¿Creen que la virgen María intercede ante nosotros ante Dios?
Primero, creemos en el Dios de la Biblia. Es decir, hay muchos que dicen que creen en “dios”, pero, cuando hablan de dios, no es el mismo Dios quien reveló a sí mismo en la Biblia, sino un dios que es la invención de una iglesia que tiene tradiciones o pensamientos que no son del Dios verdadero. Como el Dios verdadero nos dijo en Apocalipsis 22, “18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”
Pues, Ud. nos hizo la pregunta, “¿Creen que la virgen María intercede ante nosotros ante Dios? Es que dudo mucho de su forma de doctrina y deseo que me ayude a aclarar mis dudas.” Vamos a ver lo que dice nuestra hermana María, y lo leemos en el evangelio de San Lucas, capitulo 1. En versículo 46 dice, “Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor;”. Aquí está repitiendo las palabras de Ana en 1 Samuel 2,
“ 1 Y Ana oró y dijo:
Mi corazón se regocija en Jehová,
Mi poder se exalta en Jehová;
Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos,
Por cuanto me alegré en tu salvación.” Lo importante aquí es que muestra que María confió no en ella misma, sino, en su Señor, indicando que ella reconoció que ella es una sierva del Señor. En versículo 47 dice, “Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.” Este es un versículo clave, porque indica algo que se olvidan muchos, por María está declarando que Dios es su Salvador. ¿Quién necesita un Salvador? Pues, nosotros, los pecadores, y María lo entendió bien, que aunque era una persona bendita, todavía necesita un Salvador, en la misma manera que nosotros. Entonces, ¿Cómo es posible que María interceda para nosotros, si ella misma necesita un Salvador? Por eso, en versículo 48 dice, “Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.” Aquí María declara que entiende su necesidad, porque habla de su bajeza, y da gracias al Señor que recibió una bendición no merecida. Y en el versículo 49 dice, “Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre,” y otra vez nos declara que es el Señor quien ha hecho grandes cosas. Y en el versículo 50 nos dice, “Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen.” Nuestra salvación depende en la misericordia no de María, sino de Dios. Y en el versículo 51, “Hizo proezas con su brazo; Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.” Es Dios quien hace las proezas, y exalta a los humildes, como dice en versículos 52-54, “Quitó de los tronos a los poderosos, Y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, Y a los ricos envió vacíos. Socorrió a Israel su siervo,
Acordándose de la misericordia” Es Dios quien está haciendo la obra salvadora, y esto es de acuerdo con las cosas que ya reveló, porque así es la manera del Dios verdadero, como dice en versículo 55, “De la cual habló a nuestros padres, Para con Abraham y su descendencia para siempre.”
Pero, al otro lado, el Dios verdadero nos dice en su palabra quien sí intercede para nosotros. En Hebreos 7, nos dice en versículos 22 y 25, “Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. . . por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” Por eso, declara que no hay muchos que pueden interceder para nosotros, sino nos dice en 1 Timoteo 2:5, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” Por eso, nos dice en Hebreos 9:15, “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.”
Pues, hay mucho más que decir, pero, tal vez esto es suficiente para el momento, y si tiene otras preguntas, estoy a sus pies en Cristo Jesús.
