A FIN DE CONOCERLE
por Oscar Tenes
INTRODUCCION:
Esta es una expresión que hizo el apóstol Pablo en Filipenses, esta expresión significa “conocer al Señor”, en Hebreos 8:10-13 dice: “Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel. Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos. Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios. Y ellos me serán a mí por pueblo; Y ninguno enseñara a su prójimo. Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán. Desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias. Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades; Al decir: Nuevo pacto, ha da do por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, estás próximo a desaparecer”
Aquí dice que: No se debe decir conoce al Señor pues todos me conocerán, esto implica que nosotros como hijos de Dios (lo cual ya somos) por esa posición de Hijos es que conocemos al Señor, por causa de que el nos bautizo con su espíritu en la cruz (Romanos 6:3) y ahora mora en nosotros (Colosenses 1:27), ahora se nos dio el espíritu de Dios, no el espíritu del mundo (1 Corintios 2:12) y tenemos la mente de Cristo para conocer a Dios (1 Corintios 2:16)
Sin embargo el fin del evangelio es que conozcamos a Dios en toda su capacidad o esplendor, por consiguiente la iglesia, fue constituida para educar y no para entretener, pero la educación, se debe centrar en el evangelio, o mejor dicho, el resultado del evangelio, es que conozcamos a Dios en toda su dimensión, esto con el propósito de llegar a la plenitud del conocimiento de Cristo.
Pablo dijo que el fundamento que se puso fue Cristo (1 Corintios 3:10-11) y Pablo no se molestaba de escribir y enseñar las mismas cosas, podemos notar que en toda la enseñanza del evangelio un tema esta entrelazado con otro, Pablo le enseñaba a todos por igual, y si enviaba a Timoteo, este enseñaba lo que Pablo enseñaba. Veamos en este tema lo que realmente significa conocer a Dios, según el evangelio.
SOMETIDOS A LA VOLUNTAD DE DIOS
El apóstol Pablo escribió en Filipenses 3:7-10 “Pero cuantas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte”
Cuando una persona anda en obras, o más bien, su caminar en Cristo se basa en obras, como desafortunadamente lo hace la inmensa mayoría, actuando de esta forma, se conocen las obras de ellos mismos, y no las de Dios, el apóstol Pablo en este pasaje dice: Que prefiere ser hallado en él, esto es: No tener o aplicar nuestra propia justicia, es decir, nuestra propia voluntad, sino que, lo ideal y necesario es que seamos hallados en él, esto implica vivir bajo la justicia, o la voluntad de Dios. A fin de conocer todo lo que Dios tiene para nosotros, Jesús dijo: “el que aborrece su vida es mi discípulo” (Lucas 14:26). Dicho de otra manera, el que se someta a la palabra de de Dios, el que no busque lo suyo propio, entonces encontrara una vida abundante, un ejemplo claro lo constituye el apóstol Pablo, él no estaba buscando lo suyo propio.
Si tocamos el aspecto físico o de conocimiento no podemos decir que Pablo no conocía al Señor; lo que el manifiesta es conocerle más profundamente. Cuando Pablo dice: “A fin de Conocerle” esto implica a fin de conocer toda su voluntad, esto es a través de su palabra en el evangelio. Dios nos va madurando y ve tratando con nosotros; Ahora bien, es imperativo entender que la madurez nos lleva a conocer todas las áreas de nuestra vida, por esto es de suma importancia conocer la plenitud de Dios, lo cual se logra solo con el estudio de la Biblia.
Otro aspecto importante que debemos remarcar es que, hay personas que conocen todo el Antiguo pacto, es decir conocen toda la ley de Moisés, pero entendamos en la ley no se conoció la perfecta voluntad de Dios, la ley era la sombra de las cosas que habían de venir (Hebreos 10:1) en la ley se conoció a Dios de una manera oscura o vaga, no se veía la realidad de todo lo que es Dios, por el contrario en el evangelio entramos en la realidad de las cosas, ahí Pablo dice que la salvación es conocer toda esta sabiduría.
Leemos en 1 Corintios 1:18-23 lo siguiente: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es a nosotros, es poder de Dios. Pues esta escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios. Y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está es escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura”
Pablo promete en sus cartas en el evangelio, que conociendo el evangelio entonces somos alumbrados, ahora bien, esto no depende de nosotros mismos, esto depende de Dios (Efesios 1:18), solo al ser alumbrados, entonces vemos una separación entre lo religioso y la profundidad de Dios. El fin de la salvación, el fin del evangelio es: Conocer a Dios en toda su plenitud, conocer su perfecta voluntad; esto implica que la recompensa, o fin del evangelio es conocer a Dios, de tal forma que lo conocemos como el soberano de los reyes de las tierra, a continuación veremos como el apóstol Pablo enfoca la soberanía de Dios.
LA SOBERANIA DE DIOS
1 Timoteo 6:15-16 “la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres a visto ni puede ver, al cual sea la hora y el imperio sempiterno, Amen”
Pablo en sus escritos menciona la soberanía de Dios, como algo innegable e inminente como característica propia y exclusiva de Dios, es decir que solo se encuentra en Dios; y esto es en todas sus manifestaciones. Lo vemos aquí en este pasaje lo cual es una manifestación clara, Pablo dice: Cristo es el solo soberano de toda la tierra, Dios es soberano en todas sus facetas, nadie fue su consejero y como el mismo Pablo expresa en Romanos 11:36 “porque de él, por él, y para el son todas las cosas” él es el que nos llama y escoge (Efesios 1:4). Además de él sale que lo conozcamos o más bien, que conozcamos su voluntad, pues él es, quien nos alumbra los ojos del entendimiento (Efesios 1:18).
Como contraste a esto, podemos acotar que en la ley no se conocía a Dios en toda su plenitud, en ese pacto nuestro Dios era un Dios de ira, esto porque la ley era una sombra, en ese pacto era un Dios exigente, condenador, por eso el mismo Pablo dice que nadie se podía justificar por medio de la ley (Romanos 3:20). Dios añadió la ley para encerrarlo todo bajo pecado (Galatas 3:19), esto porque era un Dios celoso que no compartía su gloria con nadie. Sin embargo en el evangelio vamos de gloria en gloria, siendo educados por Dios, por medio de su palabra, en un proceso de crecimiento por eso dice el profeta Isaías 46:4 que: “Dios nos soporta hasta las canas” y esto es un proceso de educación, lo primero que entendemos es que Dios es un Dios soberano y nadie puede enderezar lo que Dios torció (Eclesiastés 7:13); si Dios torció algo, nadie lo endereza, de tal forma que para reposar hay que conocer a Dios en su soberanía y capacidad
Isaías 45: 5-12 “Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo eso. Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; abrase la tierra y prodúzcase la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo he creado; ¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra?: ¿Qué haces?; o tu obra: ¿No tiene manos? ¡Ay del que dice al padre! ¿Por qué engendraste? Y a la mujer: ¿Por qué diste a luz? Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme cerca de mis hijos, y cerca de las obra de mis manos. Yo hice la tierra y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé”
Podemos verificar claramente que en el evangelio, el apóstol Pablo, también escribió esto en Romanos 9:20. Aquí establecemos el carácter de Dios como soberano; asimismo es algo innegable que todos hemos peleado con Dios, ¿Cómo? Esto es sencillo, cuantas veces no le hemos preguntado a Dios ¿Por qué yo Señor? Ahora bien, en lugar de preguntarle a Dios porque, deberíamos preguntarle al Señor ¿Para que? O sea que tenemos que entrar en el ¿para que? El evangelio nos va educando en esta línea y llegamos a comprender que todo sucede porque Dios lo determino. El dijo que ni una hoja se cae sin que él lo permita, si una hoja de un árbol es importante para Dios como no lo va a ser nuestra vida. A veces preguntamos Señor ¿porque esto? ¿Porque aquello? Sin embargo el evangelio nos va educando, nos va consolando, de tal forma que vamos conociendo a Dios; el fin del evangelio no es que seamos eruditos en el conocimiento del mismo, sino que vayamos madurando en el conocimiento de Dios. Pablo lo dijo hay algunos predican por vanagloria o por contienda pero otros de buena voluntad (Filipenses 1:15) expuesto de otra manera el fin de la predica del evangelio es que se vaya conociendo a nuestro creador, es que conozcamos al Señor en toda su plenitud, conocer toda su voluntad, esto es fácil de entender si comprendemos que él es el creador, él creo todo, la luz, las tinieblas, la adversidad, en fin todo fue creado por él y para él.
El conocer el evangelio no es conocer milagros prodigios, es conocer su profundad su voluntad a través de su palabra, por eso dice el apóstol Pablo en Filipenses 1:6 “él que comenzó la buena obra en nosotros la perfeccionara” esto implica que cuando nos proponemos conocer el evangelio y realmente estudiarlo, todos queremos mas y mas de este conocimiento, esto es escudriñar lo mas profundo de Dios, o sea el fin del evangelio es conocerlo a él, por eso Jesús dijo buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todo viene por añadidura (Mateo 6:33). El propósito de ir o asistir a la iglesia, no es que un hombre o varios nos entretengan, es que usted salga educado de la iglesia a donde asiste a través de un estudio de la Biblia, es conocer a Dios a través de su palabra, es conocer su plenitud, por eso dice Hebreos 8:11 “nadie diga a su hermano conozca al señor” lo que se debe enseñar en los pulpitos es conocer las experiencias de Dios en su palabra, nada más que eso.
Romanos 9:20—23 “Mas antes, OH hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó? ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notarias las riquezas de su gloria las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria?
El hecho de determinar quien va al cielo y quien no, eso es papel única y exclusivamente de Dios, por eso Pablo dice no digas en tu corazón quien subirá o quien descenderá Romanos 10:6-7, porque eso no nos toca a nosotros; nuestro papel es conocerlo a el, si existen dos simientes o no, eso es problema de Dios, podemos acotar también de que Dios es soberano, como también es un Dios de toda consolación. Dios es soberano, y hace conforme a su voluntad, conocemos en su palabra que no tenemos que altercar con él. Además Dios es un Dios de amor y de toda consolación en el antiguo pacto era raro ver a Dios consolando, sin embargo, de la manera que Dios consolaba era enviando una bendición sobre su pueblo Israel, ya sea en protección o bendiciendo con cosas materiales, pero no hizo morada en su pueblo, venia la nube y se iba. Por el contrario en este nuevo pacto de la gracia, ahora Dios esta en nosotros (Colosenses 1:27) o sea que ha hecho morada en nosotros sus Hijos, pero uno de los reflejos del pueblo de Dios en la actualidad y por ignorancia es que piensan que Dios desciende y se va, y que no esta permanentemente con ellos.
DIOS DE TODA CONSOLACION
Por causa del desconocimiento muchos no conocen que Dios hizo morada en nosotros y es un Dios de toda consolación, y la manera que Dios nos consoló, nos consuela y nos consolara es haciendo morada en nosotros, por eso dice Pablo en Colosenses “Cristo en vosotros la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27). Asimismo la Biblia dice : “El que se une al señor un espíritu es con el” (1 Corintios 6:17) en el pacto de la ley Dios nunca hizo morada permanente en nadie, pero ahora el vive en nosotros, pero equivocadamente muchas iglesias le piden a Dios que descienda o que derrame su espíritu en ellos, claman y dicen baja fuego eso lo llevan a cabo, basados en la caduca sabiduría del antiguo pacto, que era una sombra de lo que iba a ocurrir (Hebreos 10:1) asimismo muchos piden un avivamiento, incluso hasta hay ministerios de avivamiento, así también algunos están pidiendo o gimiendo por un milagro, pero Pablo enseña de diferente manera, leámoslo en la Biblia:
2 corintios 1:3 –6 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para nuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos”
Algo que frecuentemente se da, es que nos suceden cosas y no sabemos porque; ahora bien, esto se suscita por no conocer la grandeza de lo que Dios esta haciendo en nuestra vida. Es muy cierto que Dios esta en nosotros (Colosenses 1:27); pero por el conocimiento del evangelio el se va formando en nosotros (Galatas 4:19). Tenemos que entender entonces que: No es decir ¿porque Dios? sino ¿para que? cuando preguntamos ¿para que? entonces Dios nos consuela, el mismo Pablo lo afirma en Romanos 8:31 “Si Dios es por nosotros quien contra nosotros” Entonces el propósito de Dios al consolarnos es para nosotros consolar a otros.
Todas las tribulaciones que pasamos, son para gloriarnos en ellas (Romanos 5:3) y además nos deben de servir para consolar a otros, para ser un bálsamo para ellos. Vemos con cierta regularidad que hay tribulaciones que nosotros no sembramos o no buscamos; y con extrañeza vemos que las cosas malas pasan a gente buena, pero es para formarnos, Dios nos va moldeando, pero es imperativo entender que toda la tribulación es física, y no es en el espíritu. Entonces Dios es un Dios de consolación, él busca consolar a su pueblo por medio de la verdad, y por medio de sus propios hijos, la consolación viene del amor, el pacto de ley nunca mostró consolación, de la manera que se consolaba ahí era apedreando a los infractores, todo el que violaba la ley moría irremisiblemente, pero ahora en este pacto establecido sobre mejores promesas, el carácter de Dios es totalmente diferente, ahora es un Dios de consolación, y esto solo lo apreciamos al conocer su palabra en el evangelio.
Leamos ahora a Romanos 12:2-10 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. El amor es sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros
Debemos renovar nuestro entendimiento, esto es única y exclusivamente a través del conocimiento del evangelio, contenido en la Biblia, y de esa forma, conocer la buena voluntad de Dios que es perfecta buena y agradable. Es muy cierto que: pasamos dificultades personales, económicas, de salud, etc. Pero el propósito de Dios cuando nos saca de estas dificultades, es para consolar a otros que pasen por lo mismo.
El conocimiento del evangelio no es para que reinemos solos, el conocimiento no es para se quede en nosotros, Dios quiere que vivamos consolando a otros y esto fundamentalmente a través de enseñarles el contenido del evangelio, y recordemos esto no implica que vamos a vivir sin tribulaciones, sin aflicciones, si estas vendrán, pero no es conformarnos a ellas sino entender para que vienen.
Acerca de las tribulaciones, acotamos que si entendemos que Dios es soberano, y que todo viene de Dios, él las usa para formarnos, por eso Pablo decía que nos debemos gozar en las tribulaciones (Romanos 5:1-5) esto es importante porque todos debemos consolar a otros, como somos consolados por Dios; ahora bien, Dios consuela por medio de renovar el entendimiento de sus Hijos a través del conocimiento del evangelio, dejado por él en la Biblia.
UN DIOS DE PRINCIPIOS
Dios es un Dios de principios, además de ser un Dios de pactos, un Dios que nos dio una manual de vida a través de su palabra. Podemos corroborar que Dios hizo pacto con Abraham y luego con Isaac, asimismo también Dios hizo pacto con Jacob, pero no lo hizo con Esau. Dicho de otra manera Dios funciona a través de su palabra, pero debemos entender que no es cualquier palabra, es única y exclusivamente el evangelio; asimismo en esta dispensación en que nos encontramos no es ir al antiguo pacto, pues ya hay muchas cosas que son obsoletas en ese pacto. Por eso el mismo apóstol Pablo establece que la ley fue un ayo (una guía o vehículo) para llevarnos a Cristo; pero si Cristo ya esta presente, como realmente lo está, ya no estamos bajo ayo.
Dios funciona en base a principios bíblicos, hay una ley que no puede ser violada, Dios la puso para ser responsables ante el y ante todos, Dios al que toma por hijo a este educa o disciplina (Hebreos 12:5-10), Dios nos educa dándonos principios; por ejemplo: la ley de la siembra y la cosecha, esta fue puesta por Dios para nuestra madures, es decir, para descubrir lo que Dios ya sabe. Todo esto implica que Dios ya tiene un consejo perfecto para nuestra vida, pero nosotros lo tenemos que descubrir, por ejemplo cuando niños se nos advirtió que no tocáramos la hornilla de la estufa cuando estaba encendida, pero algunos por probar lo hicimos y el resultado no fue nada agradable, pero de este aprendimos a no volverlo a hacer.
Galatas 6:7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembraré, eso también segará”
Dios ve y conoce todo lo que hacemos, muchas veces nos deja hacerlo para que aprendamos, por eso él es un Dios de toda consolación, por consiguiente él ya tiene la cura
El evangelio nos lleva a conocer a Dios de diversos ángulos, leamos esto en la carta de Pablo a los hebreos:
Hebreos 12:5-11 “y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío no menosprecies la disciplina del Señor. Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina. Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿Qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardas, y no hijos. Por otra parte. Tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”
Dios en su infinita sabiduría creo la ley de la siembra y la cosecha; por eso dice Pablo en Galatas 6:7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembraré, esto también segará” pero es sumamente importante que se entienda que la disciplina de Dios es educación, es decir que es para aprender y ser participantes de su santidad.
DIOS CREADOR DE TODO
En Lamentaciones 3:37-38 leemos: “¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mando? ¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?”
Todo fue creado por Dios, es decir que la creación de Dios incluye todo, nada puede salir de otro lugar que no sea de Dios, de lo contrario no seria Dios el creador de todo, lo importante para nosotros es que, sabemos y conocemos la maldad, pero no debemos complacernos en ella. Dios conoce la maldad, pero no es participante de la misma, todo sale de Dios pero obviamente él no se complace de la maldad, al contrario no es de su agrado.
Hebreos 12:12-13 “Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado”
Cada uno de nosotros tenemos cojeras, pero la voluntad de Dios es que estas se sanen, por consiguiente la voluntad de Dios es nuestra santificación. Cuando alguien se fractura o se quiebra, de algún hueso, en el hospital le ponen yeso, el cual se utiliza para corregir eso facturado o quebrado, asimismo la voluntad de Dios: es que no nos quedemos cojos, sino que seamos corregidos.
Hebreos 12:14 “Seguida la paz con todos, y la santidad sin la cual nadie verá al Señor”
Esta santidad implica, no que la necesitamos para entrar al cielo, o para ser salvos, pues ya estamos salvos y somos ciudadanos del cielo Filipenses 3:20. La santidad la necesitamos para ver a Dios en todos los aspectos de nuestras vidas, para ver a Dios en toda su magnitud, nosotros ya estamos en el reino de Dios (Colosenses 1:13) y ahí hay beneficios, no tenemos que buscar el reino pues este esta en nosotros, por consiguiente ahí están las añadiduras. Muchas veces, no actúa Dios en nuestras vidas, porque aun tenemos cojeras.
Verso 15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”
Las raíces de amargura son las cojeras del verso 13, es importante sanar esas cojeras, porque si no incluso se contaminan los que están cerca de nosotros; Dios hace esto para beneficio nuestro, es para nuestro provecho, la voluntad de Dios es nuestra santificación.
CONCLUSION
Dice la Biblia en Efesios 3:14-19 “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. Esto, pues digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza”
El fin de Dios es: que lo conozcamos en todas sus manifestaciones, con el fin de conocerle en toda su plenitud, aquí Pablo en este pasaje lo expresa claramente.
Dios se va a revelar a todos los santos, no es a un pequeño grupo, nosotros talvez somos las primicias aquí conocemos de una manera intima a Dios , no solo por la palabra no solo por las experiencias sino por el espíritu que todo lo escudriña , el objetivo del evangelio es conocer la longitud, la profundidad y la altura de Dios, y Dios esta comprometido a que todos comprendan estas verdades pero es Dios que nos va alumbrando, nosotros podemos ser instrumento útil para que todos los santos entiendan, y como dice Pablo en Romanos 9:22, todos los vasos que el preparó para gloria lo entenderán, para que todos tengamos esta misma certeza
Romanos 8:38-39 dice: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”
Esta es la certeza a la cual todos tenemos que llegar, es una relación de conocimiento intimo de Dios; como dice Pablo a fin de conocerle, el fin del evangelio es conocer a Dios en toda su plenitud, para estar seguros de lo que decimos y estudiamos en la Biblia, esto es tener la seguridad de que somos de Dios y lo conocemos en su plenitud, no conocemos a Dios de oídas, nosotros estamos cimentados arraigados. El evangelio nos lleva de gloria en gloria, desde que nacemos hasta la muerte nos sigue educando siempre, nos va formando para que lleguemos a la seguridad de que nada nos puede separar de Dios, pero es imperativo aludir que solo a través de su evangelio conocemos a Dios, y a través de su estudio entramos en el crecimiento que da Dios, es Dios revelándose a nuestras vidas, conociéndolo cada vez un poco mas, este es el matrimonio que se dio en nuestro espíritu es para siempre, por eso “el que se une al Señor un espíritu es con él” (1 Corintios 6:17), es como en un matrimonio entre un hombre y una mujer día a día se conocen más. ¡ABBA PADRE¡
REINANDO EN VIDA INTERNACIONAL