Los Salmos de David
Metrificados en lengua castellana
por Juan LeQuesne (Deletreo moderno)
(en construcción)
Libro 5--Salmos 107-150 (aquí)
Libro 5--Salmos 107-150
Laudate pueri Dominum.
Salmo CXIII.
Exhorta a la Iglesia de los píos a alabar el Nombre de Jehová: porque es sublime. Tiene providencia en la tierra. Levanta en honra a los mas bajos de la tierra. Multiplica las familias estériles. Parece ser una abreviación del Cántico de Ana, 1 Sam. 2.
Aleluya.
Alabad siervos del Señor,
Dad al Nombre de Dios loor,
Sea el Nombre del muy Potente
Desde ahora hasta por jamás
Bendito: y alabado mas
De el Oriente en el Occidente.
Sobre todas gentes está
Enaltecido Jehová.
Sobre los cielos es su gloria.
¿Quien como Dios nuestro Dios aun,
Que ha puesto su habitación
Altísimamente notoria?
¿Que se abaja para mirar
Y del o y tierra? Y levantar
Hace al pobre del polvo: y alza
Al menesteroso fiel
Del estiércol: y mas de aquel
Con los príncipes lo ensalza:
Con los príncipes asentar
De su pueblo hace lo. Y estar
La estéril con regocijos;
Y en familia grande habitar;
Y con alegría aumentar
Tornando la madre de hijos.
In exitu Israel de AEgypto.
Salmo CXIV.
Canta la libertad maravillosa del pueblo de Israel de Egipto: y la elección que Dios hizo del, tomando lo por pueblo suyo.
Cuando Israel del Egipto salió,
Y de Jacob la casa se partió
De la bárbara gente.
Judá tribu fue por su santidad,
Y Israel señorío en verdad
Del Dios Omnipotente.
La mar lo vido, y súbito huyó:
El Jordán mismo y atrás se volvió:
Demás como carneros
De gran temor los montes faltaron:
Collados mas amedrentados aun
Fueron como corderos.
¿Qué fuiste mar, que huiste sin paz?
¿Y tú Jordán que te volviste atrás?
Y montes que faltaste
¿De gran temor como carneros pues?
Collados mas que, así mismo esta vez
¿Qué corderos temblaste?
A la presencia y vista del Señor,
Del Señor Dios de Jacob; de temor
O tierra esté temblando.
El cual la peña en estanque tornó.
Y de la roca aguas vivas sacó,
Roca en fuente mudando.
Laudate Dominum omnes gentes.
Salmo CXVII.
Exhorta a todo el mundo a alabar a Dios, por haber extendido por todo el su misericordia. Es profecía de la vocación de las Gentes.
Todas gentes Dios alabad:
Todos pueblos a Dios cantad.
Porque sobre nosotros ha
Engrandecido, Jehová,
Su misericordia y bondad,
Y para siempre es su verdad.
Ad Dominum, quum tribularer.
Salmo CXX.
David invoca a Dios contra las calumnias y violencia de sus enemigos y adversarios.
Canción de Mahaloth.
En angustia y tristeza estando
Al Altísimo fué llamando:
Y el me respondió, Piadoso.
Señor, del labio mentiroso,
Y de la lengua fraudulenta
Escapa mi alma y ausenta.
Engañosa ¿qué te dará
La lengua? o ¿qué te añadirá?
Saetas de valiente agudas,
Y brasas de nebros menudas.
Ay, ay de mil que peregrino,
En Mesech: y habito vecino
Las tiendas de Kedar, sin fama
Mucho se detiene mi alma
Con los que aborrecen la paz.
Paz soy: cuando hablo, guerra han mas.
Leuaui, oculos meos in montes.
Salmo CXXI.
Jehová es la guarda solicita de los suyos: en el cual pongan toda su esperanza.
Canción de Mahaloth.
Mis ojos al monte alzaré:
¿De donde abajará
Mi socorro y vendrá?
De parte del Señor habré,
El que tierra hizo y cielo,
Mi socorro y consuelo.
Al resbaladero dará
Tu pié seguro andar,
Quien vela en te guardar,
He aquí no se dormirá.
El que a Israel guarda.
Vela siempre y aguarda.
Tu guardador es Jehová:
Dios tu sombra será,
Tu manderecha está.
El Sol no te fatigará
De día en cosa alguna,
Ni de noche la Luna.
De mal te guardará Dios mas,
Tu alma y corazón
Salvará de opresión.
Desde ahora hasta por jamás
De Dios será guardada
Tu salida y entrada.
Laetatus sum in his qua e dicta.
Salmo CXXII.
David en sus destierros se alegra con las nuevas, y esperanza de volver a Jerusalem: por cuya prosperidad exhorta a orar. Es figura del efecto de los píos, que por la anunciación del Evangelio entran en la Iglesia del Señor.
Canción de Mahaloth. De David.
Alegrase mi corazón,
Con los que con muy alta voz,
A la casa del Señor Dios
Iremos, diciendo fueron.
O Jerusalem, nuestros pies
Estarán en tus puertas pues.
Jerusalem, edificada
Como una muy linda ciudad
Unida, en gran felicidad,
Y consigo a una aplicada,
Allá las tribus subieron,
Las tribus del Señor fiel.
El testimonio a Israel.
Para con muy grande atención
El Nombre de Dios alabar.
Porque allá suelen estar,
Y están del juicio las sillas:
Sillas de casa de David,
La paz demandad y pedid
De Jerusalem sin mansillas.
Los que te aman sean con paz.
Haya paz y prosperidad
En tu antemuro, oh Ciudad
Descanso en tus palacios mas.
Ahora oraré, paz en ti,
A causa y por razón así
De mis hermanos y cercanos.
De la casa a causa también
Del Señor, procuraré bien
Para ti, en todos mis años.
Ad te leuaui oculos meos.
Salmo CXXIII.
Protesta el pueblo de Dios, que en el solo tiene puesta su esperanza en todas sus aflicciones: y ora por el remedio.
Canción de Mahaloth.
A Ti alcé mis ojos, el que en paz
En los cielos estás,
Como miran los siervos a la mano
De su Señor humano:
Como la sierva aun mira cada hora
A la de su señora,
Así a Dios miramos en verdad,
Hasta ver su bondad.
Dénos, oh Dios, misericordia ten,
Misericordia ten:
Porque somos hartos de menosprecio.
Y nuestra alma, sin precio,
Muy harta está del escarnio hediondo
De los grandes del mundo:
D' el menosprecio, y desden a jamás
De los soberbios mas.
Nisi quia Dominus erat in nobis.
Salmo CXXIV.
Protesta el pueblo de Dios, que por solo favor suyo es libre de la rabia de sus enemigos.
Canción de Mahaloth de David.
Sino que fue por nosotros, decir
Bien puede ahora Israel, el Señor;
Sino que fue Dios nuestro protector,
Cuando para matar nos y herir
Alzaron se los hombres con furor.
Tragados nos quieren vivos ya:
Cuando su ira en nosotros de paz
Encendiese. Sobre nosotros mas
Las aguas aun, y el arroyo quizá
Sobre nuestra alma inundaran demás.
Sobre nuestra alma y para ahogarnos
Las aguas mas de impetuosidad
Entonces aun pasarán en verdad.
Bendito sea el Altísimo Dios
Que no nos dio por presa a su maldad.
Del lazo y red del cazador cruel
Nuestra alma pues como el que escapó:
Escapamos, que el lazo se quebró.
Nuestro socorro en el Nombre fiel
Fue del Señor que tierra y cielo obró,
Salmo CXXV.
Dios confirma y fortalece a los suyos contra toda tentación, porque no sean vencidos de la malicia. El que perseverare, será prosperado. El que se dejare vencer, será contado, y pagado entre los malos.
Canción de Mahaloth.
Todos los que en el Altísimo
Confían, así son
Que el monte de Sión,
Que nunca deslizará: mismo
Que a jamás por gracia divina
Será ya nada.
Como de altos montes cercada
Jerusalem está,
Al derredor será
Del pueblo suyo, y gente amada
Dios, para siempre por seguro
Y alto antemuro.
Por lo cual de impíos y injustos
La vara no dará,
Y no reposará
Sobre el fuerte de los justos.
Porque no extiendan humanos
Al mal sus manos.
Haz bien, ó Señor, a los buenos
Rectos de corazón:
Y a los que malos son,
Lleva con los de maldad llenos.
Y sea sobre Israel gloria,
Y paz notoria.
Salmo CXXVI.
Describe la alegría del pueblo de Dios volviendo de la cautividad de Babilonia. Ora por la libertad, de la cual luego hace clara promesa. Todo es figura de la Iglesia Cristiana.
Canción de Mahaloth,
Cuando hizo la cautividad
De Sión tornar de verdad
El Señor, nos que estuvimos
Como los que sueñan fuimos
Nuestra boca hinchió se de holganza
Y nuestra lengua de alabanza:
Decían las gentes con voz,
Con estos gran cosa hizo Dios.
Grandes cosas el Salvador
Con nosotros fue hacedor:
Alegres hemos sido en paz.
Volver, oh Altísimo, haz
Nuestros cautivos sin enojos,
Como en el Austro los arroyos.
Los que sembrado con lloro han,
Con regocijos segarán.
Yendo y llorando pues irá
El sembrador que llevará
La simiente cara a sembrar:
Mas viniendo para segar,
Con regocijo a maravillas
Vendrá trayendo sus gavillas
El trabajado segador,
Dando alabanzas al Señor.
Nisi Dominus edificaueit domum.
Salmo CXXVII.
Toda la humana diligencia (en toda suerte de negocios, pero particularmente en la propagación y conservación de la Iglesia) es perdida, donde Dios no pone la mano. La multiplicación de la familia es singular don de Dios.
Canción de Mahaloth, de Salomón.
Si no edificare Dios
La casa, en vano obrando están
Los que aquella edificarán:
En vano la guarda con voz
Velando está, si la ciudad
No guardare su Deidad.
A levantar os con afán
Por demás es el madrugar,
Venir os tarde a reposar,
De dolores comer el pan:
Así Dios el sueño dará
A su amado, y bien hará.
He aquí, de Dios heredad
Los hijos son, gracia y favor:
Cosa es de estima y de valor
El fruto del vientre en verdad:
Es del Señor precioso don,
Y muy singular galardón.
Como en la mano del varón
Fuerte, valiente y de virtud
Saetas son; en juventud
Los hijos pues que nacieron,
Todos valientes son así,
Y muy valerosos de si.
Dichoso es el varón que pues
De ellas su aljaba hinchará:
Avergonzado no será,
Cuando el hablare cada vez
En la puerta, en el tribunal
Con los que le quisieren mal.
Beati omnes quitiment Dominum.
Salmo CXXVIII.
Describe la felicidad de los que en temor de Dios se sustentan de sus trabajos en el estado del. Matrimonio. Parece que tiene este Salmo alguna continuación con el precedente.
Canción de Mahaloth.
O Bienaventurado
El que teme al Señor,
Que en sus vías templado
Camina con loor.
Cuando la labor comiendo
De tus manos estarás,
Dichoso tu, viviendo,
De aquello, bien habrás.
Tu mujer fructuosa
En tu casa será,
Como una parra hermosa
Que fructífera está.
Tus hijos muy cuerdos,
Tu mesa cercarán:
Y como los nacidos De olivas crecerán.
He aquí que todo hombre
Que teme a Dios así
Sin que haya pesadumbre
Será bendito así.
Dios de Sión tus vías
Bendiga: y mirarás,
El bien todos tus días
De Jerusalem mas.
Y mas con regocijos
De tus ojos verás
Los hijos de tus hijos,
Y sobre Israel paz.
Salmo CXXIX.
Protesta el pueblo de Dios que con solo el favor de Dios ha vencido sus enemigos, a los cuales denuncia eterna infelicidad.
Canción de Mahaloth.
Muy mucho me han desde mi juventud,
Ahora diga Israel, oprimido:
Angustiaron me mucho en juventud,
Mas contra mi no han prevalecido.
Aradores aun sobre, mi araron,
E hicieron en las espaldas mías
Surcos demás luengos. Mas de ellos aun
Justo cortó Dios las coyundas suyas.
Vueltos atrás, con vergüenza estarán,
Los que a Sión están aborreciendo.
Como yerba así de tejados serán,
Que nace y muere, y se seca naciendo.
Y de la cual el mismo segador
Aun no hinchió sus manos pobrecillas.
Por galardón como trabajador:
Ni brazo suyo aquel que hace gavillas.
Ni dijeron los que pasaron, paz
De el Señor Dios sobre vosotros sea,
Y bendición: En Nombre de Dios mas
Bendecimos os, y el Señor os vea.
De Profundis clamaui ad te Domine.
Salmo CXXX.
Oración de un animo pío tocado de verdadero sentimiento de su pecado, y de la misericordia de Dios.
Canción de Mahaloth.
De los profundos clamo
A ti, oh Señor, Dios:
Noche y día te llamo,
Señor oye mi voz.
Tus orejas atentas
Sean a la voz aun
Y a las palabras lentas
De la mía oración.
Si los pecados vanos
Mirares, oh Juez,
Señor, de los humanos
Quien persistirá pues?
Pero perdón ha sido,
Y es acerca de ti:
Para que muy temido
Seas al mundo así.
En Dios he esperado,
Mi alma espera en el:
Siempre he me confiado
A su palabra de el.
Espera a Dios mi alma,
Mas que esperando son
A la mañana, y alba
Las guardas en sazón.
Que Israel en concordia
Espere a Jehová,
Porque misericordia
Y gracia en el está:
Redención grande y alta
En el es. Israel
De toda culpa y falta
Redimirá fiel.
Domine, non est exaltatium.
Salmo CXXXI.
Purgase David de la ambición del reino contra las calumnias de Saúl y de los suyos. Es ejemplo de la perpetua humildad con que el pío ha de conversar en el mundo.
Canción de Mahaloth de David.
Jamás no se ensoberbeció
Oh Señor Dios, mi corazón,
De mis ojos en verdad aun
La vista no se enaltecido:
Ni en cosas grandes así,
Ni maravillosas también
Anduve, mas de lo que bien
Pude, y me convenía a mi.
No puse, y no hice callar
Mi alma, como el niño pues
Que destetado de madre es?
Soy como el que han de destetar.
Que desde ahora y por jamás
Israel espere el favor
O el Omnipotente Señor
Y en el confiese de mas.
Ecce nunc benedicite Dom.
Salmo CXXXIV.
Exhorta alas continuas alabanzas de Dios singularmente a los píos
ministros del divino culto.
Canción de Mahaloth.
Vos todos siervos del Señor,
Vos que en las noches con loor
Estáis en la casa de Dios
Bendecidle con alta voz.
Al Santuario pues alzad
Vuestras manos, Dios alabad.
Bendiga te desde Sión
Dios, que tierra hizo y cielos aun.