MODO Y FORMULA DE LA CONSAGRACION, ORDINACION, É INSTITUTION
DE LOS
OBISPOS, PRESBÍTEROS, Y DIACONOS,
SEGUN EL RITO DE LA
IGLESIA DE INGLATERRA.
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PREFACIO.
Cuantos han leido con cuidado las Santas Escrituras y los Escritores antiguos, saben, á no dudarlo, que desde el tiempo de los Apóstoles existieron estos órdenes de Ministros de la Iglesia de Cristo; Obispos, Presbíteros., y Diáconos: oficios que han estado siempre en tan respetable estima, que nadie osó entrometerse en el desempeño de alguno de ellos, sin ser ántes llamado, examinado, aprobado, y reconocido hallarse dotado de aquellos requisitos necesarios para su cabal
desempeño; y aun esto, no sin la aprobacion y admision de la autoridad legítima, despues de la oracion publica y de la imposicion de las manos. Y por lo tanto, para que estos sagrados órdenes puedan continuar en adelante en todo su vigor, respeto y veneracion, en la Iglesia de Inglaterra, ninguno será, reputado por legitimo Obispo, Presbítero, ú Diácono, ni le será permitido ejercer alguna de sus funciones respectivas en la Iglesia, de Inglaterra, sino únicamente aquel que para esto hubiese ántes sido llamada, examinado, aprobado, y admitido, segun la fórmula siguiente, ó habiendo, por lo ménos, recibido anteriormente la ordenacion, ó consagracion de algun Obispo.
No será admitido para Diácono (á no estar espresamente autorizado para ello) el que no tuviere veinte y tres años cumplidos. Cuantos se admitieren para Presbíteros han de tener veinte y cuatro años cumplidos. Y todos cuantos hubieren de ser ordenados ó consagrados Obispos deberán tener los treinta cumplidos.
El Obispo, empero, ó par si mismo, ó mediante testimonios suficientes, bien informado de algun sujeto, cuya vida y conducta haya sido virtuosa y sin delito, y al que despues de examinado y aprobado, hallare bien instruido en la lengua Latina, y suficientemente versado en el estudio de las Santas Escrituras, puede en los tiempos señalados en el Cánon, ó en circunstancias urgentes, tambien en cualquiera Domingo ú otro d1a festivo, admitirle al Diaconado en presencia de la Iglesia, segun el modo y formula siguiente.
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MODO Y FORMULA
DE LA
INSTITUCION DE LOS DIACONOS.
¶ Llegado el dia prescrito por el Obispo para esta objeto, y concluida la oracion de la mañana, se tendrá un sermon ó exhortacion, en que se declararán el oficio y obligaciones de los que hubieren de ser admitidos al Diaconado, y cuan necesario sea este órden en la Iglesia de Cristo, y en cuanta estimacion tambien deba tener el Pueblo á estas personas en su oficio.
¶ Y lo primero de todo, el Arcediano, ó quien sus veces hiciere, presentara al Obispo (que deberá estar sentado en la silla episcopal cerca de la sagrada mesa) aquellos que desean ser ordenados Diáconos, (todos decentemente vestidos) diciendo al mismo tiempo estas palabras:
REVERENDO Padre en Dios, yo os presento estas personas que aquí veis, para que las admitais al Diaconado,
El Obispo.
ADVIERTE que las personas que nos presentas, sean varones capaces por su doctrina y buenas costumbres, de ejercer debidamente su ministerio para honra de Dios, y edificacion de su Iglesia.
¶ El Arcediano responderá:
HE hecho investigaciones acerca de ellos, helos examinado además, y por tales los tengo.
¶ Entónces el Obispo dirá al Pueblo:
HERMANOS, si alguno de vosotros es sabedor de algun impedimento, ó notable crímen de cualquiera de estos varones, que nos han sido presentados para que los ordenemos de Diáconos, en virtud del cual no sea licito admitidos á este oficio, preséntese en el Nombre de Dios, y publique el tal impedimento o crímen.
¶ Y si algun enorme crímen ó impedimento se objetare, el Obispo sobreseerá en la ordenacion de aquella persona, hasta que la parte acusada se hubiere purgado del crímen.
¶ Entónces el Obispo (habiendo recomendado aquellos que han sido juzgados dignos del órden á las oraciones de la Congregacion) cantará ó rezará juntamente can el Clero y el Pueblo allí presentes, la Letanía y Preces del modo siguiente.
Letanía y Preces.
OH Dios Padre Celestial: apiádate de nosotros miserables pecadores.
Oh Dios Padre celestial: apiádate de nosotros miserables pecadores.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo: apiádate de nosotros miserables pecadores.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo: apiádate de nosotros miserables pecadores.
Oh Dios Espíritu Santo procedente del Padre y del Hijo: apiádate de nosotros miserables pecadores.
Oh Dios Espíritu Santo procedente del Padre y del Hijo: apiádate de nosotros miserables pecadores.
Oh Santa Bendita, y Gloriosa Trinidad, tres Personas y un solo Dios: apiádate de nosotros miserables pecadores.
Oh Santa Bendita, y Gloriosa Trinidad, tres Personas y un solo Dios: apiádate de nosotros miserables pecadores.
Oh Señor, no te acuerdes de nuestros pecados, ni de los de nuestros padres. ni tomes venganza de nuestras iniquidades perdónanos, oh Señor. perdona á tu Pueblo. que tú redimiste con tu preciosa Sangre, y no estés para siempre lrritado contra nosotros.
Perdónanos, oh Señor.
De todo mal, y daño; de todo pecado, de las astucias y asaltos del Diablo, de tu ira, y de condenacion eterna,
Líbranos, oh Señor.
De ceguedad de corazon; de soberbia, vanagloria, hipocresía: de envidia, odio, y mala voluntad, y de toda falta de caridad,
Líbranos, oh Señor.
De fornicacion, y de cualquier otro pecado mortal; y de todos los engaños del mundo, demonio, y carne,
Líbranos, oh Señor.
De rayos y tempestades; de peste, contagio y hambre; de contienda, de robo y de muerte repentina,
Líbranos, oh Señor.
De toda sedicion, conspiracíon secreta, y rebelion: de toda falsa doctrina, herejía, y cisma; de todo endurecimiento de corazon, de menosprecio de tu Palabra y de tus Mandamientos.
Líbranos, oh Señor.
Por el misterio de tu santa Encarnacion; por tu santa Natividad, y Circuncision; por tu Bautismo, Ayuno y Tentacion,
Líbranos, oh Señor.
Por tu Agonía y Sudor de sangre; por tu Cruz y Pasion; por tu preciosa Muerte y Sepultura; por tu gloriosa Resurreccion y Ascension; y por la Venida del Espíritu Santo.
Líbranos, oh Señor.
En todo tiempo de nuestra tribulacion; en todo tiempo de nuestra prosperidad; en la hora de la muerte, y en el dia del juicio.
Líbranos, oh Señor.
Oh Buen Dios, nosotros pobres pecadores te suplicamos oigas nuestros ruegos; y que tengas por bien de regir y gobernar tu Santa Iglesia Universal por el recto camilla;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de preservar y fortalecer en tu verdadero servicio, y en toda justicia y santidad de vida, á tu siervo JORGE, nuestro muy noble Rey;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de gobernar su corazon en tu fé, temor, y amor, de modo que siempre confie en tí, y busque en todas las cosas tu honra y gloria ;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de ser su defensa y amparo, dándole victoria de todos sus enemigos;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de bendecir y conservar á nuestra noble Reina Maria, á la Reina-Madre Alejandra, á Eduardo Príncipe de Gales, y á toda la familia Regia.
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de iluminar á todos los Obispos, Presbíteros. y Diáconos, dándoles el verdadero conocimiento é inteligencia de tu Palabra: de modo que con su predicacion la publiquen, y con su ejemplo la manifiesten en efecto ;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de bendecir á estos tus siervos que van ahora á ser admitidos al órden de Diáconos (ó de Presbíteros), y de derramar sobre ellos tu gracia; para que ejerzan debidamente su oficio para edificacion de tu Iglesia, y para gloria de tu santo Nombre;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de ilustrar con gracia, sabiduría, é inteligencia, a los Señores del Consejo de Magestad, y á todos los Nobles del Reino;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de bendecir y conservar a los Magistrados, y de darles gracia para que hagan justicia y mantengan la verdad;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de bendecir y de guardar tu Pueblo;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de dar á todas las Naciones union, paz, y concordia;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de darnos un corazon que sepa amarte y reverenciarte; y de hacernos vivir guardando cuidadosamente tus mandamientos;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de dar á tu pueblo aumento de gracia, para oir con humildad tu Palabra, para abrazarla con un corazon sencillo y limpio, y para producir los frutos del Espíritu;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de traer al camino de la verdad á todos los que estan en error y engaño;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de fortalecer á los que aun se mantienen rectos; de sostener y dar ánimo á los flacos, de alzar á los caidos, y finalmente de hacernos hollar á Satanás bajo nuestros piés,
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de ayudar, defender, y consolar, á todos los que estan en peligro, necesidad, y tribulacion;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de conservar á los viajantes por mar ó por tierra a todas las mugeres que están de parto, á todos los enfermos y niños, y de compadecerte de los encarcelados y cautivos;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de amparar y abrir camino á todos los huérfanos y viudas, y á todos los desconsolados y oprimidos;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de tener misericordia de todo el género humano;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de perdonar á nuestros enemigos y perseguidores, y convertir sus corazones,
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de darnos y conservar los frutos de la tierra, para que en su tiempo los gocemos;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Que te dignes de darnos verdadero arrepentimiento, de perdonarnos tonos nuestros pecados, descuidos, é ignorancias, otorgándonos la gracia de tu Santo Espíritu, á fin que enmendemos nuestra vida, segun tu Santa Palabra;
Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
Hijo de Dios, suplicámoste nos oigas;
Hijo de Dios, suplicámoste nos oigas.
Oh Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo;
Dános tu Paz,
Oh Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo;
Apiádate de nosotros.
Oh Cristo, óyenos
Oh Cristo. óyenos.
Señor, apiádate de nosotros.
Señor, apiádate de nosotros.
Cristo, apiádate de nosotros.
Cristo, apiádate de nosotros.
Señor, apiádate de nosotros.
Señor, apiádate de nosotros.
¶ Despues el Presbítero, y el Pueblo con él, dirán la Oracion Dominical.
Litany & Suffrages
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada dia dánosle hoy. Y perdón anos nuestras deudas, así como nosotros pero donamos á nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentacion; Mas líbranos de mal. Amen.
El Presbítero. Oh Señor, no procedas con nosotros segun nuestros pecados.
Respuesta. Ni nos pagues segun nuestras iniquidades.
Oremos.
OH Dios, Padre Misericordioso. que no desprecias los gemidos de un corazon contrito. ni los suspiros de los angustiados; Acoge misericordiosamente las oraciones que te dirigimos en todos nuestros trabajos y adversidades, cuando caen sobre nosotros; y óyenos clementemente, para que estos males que la astucia y sutileza, bien sea del Demonio, ó bien de otros hombres, obra contra nosotros, sean reducidos á nada, y por la providencia. de tu bondad sean disipados; para que nosotros tus siervos, estando libres de persecuciones, te demos gracias en tu Santa Iglesia; mediante Jesu-Cristo nuestro Señor.
Oh Señor, levántate, ayúdanos, y líbranos por tu Nombre.
OH Dios, nosotros hemos oido con nuestros oidos, y nuestros padres nos han contado ;as obras gloriosas que tú hiciste en sus días, y en tiempo anterior á ellos.
Oh Señor levántate, ayúdanos, y líbranos, por tu Honor.
Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo;
Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos de los siglos. Amen.
Defiéndenos de nuestros enemigas, oh Cristo.
Mira clementemente nuestras aflicciones.
Considera piadosamente la angustia de nuestros corazones.
Perdona misericordiosamente los pecados de tu pueblo.
Oye favorablemente y con misericordia nuestros ruegos.
Oh Hijo de David, apiádate de nosotros.
Ahora y siempre dígnate oirnos, oh Cristo.
Oyenos clementemente, oh Cristo; óyenos clementemente, oh Cristo, Señor nuestro.
Presbítero. Oh Señor, muéstranos tu misericordia.
Respuesta. Como esperamos en Tí.
Oremos.
SUPLICAMOSTE humildemente, oh Padre, que mires con piedad nuestras flaquezas; y por la gloria de tu Nombre aparta de nosotros todos estos males que hemos merecido muy justamente; y concede que en todas nuestras calamidades pongamos toda nuestra esperanza y confianza en tu misericordia, y te sirvamos siempre en santidad y pureza de vida, á tu honra y gloria; por la intercesion de nuestro solo Mediador y Abogado, Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
Lord's Prayer
¶ Luego se cantará ó rezará el Oficio de la Comunion, con la Colecta, Epístola, y Evangelio, como s sigue:
Colecta.
OMNIPOTENTE Dios, que por tu divina Providencia has establecido diversos órdenes de Ministros en tu Iglesia, y que inspiraste a tus Apóstoles que eligiesen al Proto-Martir Esteban, y á otros, para el Orden de Diáconos: mira con benignidad á estos tus siervos llamados ahora al mismo Oficio y Ministerio; cólmalos en tal medida de la verdad de tu Doctrina, y adórnalos de tal inocencia de costumbres, que puedan con sus ejemplos y palabras servirte cumplidamente en este Oficio, para gloria de tu santo Nombre y para edificacion de tu Iglesia; por los méritos de Jesu-Cristo nuestro Salvador, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, ahora y por todos los siglos. Amen.
Epístola. 1 Tim. iii. 8.
Los diáconos asimismo deben ser honestos, no bilingües, no dados á mucho vino, no amadores de torpes ganancias; que tengan el misterio de la fé con limpia conciencia. Y estos tambien sean ántes probados; y así ministren, si fueren sin crimen. Las mujeres asimismo honestas, no detractoras, templadas, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una mujer, que gobiernen bien sus hijos y sus casas. Porque los que bien ministráren, ganan para sí buen grado, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesus.
O esto. Hechos vi. 2,
Entónces los doce convocaron la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, y sirvamos á las mesas. Buscad pues, hermanos, siete varones de vosotros de buen testimonio, llenos de Espíritu Santo y sabiduría, los cuales pongamos en esta obra. Y nosotros persistirémos en la oracion y en el ministerio de la palabra. Y plugo el parecer á toda la multitud; y eligieron á Esteban, varon lleno de fé y de Espíritu Santo, y á Felipe, y á Procoro, y á Nicanor, y á Timon, y á Parmenas, y á Nicolas, prosélito de Antioquía. A estos presentaron delante de los apóstoles, los cuales orando les pusieron las manos encima. Y crecia la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalem, tambien una gran multitud de los sacerdotes obedecia á la fé.
¶ Antes de leer el Evangélio, el Obispo examinará, en presencia del pueblo, á cada uno de los ordenandos del modo siguiente.
Collect & Epistle
¿ESTAIS en la persuasion de hallaros interiormente movido por el Espíritu Santo para tomar sobre vos este Oficio y Ministerio, empleándoos en el servicio de Dios, con el fin de promover su gloria, y para la. edificacion de su pueblo?
Respuesta. En esta persuasion estoy.
El Obispo.
¿OS juzgais verdaderamente llamado, segun la voluntad de nuestro Señor Jesu-Cristo, y la recta constitucion de este Reino, al Ministerio de la Iglesia?
Respuesta. Así lo juzgo.
El Obispo.
¿CREEIS sin fingimiento todas las Escrituras Canónicas del Antiguo y Nuevo Testamento?
Respuesta. Si, las creo.
El Obispo.
¿Y ESTAS mismas las leereis diligentemente al pueblo congregado en aquella Iglesia en que se os encargara desempeñar vuestro ministerio?
Respuesta. Tal es mi voluntad,
El Obispo.
PERTENECE al Oficio de Diacono, en la Iglesia en que l!le le encargara servir, asistir al Presbítero en el Oficio Divino, y particularmente cuando este administrare la santa Comunion, ayudarle á distribuirla; leer las Santas Escrituras y las Homilias en la Iglesia; instruir á la juventud en el Catecismo; bautizar los párvulos en ausencia del Presbítero y predicar, si á ello fuere admitido por el Obispo. Es propio, tambien, de su oficio, en caso de recibir esta incumbencia, informarse de los enfermos, pobres, y desvalidos de la Parroquia, y hacer sabedor al Cura de su estado, nombres, y sitíos en donde viven, para que este con sus exhortaciones les proporcione alivio, mediante las limosnas de sus feligreses, ó de otros. ¿Cumplireís todo esto con alegría y de corazon ?
Respuesta. Lo cumpliré con la ayuda de Dios.
El Obispo.
¿OS aplicaréis con todo esmero á modelar y conformar vuestra vida y la de vuestra familia con la doctrina de Cristo, para que tanto vos como vuestra familia, en cuanto os sea posible, deis al rebaño de Cristo los mas saludables ejemplos?
Respuesta. Así lo haré, con el auxilio de Dios.
El Obispo.
¿OBEDECEREIS, y respetaréis á vuestro Ordinario, á los otros principales Ministras de la Iglesia, y ti cuantos estuviere confiado el encargo de regiros, prestándoos ti sus avisos piadosos de corazon y con alegría?
Respuesta. Me esforzaré á ello, con el auxilio de Dios.
Examination
¶ Entónces el Obispo, poniendo sus manos sobre la cabeza de cada uno de los ordenandos, que estarán humildemente arrodillados delante de él, dirá:
RECIBE la potestad de ejercer el Oficio de Diácono en la Iglesia de Dios¡ el cual te se encomienda; en e Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
¶ Despues el Obispo entregará á cada uno de ellos el Nuevo Testamento, diciendo:
RECIBE la potestad de leer el Evangelio en la Iglesia. de Dios, y de predicarlo, si para este fin fueres autorizado por el Obispo.
¶ Entónces uno de ellos, que señalará el Obispo, leerá el Evangelio.
Laying on of Hands
S. Lucas, xii. 35.
Estén ceñidos vuestros lo mos, y vuestras antorchas encendidas: y vosotros, semejantes á hombres que esperan cuando su señor ha de volver de las bodas; para que cuando viniere, y tocáre, luego le abran. Bienaventurados aquellos siervos, á los cuales, cuando el señor viniere, hallare velando: de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten á la mesa, y pasando les servirá. Y aunque venga ti la segunda vigilia, y aunque venga á la tercera vigilia, y los halláre así, bienaventurados son los tales siervos.
¶ Luego el Obispo procederá en el servicio de la Santa Comunion, y todos los ordenados permanecerán, y recibirán en aquel mismo dia la Santa Comunion con el Obispo.
¶ Concluida la Comunion, despues de la última Colecta, é inmediatamente ántes de la Bendicion, se dirán las siguientes:
DIOS Omnipotente, Dador de todos los bienes que por tu Infinita benignidad te has dignado escoger y admitir á estos siervos tuyos al Oficio de Diáconos en tu Iglesia; Te suplicamos, Señor, les concedas el conducirse con modestia, humildad y perseverancia en el desempeño de su ministerio, y que esten prontos á observar los deberes de toda disciplina espiritual; á fin que, teniendo en todo el testimonio de una buena conciencia, y continuando siempre firmes y fortalecidos en Cristo tu Hijo, se porten tan bien en este Oficio inferior, que se les halle dignos de ser admitidos á los superiores Ministerios en tu Iglesia; por el mismo Jesu-Cristo tu Hijo, nuestro Salvador, á quien sea gloria y honra por Infinitos siglos. Amen.
PREVENNOS, oh Señor, en todas nuestras acciones con tu benigno favor, y promuévenos con tu ayuda continua; para que en todas nuestras obras, comenzadas, continuadas, y acabadas en tí, glorificamos tu santo Nombre, y finalmente por tu misericordia alcancemos vida eterna; mediante Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
LA Paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guarde vuestros corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesu-Cristo nuestro Señor: Y la bendicion de Dios Omnipotente, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, sea con vosotros, y more con vosotros eternamente. Amen.
¶ Y aquí deberá advertirse al Diacono su obligacion de permanecer por el espacio de un año entero en él Diaconado, (si el Obispo por causas razonables no juzgare de otro modo) para que pueda adquirir un conocimiento perfecto, y una experiencia suficiente en lo concerniente á la Administracion eclesiástica: y si en el desempeño de ella se potare con fidelidad y diligencia, podrá ser admitido por su Diocesano al órden del Presbiterado, en los tiempos señalados en el Cánon, ó si así lo exigieren urgentes circunstancias, en algun Domingo ó Dia festivo, en presencia de la Iglesia, en el modo y forma siguiente.
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MODO Y FÓRMULA
DE LA
ORDENACION DE LOS PRESBÍTEROS
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¶ Llegado el día prescrito por el Obispo para este objeto, y concluida la Oracion de la Mañana, se tendrá un Sermon ó Exhortacion, en que se declararán el Oficio y obligaciones de los que hubieren de ser admitidos al Presbiterado; y cuan necesario sea este Orden en la Iglesia de Cristo, y en cuanta estimacion tambien deba tener el pueblo á estas personas en su Oficio.
¶ Y lo primero de todo, el Arcediano, ó quien sus veces hiciere, presentará al Obispo (que deberá estar sentado en la silla episcopal cerca de la sagrada mesa) aquellos que desean ser ordenados Presbíteros, (todos decentemente vestidos) diciendo al mismo tiempo estas palabras:
REVERENDO Padre en Dios, yo os presento estas personas que aquí veis, para que las admitais al órden del Presbiterado.
El Obispo.
ADVIERTE que las personas que nos presentas, sean varones capaces por su doctrina y buenas costumbres, de ejercer debidamente su Ministerio para honra de Dios y edificacion de su Iglesia.
¶ El Arcediano responderá:
HE hecho sobre ellos indagaciones, los he examinado además, y por tales los tengo.
¶ Entónces el Obispo dirá al Pueblo:
AMADOS oyentes, estos son los sujetos que, con el divino beneplácito, nos proponemos admitir en este dia al sagrado Oficio del Presbiterado; porque, despues del debido exámen, nada hemos hallado en contrario de este propósito; ántes bien,los tenemos por legalmente llamados al desempeño de sus Funciones y Ministerio, y por capaces para el mismo. Empero, si todavía fuere sabedor alguno de vosotros de algun impedimento ó notable crimen de cualquiera de ellos, en virtud del cual no sea lícito admitirle á este Ministerio sagrado, preséntese en Nombre dé Dios, y publique el tal impedimento o crímen.
¶ Y si algun enorme crimen ó impedimento se objetare, el Obispo sobreseerá en la Ordenacion de aquella persona, hasta que la parte acusada se hubiere purgado del crimen.
¶ Luego el Obispo (habiendo recomendado aquellos que han sido juzgados dignos del Orden á (as oraciones de la Congregacion) cantará ó rezará, juntamente con el Clero y el Pueblo allí presentes, la Letania y Preces, como queda ya notado en la Fórmula de la Ordenacion de los Diáconos, omitiendo solamente, en la oracion propia allí añadida, la palabra Diáconos, y substituyendo la de Presbíteros.
¶ Despues cantará ó rezará el Oficio de la Comunion, con la Colecta, Epístola, y Evangelio, como sigue:
Colecta.
OMNIPOTENTE Dios, dador de todos los bienes, que por tu Santo Espíritu has establecido diversos Ordenes de Ministros en la Iglesia; Mira con benignidad á estos tus siervos, llamados ahora al Oficio del Presbiterado, y cólmalos en tal medida de la verdad de tu doctrina, y adórnalos de tal inocencia de costumbres, que puedan con sus ejemplos y palabras servirte cumplidamente en este Oficio, para gloria de tu Santo Nombre y para edificacion de tu Iglesia; por los méritos de Jesu-Cristo, nuestro Salvador, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, ahora y por todos los siglos. Amen.
La Epístola, Efes. iv. 7.
Á CADA uno de vosotros es dada la gracia conforme á la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo á lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dió dones á los hombres, y que subió. ¿que es, sino que tambien habia descendido primero á las partes mas bajas de la tierra? El que descendió, él mismo es el que tambien subió sobre todos los cielos, para cumplir todas las cosas. y él mismo dió unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores, para perfeccion de los santos, para la obra del ministerio, para edificacion del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos á la unidad de la fé, y del conocimiento del Hijo de Dios, á un varon perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo.
¶ Despues se leerá por Evangelio parte del Capitulo Nono del de San Matéo, como sigue.
S. Matéo ix. 36.
Y viendo Jesus las gentes, tuvo compasion de ellas; porque estaban derramadas y esparcidas, como ovejas que no tienen pastor. Entónces dice á sus discipulos: A la verdad la miés es mucha, mas los obreros, pocos. Rogad pues al Señor de la miés, que envie obreros para su miés.
¶ O sinó, lo siguiente sacado del Capitulo Décimo del de San Juan.
S. Juan x. 1.
DE cierto, de cierto os digo, que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas¡ mas sube por otra parte, el tal ladran es y robador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y á sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y como ha sacado fuera sus ovejas, va delante de ellas: y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán,ántes huirán de él; porque no conocen la voz de los extraños. Esta parábola les dijo Jesus; mas ellos no entendieron qué era lo que les decia. Volvióles pues Jesus á decir: De cierto, de cierto os digo, que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que ántes de mi vinieron, ladrones son y robadores; mas no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta: el que por mi entráre, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladran no viene sino para hurtar, y matar, y destruir las ovejas: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por sus ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve al lobo que viene, y deja las ovejas, y huye: y el lobo las arrebata, y esparce las ovejas. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no tiene cuidado de las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mias me conocen, como el Padre me conoce á mí, y yo conozco al Padre: y pongo mi vida por las ovejas. Tambien tengo otras ovejas que no son de este redil: aquellas tambien me conviene traer, y oirán mi voz; y habrá un solo rebaño, y un pastor.
¶ Luego el Obispo. se dirigirá á ellos, con las siguientes palabras:
YA Disteis, hermanos, tanto en vuestro eximen particular, como en la exhortacion que ahora os hicimos, yen las santas Lecciones sacadas del Evangelio y de los Escritos de los Apóstoles, de cual dignidad é importancia sea este Oficio á que sois llamados. Y ahora tambien os exhortamos de nuevo en el Nombre de nuestro Señor Jesu-Cristo, á que tengais presente, á qué dignidad tan alta, y á cuán grave Oficio y Ministerio sois llamados; pues que debeis ser nada ménos que Mensajeros, Centinelas, y Mayordomos del Señor, predicando, amonestando, instruyendo, y apacentando la familia del Señor; buscando acá y acullá las ovejas de Cristo extraviadas, y á sus hijos que se hallan en medio de las perversidades de este siglo, para que por Cristo puedan conseguir su eterna salvacion.
Esté, por lo tanto, siempre fijo en vuestra mente, cuan gran tesoro queda encomendado á vuestro cuidado. Ovejas son de Cristo, que redimió con su muerte, y por las que derramó su sangre: la Iglesia y Congregacion á que debeis servir es su Esposa. y Cuerpo suyo; y si esta Iglesia. ó alguno de sus miembros padeciere algun daño ó detrimento por vuestro descuido, bien conoceis la enormidad de semejante crimen, y el horrible castigo que debe ser su consecuencia. Por lo tanto, considerad atentamente dentro de vosotros mismos, cual sea el fin de vuestro Ministerio con respecto á los Hijos de Dios, con respecto á la Esposa y Cuerpo de Cristo; y cuidad de que no haya la más pequeña intermision en vuestro trabajo, esmero, y diligencia, haciendo cuanto alcanzaren vuestras fuerzas, segun vuestras precisas obligaciones, hasta que todos aquellos que han sido, ó fueren en adelante, cometidos á vuestro cargo, lleguen á reunirse en aquella misma fé y conocimiento de Dios, y en aquella madura y perfecta edad en Cristo, que excluya. de en medio de vosotros todo error en religion, y todo vicio en la conducta.
Siendo, pues, de tamaña excelencia y dificultad este vuestro Ministerio, considerad con cuanto esmero y cordialidad debeis entregaras á su desempeño, tanto para mostraras obsequiosos y agradecidos al Señor, que os ha elevado á tan excelsa dignidad, como tambien para que eviteis vosotros mismos ofender á Dios, ó ser causa de que otros le ofendan. Mas como tal propósito y voluntad no la podais tener de vosotros mismos, pues que esta voluntad y facultad vienen únicamente da Dios, es, por tanto, de vuestro deber y estais en la necesidad de pedirla con empeño, que os conceda su Santo Espíritu. Y ya que tamaña obra, como que tiene por objeto nada ménos que la salvacion de los hombres, no puede llevarse á su deseado término, sino mediante la doctrina y exhortaciones sacadas de la Santa Escritura, acompañadas de una vida á ella conforme; notad, con cuanta diligencia debereis leer y aprender las Escrituras, y cuales deberán ser vuestros conatos, porque vuestras costumbres y las de los que mas de cerca y mas especialmente os pertenecen, sean según el modelo de las mismas Escrituras; y por esta razon, cuan lejanos, cuan distantes, en cuanto fuere posible, debeis estar vosotros de todos los cuidados y afanes del mundo.
Tenemos la dulce esperanza de que ya muy de antemano habeis recapacitado y ponderado todas estas cosas dentro de vosotros mismos; y de que estais perfectamente decididos, mediante la gracia de Dios, á consagraros enteramente á este Ministerio, á que se ha servido llamaros; de modo que, en cuanto estuviere de vuestra parte, os dedicaréis en todo y por todo á este único objeto, y en él empleareis todos vuestros estudios y desvelos: y que estais decididos á orar sin intermision á Dios Padre, por la mediacion de nuestro único Salvador Jesu-Cristo, para obtener la ayuda celestial del Espíritu Santo; á fin de llegar, mediante la continua leccion y meditacion de las Sagradas Escrituras, á la madurez de vuestro Ministerio, á fortificaros en él, y á hacer todos vuestros esfuerzos por ir progresando en la santidad de vuestra vida, y la de vuestros deudos, amoldándolas de tal manera á la regla y doctrina de Cristo, que llegueis á ser ejemplares y modelos piadosos de imitacion para el pueblo.
Ahóra pues, para que esta Congregacion cristiana aquí reunida, pueda conocer tambien vuestras intenciones y voluntad respecto de estas cosas, y para que vuestra promesa misma pueda excitaras mas al cumplimíento de vuestros deberes, debeis vosotros mismos responder claramente, y sin la mas pequeña ambigüedad, á las preguntas que en Nombre de Dios y de su Iglesia os vamos á hacer tocante á lo mismo.
Exhortation
¿OS juzgais cordialmente llamado, segun la voluntad de nuestro Señor Jesu-Cristo, y la constitucion de esta Iglesia. de Inglaterrá, al órden y ministerio del Presbiterado?
Resp. Así lo juzgo.
¿ESTAIS persuadido de que en las Santas Escrituras se contiene suficientemente toda la doctrina que de necesidad se requiere para la Salvacion eterna por la te en Jesu-Cristo? ¿Y estais decidido á sacar de las mismas Escrituras, con qué instruir al pueblo cometido á vuestro cuidado, y á no enséñar cosa alguna, como necesaria á la salvacion eterna, de que no esteis bien persuadido pueda deducirse ó probarse por las Escrituras?
Resp. Tal es mi persuasion, y tal mi resolucion, mediante la gracia de Dios.
El Obispo.
¿Y PONDREIS el mayor esmero y fidelidad en administrar siempre la doctrina, y los sacramentos, y la disciplina de Cristo, segun tiene el Señor mandado, y segun está admitido en esta Iglesia y Reino, conforme al mandato divino; de modo que enseñaréis al pueblo cometido á vuestro cuidado y ministerio, á que guarde y observe esto mismo con la mayor diligencia?
Resp. Así lo haré con el favor del Señor.
El Obispo.
¿Y ESTAREIS pronto á desterrar y rechazar fiel y diligentemente todas las doctrinas erroneas y peregrinas contrarias á la palabra de Dios; y á aconsejar y exhortar tanto pública como privadamente, así á enfermos como á sanos, en los límites de vuestra Parroquia, cuando la necesidad lo exija, y la ocasion se presentáre?
Resp. Lo estaré, con el favor del Señor.
El Obispo.
¿SEREIS asíduo en la oracion, y leccion de las Sagradas Escrituras. y en aquellos estudios que contribuyen al conocimento de las mismas, sin hacer caso de las especulaciones del mundo y de la carne?
Resp. Me esforzaré á serlo, con la ayuda del Señor.
El Obispo.
¿OS aplicaréis con todo esmero á modelar y conformar vuestra vida. y la de vuestras familias con la doctrina de Cristo, para que tanto vos como vuestras familias, en cuanto os sea posible, deis al rebaño de Cristo los mas saludables ejemplos?
Resp. Así lo haré, con el auxilio del Señor.
El Obispo.
¿CONSERVAREIS y promovereis con todas vuestras fuerzas la tranquilidad, la paz, y la caridad entre todos los Cristianos, y especialmente entre todos aquellos que se han confiado, ó se confiaren á vuestro cuidado?
Resp. Así lo haré, con el auxilio del Señor.
El Obispo.
¿OBEDECEREIS, y respetaréis á vuestro Ordinario, y á los otros principales Ministros de la Iglesia, á que estuviere confiado el encargo de regiros, prestándoos á sus avisos de corazon y con alegría, y sometiéndoos á sus juicios piadosos?
Resp. Lo haré con el auxilio del Señor.
¶ Entónces el Obispo levantándose, dirá:
EL Dios Omnipotente que os ha dado el querer hacer tono esto; Os conceda tambien la fuerza y el poder de ejecutarlo, y lleve á perfeccion esta obra que ha empezado en vosotros; mediante Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
¶ Hecho esto, se amonestará á la Congreqacion, á que dirija en secreto sus oraciones á Dios, suplicándole humildemente todas estas cosas; y para dar lugar á esta súplica, se guardará silencio por un corto espacio de tiempo.
¶ Despues, estando arrodillados todos los que han de ser ordenados Presbíteros, cantará ó rezará el Obispo el Himno, Veni, Creator, Spiritus: empezando él, y respondiendo, alternativamente los Presbíteros, y demas que estuvieren presentes, los siguientes versos:
Examination
VEN, Criador, Espíritu Increado,
Nuestras almas visita é ilumina;
Y de tu fuego y de tu luz divina,
Inflama Tú los pechos que has creado:
¡Oh Tú, que Paracléto eres llamado!
¡Del Altisimo Dios Don Eminente!
Tú, Fuego, Caridad; Tú, viva Fuente;
¡Uncion Tú celestial de olor sagrado!
¡Oh don en varias forma desplegado!
De la diestra eternal, omnipotente,
Que los orbes sostiene establemente,
¡Eterno Dedo en resplandor bañado!
¡Del Padre justamente El prenunciado!
Que de palabra irresistible y santa
Sabes enriquecer en copia tanta
¡Al pecho mas exánime y helado!
Desciende Tú, desciende apresurado;
Bañe tu resplandor nuestros sentidos;
Y nuestros corazones derretidos,
Ardan en el amor mas acendrado.
En nuestro cuerpo débil y menguado,
Cuanto lánguido hallares, vivifica,
Y con virtud robusta fortifica
El paso vacilante ó azorado.
Que léjos de nosotros auyentado
Por tu valor nuestro enemigo sea;
Que luego en su interior el alma vea
La Dulcisima paz que Tú le has dado;
Que el tímido mortal, por tí guiado,
Y prevenido así Guia Divina,
Con tu escudo y tu antorcha peregrina.
Evite en sus caminos el pecado.
Que por Tí conocer nos sea dado
Al Podre, y conocer tambien al Hijo,
Y en Tí nuestro creer siempre, esté lija,
En Tí, que eres su Espíritu Sagrado:
Al Padre, al Hijo, gloria, al Aspirado
Paracléto tambien; y el bondadoso
Verbo nos dé tus dones abundoso,
Tus dones, Paraninfo no creado.
O estos:
DIOS Eternal, Espíritu Increado.
Desciende de lo alto, oh Procedido,
Tú del Padre y del Hijo regalado,
Dioz de paz, Dios de amor tierno encendido!
Nuestras almas visita, y dulcemente
Tu gracia celestial al peche inspira,
Para que ejercitemos firmemente,
En verdad, la virtud que al cielo aspira.
Consolador sin par, y sublimado,
Eres en afliccion, pena, y quebranto,
Del Altísimo Dios, don tan alzado,
Que no hay lengua mortal que esplique tanto.
Fuente Tú, y manantial inagotable
De gozo celestial, y de alegría,
Fuego brillante, amor inenarrable.
Uncion Tú celestial, suave, y pia.
Dones varios proceden de tu arcano,
Y la Iglesia es con ellos sostenida;
Tu ley, oh Dedo de la eterna mano,
Escribes en el alma compungida.
Segun tu fiel promesa nos es dado
Habla aceptable, Oh Espíritu clemente.
Y así por tí, de Dios es celebrado
En todo el mundo, el nombre omnipotente:
Espíritu de Dios, en nuestra mente
De los cielos destila tu luz pura;
Arda el pecho en el zelo mas ferviente,
Y sigámoste en dia, en noche obscura.
Nuestra endeblez conforta y fortifica ;
Notoria te es, Señor, nuestra flaqueza,
Y diablo, y mundo, y carne mortifica
En nos, ni prevalezca su, fiereza.
Nuestro adversario léjos amedrenta,
Y con tu santo auxilio consigamos
Paz interior con Dios, alma contenta
Con los hombres, gran bien á que aspiramos.
Oh permite, Señor, ser nuestro amado
Apoyo, Tú, nuestra infalible
Que evitemos los lazos del pecado
Por Ti, con quien vivamos noche y dia.
Que de tu gracia beneficios tantos
Nos concedas, humildes suplicamos;
Que en el dia postrer de los espantos
Nos sostengas, Gran Dios, de tí esperamos.
El rencor, el espíritu nefando
De la disputa y disension impía
Disipa, tú Gran Dios! con soplo blando
Y reine en nos la paz y la alegría.
Consolida, Señor, y fortifica,
Robustece con mano poderosa
Los lazos del amor, y vivifica
La union entre cristianos amistosa.
Tu gracia nos otorga, y conozcamos
Al Altísimo Padre Omnipotente;
La morada bendita consigamos,
Que nos ganó su Hijo, Dios clemente.
Y con perfecta fé nos sea dado
Concerte tambien, oh Procedido
Espíritu del Padre e Hijo amado,
Un Dios en tres personas bendecido.
A Dios el Padre, gloria, al Hijo Santo,
Gloria, y al Paracléto, al Procedido
De entrambos, Gloria en elevado canto;
Tres, mas un solo Dios no dividido.
A nuestro Salvador le suplicamos,
Su Espíritu nos dé en raudal profundo
A cuantos su gran Nombre confesamos
De dia en dia, y mientras dure el mundo. Amen.
¶ Hecho esto, el Obispo orará de esta manerá, diciendo:
Oremos.
DIOS Omnipotente, y Padre Celestial, que por tu inmensa caridad y bondad para con nosotros, nos has dado tu amado y predilecto Hijo Jesu-Cristo, para que fuese nuestro Redentor y Autor de la vida eterna; quien despues que perfeccionó nuestra redencion con su muerte, y despues de su ascension á los eje os, envió por todo el mundo á sus Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Doctores, y Pastores, por cuyos trabajos y ministerio se reunió un inmenso rebaño en todos los paises del mundo, para publicar alabanzas sempiternas á tu santo Nombre; Por estos grandes beneficios tu eterna bondad, y por haberte dignado llamar á estos tus siervos, aquí presentes, á éste mismo Oficio y Ministerio, instituido para la salvacion del linaje humano, nosotros te damos las mas cordiales gracias, te alabamos, y adoramos; y humildemente te suplicamos, por tu mismo bendito Hijo, te dignes conceder á cuantos aquí, ó en cualquiera otro lugar invocaren tu santo Nombre, que sin intermision se muestren reconocidos por este y por los demás beneficios tuyos, y que vayamos diariamente creciendo mas y mas en el conocimiento yen la fe en Tí y en tu Hijo, por el Espíritu Santo; para Que no solo por medio de estos tus Ministros, sino tambien por medio de aquellos mismos sobre los cuales estos tus Ministros fueren
constituidos, sea eternamente glorificado tu santo Nombre, y se extienda tu bendito reino; mediante tu mismo Hijo Jesu-Cristo nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del mismo Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amen.
Veni, Creator, Spiritus
¶ Acabada esta Oracion, el Obispo, y los Presbíteros presentes, impondrán sucesivamente las manos sobre la cabeza de cada cual de los ordenandos de Presbítero, que estarán humildemente arrodillados, y dirá el Obispo:
RECIBE el Espíritu Santo para el Oficio y Ministerio de Presbítero en la Iglesia de Dios, que se te comete por la imposicion de nuestras manos. A los que perdones sus pecados, serán perdonados; y á los que se los retengas, serán retenidos, Y sé un fiel dispensador de la Palabra de Dios, y de sus santos Sacramentos; en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
¶ Entónces el Obispo pondrá la Biblia en las manos de cada úno de ellos, que estarán de rodillas, y dirá:
RECIBE la Facultad de predicar la Palabra de Dios, y de administrar los santos Sacramentos en la Congregacion en que fueres legítimamente colocado.
¶ Concluido esto, se cantará ó rezará el Simbolo Niceno; y el Obispo procederá luego á hacer el Servicio de la Comunion, la cual recibirán todos los Ordenados, permaneciendo en el mismo lugar en que les fueron impuestas las Manos, hasta que hayan participado de la Comunion.
¶ Concluida esta, despues de la última Colecta, é inmediatamente ántes de la Bendicion, se dirán las siquientes:
MISERICORDIOSISIMO, Padre, te suplicamos derrames tu celestial bendicion sobre estos siervos tuyos, para que se vistan de justicia, y para que tu Palabra proferida por sus labios tenga tan feliz suceso que jamás hablen en vano. Concédenos tambien gracia para escuchar y recibir, como medios para nuestra salvacion, todo cuanto profirieren ellos, extractado de tu santísima palabra ó con ella conforme, para que en todos nuestros dichos y acciones busquemos tu gloria, y el adelantamiento de tu reino; por Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
PREVENNOS, oh Señor, en todas nuestras acciones con tu benigno favor, y promuévenos con tu ayuda continua; para que en todas nuestras obras, comenzadas, continuadas, y acabadas en tí, glorifiquemos tu santo Nombre, y finalmente por tu misericordia alcancemos vida eterna; mediante Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
LA Paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guarde vuestros corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesu-Cristo, nuestro Señor: y la bendicion de Dios Omnipotente, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, sea con vosotros, y more con vosotros eternamente. Amen.
¶ Si en un mismo dia han de ser unos ordenados Presbíteros; y bastará que una vez se reze por ambos la Letanía. Haráse uso de ambas Colectas, primero de la perteneciente á Diáconos, y des pues de la de Presbíteros. Será la Epístola Efes. iv. 7-13, como queda dicho en este Oficio. Inmediatamente despues los ordenandos para el Diaconado prestarán el Juramento de Supremacía, y serán examinados y ordenados, como queda notado arriba. En seguida, leido por alguno de ellos el Evangelio (que ó bien se sacará de San Matéo. ix. 35 -38, como se ha dicho en este Oficio, ó de San Lucas, xli. 36-38, segun queda mencionado en la fórmula de la Ordenacion de los Diáconos), los ordenandos para el Presbiterado prestarán tambien el Juramento de Supremacía, y serán examinados y ordenados, como arriba se señala en este mismo Oficio.
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LA FORMULA DE LA
ORDENACION Ó CONSAGRACION
DE UN
ARZOBISPO U OBISPO;
QUE DEBERA SIEMPRE CELEBRARSE EN DOMINGO, O DIA FESTIVO
¶ Todo ya dispuesto y en buen orden en la Iglesia, despues de acabada la Oracion de la Mañana el Arzobispo (ó algun Obispo á este fin comisionado), empezará el Oficio de la Comunion; en el cual la siguiente será La Colecta.
DIOS Omnipotente, que por tu Hijo Jesu-Cristo concediste varios excelentes dones á tus Apóstoles, y les diste por precepto que apacentasen tu rebaño; Concede, te suplicamos, á todos los Obispos, Pastores de tu Iglesia, que prediquen con esmero tu Palabra, y que administren debidamente su piadosa disciplina; y otorga al pueblo el que obedientemente la guarde, para que todos reciban la corona de gloria eterna; por Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
Y otro Obíspo leerá
La Epístola. 1 Tim. iii. 1.
PALABRA fiel: Si alguno apetece obispado, buena obra desea. Conviene, pues, que el obispo sea irreprensible, marido de una mujer, solicito, templado, compuesto, hospedador, apto para enseñar: no amador del vino, no heridor, no codicioso de sórdida ganancia, sino moderado; no litigioso, ajeno de avaricia: que gobierne bien su casa, que tenga sus hijos en sujecion con toda honestidad; (porque el que no sabe gobernar su casa, ¿cómo cuidará de la Iglesia de Dios?) no un neófito, porque inflándose no caiga en juicio del diablo. Tambien conviene que tenga buen testimonio de los extraños; porque no caiga en afrenta y enlazo del diablo.
O esto,
Por Epístola.
Hechos xx. 17.
PABLO, enviando desde Mileto á Efeso, hizo llamar á los ancianos de la Iglesia. Y cuando vinieron á él, les dijo: Vosotros sabeis como desde el I primer dia que entré en Asia, he estado con vosotros portado el tiempo, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y tentaciones, que me han venido por las asechanzas de los Judíos: cómo nada que os fuese útil, he rehuido de anunciaras, y enseñaras públicamente, y por los casas, testificando á los Judíos y á los Gentiles arrepentimiento para con Dios, y la fé en I nuestro Señor Jesu-Cristo. Y ahora hé aquí, ligado yo en mi espíritu, voy á Jerusalem sin saber lo que allá me ha de acontecer; mas que el Espiritu Santo por todas las Ciudades me da testimonio, diciendo, que prisiones y tribulaciones me esperan. Mas de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida mas que á mi alma; solamente que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesus, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Y ahora hé aquí yo se que ninguno de todos vosotros, por quien he pasado predicando el reino de Dios, verá mas mi rostro. Por tanto yo os protesto el dia de hoy, que yo soy limpio de la sangre de todos. Porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la Iglesia de Dios, la cual ganó por su sangre. Porque yo sé, que despues de mi partida entrarán en medio de vosotros graves lobos que no perdonarán al ganado. Y de vosotros mismos se levantarán hombres, que hablen cosas perversas, para llevar discípulos tras sí. Por tanto velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas á cada uno. Y ahora, hermanos, os encomiéndo á Dios, y á la palabra de su gracia; el cual es poderoso para
sobreedificar, y daros heredad con todos los santificado. La plata. ó el oro, ó el vestido, de nadie he codiciado; ántes vosotros sabeis, que para lo que me ha sido
necesario, y ti los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado, que trabajando así, es necesario sobrellevar á los enfermos, y tener presente las palabras del Señor Jesus, el cual dijo: Bienaventurada cosa es dar ántes que recibir.
Despues otro Obispo leerá
El Evanqelio. San Juan xxi. 15.
JESUS dijo á Simon Pedro: Simon, hijo de Jonás, ¿me amas mas que estos? Dícele: Sí ,Señor; tú sabes que te amo. Dícele: Apacienta mis corderas. Vuélvele á
decir la segunda vez: Simon, hijo de Jonás, ¿me amas? Respóndele: Sí, Señor: tú sabes que te amo. Dícele: Apacienta mis ovejas. Dícele la tercera vez: Simon,
hijo de Jonás, ¿me amas? Entristecióse Pedro de que le dijese la tercera vez, ¿Me amas? Y dice le: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo. Dícele Jesus. Apacienta mis ovejas.
O este.
San Juan xx. 19.
Y como fué tarde aquel dia, el primero de la semana, y estando las puerta8 cerradas, donde los discípulos estaban juntos, por miedo de los Judíos, vino Jesus, y púsose en medio, y dijoles: Paz á vosotros. Y como hubo dicho esto, mostróles las manos y el costado. Y los discípulos se gozaron viendo al Señor. Entónces les dijo Jesus otra vez: Paz á vosotros: como me envió el Padre. Así tambien yo os envio. Y como hubo dicho esto, sopló,y díjoles: Tomad el Espíritu Santo: A los que remitiereis los pecados, les son remitidos: á quienes los retuviereis, serán retenidos.
O estotro
San Mateo xxviii. 18.
Y llegando Jesus, les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto id, y doctrinad á todos los Gentiles, bautizándoles en nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y hé aquí yo estoy con vosotros todos los dias, hasta el fin del siglo.
¶ Despues del Evangelio, el Símbolo Niceno, y el Sermon, el Obispo electo, vestido con su Roquete, será presentado por dos Obispos al Arzobispo de la Provincia (ó á otro Obispo destinado para este fin por una comision en forma), el cual estará sentado en su silla cerca de la sagrada Mesa, y los Obispos que te presentan dirán:
REVERENDÍSIMO Padre en Dios, os presentamos este piadoso y erudito varon, para que sea ordenado y consagrado Obispo,
¶ Entónces mandará el Arzobispo que se exhiba la Orden del Rey, y cuidará de que se lea: prestará el Electo el juramento de la obediencia debida al Arzobispo, de este modo:
Collect, Epistle & Gospel
Juramento de la obediencia debida al Arzobispo.
EN el Nombre de Dios, Amen. Yo N. electo Obispo de la Iglesia y silla de N. profeso y prometo toda la reverencia y obediencia debida al Arzobispo, y á la Iglesia Metropolitana de N. y á sus sucesores. Así Dios me ayude por Jesu-Cristo.
¶ Se omitirá este juramento en la consagracion de un Arzobispo.
¶ Entónces el Arzobispo exhortara á la congregacion allí presente tí la oracion con estas palabras:
HERMANOS, escrito está en el Evangelio segun San Lucas, que Cristo nuestro Salvador pasó en oracion toda la noche ántes que eligiese y enviase á sus doce Apóstoles. Tambien está escrito en los Hechos de los Apóstoles, que los Discípulos, que estaban en Antioquia, ayunaron y oraron ántes de imponer las manos sobre Pablo y Bernabé, y antes de enviarlos. Por lo tanto siguiendo el ejemplo de Cristo nuestro Salvador, y de sus Apóstoles, ante todas cosas empleémonos en la oracion, para admitir á este varon que nos ha sido presentado, y enviarle para aquella obra á que confiamos haber sido llamado por el Espíritu Santo.
¶ Y entónces se dirá la Letanía,segun se puso arriba en la fórmula de la ordenacion d8 los Diáconos, salvo solamente que despues de la súplica, [Que te dignes iluminar á todos los obispos, &c.] en vez de la propia súplica, allí añadida. que se omitirá, se dirá esta:
QUE te dignes bendecir á este nuestro electo hermano, y derramar sobre él tu celestial gracia, para que así pueda desempeñar debidamente este Oficio á que ha sido llamado, para edificacion de tu Iglesia, y para honra, alabanza, y gloria de tu Nombre;
Resp. Suplicámoste nos oigas, oh Señor.
¶ Despues se dirá la siguiente Oracion.
OMNIPOTENTE Dios, dador de todos los bienes, que por tu Santo Espíritu has instituido diversas ordenes de Ministros en tu Iglesia; Mira con ojos de benignidad á este tu siervo, llamado ahora á la Obra y Ministerio de Obispo; y llénale en tal medida de la verdad de tu doctrina, y adórnale de tal inocencia de costumbres, que con sus palabras y acciones pueda servirte con fidelidad en este Oficio, para gloria de tu Nombre, edificacion y recta administracion de tu Iglesia; por los méritos de Jesu-Cristo, nuestro Salvador, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amen.
¶ Luego el Arzobispo, sentado en su silla, dirá al que va á ser consagrado:
HERMANO. puesto nos está tan encargado por la sagrada Escritura y por los antiguos Cánones, que no procedamos de ligero en imponer las manos y admitir persona alguna al gobierno en la Iglesia de Cristo, que se adquirió á no ménos precio que derramando su propia sangre; ántes de admitiros á esta Administracion os examinaré sobre ciertos Artículos, para que la Congregacion que está presente sepa y pueda testificar, de que modo habeis resuelto conduciros vos mismo en la Iglesia de Dios.
Oath of obedience
¿ESTAIS persuadido de ser legítimamente llamado á este Ministerio, según la voluntad de nuestro Señor Jesu-Cristo, y las ordenanzas de este Reino?
Resp. Sí, lo estoy.
El Arzobispo.
¿ESTAIS persuadido de que en las Santas Escrituras se contiene suficientemente toda la doctrina, que de necesidad se requiere para la salvacion eterna por la Fé en Jesu-Cristo? ¿Y estais resuelto á extraer de las mismas Sagradas Escrituras todos los documentos con que instruir la grey encomendada á vuestro cuidado, y á no enseñar ni sostener cosa alguna como de necesidad requerida para la salud eterna, sino lo que únicamente pueda deducirse ó probarse por las mismas Escrituras? Respuesta. En esta persuasion estoy, y á esto ademas estoy resuelto por la gracia de Dios.
El Arzobispo.
¿Y OS emplearéis vos mismo con esmero en el estudio de las Santas Escrituras, y suplicaréis á Dios en la oracion que os conceda su verdadera inteligencia, á fin de que con su auxilio seais apto para enseñar y exhortar con saludable doctrina, y para redargüir y convencer a los que contradigan?
Réspuesta. Así estoy resuelto á hacerlo con la ayuda de Dios.
El Arzobispo.
¿Y ESTAIS tambien resucito á desterrar y rechazar con toda fidelidad y diligencia todas las doctrinas erroneas y peregrinas, contrarias á la palabra de Dios, y á aconsejar y exhortar á los demás sobre esto mismo, así en privado como en público? Respuesta. Estoy a ello dispuesto con la ayuda del Señor.
El Arzobispo.
¿Y RENUNCIAREIS á toda impiedad, y á todos los deseos mundanos, viviendo en este presente siglo, sobria, justa, y religiosamente; de modo que seais en todas las cosas un dechado de buenas obras rara los demás, á fin de que e adversario quede confundido, no teniendo nada malo que decir de vos?
Respuesta. Así lo haré con el auxilio de Dios.
El Arzobispo.
¿CONSERVARÉIS, y promovereis en cuanto pudiereis, la tranquilidad, amor, y paz entre todos; á los inquietos, empero, desobedientes, y criminales dentro de vuestra Diócesis, los corregireis y castigaréis conforme á la autoridad que los concede la palabra de Dios, y las ordenanzas de este Reino?
Respuesta. Lo haré con el auxilio de Dios.
El Arzobispo.
¿OS portaréis fielmente en ordenar, enviar, ó imponer las manos á otros?
Respuesta. Me portaré con la ayuda de Dios.
El Arzobispo.
¿OS mostraréis vos mismo manso, y sereis misericordioso por amor de Cristo para con los pobres y necesitados, y para con todos los forasteros, destituidos de auxilios?
Respuesta. Tal me mostraré con la ayuda de Dios.
¶ Entónces levantándose el Arzobispo dirá:
EL Dios Omnipotente, Padre nuestro celestial. que os concedió la buena voluntad de hacer todas estas cosas, Os conceda tambien las fuerzas y el poder de cumplirlas; para que, perfeccionando en vos la i buena obra que ha empezado, podais ser hallado perfecto él irreprensible en el ultimo dia, por Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
¶ En seguida el Obispo electo se revestirá de los demas hábitos: episcopales; despues de lo cual se cantará ó rezará ,sobre él mismo arrodillado el Himno, Veni, Creator, Spiiritus, empezando el Arzobispo, y alternando con él los Obispos y cuantos estuvieren presentes, de esta manera;
Examination
VEN, Criador, Espíritu Increado,
Nuestras almas visita é ilumina;
Y de tu fuego y de tu luz divina,
Inflama Tú los pechos que has creado:
¡Oh Tú, que Paracléto eres llamado!
¡Del Altisimo Dios Don Eminente!
Tú, Fuego, Caridad; Tú, viva Fuente;
¡Uncion Tú celestial de olor sagrado!
¡Oh don en varias forma desplegado!
De la diestra eternal, omnipotente,
Que los orbes sostiene establemente,
¡Eterno Dedo en resplandor bañado!
¡Del Padre justamente El prenunciado!
Que de palabra irresistible y santa
Sabes enriquecer en copia tanta
¡Al pecho mas exánime y helado!
Desciende Tú, desciende apresurado;
Bañe tu resplandor nuestros sentidos;
Y nuestros corazones derretidos,
Ardan en el amor mas acendrado.
En nuestro cuerpo débil y menguado,
Cuanto lánguido hallares, vivifica,
Y con virtud robusta fortifica
El paso vacilante ó azorado.
Que léjos de nosotros auyentado
Por tu valor nuestro enemigo sea;
Que luego en su interior el alma vea
La Dulcisima paz que Tú le has dado;
Que el tímido mortal, por tí guiado,
Y prevenido así Guia Divina,
Con tu escudo y tu antorcha peregrina.
Evite en sus caminos el pecado.
Que por Tí conocer nos sea dado
Al Podre, y conocer tambien al Hijo,
Y en Tí nuestro creer siempre, esté lija,
En Tí, que eres su Espíritu Sagrado:
Al Padre, al Hijo, gloria, al Aspirado
Paracléto tambien; y el bondadoso
Verbo nos dé tus dones abundoso,
Tus dones, Paraninfo no creado.
O esto:
Dios eternal, Espíritu Increado, &c.
Como arriba en la Fórmula de la Ordenacion de los Presbíteros.
Concluido que sea, dirá el Arzobispo:
Oh Señor, oye nuestro ruego.
Resp. Y nuestro clamor llegue á tí.
Oremos.
DIOS Omnipotente, y Padre misericordiosísimo, que por tu inmensa bondad nos concediste á Jesu-Cristo tu amado y predilecto Hijo Unigénito, para que fuese nuestro Redentor, y Autor de la vida. eterna; quien despues de haber consumado nuestra redencion con su muerte, y de haber ascendido á los cielos, derramó abundantemente sus dones sobre los hombres, constituyendo á unos, Apóstoles; á otros, Profetas; á otros, Evangelistas; á otros, Pastores y Doctores, para la edificacion y perfeccion de su Iglesia; Concede, te suplicamos, á este tu siervo tal gracia, que le tenga siempre dispuesto para anunciar aquel Evangelio tuyo, que es la alegre nueva de nuestra reconciliacion contigo; y que se valga de la autoridad que se le concede, no para ruina,sino para salvacion; no para dañar, sino para socorrer: de modo qué dlstribuyendo, cual siervo sabio y prudente. en estacion oportuna su porcion á tu familia, sea al fin recibido en la morada del gozo sempiterno; mediante Jesu-Cristo nuestro Señor que contigo y con el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amen.
Veni, Creator Spiritus
¶ Despues el Arzobispo y los Obispos presentes impondrán las manos sobre el Obispo electo, que estará arrodillado, y dirá el Arzobispo:
RECIBE el Espíritu Santo, para el Oficio y Obra de Obispo en la Iglesia de Dios, que ahora te es cometida por la imposicion de nuestras mar nos; En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen. Y no te olvides de despertar la gracia de Dios que se te ha dado por esta imposicion de nuestras manos; pues Dios no nos ha dado el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza.
¶ Luego el Arzobispo le entregará la Biblia, diciendo:
OCUPÁOS con atencion en la lectura, exhortacion. y doctrina: meditad lo que en este libro se contiene: procurad con esmero que nuestros progresos en ella sean notorios á todos: mirad por vos. y por la doctrina, y sed asiduo en ambas cosas: pues que haciendo esto, os salvaréis á vos mismo y á los que os escucharen. Sed pastor, no lobo, del rebaño de Cristo; apacentad sus ovejas, no los devoreis: sostened las débiles, curad las enfermas, fajad las estropeadas, reducid las descarriadas, buscad las perdidas. Sed de tal manera compasivo, que no seais indulgente mas de lo justo; administrad la disciplina, sin olvidaros de la misericordia: para que á la aparicion del Supremo Pastor recibais la corona inmarcecible de gloria; por Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
¶ Entónces el Arzobispo continuará el oficio de la Comunion, y con él el Obispo nuevamente consagrado, y otros presentes comulgarán tambien.
¶ Por última Colecta, inmediatamente ántes de la bendicion, se dirán las siguentes oraciones:
PADRE misericordiosísimo, suplicámoste que derrames sobre este tu siervo tu celestial bendicion; y que en tal medida le llenes de tu Santo Espíritu, que al predicar tu Palabra, no solo sea constante y vehemente en corregir, suplicar y argüir con todo paciencia y doctrina, sino que sea tambien un ejemplo saludable para los fieles, en la palabra, en los modales, en la caridad, en la te, en la castidad, y en la pureza; para que terminada felizmente su carrera, reciba en el último día la corona de justicia preparada por el Señor justo Juez, que vive y reina un solo Dios, con el Padre y con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amen.
PREVENNOS, oh Señor, en todas nuestras acciones con tu benigno favor, y promuévenos con tu ayuda continua; vara que en todas nuestras obras, comenzadas, continuadas, y acabadas en tí, glorifiquemos tu santo Nombre, y finalmente por tu misericordia alcancemos vida eterna; mediante Jesu-Cristo nuestro Señor. Amen.
LA Paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento. guarde vuestros corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesu-Cristo nuestro Señor: y la bendicion de Dios Omnipotente, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, sea con vosotros, y more con vosotros eternamente. Amen.
Laying on of hands & closing prayers