“cuando se cumpliría 1ª de corintios capitulo: 5 versículo 1 al 13?
Pues, no estoy seguro si entiendo bien a su pregunta, pero, voy a contestar, y si no está bien, pues, puede escribirme de nuevo. Pues, nos dice en 1 Corintios 5:1, “De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre.” En la iglesia de Corintio había un miembro de la iglesia quien estaba haciendo fornicación con su madrasta, o su madre (no sabemos cuál). Esta cosa está prohibida por la ley de Dios, tanto por ser fornicación en sí, y así también porque Dios prohíbe el incesto. Así dice Dios en Deuteronomio 22:30, “Ninguno tomará la mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.” Sí, entiendo que hay unas sectas como los mormones y otros grupos de “pentecostales” que dicen que no está prohibido, y por eso, aceptan tanto la fornicación y así también el incesto. Pero, Dios dice claramente que aunque estamos bajo la gracia y no la ley que su ley todavía está en marcha, como leemos en Romanos 3:31, “¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley,” y Romanos 13:9, “Porque: No adulterarás.”
Y, hay un problema en la iglesia de Corintio, que nos explica en 1 Cor. 5:2, “Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? “Nos dice aquí lo que debemos hacer en la iglesia cuando hay una persona quien hace adulterio, es decir, expulsarle de la iglesia. Nos dice en San Mateo 18:15-17 los pasos que debemos hacer en situaciones así, “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.”
Por eso, el Apóstol, sabiendo ya de los detalles del caso, está juzgándole culpable, como nos dice en versículo 3, “Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho.” Por eso, él manda a la iglesia que hacer en los versículos 4 y 5, “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” Nosotros hoy en día llamamos este proceso excomunicación, o, excomulgar.
Por eso, en versículos 6 a 8 la necesidad de hacerlo, para mantener la esposa de Cristo Jesús como la novia pura que debemos ser, “No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.”
Por eso, nos manda en versículos 9-11 sobre los casos en general, “Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.” Por eso, si una persona está excomulgada de la iglesia, debemos evitar de asociar con tales personas, y solamente para llamarles al arrepentimiento.
Por supuesto, no aplica a los que son incrédulos, y por eso, nos dice en versículos 12 y 13, “Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? Porque a los que están afuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.” Es nuestra responsabilidad no de juzgar a los que están afuera, sino los que son miembros en sí de la iglesia de Cristo Jesús. Y, así debemos hacer, o no vamos a ser su novia. Es como dice Cristo Jesús en Apocalipsis 2:20-22, “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella.” Los de Tiatira que no se arrepintieron de tolerar a ella quien hizo el adulterio pasaron por la Gran Tribulación, y lo mismo va a pasar a los de las iglesias modernas que imitan a los de Tiatira y toleran a los que enseñan de hacen el adulterio.
Pues, hermano, como digo, no sé si es una respuesta a su pregunta, y si no, o si quiere más, pues, como siempre, estoy a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia le bendiga en toda manera.
Muy atte.
Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com
Misionero a Uruguay de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa,
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“1 de corintios cap 5 del 1 al 13 da entender que cualquiera que cometa fornicación o adulterio es entregado a Satanás para que muera?”
Pues, no. En el contexto de 1ª de Corintios, nos dice en versículo 5, “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” La destrucción de la carne refiere al sufrimiento en este mundo, para que se arrepienta. Por eso, el propósito de entregar una persona al enemigo es para que se arrepintiese. Y eso es consistente con las palabras del Señor Jesucristo en San Mateo 18, cuando nos dice en versículo 15, “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.” Si una persona se arrepiente, la disciplina termina, porque se ha ganado a su hermano. Por eso, en capítulo 2 de 2 Corintios, San Pablo indica que el pecador había arrepentido, y por eso, nos dice en versículos 7 y 8, “así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza. Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él.” Es decir, si el ofensor se arrepintió, ellos en la iglesia deben de aceptarle de nuevo.
Pero, esto no quiere decir que si es pastor que debe de asumir de nuevo las responsabilidades de ser un pastor o anciano o líder en la iglesia, porque de ser miembro es una cosa, y de hacer liderazgo en la iglesia es otra. El mismo Apóstol nos dice en 1 Timoteo 3:2, “Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar.” Aunque un pastor o anciano puede estar perdonado de cualquier pecado, a la misma vez, ya no es “irreprensible”, y no había sido “marido de una sola mujer” y por eso, no, no creo que pueda ser pastor de nuevo. Y así es la práctica entre nosotros, que no debe de ser anciano de nuevo.
Y hermano, si quiere más, pues, como siempre, estoy a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia le bendiga en toda manera.
Muy atte.
Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com
Misionero a Uruguay de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa,
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