Quisiera saber si tener relaciones sexuales antes del matrimonio es fornicar y por qué.

Pues, sí, y porque Dios dice así.

Pero, la respuesta es más amplia, porque tiene que ver con el diseño y propósito del sexo y de las relaciones entre los hombres y las mujeres. En 1 Corintios 7:1 Dos nos dice, “En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer.” Obviamente no está hablando de tocar en sí, sino en tocar en una manera sexual (por ejemplo, todos creyentes saludan el uno al otro con un beso santo, que no es fornicación en sí, sino algo como un beso a su mami). Pero Dios continúe en decir en versículos  2 y 3, “pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.” Esto indica que la relación sexual debe estar ejercido entre el hombre y su esposa (o si prefiere, ¡la mujer y su esposo!). Y esto es porque el esposo y la esposa se juntan para ser una sola carne, como Dios nos dijo en Mateo 19:4-6 “Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?  Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” Y, el opuesto es lo mismo, porque también nos dice en 1 Corintios 6:16 “¿O no sabéis que el que se une con una prostituta, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.” Esto indica que tener relaciones sexuales con una persona se hace uno con la persona. Por eso, nos dice en versículo 18, “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; pero el que fornica, contra su propio cuerpo peca.”

Y al fin, tenemos el testimonio de Dios en su palabra, que nos dice en Deuteronomio  22:23 y 24, “Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella; entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.” En los casos donde la mujer no estaba prometida, Dios mandó a ellos de casarse con un castigo y sin posibilidad de divorcio, como castigo (véase versículos 28 y 29).

Y, como siempre, hay mucho más que decir, y si podemos servirle en cualquier manera, estamos a sus pies en Cristo Jesús, y espero que Dios le bendiga en todo.
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