¿Puede una mujer profetizar a la congregación por parte de Dios?
Porque mi pastor me dijo que Pablo era machista, según 1Cor.14:33-35, yo no veo machismo, sino el orden de Dios para la Iglesia.
Gracias, hermano, por su carta, y su pregunta. Pues, por muchas razones no estoy de acuerdo con su pastor. Pero, vamos a las palabras de San Pablo para ver su argumento. En 1 Corintios 14:31-40 nos dice, “31 Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados. 32 Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas; 33 pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos, 34 vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. 35 Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación. 36 ¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios, o sólo a vosotros ha llegado? 37 Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor. 38 Mas el que ignora, ignore. 39 Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas; 40 pero hágase todo decentemente y con orden.” El Apóstol comienza con una exhortación de hacer todo en orden, “pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz.” Después, basado en este tema, el sigue en decir que “los profetas están sujetos a los profetas” porque unos quieren introducir enseñanzas al contrario a lo que Dios ya había dicho, si por medio de los profetas del Antiguo Testamento, o del Nuevo, como San Pablo mismo. Después, explica que así la práctica en todas las iglesias de Cristo, porque dice “Como en todas las iglesias de los santos, una indicación que los que no siguen esta práctica, no son iglesias. Por eso, dice que “vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar.” No es una prohibición absoluta, porque en otros pasajes sí habla de las mujeres que están orando o profetizando (aunque creo que dichos pasajes estén hablando de lo que hace toda la congregación en unánime), sino es una prohibición que las mujeres enseñan con autoridad. Y, está confirmado por lo que sigue, porque dice “sino que estén sujetas.” ¿A quién deben estar sujetas? Pues, creo que la respuesta es su esposo, porque dice después, “Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos”. Obvio, si una persona rechaza la idea que las mujeres están obligadas estar sujetas a sus maridos, tampoco van a aceptar este pasaje. Pero, la otra parte del versículo dice, “como también la ley lo dice.” ¿Cuál ley? Pues, la ley de Dios, porque San Pablo nunca habla de “la ley” en sí sin hablar de la ley de Dios. Entonces, los que rechacen este mandamiento no están rechazando solamente lo que dice el Apóstol, mas también a lo que dice Dios en su ley. Y así dice el Apóstol, “Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor.” Por eso, en decir que San Pablo es machista, también están diciendo que es mentiroso en sus mandamientos, porque dice es un mandamiento del Señor, y no solamente de él. Y, para terminar, repite el mismo mandamiento, “pero hágase todo decentemente y con orden.”
Aparte de todo esto, si sea posible rechazar un mandamiento del Apóstol Pablo porque le acuse de ser machista, ¿cuáles de sus mandamientos vamos a ignorar? Pues, obviamente, vamos a comenzar con su mandamiento en Colosenses 3:18, “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.” Y, si las mujeres no tienen que obedecer a sus esposas, tampoco los hijos, porque es también es machista mandamiento en Colosenses 3:20, “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.” Y, obviamente, los esposos no tienen que amar a sus esposas, porque el mandamiento relacionado está en medio en versículo 19, “Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.” Pero, no es fin de la lista—se puede rechazar pasajes como 1 Corintios 13, que viene antes que 1 Corintios 14, y, pues, ¿dónde está el fin?
Pues, hermano, siempre hay mucho más. Pero, es algo para comenzar, y hermano, si quiere más, solamente tiene que escribirme. Y hermano, favor de saludar a los santos allá, y especialmente a su propia familia, de nuestra parte. Y si podemos ayudarle, pues, como siempre, estoy a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia y amor le bendiga en todo.
Muy atte.
Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa
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Santa Ana, California, EE.UU.