“¿somos salvo por la ley o por la gracia?”
Hermano, la respuesta es básica a la fe cristiana. Somos salvos por la gracia y no por las obras de la ley. Cuando el joven vino a Cristo, le hizo la pregunta, “¿qué haré para heredar la vida eterna?” Nuestro Salvador le dijo. “Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre.” El hombre contestó, “Todo esto lo he guardado desde mi juventud.” Por eso, leemos, “Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.” Y por eso leemos, “Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico.” Y leemos “Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” Entonces leemos “los que oyeron esto dijeron: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?” Y Cristo Jesús les contestó, “Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.” El propósito de la ley nunca fue para salvarnos, sino para mostrarnos nuestra necesidad para un Salvador, como nos dice en Romanos 7:7, “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley.” Entonces, cuando la gente hizo la pregunta, “¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.” (Hechos 2:37-39) Por eso, vemos que la salvación no es por las obras, sino por la promesa de Dios. Y San Pablo contestó en la misma manera, cuando le hizo la pregunta, “y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” (Hechos 16:30-31) Por eso, el Señor nos enseña por medio del mismo apóstol, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8-9) y también, “con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.” (Romanos 3:26-28)
Entonces vemos que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la gracia de Dios en su Hijo Cristo Jesús.
Y hermano, y si quiere más, o si puedo servirle, estamos a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia le bendiga en toda manera.
Muy atte.
Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com
Misionero a Uruguay de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa,
Rivera, Uruguay
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