Conceptos Bíblicos Básicos de la Motivación
Humana por David Powlison
"¿Por qué hice eso ?" "¿Por qué hiciste
eso?" Así como el bello rostro de Elena originó que fueran mil naves a la
guerra de Troya, así también la pregunta "¿Por qué?" ha originado un
millar de teorías de la naturaleza humana. ¿Por qué hace la gente lo que
hace? ¿Eres un Aries con un Júpiter creciente? ¿Estás programado
genéticamente para la agresión? ¿Son las hormonas de la ira las culpables?
¿Tus impulsos instintivos psicológicos están conflicto con las ordenanzas
de la sociedad? ¿Tus deseos han sido reforzados por estímulos
recompensantes? ¿Te quedaste fijado en algún punto de la jerarquía de la
necesidad? ¿Estás compensando alguna inferioridad percibida? ¿Algún
demonio llamado adicción se infiltró en tu personalidad? ¿Es tu
temperamento melancólico o sanguíneo? "Yo hice eso porque . . ." El
comportamiento tiene razones ser.
Las Teorías de lo que hace a la gente
actuar se encarnan en modelos de consejería. La consejería basada en la
Escritura debe hacer justicia a lo que la Biblia dice acerca de los
"porqués" y los "por lo tantos" del corazón humano. Este artículo hace dos
cosas. La primera sección da material para pensar en una perspectiva
bíblica de la motivación humana, y después ofrece 34 preguntas para hacer
que pienses en los "pensamientos e intenciones del corazón" (Heb. 4:12).
La segunda sección toma una de esas preguntas y la desarrolla,
respondiendo una serie de preguntas acerca de la motivación comúnmente
propuestas. Terminaré con la pregunta más importante de todas "¿Puedes
cambiar lo que quieres?"
"Preguntas Rayos X"
Las siguientes preguntas proveen ayuda
para discernir el patrón de la motivación de una persona. Tal
entendimiento tiene el propósito de desenmascarar amos impíos que ocupan
posiciones de autoridad en el corazón humano. Estas preguntas revelan tus
"dioses funcionales", es decir, qué o quién en realidad controla tus
acciones, pensamientos, emociones, actitudes, memorias y suposiciones.
Nota bien: tus "dioses funcionales" en una situación particular a menudo
están opuestos diametralmente a tu "Dios profesado."
Considera cuando te sentiste ansioso y
preocupado. Algo pasó: no podías sacarlo de tu mente. Algo está pasando:
Estás siendo consumido por eso. Algo pasará mañana: Tu mente gira sobre
eso una y otra vez. A medida que el pecado de la preocupación se
profundiza en tu alma, tal vez tu recurras a alguna forma rápida de
escapismo: ver televisión, masturbarse, leer una novela, ir de compras,
tomar una cerveza, jugar algo. O tal vez te movilices para tener control:
Hacer muchas llamadas telefónicas, trabajar toda la noche, limpiar tu
casa. .. ¿Qué está pasando?
Como cristiano tu profesas que Dios
está en control de todo y que hace todo para su gloria y para tu
bienestar. Tu profesas que Dios es tu roca y tu refugio en cualquier
problema que enfrentes. Tu profesas que le adoras, que confías en él, que
le amas y le obedeces. Pero en ese momento (hora, día o temporada) de
ansiedad o escape tu vives como si tú necesitaras controlar todas las
cosas. Vives como si el dinero, o la aprobación de alguien, o un sermón
"exitoso" o tu calificación en el examen, o buena salud, o evasión de
conflictos o salirte con la tuya o . . . importaran más que confiar y amar
a Dios. Vives como si algún buen sentimiento temporal pudiera proveerte de
refugio, como si tus acciones pudieran hacer que mundo se corrigiera. Tu
dios funcional entra en competencia con tu Dios profesado. Los incrédulos
están dominados totalmente por motivos impíos. Los verdaderos creyentes a
menudo transigen, se distraen y se dividen severamente.
La santificación tienen el propósito de
purificar tanto tu corazón como tu cuerpo, tanto tus motivos como tu
comportamiento. Los dos son importantes. Imagínate que te sientas en una
colina viendo un lago. Tú ves una lancha rápida surcando el agua. Tú ves y
oyes que es el "comportamiento": acelera, hace maniobras, se balancea
sobre otra estela a alta velocidad, de pronto apaga el motor, se detiene
en una isleta y tira el ancla. ¿Por qué se comporta de esa manera? Si
fueras capaz de verla de cerca descubrirías sus "motivos." Encontrarías
que es lo que da fuerza y dirección al bote: un motor v-8 de 200 caballos
de fuerza, un timón, la voluntad y las creencias del piloto. ¿Por qué la
lancha se detuvo en la isla? ¿Para encontrar un tesoro escondido? ¿Para
escapar de la Policía? ¿Para llevar a la familia en un día de campo? ¿Para
probar la lancha para ver si la compraba? Para entender totalmente la
lancha debes considerar tanto lo visible como lo invisible. La Biblia se
dirige tanto a las razones como a los resultados. Para evaluar y
"aconsejar" a la lancha rápida necesitas saber todo lo que se puede saber.
El Conocedor de corazones recompensará
a cada persona de acuerdo con sus hechos (Jer. 17:10). La Escritura nunca
separa motivo y comportamiento. El espejo de la Escritura expone a ambos.
Las buenas noticias de la Escritura renueva a ambos. La lámpara de la
Escritura guía a ambos. El "primer y grande mandamiento" directamente se
dirige a los motivos: ¿Amas a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma,
mente y fuerzas? ¿O algo más divide y roba tus afectos? El "segundo gran
mandamiento" directamente se dirige al comportamiento: ¿Amas a tu prójimo
como a ti mismo? ¿O usas, burlas, temes, evitas, odias, ignoras a tu
prójimo? El evangelio de Jesucristo es el puente que nos lleva de las
tinieblas a la luz. La gracia estirpa de nosotros los corazones de piedra;
la gracia remplaza las manos y la lengua que obran maldad.
Las preguntas que siguen son preguntas
"Por qué" que están formuladas concretamente como preguntas "Qué." Estas
preguntas pueden ayudarte a sacar qué es lo que le da dirección específica
a la vida de una persona. "¿Por qué estás enojado? ¿Por qué le estás
manipulando? ¿Por qué estás ansioso en esa situación? ¿Por qué tienes un
problema de lascivia en este tiempo particular? ¿Por qué bebes con
exceso?" La Biblia penetra por debajo de tu comportamiento y emociones
para exponer tus motivos. El reorientar tus motivos a través de la gracia
del evangelio puede ser seguido de una convicción de tus formas
particulares de desorientación.
Cualquiera de estas preguntas puede ser
hecha directamente a una persona en esta forma o en una forma alterada
apropiadamente. Pero no siempre son preguntas para ser hechas
directamente. Algunas veces es mejor simplemente escuchar y observar,
indagando entre el fruto de la vida de una persona en búsqueda del patrón
que revele su corazón. Recuerdo haber notado como un hombre, a quien yo
aconsejaba, se disculpaba abundantemente cada vez que llegaba unos minutos
tarde, con agitación y angustia evidentes. Luego descubrimos, que llegaba
tarde porque no podía interrumpir su charla con otras personas, llamadas
telefónicas o visitas por miedo a que no les agradara. Se disculpaba
abundantemente porque tenía miedo que ya no me agradara. Esos pequeños
pedazos de fruto (impuntualidad, agitación momentánea, disculpas
exageradas) me llevaron a descubrir el patrón que gobernaba su vida. Y eso
nos llevó a la gracia de Cristo para perdonar y el poder para hacer
cambios prácticos.
Si las mentes se han de renovar, si los
corazones han de ser transformados progresivamente, si el conocimiento de
Dios ha de crecer, si el doble ánimo ha de ser convertido en una devoción
singular por Cristo, entonces debes entender con exactitud estos asuntos.
Un amor por Cristo agradecido y sincero depende de tal convicción
inteligente.
Nota que cada pregunta gira alrededor
del mismo asunto básico: ¿Quién o qué es tu dios funcional? Muchas de
estas preguntas simplemente se derivan de los verbos que te relacionan con
Dios: amar, confiar, temer, esperar, buscar, obedecer, refugiarse, y otros
semejantes. Convierte cada verbo en una pregunta. Cada verbo sostiene un
espejo para mostrarnos donde nos desviamos. Cada verbo sostiene una
lámpara para guiarnos a la vida. Así, cada pregunta viene a la misma
pregunta general. En situaciones individuales (tiempos diferentes,
lugares, y personas) una u otra pueden ser más apropiadas o útiles. Las
diferentes formas de formular las preguntas de motivación serán de impacto
para diferentes personas.
Estas preguntas pueden ser usadas en
diversas maneras diferentes. Cada una puede enfocarse "microscópicamente"
para disectar al detalle un incidente particular de la vida de una
persona. O cada una puede enfocarse para dar una visión panorámica, para
iluminar los patrones típicos y recurrentes que caracterizan la vida
entera de la persona. Vas a encontrar con la experiencia en consejería y
de tu crecimiento en la gracia que los detalles y la vista panorámica se
complementan. El panorama únicamente es muy general; el cambio ocurre en
las cosas específicas. Los detalles nada más parecen ser muy triviales; el
panorama da un significado más grande a detalles insignificantes como una
disculpa abundante.
Las referencias bíblicas tienen la
intención de hacerte pensar. Son apenas un puñado de lo que la Biblia dice
con respecto a lo que motiva a las personas. Asegúrate de preguntarte
primero las preguntas de una manera existencial. ¿Qué es lo que te motiva
a ti o a otro? No recurras a la "repuesta cristiana correcta" sin trabajar
duro y honestamente para analizar cuales son los "dioses funcionales." El
arrepentimiento inteligente hará que las respuestas correctas sean
realmente correctas y harán que el amor de Jesús sea tu gozo y tu
esperanza.
1. ¿Qué amas? ¿Qué odias? Este
pregunta del "primer gran mandamiento" examina tu corazón, alma y fuerza.
No hay otra pregunta más profunda que se le pueda preguntar a cualquier
persona. No hay explicación más profundo del porqué haces lo que haces.
2. ¿Qué quieres, deseas, anhelas, codicias? ¿Los deseos de quien
obedeces? Esto resume las operaciones
internas de la "carne" en las epístolas del Nuevo Testamento. Nota,
algunas veces la voluntad de otra persona de gobierna (presión de grupo,
agradar a las personas, comportamiento de camaleón). El anhelo de tu
corazón en tales casos es obtener cualquiera que sea el bien que te
prometen y evitar el mal con el que amenazan.
3. ¿Qué buscas, te propones, persigues? ¿Cuáles son tus metas y
expectativas? Esto te dice que tu vida
es activa y se mueve en una dirección.
4. ¿En donde cifras tus esperanzas? La dimensión futura es prominente en los motivos humanos. La
gente enérgicamente se sacrifica para obtener lo que esperan; ¿Qué es
esto? La gente en desesperanza tiene sus esperanzas hechas pedazos;
¿Cuáles eran esas esperanzas?
5. ¿A qué temes? ¿Qué no quieres? ¿De qué tiendes a preocuparte?
Los temores pecaminosos son la parte
inversa de los anhelos.
6. ¿Qué te gustaría hacer? Esta
pregunta lo mismo que la 2, ¿Qué deseas? Quiere decir que quieres hacer de
tus deseos la guía de tu vida.
7. ¿Qué piensas que necesitas? ¿Cuáles son tus necesidades sentidas?
Si las preguntas 2 y 3 exponen los
propósitos de la actividad, esta pregunta expone el propósito de recibir.
Las necesidades sentidas frecuentemente se toman como necesidades para ser
satisfechas, no como amos esclavizantes engañosos.
8. ¿Cuáles son tus planes, agendas, estrategias e intenciones diseñadas
para ser logradas? Esta es otra manera
de determinar lo que estás buscando.
9. ¿Qué te hace andar? ¿Qué sol hace que tu planeta gire? ¿Donde
encuentras tu jardín deleite? ¿Qué ilumina tu mundo? ¿De qué fuente de
vida y satisfacción bebes? ¿Qué comida sostiene tu vida? ¿Qué es realmente
importante para ti? Muchas metáforas
pueden expresar la pregunta: "¿Para qué vives?
10. ¿Dónde encuentras refugio, seguridad, comodidad, escape, placer?
Esta es la pregunta de los Salmos, que
excava en tu escapismo y falsa confianza.
11. ¿En qué o en quién confías? El
verbo confiar es uno de los verbos mayores que te relacionan con Dios o
con falsos dioses y mentiras.
12. ¿Las acciones de quién importan para ti? ¿Sobre los hombres de
quien reposa el bienestar de tu mundo? Esta excava en la auto-justificación, o el vivir a través de
tus hijos, o cifrar tus esperanzas en encontrar el cónyuge correcto.
13. ¿A quién debes complacer? ¿La opinión de quién cuenta para ti? ¿De
quién deseas aprobación y temes el rechazo? ¿Con el sistema de valores de
quién mides el tuyo? ¿Ante los ojos de quién vives? Cuando dejas a Dios, entras a una jungla de confusión.
Tiendes a vivir delante de tus propios ojos o ante los ojos de otros (o
ambas cosas).
14. ¿Quién es tu modelo? ¿Qué tipo de persona piensas que debes ser o
quieres ser? Tu "ídolo" te revela a ti
mismo.
15. En lecho de la muerte, ¿Cuál será el resumen del valor de tu vida?
¿Qué le da a tu vida significado? Esta
es la pregunta Eclesiastés. El libro examina varias opiniones y encuentra
que todo es vanidad excepto algo. En algún punto, haz una traducción de
Eclesiastés 2 a palabras modernas equivalentes.
16. ¿Cómo defines éxito o fracaso en cualquier situación particular?
Los estándares que sirves pueden estar
muy distorsionados. Dios quiere renovar tu "consciencia," por medio de la
cual te evalúas y evalúas a otros.
17. ¿Qué te haría sentirte rico, seguro, próspero? ¿Qué te haría sentir
feliz? La Biblia habla a menudo de los
motivos usando la metáfora de tesoro.
18. ¿Qué te traería el mayor placer, felicidad y deleite? ¿Qué te
traería el mayor dolor y miseria? La
bendición y la maldición son maneras en las que la Biblia habla de la
felicidad y la miseria.
19. ¿La subida al poder de quién hará las cosas mejores? La gente invierte vasta confianza en el poder
político
20. ¿La victoria o el fracaso de quién hará feliz tu vida? ¿Cómo se revela el interés personal interno?
Algunas personas "viven o mueren" de acuerdo a los logros de un equipo
deportivo local.
21. ¿Qué consideras tu como tus derechos? ¿A qué te sientes con
derecho? Esta pregunta a menudo
ilumina los patrones de motivación de la gente enojada, agraviada y
autocompasiva.
22. ¿En qué situación te sientes presionado o tenso? ¿En cuál, confiado
y relajado? ¿Cuando estás presionado a donde recurres? ¿En qué piensas?
¿Cuáles son tus escapes? ¿De qué escapas? Esta pregunta llega al punto desde otra dirección diferente.
Muchas veces ciertos patrones de pecado dependen de la situación. El
analizar la situación puede sostener un espejo para los motivos del
corazón.
23. ¿Qué quieres obtener de la vida? ¿Qué paga buscas de las cosas que
haces? ¿Qué sacas al hacer eso?" Esta
es una manera concreta de repetir las preguntas 3 y 8, en búsqueda de tus
metas operativas.
24. ¿Por cuáles cosas oras? Tus
oraciones a menudo revelan el patrón de tu falta de balance y
egocentrismo. De las muchas cosas posibles que puedes pedir, ¿en qué te
concentras?
25. ¿En qué piensas con mayor frecuencia? ¿Qué te preocupa o te
obsesiona? En la mañana, ¿Hacia donde se dirige tu mente instintivamente?
Pon un espejo a tu tendencia para que
puedas redirigir tu dirección.
26. ¿De qué hablas? ¿Qué es importante para ti? Esta pregunta y la siguiente asumen una conexión muy cercana
entre los motivos y el comportamiento. Toma nota de lo hablan tú y los
demás.
27. ¿Cómo pasas tu tiempo? ¿Cuáles son tus prioridades? Toma nota de lo tú y otros escogen hacer.
28. ¿Cuáles son tus fantasías características, ya sean placenteras o de
temor? ¿En qué sueñas despierto? ¿Alrededor de qué giran tus sueños
nocturnos? Aunque estemos mas o menos
separados de la consciencia, seguimos siendo seres humanos responsables.
Los patrones de preocupación y deseo se revelan en el ensueño.
29. ¿Qué creencias sostienes con respecto a la vida, a Dios, a ti mismo
y a otros? ¿Cuál es tu cosmovisión, tu "mitología" personal que estructura
la manera en la que ves e interpretas las cosas? ¿Cuál es tu creencia
específica acerca de esta situación? ¿Qué valoras? Hebreos 4:12 habla de "los pensamientos y las intenciones"
del corazón. Tal vez podamos traducir esto como "creencias y deseos".
Tanto las mentiras que crees como la codicia sustentan pecados visibles.
30. ¿Cuáles son tus ídolos o dioses falsos? ¿En dónde pones tu
confianza o tus esperanzas? ¿Hacia donde te vuelves o buscas? ¿Donde te
refugias? ¿Quién es el salvador, juez y controlador de tu mundo? ¿A quién
sirves? ¿Qué "voz" te controla? Esta
lista de preguntas busca las cosas que han usurpado el lugar de Dios. Cada
una de éstas puede ser llamada metafóricamente "ídolos" a los que les das
tu lealtad.
31. ¿De qué manera vives para ti mismo? Esta es una manera general de preguntar cualquiera de las
preguntas anteriores.
32. ¿De qué manera vives como un esclavo del diablo? La motivación humana no es meramente "psicológica"
o "Psicosocial" o "Psicosocial-somática". Cuando sirves a la codicia y las
mentiras estás sirviendo al enemigo quien desea engañarte, esclavizarte y
matarte.
33. ¿De qué manera dices implícitamente, "Si tan solo . . ." (obtener
lo que quieres, evitar lo que no quieres, mantener lo que tienes).
Los "Si tan solo . . ." son una manera
sencilla de desenmascarar muchas motivaciones para crear autoentendimiento
bíblico y arrepentimiento.
34. ¿Qué es lo que instintivamente sientes y te parece correcto? ¿Cuál
es tu opinión, las cosas que sientes que son verdad? Tú no sólo sientes deseos de hacer algunas cosas
(Pregunta 6), sino que también sientes que ciertas cosas son verdaderas.
Por el contrario, la sabiduría es corregible a medida que escucha y
aprende.
Este conjunto de preguntas puede
hacerte pensar. Déjame reforzar dos puntos en conclusión. He hallado estas
preguntas muy útiles para mantener mi vida derecha, tanto en consejería
como en buscando arrepentimiento de mis propios pecados. Primero, mi regla
básica es una pregunta con dos aspectos: "¿Qué deseos y mentiras están
siendo expresados por este patrón de vida pecaminoso?" Excava bajo la
irritabilidad, el egoísmo, la desesperanza, el escapismo, la
autocompasión, temores irracionales, quejas, etc. y encontrarás un mosaico
de mentiras específicas que se creen y deseos que se persiguen. La
Escritura te capacita para dar con ellos.
Segundo, los verbos que relacionan a la
gente con Dios deben formar parte activa de tu pensamiento. La gente está
siempre haciendo algo con Dios. Los seres humanos inescapablemente o aman
a Dios o aman cualquier otra cosa. Nos refugiamos en Dios o en cualquier
otra cosa. La Escritura tomará un nuevo sentido cuando desarrolles una
atención hacia los verbos que nos relacionan con Dios. Tal perspectiva
provee un poderoso entendimiento tanto en consejería evangelística como
para ayudar a los santos.
Recuerdo cuando aconseje a un hombre
que habitualmente escapaba de las presiones de la vida viendo televisión,
comiendo, jugando juegos de video, en el alcohol, la pornografía,
colecciones y novelas de ciencia ficción. ¿Dónde debíamos comenzar?
¿Podría encontrar pasajes que enfocaran sus problemas? No estaba seguro
por donde comenzar. Entonces, me vino una idea: Intenta comenzar con los
Salmo como un todo. Casi cada Salmo, presenta de una u otra manera al
Señor como nuestro refugio en los problemas. Los Salmos implícitamente y
explícitamente amonestan a los que toman refugio en cualquier otro lado.
Los Salmos nos impulsan a conocer y obedecer a Dios en las trincheras de
la vida. Este hombre se sintió vagamente culpable por algunos de sus
comportamientos malos. Pero no podía ver el patrón o la seriedad. Sus
esfuerzos de cambio quedaron a medias y no fueron exitosos. Al quedar
convencido del pecado específico de su corazón (volverse de Dios a los
ídolos), despertó y le hizo ver sus pecados de conducta de una nueva
manera. Inclusive comenzó a identificar pequeños trucos de escapismo que
ni siquiera se había dado cuenta que los hacía. La gracia de Cristo
comenzó a ser real y necesaria. El empezó a estar motivado para cambiar
prácticamente, es decir, enfrentar la presión y las responsabilidades para
la gloria de Dios.
En la próxima sección, me concretaré a
una familia de preguntas en particular. "¿Qué quieres, deseas, anhelas,
codicias?" Como hemos visto, hay muchas maneras de llegar a un tópico de
motivación de una manera bíblica, pero esta es la más fructífera. Los
autores del Nuevo Testamento repetidamente aluden a los deseos
controladores de la vida cuando resumen la dimensión interna de nuestra
lucha con el pecado.
Preguntas y Respuestas acerca de los "Deseos de la Carne"
1. ¿Cuáles son las palabras más comunes que la Biblia usa para hablar
de lo que está mal con la gente?
Idolatría, mentiras, y malos deseos son
términos que indican lo que está mal espiritualmente con la gente. (ve las
"Preguntas Rayos X" para encontrar otros patrones de pecado del corazón).
Pero las palabras "ídolos", "Mentiras" y "malos deseos" han llegado a ser
casi inútiles para los lectores modernos de la Biblia. La idolatría se ha
reducido a imágenes visibles; las mentiras se han reducido a engaño
consciente a otras personas; los malos deseos se han reducido a deseo
sexual. Tienes que ampliar el significado de estos términos. Necesitas
aprender a entender la vida a través de estos términos para usarlos
adecuadamente.
La gente deja a Dios para servir a los
ídolos, las mentiras y los malos deseos. La gente se vuelve a Dios para
dejar a los ídolos, las mentiras, y los malos deseos. Tú volviste a Dios
dejando a los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero (1 Tes. 1:9).
Ellos han cambiado la verdad de Dios por una mentira (Rom. 1:25). Nosotros
también en el pasado vivimos en el deseo de nuestra carne, satisfaciendo
los deseos de la carne y de la mente (Ef. 2:3).
A través de toda la Biblia, la gente
cree y sigue mentiras. El Antiguo Testamento se enfoca en la idolatría
como una manera en la que la gente se desviaba. Esto no quiere decir que
el Antiguo Testamento es externalista. Hay problemas en las que el
problema de la idolatría se internaliza (Ez. 14), y la idolatría visible
siempre expresa una alejamiento del corazón con respecto a Dios. Hay
lugares en los que el corazón humano es descrito como insensato (9:3),
malo (Gen. 6:5), lleno de mentiras y deseos (Num. 11-25), incircunciso,
duro, ciego, etc.
El Nuevo Testamento típicamente se
enfoca en el deseo de la carne como un resumen de lo que está mal con
nuestros corazones: Rom. 13:14; Gal. 4:16-17; Ef. 2:2 y 4:22; Sant.
1:14-15; 1 Ped. 1:14; 2 Ped. 4; 1 Jn. 2:16. Esto no quiere decir que Nuevo
Testamento es internalista. En cada uno de los pasajes citados, el
comportamiento se conecta íntimamente con los motivos. Los consejeros
sabios siguen el modelo de la Escritura y se movilizan entre el deseo de
la carne y sus obras tangibles, y entre la fe y el fruto tangible del
Espíritu. El Nuevo Testamento también hace un ecuación con los deseos
pecaminosos y la idolatría (metafóricamente) en varias ocasiones (Col.
3:5; Ef. 5:5). La idolatría puede resumirse como cualquier amo falso y
controlador de la vida. (1 Jn. 5:21).
2. ¿Por qué la gente hace cosas impías específicas?
Los deseos de la carne. Los deseos
controladores específicos (malos deseos, codicias o placeres) dan origen a
fruto malo. Los deseos desordenados explican y organizan los diversos
frutos malos: palabras, acciones, emociones, pensamientos, planes,
actitudes, memorias, fantasías. Para corroborar esta conexión entre los
motivos y el fruto ve Gal. 5:16-6:10; Sant. 1:13-16; Sant. 3:14-4:12. En
lenguaje moderno tales anhelos a menudo son enmascarados como
expectativas, metas, necesidades sentidas, deseos, demandas, impulsos,
etc. La gente habla de sus motivos de maneras que se anestesian ellos
mismos y a los demás con respecto al verdadero significado de lo que están
describiendo.
3. ¿Pero que tiene de malo querer cosas que parecen buenas?
Adjetivo #1: malo, deseos pecaminosos.
Algunas veces el objeto mismo del deseo es malo: por ejemplo, matar a
alguien, robar, ser el Señor de la droga en Filadelfia. Pero a veces el
objeto del deseo es bueno y el mal reside en el señorío que tiene ese
deseo sobre nosotros. Nuestra voluntad reemplaza a la de Dios decidiendo
como vivimos. Juan Calvino lo dijo de esta manera: Lo malo de nuestros
deseos no reside en lo que queremos sino en que lo queremos demasiado. Los
afectos naturales (por cualquier cosa buena) llegan a estar anhelos
controladores y desordenados. Hemos sido creados para ser gobernados por
pasiones y deseos piadosos (Ver #15 más adelante). Los deseos naturales
por las cosas buenas fueron hechos para existir subordinados a nuestro
deseo de complacer al dador de regalos. Un punto importante para la
consería es el hecho de que el mal reside en la posición de control que
ocupa el deseo y no el objeto en sí.
Considera este ejemplo. Una mujer
comete adulterio y se arrepiente. Ella y su esposo reconstruyen su hogar
con dolor y paciencia. Ocho meses después el hombre se ve plagado de
sospechas. La esposa lo percibe y se siente un poco como si estuviera bajo
la vigilancia del FBI. El esposo esta angustiado por sus sospechas porque
no tiene razones objetivas para sus sospechas. "Ya la he perdonado; hemos
reconstruido nuestro matrimonio; nunca antes nos habíamos comunicado
tanto, ¿Por qué entonces tengo esta desconfianza?" Los finalmente surge es
que está dispuesto a perdonar el pasado pero está intentando controlar el
futuro. Su anhelo puede ser declarado la siguiente manera: "Quiero tener
la garantía que la traición nunca más ocurrirá." La misma intensidad del
anhelo empieza a envenenar la relación; lo pone a él en la posición de
estar continuamente juzgando a su esposa, en vez de estarla amando. Lo que
el desea no puede ser garantizado en esta tierra. El ve el punto, ve su
deseo desordenado de asegurar el futuro. Pero exclama: ¿Qué de malo tiene
que yo quiera que mi esposa me ame? ¿Qué tiene de malo que yo quiera que
ella permanezca fiel a nuestro matrimonio? Aquí es donde la verdad es tan
dulce. No hay nada malo con respecto al objeto del deseo; pero todo será
malo cuando éste gobierne su vida. El proceso de restauración dio un paso
más grande hacia adelante cuando él entendió la lección que Su Pastor
tenía para él.
4. ¿Por qué la gente no ve esto como un problema?
Adjetivo #2: deseos engañosos.
Nuestros deseos nos engañan porque se nos presentan como muy factibles.
Los afectos naturales se deforman y nos ciegan. ¿Quién no desea buena
salud, comodidad económica, un cónyuge amoroso, buenos hijos, éxito en el
trabajo, padres amables, comida sabrosa, una vida sin complicaciones,
control sobre las circunstancias? Sin embargo, los anhelos por estas cosas
pueden llevarnos a toda clase de mal. Las cosas que la gente desea son
magníficas como bendiciones recibidas de Dios, pero terribles como
gobernantes. Ellas prometen bendición pero entregan pecado y muerte.
Algunos pecados son "de alto calibre"
hechos con toda conciencia de la elección (Salmo. 19:13). Otros pecados
reflejan la insanidad del pecado que es ciega, oscura, habitual,
compulsiva, ignorante y confundida. Uno de los gozos de la consejería
bíblica eres capaz de encender las luces en el cuarto oscuro de otra
persona. Todavía no he encontrado una pareja hostil que entienda realmente
sus motivos. Santiago 4:1 en adelante enseña que los deseos son el origen
de los conflictos. Las parejas que pueden ver qué es lo que las gobierna
(anhelos de afecto, atención , poder, vindicación, control, comodidad, una
vida fácil) se pueden arrepentir y comenzar a aprender cómo hacer la paz.
5. ¿Es útil en la vida práctica y la consejería la frase "los deseos
de la carne"?
Hay que desempacarla para que sea
entendible en la vida del siglo XX, redimiendo el lenguaje evasivo que la
gente utiliza. La gente frecuentemente hablar acerca de lo que quiere,
espera, desea, demanda, necesita y anhela. La Psicología popular
típicamente valida estas necesidades y anhelos como cosas neutrales. La
gente casi no se dan cuenta que la mayoría del tiempo ellos están
describiendo usurpadores pecaminosos de dios que controlan sus vidas:
deseos desordenados, deseos de la carne. Por ejemplo, escucha a los niños
hablar cuando están molestos, decepcionados, demandantes y contrarios:
"Pero yo quiero . . . Pero yo no quiero . . ." En nuestra familia le
enseñamos a nuestros hijos acerca del "Yo-quieroismo"desde que tenía menos
de dos años. Queríamos que entendieran que el pecado era más que sólo el
comportamiento. Por ejemplo, analiza cualquier argumento o brote de ira y
encontrarás expectativas y deseos que han sido frustrados (Sant. 4:1-2).
El lenguaje coloquial te lleva a los detalles de la vida de una persona,
pero viene con una interpretación distorsionada adjunta; la consejería
debe reinterpretar la experiencia en categorías bíblicas, con un lenguaje
más directo como "deseos, placeres, codicia." La misma falta de
familiaridad de la frase es una ventaja cuando la explicas y muestras su
relevancia y aplicación.
6. ¿Cada persona tiene un "pecado-raiz"?
Deseos (Plural). Con sobrada razón la
Biblia usualmente se refiere a los "deseos" (plural) de la carne. El
corazón humano puede generar un deseo confeccionado para cada situación.
Los deseos hierven dentro de nosotros; la mente del hombre es una fabrica
de ídolos; estamos infestados de deseos. Ciertamente un deseo en
particular puede ser tan frecuente o habitual que parezca ser el
"pecado-raiz": el amor al dinero, miedo al hombre y deseo de aprobación,
amor a la preeminencia, deseos de placer, etc. pueden dictar en nuestras
vidas. Pero toda la gente tiene todos los deseos típicos.
El darnos cuenta de la diversidad de
los deseos humanos nos da gran flexibilidad y penetración para la
consejería. Por ejemplo, un deseo puede generar diversos pecados, como
dice 1 Tim. 6:10. Cada uno de los 10 mandamientos pueden ser quebrantados
por alguien que ama y sirve al dinero. Por otro lado, una sola conducta
puede venir de diferentes deseos. Por ejemplo, un acto de inmoralidad
sexual puede ocurrir por muchas diferentes razones: placer erótico,
beneficios financieros, venganza hacia el cónyuge o los padres, miedo de
decir no a una autoridad, búsqueda de aprobación y afirmación, el placer
de tener control sobre la respuesta sexual de otra persona, para ganar
estatus social o avance en la carrera, sentirse triste por alguien y jugar
al salvador, miedo a perder un compañero potencial para el matrimonio,
escapar del sentimiento de aburrimiento, presión grupal, etc. Los
consejeros sabios excavan buscando las cosas específicas. No asumen que
todas las personas tienen la misma carne característica o que un persona
siempre hace las cosas por las mismas razones. La carne es creativa en lo
que respecta a la iniquidad.
7. ¿Cómo puedes saber que un deseo es desordenado o natural?
Por sus frutos los conocerán. La
motivación humana no es un misterio teórico del cual debamos especular.
Los deseos malos producen frutos malos que pueden ser vistos, escuchados y
sentidos (Sant. 1:15M 3:16). Por ejemplo, un padre que quiere que su hijo
llegue a ser cristiano revela la situación de su deseo siendo un buen
padre o uno manipulador, temeroso, iracundo y sospechoso. Una esposa que
quiere ser amada revela la situación de su deseo amando y respetando a su
esposo. Los frutos visibles revelan si Dios o los deseos están en control.
8. ¿Es correcto hablar acerca del corazón, cuando la Biblia enseña
que el corazón es inescrutable e imposible de conocer excepto por Dios? (1
Sam. 16:17; Jer. 17:9).
Nadie más que Dios puede explicar y
controlar el corazón y las decisiones de otra persona. El es el conocedor
del corazón y el que cambie el corazón. No hay ninguna razón que
justifique porque una persona sirve a algún deseo en vez de servir a Dios;
es irracional y locura. Y no hay ninguna técnica terapéutica que pueda
cambiar los corazones. Pero la Biblia enseña en cada página que podemos
describir que es lo que gobierna el corazón. El ministerio bíblico
efectivo prueba y habla del porqué la gente hace las cosas y también qué
es lo que hace. Por ejemplo, Saúl desobedeció a Dios por una razón: temió
a la gente y escuchó su voz, en lugar de temer a Dios y escuchar Su voz (1
Sam. 15:24). Por ejemplo, el comportamiento manifiesta que la gente confía
en ídolos, en ellos mismos, en otros, en lugar de confiar en Dios (Jer.
17:1-8). Por ejemplo, los conflictos interpersonales surgen por los deseos
(Sant. 4:1-2).
9. ¿No es el término "deseo" aplicable únicamente a los apetitos
corporales: los placeres y comodidades del sexo, la comida, la bebida, el
ejercicio, el descanso y la salud?
La gente sigue los deseos del cuerpo y
de la mente (Ef. 2:3). Los apetitos del cuerpo ciertamente son poderosos
amos del pecado. Pero el deseo de la mente (por poder, aprobación humana,
éxito, preeminencia, dinero, etc.) son también amos potentes. Los deseos
de la mente a menudo presentan los deseos más sutiles y engañosos porque
su obra no siempre es obvia.
10. ¿Pueden ser habituales los deseos?
Pablo describe una manera pasada de
vivir caracterizada por deseos engañosos. Pedro dice a sus lectores que no
se conformen a sus antiguos deseos. Como todos los aspectos del pecado
(creencias, actitudes, palabras, actos, emociones, pensamientos,
fantasías), los deseos pueden ser habituales. Aconsejarás a personas que
típica y repetidamente buscan controlar o satisfacer los deseos de la
pereza, o que quieren que los quieran. El llamado de Jesús a negarse a uno
mismo cada día toma en cuenta la inercia del pecado. Dios está creando
nuevos deseos habituales, por ejemplo, una preocupación activa por el
bienestar de otros delante de Dios.
11. ¿Qué hay de los temores? Parecen ser tan importantes en la
motivación humana como los deseos.
El temor y el deseo son dos caras de la
misma moneda. Un temor pecaminoso es el deseo de que algo no ocurra. Si yo
quiero dinero, temo la pobreza con sus privaciones y humillaciones, y vice
versa. Si quiero ser amado, me aterra el rechazo. Si temo al dolor y a las
dificultades, deseo comodidad y placer. Si deseo preeminencia, temo estar
subordinados a otros. Con algunas personas su temor puede estar más
pronunciado que su deseo correspondiente, y un consejero sabio trabajará
con aquello que este pronunciado. Por ejemplo, una persona que creció
durante la Gran Depresión puede manifestar adoración al dinero a través de
su temor a la pobreza que se manifiesta por la ansiedad, cálculos
repetidos de su riqueza, etc. Otra persona puede manifestar adoración al
dinero a través de un consumismo desmedido. Con el primero hay que señalar
el temor; con el último la codicia. Las dos son expresiones
complementarias del deseo de hacer tesoros en la tierra.
12. ¿Tiene la gente motivos en conflicto?
Ciertamente. El conflicto entre los
deseos pecaminosos y los deseos del Espíritu Santo son un hecho en la vida
cristiana (Gal. 5:16-17). La gente a menudo tiene motivos mezclados,
algunos buenos, algunos malos. La mayoría de los predicadores y los
consejeros reconocerán que el amor a Cristo y a la gente batalla con el
amor al éxito y a la aprobación humana. La gente puede tener varios tipos
de motivos en conflicto. Dos deseos pecaminosos pueden estar en conflicto.
Por ejemplo, un hombre de negocios puede querer robar algo, pero se
detiene por miedo a lo que pensarán de él sus clientes y amigos si lo
descubren. En este ejemplo, la adoración al dinero y la aprobación social
están presentes como opciones para la carne; el corazón se inclina por el
segundo motivo. La gente a menudo pone en orden de prioridad sus deseos, y
puede arreglar sus prioridades de manera diferente en diferentes
situaciones. Por ejemplo, un hombre que nunca evadió al fisco, por miedo a
las consecuencias sociales, podría hacer trampa en sus impuestos porque no
es muy probable que lo descubran y no le importa la opinión de nadie en
caso de ser atrapado. En este caso la voluntad propria y la adoración al
dinero tomaron el control, y la aprobación social pasó a segundo término.
El "camino ancho" tiene mil variantes creativas.
13. ¿Cómo el pensar en los deseos se relaciona con otras maneras de
hablar del pecado, tales como "la naturaleza pecaminosa", "El yo",
"Orgullo", "autonomía", "Incredulidad" y "Egocentrismo"?
Estas palabras son términos generales
que resumen el problema del pecado. Una de las bellezas de identificar
deseos controladores es que estos son tan específicos que permiten un
arrepentimiento y cambio específicos. Por ejemplo, una persona que se
enoja en un embotellamiento de tráfico puede decir, "Yo sé que la ira es
un pecado, y que viene de mi yo." Esto es cierto en cierta medida, pero
ayuda a llevar el conocimiento de uno mismo un paso más adelante: "Yo
insulté en mi ira porque deseaba llegar a mi cita a tiempo, y temía el
criticismo de las personas que me esperaban, y temía perder una venta." El
arrepentimiento y el cambio puede llegar a ser más específico cuando las
personas identifican estos tres deseos que expresaban el señorío del "yo"
en este incidente particular.
La Biblia discute el pecado en una
asombrosa variedad de maneras, proveyendo varias connotaciones. Algunas
veces, la escritura se dirige al pecado a un nivel general: Ej. Lucas
9:23-26 sobre "el yo"; Proverbios acerca del "Necio". En otras ocasiones
la Escritura aumenta el poder del microscopio y trata un tema particular
del pecado: por ejemplo, Fil. 3 habla del buscar la justicia propia; 1
Tim. 6 del amor al dinero. En otros pasajes la Escritura habla de deseos
pecaminosos que nos llevan al pecado y nos invita a hacer aplicaciones
específicas: Por ejemplo: 1:14 y 3:14-4:12. Podríamos diagramar esto de
una manera global así: términos generales, patrones típicos de nivel medio
y nivel de los detalles específicos.
14. ¿En consejería simplemente confrontamos a las personas con sus
deseos pecaminosos?
Los consejeros sabios no "simplemente
confrontan" cualquier cosa. Ellos hacen muchas cosas que hacen que la
confrontación sea oportuna y efectiva. Los consejeros no pueden ver el
corazón, sólo las evidencias, por eso es apropiado es tomar con cierta
cautela las discusiones sobre los motivos del corazón.
Pero esto no quiere decir que no puedes
lidiar tales asuntos. Recuerda que 2 Tim. 3:16 comienza con "enseñar." La
buena enseñanza (por ejemplo, como Gálatas 5 y Santiago 1 conecta el
pecado externo con los deseos internos) ayuda a la gente a examinar y
llegar a conocerse a si mismos. La experiencia con la gente te hará
"conocedor de casos" con respecto a conexiones típicas (por ejemplo, los
varios motivos ligados a la inmoralidad sexual mencionados en la pregunta
6). Las preguntas provocativas ("¿Qué deseabas/esperabas/temías cuando le
pegaste a tu esposa?") ayudan a una persona a revelar a sí mismo y a su
consejero sus deseos controladores. Ver las preguntas "rayos X" por más
ejemplos.
A la luz del conocimiento personal ante
el rostro de Dios (Heb. 4:12-13), el evangelio ofrece muchas promesas:
misericordia, ayuda, el cuidado del Pastor en una vida de santificación
progresiva (Heb. 4:13-16). El arrepentimiento y la fe llegan a ser
vigorosos e inteligentes en una persona que ve tanto sus dioses falsos
como sus pecados externos. Los patrones, temas y tendencias del corazón no
nos llevan típicamente a un arrepentimiento definitivo. Trata de dar un
golpe mortal a tu orgullo, temor al hombre, amor al placer, o el deseo de
controlar tu mundo, y te darás cuenta porqué Jesús dijo Lucas 9:23. Sin
embargo, progreso genuino ocurrirá en donde el Espíritu Santo está
obrando.
Trabaja duro y cuidadosamente en los
asuntos de la motivación (Rom. 13:14; los deseos de la carne versus
revestirse de Cristo) y en los asuntos de comportamiento (Rom. 13:12-13:
los actos variados de las tinieblas versus el comportamiento apropiado de
"luz").
15. ¿Puedes cambiar lo que quieres?
Sí y Amén. Esto es central en la obra
del Espíritu Santo. Siempre vas a desear, amar, confiar, creer, temer,
obedecer, anhelar, valorar, perseguir, esperar, y servir . . .ALGO. El
Espíritu Santo obra para cambiar el algo mientras te conduce con una mano
íntima. Los deseos del corazón no son inmutables. Tus deseos no están
predeterminados. Dios nunca promete darte lo que quieres, satisfacer tus
necesidades sentidas y anhelos. El dice que seas gobernado por los deseos
diferentes de otro. Esto es radical. Dios promete cambiar lo que tú
realmente deseas. Dios insiste que él sea el primero, y todos lo demás
amores estén radicalmente subordinados.
La mejor manera de entender esto es
pensar acerca de la oración. Orar significa pedir. Y tú pides porque
quieres algo. Le pides a Dios, porque crees que tiene el poder para
concederte algo deseado. ¿Recuerdas como Salomón oró por un corazón sabio
y con discernimiento? Dios libremente le dio a Salomón lo que quería (1
Rey. 3).
A Dios le complació que Salomón no haya
pedido una vida larga, riquezas o éxito. Salomón no lo había tratado como
el genio de la lámpara que existe para concedernos tres deseos. Lo que
deseamos naturalmente (los deseos de la carne) expresa nuestra naturaleza
pecaminosa. Pero Salomón había aprendido a conocer lo que realmente
necesitaba. El había aprendido a orar de acuerdo a la voluntad de Dios. Le
plugo a Dios responderle. ¿Puedes cambiar lo que deseas? ¿Puedes aprender
a orar por lo que complace a Dios? Cuando Dios te enseñe a orar,
necesariamente él cambiará lo que deseas.
Dios desafía las cosas que todos en
todos lados persiguen (Mat. 6:23). ¿Cuáles son los deseos del cuerpo y la
mente (Ef. 2:3) que la gente sigue naturalmente? Estoy seguro que los
lectores están familiarizados con las pasiones características, sin
embargo piensen en ellas una vez más. ¿Pueden ser estas cosas realmente?
Los deseos del cuerpo incluyen la vida misma, el aire, la salud, el agua,
la comida, la ropa, el refugio, el placer sexual, el descanso y el
ejercicio. Los deseo de la mente incluyen la felicidad, el ser amado, el
significado, el dinero, las posesiones, el respeto, el estatus, el logro,
la autoestima, el éxito, el control, el poder, el placer estético, el
conocimiento, el matrimonio y la familia. ¿Tienen que gobernar nuestras
vidas estos deseos? No gobernaron la vida de Jesús.
Por supuesto, muchas de estas cosas no
son malas en sí mismas. Lo malo está no en lo que deseamos, sino en que lo
deseamos demasiado. Nuestros deseos de cosas buenas buscan el trono,
llegando a ser ídolos que reemplazan al Rey. Dios se rehusa a servir a
nuestros anhelos instintivos, pero nos ordena que seamos gobernados por
los deseos de otro. Dios ordena y nos da el poder para cumplirlo: El obra
en nosotros el querer como el hacer según su buena voluntad (Fil.
2:12-13).
¿Puedes cambiar lo que deseas? Sí y
Amén. ¿Te sorprende la respuesta a esta pregunta? Contradice a los puntos
de vista contemporáneos influyentes de la motivación humana. La mayoría de
los libros cristianos de consejería siguen estas corrientes de la
psicología secular y dan por un hecho tus deseos y necesidades sentidas.
Muchos psicólogos cristianos influyentes ponen como fundamento de su
sistema lo inmutable de nuestros deseos. Por ejemplo, muchos enseñan que
tenemos un "tanque de amor vacío" a dentro, y nuestras deseos de amor
deben ser satisfechos o estaremos condenados a una vida de pecado y
miseria. Esto haría imposible para nosotros aprender a orar como oró
Salomón. Refuerza nuestra tendencia a orar por nuestros deseos. Hace que
los padres se sientan responsables en exceso. Refuerza un sentido de
victimización en aquellos que fueron abusados. Refuerza la tendencia de
presionar a dios para que nos cumpla los deseos.
Un Psicólogo lo dijo de esta manera:
"Los deseos del corazón humano no pueden ser cambiados. Y aun si se
pudieran cambiar, el hacerlo haría que el hombre sea menos de lo que Dios
dispuso que fuéramos. Nuestros anhelos son legítimos. Deben sentidos
activamente y abrazados para conocer más ricamente a Dios como el
satisfactor y amante de nuestra alama. El problema no está centrado en
nuestros deseos."
Por el contrario, el problema son
nuestros deseos; los deseos del corazón humano pueden ser cambiados; nos
deberíamos activamente arrepentir de ellos, Dios nos quiere deseándole a
él. Para hacernos verdaderamente humanos Dios debe cambiar lo que
deseamos, porque debemos aprender a desear lo que Jesús deseaba. No es de
sorprenderse que los Psicólogos no puedan encontrar un texto bíblico que
pruebe su punto de vista de la motivación humana. La Biblia enseña una
perspectiva diferente.
La vida cristiana es una gran paradoja.
Aquellos que mueren a sí mismos, se encuentran a sí mismos. Aquellos que
mueren a sus deseos recibirán en este siglo y en el venidero la vida
eterna (Lucas 18:29). Si deseo felicidad, recibiré miseria. Si deseo amor,
recibiré rechazo. Si deseo importancia, recibiré futilidad. Si deseo
control, recibiré caos. Si deseo reputación, recibiré humillación. Pero si
deseo a Dios y Su sabiduría, recibiré a Dios y a su Sabiduría. En el
camino, tarde o temprano, recibiré felicidad, amor, significado, orden y
gloria.
Todo cristiano vital testifica que las
pasiones instintivas y los deseos de la carne pueden ser reemplazados con
las nuevas prioridades del Espíritu Santo. Esta reorientación no es
instantánea ni completa. Pero es genuina y progresiva. Dos de los grandes
libros de Teología Cristiana práctica (Las Confesiones de Agustín y El
tratado de los afectos religiosos de Jonathan Edwards) meditan en esta
transformación. Uno asume que Francisco de Asís quiso decir esto en su
oración: "Oh Maestro divino, permite que pueda buscar no tanto el ser
consolado como consolar, el ser entendido, como entender, el ser amado,
como amar." La necesidad de aprender cómo amar reemplaza el deseo de ser
amado.
Aquellos que tienen hambre y sed de
justicia serán saciados, tenemos la palabra de Jesús. sin embargo, no
tenemos ninguna promesa de que Dios satisfacerá los deseos instintivos de
nuestra alma. Carrie ten Boom experimentó degradación humana en el campo
de la muerte de Ravensbruck. Pero el que satisface su alma tenía algo
mucho mejor en mente que darle lo que ella deseaba. Le enseñó el gozo en
el perdón de los pecados por la libre gracia. Le enseñó el gozo en poder
del Espíritu para rehacerla en una persona sabia. Y a su tiempo la libro
de todas sus prisiones y la llevo a la gloria.
La Biblia nos enseña a orar, a aprender
a pedir por lo que realmente necesitamos. ¿Podemos orar las peticiones del
Padre Nuestro y realmente creerlo? Sí. ¿Podemos anhelar la gloria de Dios,
que su voluntad sea obedecida, que la provisión material para todo el
pueblo de Dios llegue, que los pecados sean perdonados, que recibamos
ayuda en nuestra lucha contra el mal? Sí.
Un pastor sabio, Stephen Charnock, una
vez escribió del "Poder expulsivo de un nuevo afecto." Los nuevos deseos
gobernantes expulsan a los amos menores del trono de tu vida. ¿Cuáles son
los motivos nuevos y diferentes que rigen en un corazón renovado? ¿Qué
objetos de deseo caracterizan a los corazones nuevos? ¿Cómo cambia Dios lo
que tú quieres?
Para cada uno de los siguientes pasajes
pregúntate, ¿Qué o en qué esta persona realmente quiere, anhela, persigue
y se deleita?
- Salmo 42:1-2
- Salmo 73:25-28
- Salmo 63:1-8
- Salmo 80
- Salmo 90:8-17
- Proverbios 2: 1-6
- Proverbios 3:13-18
- Proverbios 8:11
- Isaías 26:8-9
- Mateo 5:6
- Mateo 6:9-13
- Mateo 6:19-33
- Mateo 13:45-46
- Lucas 11:9-13
- Romanos 5:1-11
- Romanos 8:18-25
- Romanos 9:1-3
- 2 Corintios 5:8-9
- Filipenses 1:18-25
- Filipenses 3:8-11
- Filipenses 3:20-21
- 2 Timoteo 2:22
- 2 Timoteo 3:12
- 1 Pedro 1:13
- 1 Pedro 2:2
- Apocalipsis 22:20
¿Es posible que quieras estás cosas más
que lo que quieres los ídolos que secuestran tu corazón? Sí y Amén. Trae a
Jesús todos los deseos que tienes por bendiciones menores, y pídele que
renueve tus deseos. El quiere encender tu corazón con santo amor, gloria y
gratitud. |