“sobre la diaconía, ¿cómo puedo explicar a un grupo de miembros este tema?”
Pues, para contestar una pregunta así sería un estudio de varios días, pero, si puedo comenzar.
1.
Establecer el origen y la necesidad de los diáconos, de Hechos 6, cuando los apóstoles determinaron que “No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.” (versículo 2) y así establecer que los diáconos deben de atender a las necesidades físicas de la iglesia cuando los ancianos deben de atender a las necesidades espirituales de la iglesia.
2.Hablar de los requisitos de los diáconos, también de Hechos 6, “llenos del Espíritu” (versículo 3) y de 1 Timoteo 3, como nos dice “no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?).” (versículos 3-5) (Y muy lamentablemente, sea importante enfatizar en estos días cuando la gente rechace lo que Dios dice que un diácono tiene que estar encargado de su casa, y ser hombre, algo que ofende muchos que dudan lo que dice Dios.)
3.Notar que San Pablo dirigió sus cartas a los santos, a los ancianos, y a los diáconos de la iglesia (Filipenses 1:1), y así indicó como debe de funcionar una buena iglesia, con obispos (ancianos) y diáconos en cada congregación.
4.Enfatizar también que aunque una hermana no puede ser una diaconisa ordenada, que la palabra en sí quiere decir “siervo” y tenemos muchos ejemplos de las hermanas que servían, como las que servían a nuestro Señor Jesucristo (especialmente la María quien ungió los pies del Salvador), y María y su hermana Marta, y Febe y Priscila (Romanos 16:1-3).
5.Dar ejemplos de los diáconos de las Escrituras, que aunque su responsabilidad era de servir a las mesas, tampoco eran tímidos en cuanto a hablar de Cristo Jesús y su evangelio (Esteban, Hechos 7, y Felipe, Hechos 8).
Y hermano, hay mucho más que decir, y si quiere más, pues, como siempre, estoy a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia le bendiga en toda manera.
Muy atte.
Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com
Misionero a Uruguay de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa,
Artigas 1779, Pueblo Nuevo
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