldrá el primero contra el enemigo ¡Ay del esposo – y ay de la nación- que envía a las mujeres a pelear sus batallas!
Para la Gloria de Dios y para Nuestro Bien
Cuando Adán y Eva pecaron en el jardín y Dios les llamó a cuentas, no importó que Eva hubiera pecado primero. Dios dijo: “¿Dónde estás?” (Génesis 3:9). Así mismo habla Dios a la familia en la actualidad: «Adán, esposo, padre: ¿dónde estás?» Si algo no funciona correctamente en el hogar y Jesús viene tocando a la puerta, pudiera tener que tratar algún asunto con su esposa, pero lo primero que dirá cuando ella abra la puerta es: « ¿Está el hombre de la casa?»
Nunca he encontrado una esposa que se lamente de un hombre que responde gozosamente a la responsabilidad primaria que Dios le da, para desarrollarla a la semejanza de Cristo, en un liderazgo servicial, para la provisión y protección del hogar (para el bien de la familia, la disciplina y educación de los hijos, para la mayordomía del dinero, para mantener un trabajo fijo, para sanar en la discordia). Porque cuando Dios diseña algo (como el matrimonio), lo diseña para su gloria y para nuestro bien.