TITO         FILÉMON          HEBREOS





LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO

Á TITO



CAPITULO 1.

1 PABLO, siervo de Dios, y apóstol de Jesu-Cristo segun la fé de los
escogidos de Dios, y el conocimiento de la verdad que es segun la piedad,

2 Para la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no puede mentir,
prometió ántes de los tiempos de los siglos,

3 Y manifestó á sus tiempos su palabra por [la] predicacion, que me es á mí
encomendada por mandamiento de nuestro Salvador Dios;

4 A Tito, verdadero hijo en la comun fé: Gracia, misericordia, y paz de Dios
Padre, y del Señor Jesu-Cristo Salvador nuestro.

5 Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo que falta, y
pusieses ancianos por las villas, así como yo te mandé:

6 El que fuere sin crimen, marido de una mujer, que tenga hijos fieles, que
no estén acusados de disolucion , ó contumaces.

7 Porque es menester que el obispo sea sin crimen, como dispensador de Dios;
no soberbio, no iracundo, no amador del vino, no heridor, no codicioso de
torpes ganancias;

8 Sino hospedador, amador de lo bueno, templado, justo, santo, continente;

9 Retenedor de la fiel palabra que es conforme á la doctrina; para que
tambien pueda exhortar con sana doctrina, y convencer á los que
contradijeren.

10 Porque hay aun muchos contumaces, habladores de vanidades, y engañadores
de las almas, mayormente [los] que [son] de la circuncision.

11 A los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras,
enseñando lo que no conviene, por torpe ganancia.

12 Dijo uno de ellos, propio profeta de ellos: Los Cretenses, siempre
mentirosos, malas bestias, vientres perezosos.

13 Este testimonio es verdadero: por tanto repréndelos duramente, para que
sean sanos en la fé;

14 No atendiendo á fabulas judáicas, y á mandamientos de hombres que se
apartan de la verdad.

15 Todas las cosas son limpias á los limpios, mas á los contaminados é
infieles nada es limpio: ántes su alma y conciencia están contaminadas.

16 Profésanse conocer á Dios, mas con los hechos [lo] niegan; siendo
abominables y rebeldes, reprobados para toda buena obra.



CAPITULO 2.

1 EMPERO tú habla lo que conviene á la sana doctrina:

2 Que los viejos sean templados, graves, prudentes, sanos en la fé, en la
caridad, en la paciencia.

3 Las viejas, asimismo, [se distingan] en un porte santo; no calumniadoras,
no dadas á mucho vino, maestras de honestidad:

4 Que enseñen á las mujeres jóvenes á ser prudentes, á que amen á sus
maridos, á que amen á sus hijos,

5 [A ser] templadas, castas, que tengan cuidado de la casa, buenas, sujetas
á sus maridos; porque la palabra de Dios no sea blasfemada.

6 Exhorta asimismo á los mancebos á que sean comedidos:

7 Mostrándote en todo por ejemplo de buenas obras; en doctrina [haciendo
ver] integridad, gravedad,

8 Palabra sana, é irreprensible; que el adversario se avergüence, no
teniendo mal ninguno que decir de vosotros.

9 [Exhorta] á los siervos, á que sean sujetos á sus señores, que agraden en
todo, no respondones;

10 No defraudando, ántes mostrando toda buena lealtad, para que adornen en
todo la doctrina de nuestro Salvador Dios.

11 Porque la gracia de Dios que trae salvacion á todos los hombres, se
manifestó,

12 Enseñándonos que, renunciando á la impiedad y á los deseos mundanos,
vivamos en este siglo templada, y justa, y piamente,

13 Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestacion gloriosa
del gran Dios y Salvador nuestro Jesu-Cristo,

14 Que se dió á sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y
limpiar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

15 Esto habla y exhorta, y reprende con toda autoridad. Nadie te desprecie.



CAPITULO 3.

1 AMONÉSTALES que se sujeten á los príncipes y potestades, que obedezcan,
que estén prontos á toda buena obra;

2 Que á nadie infamen, que no sean pendencieros, [sino] modestos, mostrando
toda mansedumbre para con todos los hombres.

3 Porque tambien éramos nosotros necios en otro tiempo, rebeldes,
extraviados, sirviendo á concupiscencias y deleites diversos, viviendo en
malicia y en envidia, aborrecibles, aborreciendo los unos á los otros:

4 Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y [su] amor
para con los hombres,

5 No por obras de justicia que nosotros habiamos hecho, mas por su
misericordia nos salvó por el lavacro de la regeneracion, y de la renovacion
del Espíritu Santo;

6 El cual derramó en nosotros abundantemente por Jesu-Cristo, nuestro
Salvador,

7 Para que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos segun la
esperanza de la vida eterna.

8 Palabra fiel, y estas cosas quiero que afirmes, para que los que creen á
Dios procuren gobernarse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles á
los hombres.

9 Mas las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones y debates acerca
de la ley evita: porque son sin provecho y vanas.

10 Rehusa hombre hereje, despues de una y otra amonestacion;

11 Estando cierto que el tal es trastornado, y peca, siendo condenado de su
propio juicio.

12 Cuando enviare á tí á Artemas ó á Tichico, procura venir á mí á
Nicópolis; porque allí he determinado invernar.

13 A Zenas, doctor de la ley, y á Apólos envia delante, procurando que nada
les falte.

14 Y aprendan asimismo los nuestros á gobernarse en buenas obras para los
usos necesarios, para que no sean sin fruto.

15 Todos los que están conmigo te saludan. Saluda á los que nos aman en la
fé. La gracia [sea] con todos vosotros. Amen.

A Tito, el cual fué el primer obispo ordenado á la iglesia de los Cretenses,
escrita de Nicópolis de Macedonia.



LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO

Á FILÉMON



1 PABLO, prisionero de Jesu-Cristo, y el hermano Timotéo, á Filémon amado, y
coadjutor nuestro;

2 Y á la amada Apphia, y á Archipo, compañero de nuestra milicia, y á la
iglesia [que está] en tu casa:

3 Gracia á vosotros, y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesu-Cristo.

4 Doy gracias á mi Dios, haciendo siempre memoria de tí en mis oraciones,

5 Oyendo tu caridad, y la fé que tienes en el Señor Jesus, y para con todos
los santos,

6 Para que la comunicacion de tu fé sea eficaz en el conocimiento de todo el
bien que [está] en vosotros por Cristo Jesus.

7 Porque tenemos gran gozo y consolacion de tu caridad, de que por tí, oh
hermano, han sido recreadas las entrañas de los santos.

8 Por lo cual, aunque tengo mucha resolucion en Cristo para mandarte lo que
conviene,

9 Ruégo[te] más bien por amor, siendo tal cual [soy,] Pablo viejo, y aun
ahora prisionero de Jesu-Cristo.

10 Ruégote por mi hijo Onésimo, que he engendrado en mis prisiones;

11 El cual en otro tiempo te fué inútil, mas ahora á tí y á mí [es] útil:

12 El cual [te] vuelvo á enviar: tú, pues recíbele como á mis entrañas.

13 Yo quisiera detenerle conmigo, para que en lugar de tí me sirviese en las
prisiones del Evangelio.

14 Mas nada quise hacer sin tu consejo, porque tu beneficio no fuese como de
necesidad, sino voluntario.

15 Porque acaso por esto se ha apartado de tí por [algun] tiempo; para que
lo recibieses para siempre;

16 No ya como siervo, ántes más que siervo, [como] hermano amado, mayormente
de mí, pero ¿cuánto más de tí, en la carne, y en el Señor?

17 Así que, si me tienes por compañero, recíbele como á mí.

18 Y si en algo te dañó, ó te debe, pónlo á mi cuenta.

19 Yo Pablo [lo] escribí de mi mano; yo [lo] pagaré, por no decirte que aun
á tí mismo te me debes demás.

20 Sí, hermano, góceme yo de tí en el Señor; recrea mis entrañas en el
Señor.

21 Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que aun harás más de
lo que digo.

22 Y asimismo prepárame tambien alojamiento; porque espero que por vuestras
oraciones os tengo de ser concedido.

23 Te saludan Epafras, mi compañero en la prision por Cristo Jesus,

24 Marcos , Aristarco , Demas, y Lucas, mis cooperadores.

25 La gracia de nuestro Señor Jesu-Cristo [sea] con vuestro espíritu. Amen.

A Filémon fué enviada de Roma por Onésimo siervo.





LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO

Á LOS HEBRÉOS



CAPITULO 1.

1 DIOS, habiendo hablado muchas veces, y en muchas maneras en otro tiempo á
los padres por los profetas,

2 En estos postreros dias nos ha hablado por el Hijo, al cual constituyó
heredero de todo, por el cual asimismo hizo el universo:

3 El cual, siendo el resplandor de gloria, y la misma imágen de su
sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia,
habiendo hecho la purgacion de nuestros pecados por sí mismo, se sentó á la
diestra de la Majestad en las alturas,

4 Hecho tanto más excelente que los ángeles, cuanto alcanzó por herencia más
excelente nombre que ellos.

5 Porque ¿á cual de los ángeles dijo [Dios] jamás: Mi Hijo eres tú, hoy yo
te he engendrado? Y otra vez ¿Yo seré á él Padre, y él me sera á mi Hijo?

6 Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en la tierra, dice: Y adórenle
todos los ángeles de Dios.

7 Y ciertamente de los ángeles dice: El que hace sus ángeles espíritus, y á
sus ministros llama de fuego:

8 Mas al Hijo: Tu trono, oh Dios, por siglo del siglo; vara de equidad la
vara de tu reino:

9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad; por lo cual te ungió Dios
el Dios tuyo, con óleo de alegría más que á tus compañeros:

10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra; y los cielos son
obras de tus manos:

11 Ellos perecerán mas tú eres permanente; y todos ellos se envejecerán como
una vestidura.

12 Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; empero tú eres el
mismo, y tus años no acabarán.

13 Pues ¿á cuál de los ángeles dijo jamás: Siéntate á mi diestra, hasta que
ponga á tus enemigos por estrado de tus piés?

14 ¿No son todos espíritus administradores, enviados para servicio á favor
de los que serán herederos de salud?



CAPITULO 2.

1 POR tanto es menester que con más diligencia atendamos á las cosas que
hemos oido, porque no nos escurramos.

2 Porque si la palabra dicha por [el ministerio] de los ángeles fué firme, y
toda rebelion y desobediencia recibió justa paga de retribucion,

3 ¿Cómo escaparémos nosotros, si tuviéremos en poco una salud tan grande? La
cual, habiendo comenzado á ser publicada por el Señor, ha sido confirmada
hasta nosotros por los que [le] oyeron;

4 Testificando juntamente [con ellos] Dios con señales y milagros, y
diversas maravillas, y repartimientos del Espíritu Santo segun su voluntad.

5 Porque no sujetó á los ángeles el mundo venidero, del cual hablamos.

6 Testificó empero uno, en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre que te
acuerdas de él? ¿ó el hijo del hombre, que le visitas?

7 Tú le hiciste un poco menor que los ángeles, coronástele de gloria y de
honra, y pusístele sobre las obras de tus manos:

8 Todas las cosas sujetaste debajo de sus piés. Porque en cuanto le sujetó
todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto á él. Mas aun no vemos que todas
las cosas le sean sujetas.

9 Empero vemos coronado de gloria y de honra, por el padecimiento de muerte,
á aquel Jesus que es hecho un poco menor que los ángeles, para que por gracia
de Dios gustase la muerte por todos.

10 Porque convenia, que aquel por cuya causa [son] todas las cosas, y por el
cual todas las cosas [subsisten,] habiendo de llevar á [su] gloria á muchos
hijos, hiciese consumado por aflicciones al autor de la salud de ellos.

11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno [son] todos:
por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,

12 Diciendo: Anunciare á mis hermanos tu nombre, en medio de la congregacion
te alabaré.

13 Y otra vez: Yo confiaré en él. Y otra vez: Hé aquí yo y los hijos que me
dió Dios.

14 Así que por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él tambien
participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenia el imperio de
la muerte, es á saber, al diablo,

15 Y librar á los que por el temor de la muerte estaban por toda la vida
sujetos á servidumbre.

16 Porque ciertamente no tomó á los ángeles, sino á la simiente de Abraham
tomó.

17 Por lo cual debia ser en todo semejante á los hermanos, para venir á ser
misericordioso y fiel Pontífice en lo que es para con Dios, para expiar los
pecados del pueblo.

18 Porque en cuanto él mismo padeció, siendo tentado, es poderoso para
[tambien] socorrer á los que son tentados.



CAPITULO 3.

1 POR tanto, hermanos santos, participantes de la vocacion celestial,
considerad el Apóstol y Pontífice de nuestra profesion, Cristo Jesus,

2 El cual es fiel al que le constituyó, como tambien [lo fué] Moisés sobre
toda su casa.

3 Porque de [tanto] mayor gloria que Moisés este es estimado digno, cuanto
tiene mayor dignidad que la casa el que la fabricó.

4 Porque toda casa es edificada de alguno: mas el que crió todas las cosas,
[es] Dios.

5 Y Moisés á la verdad [fué] fiel sobre toda su casa, como criado, para
testificar lo que se habia de decir:

6 Mas Cristo como Hijo sobre su casa; la cual casa somos nosotros, si hasta
el cabo retuviéremos firme la confianza y la gloria de la esperanza.

7 Por lo cual, (como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz,

8 No endurezcais vuestros corazones como en la provocacion, en el dia de la
tentacion en el desierto,

9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras
cuarenta años.

10 A causa de lo cual me enemisté con esta generacion, y dije: Siempre
divagan ellos de corazon, y no han conocido mis caminos.

11 Juré pues en mi ira: No entrarán en mi reposo.)

12 Mirad, hermanos, que en ninguno de vosotros haya corazon malo de
incredulidad para apartarse del Dios vivo:

13 Antes exhortáos los unos á los otros cada dia, entretanto que se dice
Hoy, porque ninguno de vosotros se endurezca con engaño de pecado.

14 Porque participantes de Cristo somos hechos, con tal que conservemos
firme hasta el fin el principio de nuestra confianza;

15 Entretanto que se dice: Si oyereis su voz hoy, no endurezcais vuestros
corazones, como en la provocacion.

16 Porque algunos de los que habian salido de Egipto con Moisés, habiendo
oido, provocaron; aunque no todos.

17 Mas ¿con cuáles estuvo enojado cuarenta años? ¿no [fué] con los que
pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?

18 ¿Y á quiénes juró que no entrarian en su reposo, sino á aquellos que no
obedecieron?

19 Y vemos que no pudieron entrar á causa de incredulidad.



CAPITULO 4.

1 TEMAMOS, pues, que quedando aun la promesa de entrar en su reposo,
aparezca alguno de vosotros haberse apartado.

2 Porque tambien á nosotros se nos ha evangelizado como á ellos; mas no les
aprovechó el oir la palabra á los que [la] oyeron sin mezclar fé.

3 Empero entramos en el reposo los que hemos creido, de la manera que dijo:
Como juré en mi ira, no entrarán en mi reposo; aun acabadas las obras desde
el principio del mundo.

4 Porque en un cierto lugar dijo así del séptimo dia: Y reposó Dios de todas
sus obras en el séptimo dia.

5 Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.

6 Así que, pues que resta que algunos han de entrar en él, y aquellos á
quienes primero fué anunciado no entraron por causa de desobediencia,

7 Determina otra vez un cierto dia diciendo por David: Hoy, despues de tanto
tiempo; como esta dicho: Si oyereis su voz hoy, no endurezcais vuestros
corazones.

8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaria despues de otro
dia.

9 Por tanto queda un reposo para el pueblo de Dios.

10 Porque el que ha entrado en su reposo, tambien él ha reposado de sus
obras, como Dios de las suyas.

11 Procuremos, pues, de entrar en aquel reposo; que ninguno caiga en
semejante ejemplo de desobediencia^.

12 Porque la palabra de Dios [es] viva y eficaz, y más penetrante que toda
espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y
las coyunturas y tuétanos; y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazon.

13 Y no hay cosa criada que no sea manifiesta en su presencia; ántes todas
las cosas [están] desnudas y abiertas á los ojos de aquel á quien tenemos que
dar cuenta.

14 Por tanto teniendo un gran Pontífice, que penetró los cielos, Jesus el
Hijo de Dios, retengamos [nuestra] profesion.

15 Porque no tenemos un Pontífice que no se pueda compadecer de nuestras
flaquezas; mas tentado en todo segun [nuestra] semejanza, [pero] sin pecado.

16 Lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia, y hallar gracia para el oportuno socorro.



CAPITULO 5.

1 PORQUE todo pontífice tomado de entre los hombres, es constituido á favor
de los hombres en lo que á Dios toca, para que ofrezca presentes y
sacrificios por los pecados:

2 Que se pueda compadecer de los ignorantes y extraviados, pues que él
tambien está rodeado de flaqueza.

3 Y por causa de ella debe, como por sí mismo, así tambien por el pueblo,
ofrecer por los pecados.

4 Ni nadie toma para sí la honra, sino el que es llamado de Dios, como
Aaron.

5 Así tambien Cristo no se glorificó á sí mismo haciéndose Pontífice, mas el
que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.

6 Como tambien dice en otro [lugar:] Tú [eres] Sacerdote eternamente, segun
el órden de Melchisedech.

7 El cual en los dias de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran
clamor y lágrimas al que le podia librar de muerte, fué oido por [su]
reverencial miedo.

8 Aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;

9 Y consumado, vino á ser causa de eterna salud á todos los que le obedecen;

10 Nombrado de Dios Pontífice segun el órden de Melchisedech.

11 Del cual tenemos mucho que decir, y dificultoso de declarar, por cuanto
sois flacos para oir.

12 Porque debiendo ser ya maestros [de otros,] á causa del tiempo, teneis
necesidad de volver á ser enseñados cuáles [sean] los primeros rudimentos de
las palabras de Dios; y habeis llegado á ser [tales] que tengais necesidad de
leche, y no de manjar sólido.

13 Que cualquiera que participa de la leche, es inhábil para la palabra de
la justicia, porque es niño;

14 Mas la vianda firme es para los perfectos, para los que por la costumbre
tienen [ya] los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.



CAPITULO 6.

1 POR tanto, dejando la palabra del comienzo en la doctrina de Cristo vamos
adelante á la perfeccion; no echando otra vez el fundamento del
arrepentimiento de obras muertas, y de la fé en Dios,

2 De la doctrina de bautismos, y de la imposicion de manos, y de la
resurreccion de los muertos, y del juicio eterno:

3 Y esto harémos, á la verdad, si Dios [lo] permitiere.

4 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados, y gustaron el
don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,

5 Y asimismo gustaron la buena palabra de Dios, y las virtudes del siglo
venidero,

6 Y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de
nuevo para sí mismos al Hijo de Dios, y exponiéndo[le] á vituperio.

7 Porque la tierra que embebe el agua que muchas veces vino sobre ella, y
produce yerba provechosa á aquellos de los cuales es labrada, recibe
bendicion de Dios.

8 Mas la que produce espinas y abrojos, [es] reprobada, y cercana de
maldicion; cuyo fin [será] el ser abrasada.

9 Pero de vosotros, oh amados, esperamos mejores cosas, y más cercanas á
salud, aunque hablamos así.

10 Porque Dios no [es] injusto, para olvidar vuestra obra y el trabajo de
amor que habeis mostrado á su nombre, habiendo asistido y asistiendo [aun] á
los santos.

11 Mas deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el
cabo, para cumplimiento de [su] esperanza;

12 Que no os hagais perezosos, mas imitadores de aquellos que por la fé y la
paciencia heredarán las promesas.

13 Porque prometiendo Dios á Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró
por sí mismo,

14 Diciendo: De cierto te bendeciré bendiciendo; y multiplicando, te
multiplicaré.

15 Y así, esperando con largura de ánimo, alcanzó la promesa.

16 Porque los hombres ciertamente por el mayor [que ellos] juran: y el fin
de todas sus controversias es el juramento para confirmacion.

17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar mas abundantemente á los herederos de
la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento;

18 Para que por dos cosas inmutables, en las cuales [es] imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos á trabarnos de
la esperanza propuesta:

19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que entra hasta
dentro del velo;

20 Donde entró por nosotros [nuestro] precursor Jesus, hecho Pontífice
eternalmente segun el, órden de Melchisedech.



CAPITULO 7.

1 PORQUE este Melchisedech, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, el
cual salió á recibir á Abraham que volvia de la derrota de los reyes, y le
bendijo,

2 Al cual asimismo dió Abraham los diezmos de todo, primeramente él se
interpreta Rey de justicia; y luego tambien Rey de Salem, que es, Rey de paz:

3 Sin padre, sin madre, sin linaje; que ni tiene principio de dias, ni fin
de vida, mas hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para
siempre.

4 Mirad pues cuan grande [fuera] este, al cual aun Abraham el patriarca dió
diezmos de los despojos.

5 Y ciertamente los que de los hijos de Leví toman el sacerdocio, tienen
mandamiento de tomar del pueblo los diezmos segun la ley, es á saber, de sus
hermanos, aunque tambien hayan salido de los lomos de Abraham.

6 Mas aquel cuya genealogía no es contada de ellos, tomó de Abraham los
diezmos, y bendijo al que tenia las promesas.

7 Y sin contradiccion alguna lo que es ménos es bendecido de lo que es más.

8 Y aquí ciertamente los hombres mortales toman los diezmos; mas allí aquel
del cual está dado testimonio que vive.

9 Y, por decir así, en Abraham fué diezmado tambien Leví, que recibe los
diezmos;

10 Porque aun estaba [Leví] en los lomos de [su] padre cuando Melchisedech
le salió al encuentro.

11 Pues si la perfeccion era por el sacerdocio Levítico (porque debajo de él
recibió el pueblo la ley) ¿qué necesidad [habia] aun de que se levantase otro
sacerdote segun el órden de Melchisedech, y que no fuese llamado segun el
órden de Aaron?

12 Pues mudado el sacerdocio, necesario es que se haga tambien mudanza de la
ley.

13 Porque [aquel] del cual esto se dice, de otra tribu es, de la cual nadie
asistió al altar.

14 Porque notorio [es] que el Señor nuestro nació de la tribu de Judá, sobre
cuya tribu nada habló Moisés tocante al sacerdocio.

15 Y aun más manifiesto es, si á semejanza de Melchisedech se levanta otro
sacerdote,

16 El cual no es hecho conforme á la ley del mandamiento carnal, sino segun
la virtud de vida indisoluble;

17 Pues [así] da [Dios] testimonio [de ello:] Tú [eres] Sacerdote para
siempre segun el órden de Melchisedech.

18 El mandamiento precedente cierto se abroga por su flaqueza é inutilidad:

19 Porque nada perfeccionó la ley; mas [hízolo] la introduccion de mejor
esperanza, por la cual nos acercamos á Dios.

20 Y por cuanto no [fué] sin juramento;

21 (Porque los otros cierto sin juramento fueron hechos sacerdotes; mas
este, con juramento por el que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá:
Tú eres sacerdote eternamente segun el órden de Melchisedech:)

22 Tanto de mejor testamento es hecho fiador Jesus.

23 Y los otros cierto fueron muchos sacerdotes, en cuanto por la muerte no
podian permanecer:

24 Mas este, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable:

25 Por lo cual puede tambien salvar eternamente á los que por él se allegan
á Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

26 Porque tal Pontífice nos convenia [tener:] santo, inocente, limpio,
apartado de los pecadores, y hecho mas sublime que los cielos:

27 Que no tiene necesidad cada dia, como los [otros] sacerdotes, de ofrecer
primero sacrificios por sus pecados, y luego por los del pueblo: porque esto
[lo] hizo una sola vez, ofreciéndose á sí mismo.

28 Porque la ley constituye sacerdotes hombres flacos; mas la palabra del
juramento, despues de la ley, [constituye] al Hijo hecho perfecto para
siempre.



CAPITULO 8.

1 ASÍ que la suma acerca de lo dicho [es:] Tenemos tal Pontífice que se
asentó á la diestra del trono de la Majestad en los cielos;

2 Ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que el Señor
asentó, y no el hombre.

3 Porque todo pontífice es puesto para ofrecer presentes y sacrificios; por
lo cual [es] necesario que tambien este tuviese algo que ofrecer.

4 Así que si estuviese sobre la tierra, ni aun seria sacerdote, habiendo aun
los [otros] sacerdotes que ofrecen los presentes segun la ley;

5 Los cuales sirven de bosquejo y sombra de las cosas celestiales, como fué
respondido á Moisés cuando habia de acabar el tabernáculo: Mira, dice, haz
todas las cosas conforme al dechado que te ha sido mostrado en el monte.

6 Mas ahora [tanto] mejor ministerio es el suyo, cuanto es Mediador de un
mejor pacto, el cual ha sido formado sobre mejores promesas.

7 Porque si aquel primero fuera sin falta, cierto no se hubiera procurado
lugar de segundo.

8 Porque reprendiéndolos dice: Hé aquí, vienen dias, dice el Señor, y
consumaré para con la casa de Israel y para con la casa de Judá un nuevo
pacto;

9 No como el pacto que hice con sus padres el dia que los tomé por la mano
para sacarlos de la tierra de Egipto: porque ellos no permanecieron en mi
pacto, y yo los menosprecié, dice el Señor.

10 Por lo cual este es el pacto que ordenaré á la casa de Israel despues de
aquellos dias, dice el Señor: Daré mis leyes en el alma de ellos, y sobre el
corazon de ellos las escribiré: y seré á ellos por Dios, y ellos me serán á
mí por pueblo:

11 Y ninguno enseñará á su prójimo, ni ninguno á su hermano, diciendo:
Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor de ellos hasta el
mayor.

12 Porque seré propicio á sus injusticias, y de sus pecados, y de sus
iniquidades no me acordaré más.

13 Diciendo Nuevo [pacto,] dió por viejo al primero y lo que es dado por
viejo y se envejece, cerca está de desvanecerse.



CAPITULO 9.

1 TENIA empero tambien el primer [pacto] reglamentos del culto, y [su]
santuario mundano.

2 Porque el tabernáculo fué hecho: el primero en que [estaban] las lámparas,
y la mesa, y los panes de la proposicion; lo que llaman el santuario.

3 Tras el segundo velo [estaba] el tabernáculo, que llaman el lugar
santísimo;

4 El cual tenia un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de todas
partes alrededor de oro; en la que [estaba] una urna de oro que contenia el
maná, y la vara de Aaron que reverdeció, y las tablas del pacto;

5 Y sobre ella los querubines de gloria que cubrian el propiciatorio, de las
cuales cosas no se puede ahora hablar en particular.

6 Y estas cosas así ordenadas, en el primer tabernáculo siempre entraban los
sacerdotes para hacer los oficios del culto;

7 Mas en el segundo, solo el pontífice una vez en el año; no sin sangre, la
cual ofrece por sí mismo, y [por] los pecados de ignorancia del pueblo:

8 Dando en esto á entender el Espíritu Santo, que aun no estaba descubierto
el camino para el [verdadero] santuario, entretanto que el primer tabernáculo
estuviese en pié.

9 Lo cual [era] figura de aquel tiempo presente, en el cual se ofrecian
presentes y sacrificios que no podian hacer perfecto, cuanto á la conciencia,
al que servia [con ellos;]

10 [Consistiendo] solo en viandas y bebidas, y en diversos lavamientos, y
ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de la correccion.

11 Mas estando ya presente Cristo, Pontífice de los bienes que habian de
venir, por [otro] más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos,
es á saber, no de esta creacion;

12 Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, mas por su propia
sangre entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido [para nosotros]
eterna redencion.

13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y la ceniza de
la becerra, rociada á los inmundos, santifica para la purificacion de la
carne,

14 ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se
ofreció á sí mismo sin mancha á Dios, limpiará vuestras conciencias de las
obras de muerte para que sirvais al Dios vivo?

15 Así que por eso es Mediador del nuevo testamento, para que interviniendo
muerte para la remision de las rebeliones [que habia] bajo del primer
testamento, los que son llamados reciban la promesa de la herencia eterna.

16 Porque donde [hay] testamento, necesario es que intervenga muerte del
testador.

17 Porque el testamento con la muerte es confirmado: de otra manera no es
válido entretanto que el testador vive.

18 De donde [vino] que ni aun el primero fué consagrado sin sangre.

19 Porque habiendo leido Moisés todos los mandamientos de la ley á todo el
pueblo, tomando la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua,
y lana de grana, é hisopo, roció al mismo libro, y tambien á todo el pueblo.

20 Diciendo: Esta es la sangre del testamento que Dios os ha mandado.

21 Y además de esto roció tambien con la sangre el tabernáculo, y todos los
vasos del ministerio.

22 Y casi todo es purificado segun la ley con sangre; y sin derramamiento de
sangre no se hace remision.

23 Fué pues necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen
purificadas con estas cosas; empero las mismas cosas celestiales con mejores
sacrificios que estos.

24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del
verdadero, sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la
presencia de Dios.

25 Y no para ofrecerse muchas veces á sí mismo, como entra el pontífice en
el santuario cada año con sangre ajena;

26 De otra manera fuera necesario que hubiera padecido muchas veces desde el
principio del mundo: mas ahora una vez en la consumacion de los siglos, para
deshacimiento del pecado, se presento por el sacrificio de sí mismo.

27 Y de la manera que está establecido á los hombres que mueran una vez, y
despues el juicio,

28 Así tambien Cristo fué ofrecido una vez para agotar los pecados de
muchos; y la segunda vez sin pecado será visto de los que lo esperan para
salud.



CAPITULO 10.

1 PORQUE la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imágen
misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que ofrecen
continuamente cada año, hacer perfectos á los que se allegan.

2 De otra manera cesarian de ofrecerse; porque los que tributan [este]
culto, limpios de una vez, no tendrian mas conciencia de pecado.

3 Empero en estos [sacrificios] cada año se hace [la misma] conmemoracion de
los pecados.

4 Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los
pecados.

5 Por lo cual, entrando en el mundo, dice: Sacrificio y presente no
quisiste; mas me apropiaste cuerpo:

6 Holocaustos y [expiaciones] por el pecado no te agradaron.

7 Entónces dije: Héme aquí (en la cabecera del libro esta escrito de mí)
para que haga, oh Dios, tu voluntad.

8 Diciendo arriba: Sacrificio y presente, y holocaustos, y [expiaciones] por
el pecado, no quisiste, ni te agradaron, las cuales cosas se ofrecen segun la
ley,

9 Entónces dijo: Héme aquí para que haga, oh Dios, tu voluntad. Quita lo
primero, para establecer lo postrero.

10 En la cual voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesu-
Cristo [hecha] una [sola] vez.

11 Así que todo sacerdote se presenta cada dia ministrando y ofreciendo
muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados:

12 Pero este, habiendo ofrecido por los pecados un [solo] sacrificio para
siempre, está sentado á la diestra de Dios,

13 Esperando lo que resta, hasta que sus enemigos sean puestos por estrado
de sus piés.

14 Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre á los
santificados.

15 Y atestíguanos lo mismo el Espíritu Santo; que despues que dijo:

16 Y este es el pacto que haré con ellos despues de aquellos dias, dice el
Señor: Daré mis leyes en sus corazones y en sus almas las escribiré;

17 Y nunca más me acordaré de sus pecados é iniquidades.

18 Pues donde hay remision de estos, no hay más ofrenda por pecado.

19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario por la
sangre de Jesu-Cristo,

20 Por el camino que él nos consagró nuevo, y vivo; por el velo, esto es,
por su carne:

21 Y [teniendo] un Gran Sacerdote sobre la casa de Dios,

22 Lleguémonos con corazón verdadero, en llena certidumbre de fé,
purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua
limpia.

23 Mantengamos firme la profesion de nuestra fé, sin fluctuar, (que fiel es
el que prometió;)

24 Y considerémonos los unos á los otros para provocarnos al amor, y á las
buenas obras:

25 No dejando nuestra congregacion, como algunos tienen por costumbre mas
exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel dia se acerca.

26 Porque si pecáremos voluntariamente despues de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por el pecado,

27 Sino una horrenda esperanza de juicio, y hervor de fuego que ha de
devorar á los adversarios.

28 El que menospreciare la ley de Moisés, por el testimonio de dos ó de tres
testigos muere sin ninguna misericordia:

29 ¿Cuánto pensais que será más digno de mayor castigo el que hollare al
Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del testamento, en la cual fué
santificado, é hiciere afrenta al Espíritu de gracia?

30 Sabemos [quien es] el que dijo: Mia es la venganza, yo daré el pago, dice
el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará su pueblo.

31 Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo.

32 Empero traed á la memoria los dias pasados, en los cuales, despues de
haber sido iluminados, sufristeis gran combate de aflicciones:

33 Por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis
hechos espectáculo; y por otra parte hechos compañeros de los que estaban en
tal estado.

34 Porque de mis prisiones tambien os resentisteis conmigo, y el robo de
vuestros bienes padecisteis con gozo, conociendo que teneis en vosotros una
mejor sustancia en los cielos, y que permanece.

35 No perdais pues vuestra confianza, que tiene grande remuneracion de
galardon:

36 Porque la paciencia os es necesaria; para que, habiendo hecho la voluntad
de Dios, obtengais la promesa.

37 Porque aun un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará.

38 Ahora el justo vivirá por fé; mas si se retirare, no agradará á mi alma.

39 Pero nosotros no somos tales que nos retiremos para perdicion, sino
fieles para ganancia del alma.



CAPITULO 11.

1 ES pues la fé la sustancia de las cosas que se esperan, la demostracion de
las cosas que no se ven.

2 Porque por ella alcanzaron testimonio los antiguos.

3 Por la fé entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de
Dios, siendo hecho lo que se ve de lo que no se veia.

4 Por la fé Abel ofreció á Dios mayor sacrificio que Cain, por la cual
alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio á sus presentes; y
difunto, aun habla por ella.

5 Por la fé Enoc fué traspuesto para no ver muerte, y no fué hallado, porque
lo traspuso Dios. Y ántes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber
agradado á Dios.

6 Empero sin fé es imposible agradar á Dios; porque es menester que el que á
Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

7 Por la fé Noé, habiendo recibido respuesta de cosas que aun no se veian,
con temor aparejó el arca en que su casa se salvase: por la cual [fé] condenó
al mundo, y fué hecho heredero de la justicia que es por la fé.

8 Por la fé Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que habia
de recibir por heredad; y salió sin saber donde iba.

9 Por fé habitó en la tierra prometida como en [tierra] ajena, morando en
cabañas con Isaac y Jacob, herederos juntamente de la misma promesa:

10 Porque esperaba ciudad con fundamentos, el artífice y hacedor de la cual
es Dios.

11 Por la fé tambien la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para
concebir simiente; y parió aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó ser
fiel el que [lo] habia prometido.

12 Por lo cual tambien, de uno, y ese ya amortecido, salieron como las
estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está á la
orilla de la mar.

13 Conforme á la fé murieron todos estos sin haber recibido las promesas,
sino mirándolas de léjos, y creyéndolas, y saludándolas; y confesando que
eran peregrinos y advenedizos sobre la tierra.

14 Porque los que esto dicen, claramente dan á entender que buscan una
patria.

15 Que si se acordaran de aquella de donde salieron, cierto tenian tiempo
para volverse:

16 Empero deseaban la mejor, es á saber, la celestial; por lo cual Dios no
se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les habia aparejado ciudad.

17 Por fé ofreció Abraham á Isaac, cuando fué probado; y ofrecia al
unigénito el que habia recibido las promesas.

18 Habiéndole sido dicho: En Isaac te será llamada simiente:

19 Pensando que aun de los muertos [es] Dios poderoso para levantar; de
donde tambien lo volvió á recibir por figura.

20 Por fé bendijo Isaac á Jacob y á Esaú respecto á cosas que habian de ser.

21 Por fé Jacob, muriéndose, bendijo á cada uno de los hijos de José; y
adoró [estribando] sobre la

punta de su bordon.

22 Por fé José muriéndose, se acordó de la partida de los hijos de Israel: y
dió mandamiento acerca de sus huesos.

23 Por fé Moisés, nacido, fué escondido de sus padres por tres meses, porque
lo vieron hermoso niño, y no temieron el mandamiento del rey.

24 Por fé Moisés, hecho ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de
Pharaon;

25 Escogiendo ántes ser afligido con el pueblo de Dios, que gozar de
comodidades temporales de pecado:

26 Teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de
los Egipcios; porque miraba á la remuneracion.

27 Por fé dejó á Egipto no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como
viendo al invisible.

28 Por fé celebró la Pascua y el derramamiento de la sangre, para que el que
mataba los primogénitos, no les tocase.

29 Por fé pasaron el mar Bermejo como por tierra seca; lo cual probando los
Egipcios, fueron sumergidos.

30 Por fé cayeron los muros de Jericó con rodearlos siete dias.

31 Por fé Rahab la ramera no pereció juntamente con los incrédulos, habiendo
recibido los espías con paz.

32 ¿Y qué mas digo, porque el tiempo me faltará contando de Gedeon, de
Barac, de Samson, de Jephté, de David, de Samuel, y de los profetas;

33 Que por fé ganaron reinos, obraron justicia, alcanzaron promesas, taparon
las bocas de leones

34 Apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de cuchillo, convalecieron de
enfermedades, fueron hechos fuertes en batallas, trastornaron campos de
[enemigos] extraños.

35 las mujeres recibieron sus muertos por resurreccion: unos fueron
estirados, no aceptando el rescate para ganar mejor resurreccion:

36 Otros experimentaron vituperios y azotes; y á más de esto prisiones y
cárceles:

37 Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos á cuchillo; anduvieron de
acá para allá [cubiertos] de pieles de ovejas y de cabras, pobres,
angustiados, maltratados;

38 De los cuales el mundo no era digno: perdidos por los desiertos, por los
montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

39 Y todos estos, aprobados por testimonio de la fé, no recibieron la
promesa:

40 Proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen
perfeccionados sin nosotros.



CAPITULO 12.

1 POR tanto nosotros tambien, teniendo en derredor nuestro una tan grande
nube de testigos, dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos con
paciencia la carrera que nos es propuesta,

2 Puestos los ojos en el autor y consumador de la fe, [en] Jesus; el cual,
habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza,
y sentóse á la diestra del trono de Dios.

3 Reducid pues á vuestro pensamiento á aquel que sufrió tal contradiccion de
pecadores contra sí mismo, porque no os fatigueis en vuestros ánimos
desmayando.

4 Que aun no habeis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;

5 Y estais ya olvidados de la exhortacion que como con hijos habla con
vosotros, [diciendo:] Hijo mio, no menosprecies el castigo del Señor, ni
desmayes cuando eres de él reprendido:

6 Porque el Señor al que ama castiga, y azota á cualquiera que recibe por
hijo.

7 Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como á hijos; porque ¿qué hijo
es [aquel] á quien el padre no castiga?

8 Mas si estais fuera del castigo, del cual todos [los hijos] han sido
hechos participantes, luego sois bastardos, y no hijos.

9 Por otra parte, tuvimos por castigadores á los padres de nuestra carne, y
los reverenciábamos; ¿por qué no obedecerémos mucho mejor al Padre de los
espíritus, y vivirémos?

10 Y aquellos, á la verdad por pocos dias nos castigaban como á ellos les
parecia; mas este para lo que [nos] es provechoso, para que recibamos su
santificacion.

11 Es verdad que ningun castigo al presente parece^ ser [causa] de gozo,
sino de tristeza; mas despues da fruto apacible de justicia á los que en el
son ejercitados.

12 Por lo cual alzad las manos caidas, y las rodillas paralizadas;

13 Y haced derechos pasos á vuestros piés, porque lo [que es] cojo no salga
fuera de camino; ántes sea sanado.

14 Seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie vera al Señor:

15 Mirando bien que ninguno se aparte de la gracia de Dios, que ninguna raíz
de amargura brotando [os] impida, y por ella muchos sean contaminados;

16 Que ninguno sea fornicario, ó profano, como Esaú, que por una vianda
vendió su primogenitura.

17 Porque ya sabeis que aun despues deseando heredar la bendicion, fué
reprobado; que no halló lugar de arrepentimiento, aunque la procuró con
lágrimas.

18 Porque no os habeis llegado al monte que se podia tocar, y al fuego
encendido, y al turbion, y á la oscuridad, y á la tempestad,

19 Y al sonido de la trompeta, y á la voz de las palabras, la cual los que
la oyeron rogaron que no se les hablase más:

20 (Porque no podian tolerar lo que se mandaba: Si bestia tocare al monte,
será apedreada, ó pasada con dardo:

21 Y tan terrible cosa era lo que se veia, que Moisés dijo: Estoy asombrado
y temblando:)

22 Mas os habeis llegado al monte de Sion, y á la ciudad del Dios vivo,
Jerusalem la celestial, y á la compañía de muchos millares de ángeles,

23 Y á la congregacion de los primogénitos que están alistados en los
cielos, y á Dios, el Juez de todos, y á los espíritus de los justos, [ya]
perfectos;

24 Y á Jesus, el Mediador del nuevo testamento; y á la sangre del
esparcimiento que habla mejor que [la de] Abel.

25 Mirad que no desecheis al que habla. Porque si aquellos no escaparon que
desecharon al que hablaba en la tierra, mucho ménos [escaparémos] nosotros,
si desecháremos al que [nos] habla de los cielos:

26 La voz del cual entónces conmovió la tierra; mas ahora ha denunciado
diciendo: Aun una vez, y yo conmoveré no solamente la tierra, mas aun el
cielo.

27 Y este [decir:] Aun una vez, declara la mudanza de las cosas movibles,
como de cosas hechas, para que queden las que son firmes.

28 Así que tomando el reino inmóvil, retengamos la gracia por la cual
sirvamos á Dios agradándole con temor y reverencia.

29 Porque nuestro Dios [es] fuego consumidor.



CAPITULO 13.

1 PERMANEZCA el amor fraternal.

2 No olvideis la hospitalidad; porque por esta algunos, sin saberlo,
hospedaron ángeles.

3 Acordáos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los
afligidos, como que tambien vosotros mismos sois del cuerpo.

4 Honroso [es] en todos el matrimonio, y el lecho [conyugal] sin mancilla;
mas á los fornicarios y á los adúlteros juzgará Dios.

5 Sean las costumbres [vuestras] sin avaricia; contentos de lo presente;
porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré:

6 De tal manera que digamos confiadamente: El Señor [es] mi ayudador; no
temeré lo que me hará el hombre.

7 Acordáos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; la fé
de los cuales imitad, considerando cuál haya sido el éxito de su conducta.

8 Jesu-Cristo [es] el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.

9 No seais llevados de acá para allá por doctrinas diversas y extrañas;
porque buena cosa es afirmar el corazon en la gracia, no en viandas, que
nunca aprovecharon á los que anduvieron en ellas.

10 Tenemos un altar, del cual no tienen facultad de comer los que sirven al
tabernáculo.

11 Porque los cuerpos de aquellos animales, la sangre de los cuales es
metida por el pecado en el santuario por el pontífice, son quemados fuera del
real.

12 Por lo cual tambien Jesus, para santificar el pueblo por su propia
sangre, padeció fuera de la puerta.

13 Salgamos pues á él fuera del real llevando su vituperio.

14 Porque no tenemos aquí ciudad permanente, mas buscamos la por venir.

15 Así que ofrezcamos por medio de él á Dios siempre sacrificio de alabanza,
es á saber, fruto de labios que confiesen á su nombre.

16 Y de hacer bien y de la comunicacion no os olvideis: porque de tales
sacrificios se agrada Dios.

17 Obedeced á vuestros pastores, y sujetáos á ellos; porque ellos velan por
vuestras almas, como aquellos que han de dar cuenta, para que lo hagan con
alegría, y no gimiendo, porque esto no os es útil.

18 Orad por nosotros: porque confiamos que tenemos buena conciencia,
deseando conversar bien en todo.

19 Y más os ruego que lo hagais así, para que [yo] os sea más presto
restituido.

20 Y el Dios de paz que sacó de los muertos á nuestro Señor Jesu-Cristo, el
Gran Pastor de las ovejas, por la sangre del testamento eterno,

21 Os haga aptos en toda obra buena para que hagais su voluntad, haciendo él
en vosotros lo que es agradable delante de el por Jesu-Cristo, al cual [sea]
gloria por siglos de siglos. Amen.

22 Empero os ruego, hermanos, que soporteis [esta] palabra de exhortacion;
porque os he escrito en breve.

23 Sabed que [nuestro] hermano Timotéo está suelto, con el cual, si viniere
más presto, os [iré] á ver.

24 Saludad á todos vuestros pastores y á todos los santos. Los de Italia os
saludan.

25 La gracia sea con todos vosotros. Amen.

Fué escrita á los Hebréos desde Italia con Timotéo.


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