Bendiciones les escribo para ver si me pueden ayudar y si me podrian responder algo breve sobre que quieren decir estos 2 vers. Mateos 18:18 y el 16:19. que si tienen algo que ver estas mis palabras?
Gracias, hermano, por su carta, y su pregunta. Pues, nos dice Dios en San Mateo 18:18, “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.” En contexto habla del pecado de parte de un hermano en la iglesia que le ofendió, como leemos en versículo 15, “si tu hermano peca contra ti.” Nos explica en los versículos 15-17 como debemos proceder para recuperar a nuestro hermano. Pero, al fin, si el hermano no escuche a la voz de los de la iglesia, estamos mandados tratarle “por gentil y publicano.” Es interesante que en estos versículos el Señor Jesús habla a sus discípulos con la segunda persona singular, como si fuese una persona sola, en la situación de la disciplina y recuperación. Pero, en el versículo 18, cambia para hablar con y a todos los discípulos como un grupo, y les dice, “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.” Está explicando el significado de la decisión de la iglesia, en el versículo 17, de excomulgar al pecador. Y, nos explica que cuando la iglesia toma la decisión de declarar que un pecador está todavía en su pecado sin arrepentirse, que dicha decisión no tiene solamente fuerza humana, sino divina. Quiere decir que cuando la iglesia declara que una persona no es cristiano (y, supongamos que la iglesia no hiciera pecado en su propia juicio), que dicha decisión está reflejando la realidad de la decisión de Dios. En otras palabras, el pecador debe de tomar en serio dicha decisión, porque en decirlo, la iglesia está actuando como el instrumento de Dios en declarar que no tiene parte en el reino de Dios. Así, el pecado no puede decir a sí mismo, “es solamente la voz de los hombres”, sino debe de considerarlo como la voz y juicio de Dios contra él.
Y, nos dice lo mismo en San Mateo 16:19, “Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.” Dicha declaración de nuestro Señor Jesucristo está hecha en el contexto de la confesión de San Pedro, “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Por eso, el Señor Cristo Jesús declara que San Pedro, en la base de dicha confesión, va a tener el poder de declarar quien es, y quien no es, un verdadero cristiano. Está ligado a su confesión, porque aunque el mismo San Pedro negó a Cristo Jesús después, todavía sus palabras son la verdad, y todos que confiesan de verdad la misma confesión van a ser salvos. Esto es porque llamamos la declaración que hace los nuevos creyentes antes de su bautismo su “confesión de fe.” Y, dicha autoridad de declarar quien es miembro de la iglesia, o mejor dicho, quien es miembro del cuerpo de Cristo, está ampliado para incluir toda la iglesia en San Mateo 18, como hemos visto.
Y, vemos lo mismo que está puesto en práctica en la disciplina y recuperación del pecador que vemos en los libros de 1 Corintios y 2 Corintios. Es interesante que antes que habló de la necesidad de disciplinarle, habla de la responsabilidad de la iglesia en 1 Corintios 4, “1Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. 2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 3 Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo. 4 Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.” Aquí el Señor Dios explica por medio del Apóstol Pablo que somos “administradores de los misterios de Dios” y que tenemos que ser fieles, porque el juicio que hacemos no es nuestro, sino el juicio de Dios. Y, es interesante que antes de comenzar con la disciplina en sí, que dice en versículo 21 del mismo capítulo, “¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre?” Por eso, comienza en capítulo 5 de hablar del caso de disciplina en sí, porque dice en versículo 1, “De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre.” Y por eso, dice que ya ha juzgado al pecador, porque dice en versículo 3, “Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho.” Y por eso, manda a la iglesia de imitarle en el mismo juicio, “4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” Declara que la iglesia, basada en el juicio, tiene que juzgar al pecador, y excluirle de la iglesia, y tratarle como si fuese gentil. Y, así hizo la iglesia, y gracias a Dios, tenía el resultado de gracia, que se arrepintió el pecador, como leemos en 2 Corintios capítulo 2.
Pues, hermano, siempre hay mucho más. Pero, es algo para comenzar, y hermano, si quiere más, solamente tiene que escribirme. Y hermano, favor de saludar a los santos allá, y especialmente a su propia familia, de nuestra parte. Y si podemos ayudarle, pues, como siempre, estoy a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia y amor le bendiga en todo.
Muy atte.
Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa
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Santa Ana, California, EE.UU.